EDITORIAL ASPS AGOSTO 2016. INCREMENTO DE LAS ENFERMEDADES DIARREICAS Y LA CORESPONSABILIDAD CIUDADANA…

Últimamente a través de varias noticias periodísticas nos hemos enterado del incremento de las enfermedades diarreicas y de la fiebre tifoidea en el país, lo cual ha llamado la atención del sistema nacional de salud. Durante este mes no es raro que haya un repunte de estas enfermedades ya que están relacionadas con varios factores: ambientales, culturales, acceso a agua potable, saneamiento ambiental, entre otros. Como ASPS consideramos que es necesario hacer una reflexión con un enfoque de co-responsabilidad entre el ente rector de la salud y la población salvadoreña. Son enfermedades, como otras presentes en el perfil epidemiológico salvadoreño que se pueden evitar siempre y cuando se asuma una actitud responsable con nuestra salud. Por lo que se hace necesario

que

se

brinde

información,

mayor

sensibilización

e

involucramiento ciudadano y por supuesto una mejora en el primer nivel de atención sanitaria, para garantizar a nivel local las medidas que por ley les compete, funcionando como un filtro sanitario.

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En el 2010 inició en el país la reforma de salud con el objetivo de mejorar entre otros aspectos el acceso por parte de la población a servicios de salud efectivos y con eficiencia, capaces de resolver los problemas de salud que enfrenta diariamente la población salvadoreña. Entre las enfermedades que aun abaten a buena parte de la población, sobre todo la infantil son las enfermedades diarreicas que junto con los procesos respiratorios, persisten en las comunidades rurales y sub-urbanas del país. Con la implementación de los Equipos Comunitarios de Salud ( ECOS y ECOSF) se pretendía que se fortalecería la promoción de la salud, la prevención de muchas enfermedades, el saneamiento ambiental y la educación sanitaria, que junto con el diseño e implementación de políticas públicas de salud se mejoraría notablemente las condiciones de salud y por ende las condiciones de vida de la población. El reto sigue siendo transitar de un enfoque curativo- medico a un enfoque de determinantes sociales de la salud. No dudamos del esfuerzo realizado y de la labor que realizan los promotores y promotoras de la salud, por lo que hacemos énfasis en que en el aparecimiento y difusión tanto de las diareras como de la fiebre tifoidea, debe de servir como un llamado de alerta sanitaria que algo no se está haciendo correctamente, que aún persisten fallas que se deben de

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identificar para ser solventadas por el ente rector de la salud que es el MINSAL. También es de reconocer que intervienen factores o variables que dependen de hábitos, conductas, costumbres y prácticas que como individuos, familias y comunidades realizamos, por lo que debería de ser responsabilidad nuestra modificarlas, erradicarlas o minimizarlas para contribuir a la erradicación de estas enfermedades. Entre ellas nos referiremos al consumo de alimentos en eventos públicos, aceras, calles, que por su condición y naturaleza son altamente riesgosos ya que no existen en la mayoría de esos establecimientos condiciones mínimas de higiene en su elaboración y distribución por parte del personal que manipula alimentos . Se ha vuelto común ver en algunos sitios venta de fruta, refrescos, manipulada por personas que no se protegen, ni se abastecen en lo suficiente de agua para su manipulación, así como venta de comida rápida: las famosas y ricas pupusas, tortas y otros platillos que forman parte de nuestra cultura culinaria, que se pueden convertir en condiciones adversas como el vehículo para la propagación de las diarreas y la tifoidea. También debemos hacer énfasis en el consumo de agua en bolsas plásticas o embotelladas, muchas de dudosa procedencia, cuando bien se podría minimizar el riesgo, si nos acostumbramos a consumir agua proveniente de

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nuestras casas potabilizadas por algunos de los métodos existentes. Ya que nadie garantiza que el agua que se adquiere en la calle, en los semáforos, en los eventos públicos es agua potable apta para el consumo humano. Aparte del daño irreversible que ocasiona la bolsa plástica al medio ambiente. Ambas enfermedades, sobre todo la tifoidea pueden causar incapacidad temporal, secuelas y hasta la muerte. Generan una carga al sistema nacional de salud que distrae la atención y recursos del personal sanitario hacia otras situaciones más complicadas como la insuficiencia renal, emergencias por accidentes automovilísticos o por la inseguridad ciudadana en que vivimos. Se deben de tomar medidas, dictar normas, ordenanzas y disposiciones por el Estado a través de sus diversas dependencias como garante de la salud de la población con un enfoque de derechos humanos. Pero es necesario que se promueva la co-responsabilidad y los deberes ciudadanos relacionados con estas prácticas y hábitos tendientes a su modificación. Este esfuerzo se debería de comenzar a forjar y concretar en el seno familiar, cuna de valores y principios. Luego ser promovidos y reforzados en la escuela, en donde se puede hacer mucho desde la gestión del conocimiento, información y acciones concretas para minimizar el riesgo,

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entre ellas garantizar un adecuado saneamiento ambiental al interior de la escuela, garantizar el acceso de agua potable, erradicar le venta de comida no saludable y de muchas bebidas azucaradas y dañinas a la salud. Ya es tiempo que a través de ordenanzas municipales, decretos ministeriales se comience por no permitir la venta de productos comestibles, sin ningún control ni regulación higiénica. Estamos de acuerdo en que son parte del comercio informal y fuente de ingresos de muchas familias, pero consideramos que debería de prevalecer el bien común sobre el bien personal, regulando la manipulación de estos alimentos en la vía pública, independientemente del riesgo que implica de ser víctima de un accidente vehicular ya que se asientan en muchas aceras de calles con fuerte carga vehicular. Como ASPS estamos haciendo nuestra parte a través de la ejecución de proyectos de agua y saneamiento, en donde un componente importante es la educación sanitaria y prevención de enfermedades transmitidas por un inadecuado manejo y acceso de agua potable. Todo esto pasa por que es prioritario que el Estado Salvadoreño garantice a través de ANDA un adecuado abastecimiento ordenado y bien administrado para que se tenga agua en los hogares salvadoreños tanto los que habitan en el área urbana como rural.

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En el país, como resultado de la baja cobertura de suministro de agua potable por parte de ANDA, existen muchos sistemas de agua que son gestionados por estructuras comunitarias, las cuales por diversas razones no pueden garantizar una potabilización y distribución adecuada de este vital recurso para la vida de las personas, por lo que tanto el MINSAL como las Alcaldías

Municipales, deberían de intervenir directamente para

corregir esta falla que en alguna medida está incidiendo en la aparición de estas enfermedades que son altamente prevenibles. Bajo el concepto de principios, derechos, deberes y co-responsabilidad juega un rol importante una ciudadanía activa que además de conocer y hacer valer sus derechos, conoce y promueve deberes ciudadanos para evitar enfermarse y morir. De allí la importancia de buscar estrategias que involucren a la población en forma activa y propositiva en políticas públicas; normativas y disposiciones tendientes a minimizar o erradicar estos focos que s e vuelven insalubres y una real amenaza a la salud de la población. Invitamos a dar el primer paso como ciudadanos, con el cambio de actitud, de hábitos y de costumbres, evitando en lo posible el consumo de alimentos y bebidas en la vía pública; así como generando ambientes, entornos familiares y comunidades saludables. ASOCIACION SALVADOREÑA PROMOTORA DE LA SALUD. ASPS. 6