En todo amar y servir

ENTREGA ESPECIAL “En todo amar y servir…” Les qu er em os pr esentar re flexione s que nos intr oduce n e n e ste Miste rio de Am or Les invitamos

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To Love and To Serve Amar y Servir
MAY 31, 2015 31 DE MAYO 2015 ST. ELIZABETH OF HUNGARY PARISH A CATHOLIC COMMUNITY 1879 N. Lake Avenue + Altadena, California 91001 Phone: 626.797.11

No hay más que una sola cosa que merece verdaderamente la pena: servir y amar a Jesús. La medida del amor es amar sin medida
No hay más que una sola “La medida del amor es cosa que merece amar sin medida” verdaderamente la pena: San Agustín servir y amar a Jesús” San Be

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ENTREGA ESPECIAL

“En todo amar y servir…”

Les qu er em os pr esentar re flexione s que nos intr oduce n e n e ste Miste rio de Am or

Les invitamos a conocer y a participar en nuestras ACTIVIDADES.

SEMANA SANTA Autor: Juan Cavanna S.J (Responsable Acompañamiento Espiritual DPU)

La Semana Santa recuerda a las Católicos la absoluta coherencia de Jesús con sus enseñanzas. Él va a la cruz para refrendar con su entrega la veracidad de sus enseñanzas. Él no va a la pasión por mala suerte, o porque le “ganaron los malos”. Va a la pasión porque es perfectamente consciente que debe darnos un ejemplo a seguir, ser consecuentes con lo que pensamos, con lo que creemos con lo que decimos. La Semana Santa la instituye la Iglesia para que acompañemos al Señor Jesús en su camino de la pasión y muerte, pero para que también lo acompañemos en su resurrección. Desde el día Domingo de Ramos que marca el inicio de la Semana Santa se marca un acercamiento gradual y progresivo a los eventos de la muerte y resurrección de Jesús. Curiosamente el Domingo de Ramos se lee completo el relato de la Pasión como la presenta el evangelista Mateo. El mismo relato nos lo leerá la Iglesia el día Viernes Santo, pero según el evangelista Juan. El empeño es ponernos a los católicos en perspectiva, para que desde el principio tengamos claro que a eso va Jesús. Entre lunes y jueves santo la liturgia nos va a desplegar despacito el episodio de la Última Cena vista por los ojos de todos los evangelistas. Es interesante percibir las semejanzas y diferencias, pero con el dramatismo en su punto más alto. Todo tiene sabor a final, todo tiene sabor a tristeza, a desconcierto, empezando por el mismo Jesús. La institución de la Eucaristía el día Jueves Santo es la culminación de ese increscendo de toda la semana. Es el gran regalo que nos dejó Jesús, su gran invento para poder quedarse entre nosotros aunque tenga que marcharse. Es como la premiere de lo que sucederá el día siguiente, viernes santo. Un gesto simbólico que representará toda la pasión y muerte. El Viernes Santo viviremos paso a paso ese camino a la cruz, con el corazón adolorido, pero al mismo tiempo con una alegría secreta dentro, es como saber por anticipado el final de una película triste donde se salva el héroe que nos cae bien, aquí lo importante es “sentir internamente” que todo ese camino de pasión y muerte fue por amor a mí. San Pablo hace esta afirmación: “Me amó y se entregó a la muerte por mí” (Gálatas 2, 20) El Sábado Santo es un día de luto, de silencio, de reflexión, de acción de gracias, de estar junto a la Madre Dolorosa acompañándola en su duelo, pero con esperanza, porque esa noche los cristianos botamos la casa por la ventana en una celebración litúrgica repleta de signos y símbolos: agua, luces, campanas, cirio, cantos alegres. Son las muchas maneras que ha encontrado la Iglesia para que nos alegremos con la alegría de la resurrección del Señor. Esta es la Semana Santa, ojalá nuestra comunidad universitaria pueda sumergirse en cada uno de los pasos que ella nos ofrece para reforzar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. 2

¿SE PUEDE LLEGAR AL MISTERIO PASCUAL DESDE LA PRACTICA DOCENTE ? Autora: Mtr. Cecilia Borja Pazmiño (Docente Principal Dirección de Pastoral Universitaria)

Para acercarnos a la comprensión del Misterio Pascual es necesario pasar por el desierto, el ayuno de patrones de conductas consumistas, relaciones descartables, superficialidades mentales y afectivas, actitudes violentas. Pasar por el silencio de un mundo humano creado al margen de la vida floreciente de la Pachamama, obsesivo y atrapado en el funesto uso de redes sociales de comunicación que amplifican intereses encerrados en el egocentrismo individual y colectivo como el acoso entre adolescentes y jóvenes. Pasar es dejar aquello que no nos conduce a realizarnos plenamente pero también es continuar un camino trazado desde la verdad y la vida (cita evangélica)

En la Liturgia del Monasterio francés de vida ermita, La Epifanía, se recita durante la Cuaresma la oración de S. Efrén que dice: “Señor y Maestro de mi vida, aleja de mí el espíritu de pereza, desaliento, dominio y palabrería. Y concédeme el espíritu de integridad, humildad, paciencia y amor. Que pueda ver mi propio pecado y no juzgar a mi hermano.” Cada palabra de esta oración entraña un programa de vida, ¿de qué manera se la puede vincular a la práctica docente? Una primera respuesta sería el considerar que nuestra tarea docente está inscrita desde una visión integral (integridad) de la educación en la cual todos los actores estamos vinculados: docentes-estudiantes, administrativos – autoridades. Dicha vinculación tiene un carácter particular que nos lleva a respetar otras creencias y profesar la nuestra: humildad, paciencia y amor, como Cristo lo vivió. Pero también es una llamado a “ser integrales” en nosotros mismos, armonizar nuestras capacidades y potencialidades, éxitos y fracasos, metas y procesos, faltas de salud físico o mental y estabilidad. Si logramos esta visión integral de vida individual y colectiva, seguro que nuestro trato, sobre todo con los estudiantes, tendrá la característica de la comprensión humana y de allí iremos hacia acciones donde ese mundo “más justo y más humano” lo viviremos en nuestra vida cotidiana. Por otro lado, esta invitación a “vernos a nosotros mismos” antes que juzgar al otro, es una actitud contracultural porque generalmente estamos pendientes de lo que el vecino, compañero o cualquier otra persona diga o haga, e ignoramos qué pasa en nosotros, vivimos desconectados de nuestras verdades. Estos son algunos elementos de “nuestra cultura de muerte”, como lo llamó Juan Pablo II, que debe abrirse a una “cultura de vida”, una cultura de la Resurrección donde el encuentro entre la ciencia y el corazón no   tenga víctimas sino una plena realización de la vida humana. 3

EL TRIDUO PASCUAL, UNA APLICACION PARA LA VIDA UNIVERSITARIA P. Livingston Olivares (Sacerdote Catedrático invitado)

La Semana Santa es uno de los tiempos más favorables de gracia del Señor en donde debe crecer nuestra fe y abrirnos a la Misericordia de Dios para recibir de Él, que “nos amó primero” todo lo bueno. Por lo tanto, para el estudiante universitario, no es una semana cualquiera, sino que desde nuestra fe y razón sabemos que debemos entrar en la intimidad con Aquél que nos ha amado y celebrar la vida resucitada. El Triduo Pascual, empieza con el Jueves Santo donde nos sentamos a la mesa con Jesús, así como cuando entramos a nuestras aulas para aprender del Maestro; y somos Pedro, somos Juan y somos Judas Iscariote, porque desde nuestra realidad dudamos, amamos y también traicionamos. Pero también recordando la caridad y el amor, somos amigos de Jesús, los más íntimos. A inicios de su pasión, Jesús nos ama, y lo hace hasta el extremo, repartiendo su cuerpo y sangre como alimento de vida a los que ama. En el Viernes Santo, vemos al siervo sufriente cargando nuestros pecados, sin resistirse a ninguna clase de violencia, de atropello, irrespetando el derecho a defenderse; y esa imagen puede reflejarse en nosotros mismos cuando nuestra carrera universitaria se vuelve pesada e inalcanzable. Pero Jesús nos da ejemplo de amor, paciencia y perseverancia. Asistimos a su pasión y muerte, allí está, solo (lo hemos abandonado). En medio del dolor está el gozo de saber que al menos las personas más amadas están allí, desconcertadas y llorosas, pero presentes; como nuestros seres queridos que nunca nos abandonan en nuestro caminar estudiantil. En medio de la oscuridad del viernes santo, pasamos a la luz de la Pascua, de la resurrección. En medio de la noche celebramos el día, en medio de la muerte, entra la resurrección y la vida. Hemos ingresado al gozo y la alegría de la resurrección del Hijo de Dios, donde nos damos cuenta que el amor de Dios ha sido revelado a los hombres con la presencia y la acción del Espíritu en la Historia. Nos damos cuenta entonces, que valió la pena esperar, valió la pena abrazar la cruz, para luego ser glorificado a la derecha del Padre.

Nosotros también caminamos en este campo universitario hacia la meta de la graduación, y nuestra realidad en este tiempo es abrazar nuestras cruces diarias, nuestras malas noches, nuestras iras, nuestras insatisfacciones, pero con la firmeza y esperanza de que lo mejor está por venir; y cuando alcancemos nuestra meta, recordar que nuestra vida tiene un objetivo, y este es hacer el bien, dando nuestras manos y conocimientos para un mundo más justo, humano y solidario. 4

SENTIDO DE VIVIR : VIVIR CON SENTIDO ESTA SEMANA SANTA Lic. Roberto Vaca (Coordinador de Servicios Pastorales y Acción Social )

Un dar la vida que, sin embargo, no tiene la última palabra. Así, la Semana Santa o “semana mayor” o la “gran semana” se presenta como un tiempo propicio para recordar y actualizar el mensaje central del evangelio: la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Precisamente, para poder vivir el mensaje en toda su hondura y sentido, la Dirección de Pastoral Universitaria (DPU) ha pensado en diversas actividades que brinden la oportunidad de actualizar este mensaje. Actividades para vivirse desde una dimensión social o colectiva, pero también personal e íntima. La invitación está abierta a todos: estudiantes, trabajadores, administrativos y docentes de la PUCE quienes quieran descubrir la riqueza y el sentido de lo que recordamos. Para ello hemos preparado actividades organizadas en tres grandes ámbitos: Celebrativo, Misionero y Espiritual. Dentro del ámbito celebrativo se ofrecerá tres CELEBRACIONES ESPECIALES. Estos espacios comunitarios están pensados para que los participantes puedan vivir y manifestar su fe colectivamente y para que puedan compartir y actualizar aquellos símbolos y ritos que condensan los significados que rememoramos. También existirá la oportunidad para vivir una Semana Santa de inserción en una comunidad rural. Se trata de

En la Semana Santa nos encontramos con el corazón mismo de la fe. Un corazón que nos señala un camino concreto de amar hasta el extremo, de dar la vida por la justicia y por los excluidos.

las MISIONES UNIVERSITARIAS 2016. El lugar escogido es la parroquia de Monterrey, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Será una ocasión propicia para vivir estos misterios desde la fe popular y en contacto directo y cercano con la gente sencilla de zonas rurales. Vivir la “semana mayor” desde esta realidad, no citadina, nos brinda la oportunidad de acercarnos a otras maneras de expresar y vivir la fe y nos aporta la posibilidad de descubrir el rostro de Cristo encarnado en la gente sencilla del pueblo. Por último, la DPU ofrece la alternativa de vivir la “gran semana” desde el retiro y la intimidad, no vivido como escape o como huida del ajetreo de la cotidianidad, sino, como posibilidad de silencio y reencuentro consigo mismo que posibilite vivir ese mismo ajetreo, pero con más libertad, alegría y sentido. Se trata de los EJERCICIOS ESPIRITUALES IGNACIANOS (EEI). Estos EEI, como su nombre lo indica, buscan que la persona se disponga a ejercitar su interioridad para que, desde el encuentro consigo misma y con Dios que la habita, ordene y oriente su vida hacia el amor y el servicio. La Semana Santa es un tiempo propicio para vivir estos EEI. Esperamos que esta “semana mayor” sea vivida con sentido y como oportunidad para profundizar más en nuestra fe pero también como posibilidad para encontrarnos con nosotros mismos, con la realidad y con la gente humilde de nuestro país. Que las actividades, organizadas en estos tres ámbitos, sean ocasión para una experiencia más profunda y sentida de Jesús de Nazaret que sigue muriendo y resucitando también hoy. ¡Les esperamos!

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ACTIVIDADES PROGRAMADAS PARA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Celebrativas: • Eucaristía de Lunes Santo, 21de marzo,12h00. Capilla DPU. • Acto Penitencial. Martes Santo, 22 de marzo, 12h00. Parque Central PUCE y Capilla DPU. • Eucaristía de Miércoles Santo. 23 de marzo. 12h00. Capilla DPU

Misionera : • Misiones Universitarias 2016. Parroquia Monterrey, la Concordia, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Del jueves 24 al domingo 27 de marzo.

Espiritual: • Ejercicios Espirituales Ignacianos. Casa de Ejercicios Espirituales “san José de Checa”. Checa, vía al Quinche. De miércoles 23 al sábado 26 de marzo.

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« CREO… que resucitó de entre los muertos » LA RESURRECCIÓN Tomado de: Joseph Ratzinger, JESÚS DE NAZARET Aporte realizado por: P. José Benítez S.J

La resurrección es el fundamento sólido de nuestra fe “ Si Cristo no resucitó vana es nuestra fe y estamos en pecado….” ( 1.Cor. 15,14 ) La fe cristiana se mantiene o cae con la verdad de la resurrección. Únicamente si Jesús ha resucitado, ha sucedido algo verdaderamente nuevo que cambia el mundo y la situación del hombre. ¡Dios se ha manifestado verdaderamente! Fue anunciado por los profetas…Nació de la Virgen María… curó enfermos… resucitó muertos… murió crucificado… pero nada de eso prueba que ES DIOS. La resurrección de Jesús ha consistido en un romper las cadenas para ir hacia un tipo de vida totalmente nuevo a una que ya no está sujeta a la ley del devenir y de la muerte ; una vida que ha inaugurado una nueva dimensión del ser del hombre. Por eso la resurrección de Jesús no es un acontecimiento aislado que pertenecería al pasado sino que es una especie de salto cualitativo, una mutación decisiva. En la resurrección de Jesús se ha alcanzado una nueva posibilidad de ser hombre, una posibilidad que interesa a todos y que abre un nuevo futuro para la humanidad. Jesús no ha vuelto a la vida humana normal de este mundo como Lázaro. Él ha entrado en una vida distinta, nueva; en la inmensidad de Dios y desde allí Él se manifiesta a los suyos. Esto era algo totalmente inesperado también para los discípulos, por eso necesitaron un tiempo para orientarse. Era algo no previsto y por tanto tampoco inteligible al inicio. Por eso la promesa de la resurrección resultaba incomprensible para los discípulos en un primer momento. El proceso de intelección es análogo a lo ocurrido con la cruz: nadie pensó jamás en un Mesías crucificado. Pero el “hecho” está allí y este hecho requería leer la Escritura de un modo nuevo. Obviamente la nueva lectura sólo podía comenzar después de la resurrección, porque sólo por ella Jesús quedó acreditado como enviado de Dios. Había que identificar ambos eventos: cruz y resurrección y llegar a la fe en Jesús como el Hijo de Dios. Esto significa que, para los discípulos la resurrección era tan real como la cruz. Presupone que se rindieron simplemente ante la realidad; que después de tanto titubeo y asombro inicial ya no podían oponerse a la realidad: es realmente Él; vive y nos ha hablado, ha permitido que le toquemos aun cuando ya no pertenece al mundo de lo que normalmente es tangible (escena de Tomás). La paradoja era indescriptible: por un lado, Él era completamente diferente, no un cadáver reanimado, sino alguien que vivía desde Dios de un modo nuevo y para siempre, y al mismo tiempo, precisamente Él, aun sin pertenecer ya a nuestro mundo, estaba presente de manera real, en su plena identidad, se trataba de algo absolutamente sin igual, único que iba más allá de los horizontes usuales de la experiencia y que sin embargo seguía siendo del todo incontestable para los discípulos Así se explica la peculiaridad de los testimonios de la resurrección, hablan de algo paradójico, algo que supera toda experiencia y que sin embargo está presente de manera absolutamente real. Era un acontecimiento tan impresionante y real y se manifestaba con tanta fuerza ante ellos que desaparecía cualquier duda, llevándolos con un valor absolutamente nuevo a presentarse ante el mundo y dar testimonio: ¡Cristo ha resucitado verdaderamente! 7

¡Felices Pascuas!

Oración Pascual Señor mío y Dios mío... Dios de la salvación renovada de generación en generación, resucita en nosotros todo lo que es muerte y lejanía de ti, danos vida y actitudes de resucitados contigo y haznos testigos de tu reino entre los hombres, por el amor, la justicia y la paz. Pon sabiduría, Señor, en nuestro lenguaje, pon ternura en nuestra mirada, pon misericordia en nuestra mente que hace juicios, pon entrega y calor en nuestras manos, pon escucha en nuestros oídos para el clamor de los hermanos, pon fuego en nuestro corazón para que no se acostumbre a sus carencias y a su dolor. Quédate con nosotros, haznos gustar el pan del evangelio, deja que en el camino, mientras vas con nosotros, se nos cambie la vida... Y envíanos de nuevo, audaces y gozosos, para decir al mundo que vives y que reinas, que quieres que el amor solucione las cosas, y cuentas con nosotros, que Tú vas delante, como norte y apoyo, como meta y camino, hasta el fin de los días. Amén. (Autor desconocido)

“En todo amar y servir...”

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