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Curso: 2012/ 2013 Evolución histórico-artística del Palacio de Altamira o Alcázar de la Señoría
Noelia Payá Selva Historia y Gestión de Patrimonio Artístico Curso: 2012/ 2013
Evolución histórico-artística del Palacio de Altamira o Alcázar de la Señoría Payá Selva, Noelia Curso 2012-2013
SUMARIO BREVE DESCRIPCIÓN DEL MONUMENTO HISTÓRICO________________________________________________3
ANÁLISIS HISTÓRICO ARTÍSTICO__________________4/9 -
EDAD MEDIA___________________________________________________________________4/5
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EDAD MODERNA_______________________________________________________6/7
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EDAD CONTEMPORÁNEA___________________________________________8/10
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS_______________________________________11
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Breve Descripción del Monumento Histórico El Alcázar de la Señoría o Palacio de Altamira se sitúa en la actual ciudad de Elche, Alicante. Es una fortaleza recia que, desde su construcción hasta nuestros días, ha sufrido varias vicisitudes históricas. A su conservación han contribuido varios arreglos y modificaciones que se realizaron con objetivo de adaptar el edificio a múltiples fines. El plano1 del edificio histórico muestra un claro prototipo de castillo gótico, en el que destacan elementos pertenecientes a otras épocas y estilos artísticos. Lo que actualmente percibimos del edificio es un polígono irregular con torres circulares que defienden los ángulos, y en el frente Oeste una gran torre de tres alturas y planta cuadrada. El más antiguo de todos los accesos al recinto, hoy sólo puede percibirse desde el interior del propio palacio, en el conocido “muro de mediodía” o muro Oeste, situado junto a la Torre del Homenaje. Se trata de una puerta de estilo islámico, abovedada por un arco apuntado y rematado por un alfiz. El material con el que fue realizada es el ladrillo, y daría paso a un corredor interior de la muralla hacia una segunda puerta. El segundo acceso correspondería al que fue el Palacio de los Cárdenas, por lo que el estilo es claramente gótico con arco apuntado y dovelado con el intradós redondeado. Éste acceso quedó oculto tras la casa palaciega que se edificó en el siglo XVIII, y al que correspondería otro acceso. También encontramos dos pasos posteriores a la realización de la fortaleza, probablemente pertenecientes al siglo XVII, que se construirían con el fin de salvar el foso. Uno de ellos se sitúa en la cara Norte del edificio con una puerta adintelada, por la que hoy podemos acceder al museo. El otro paso se encuentra cegado, aunque en su origen sería la abertura de la muralla por la que discurriría la Acequia Mayor, atravesando todo el Alcázar antes de entrar en la ciudad. En su interior se alberga el Museo Arqueológico y de Historia Nacional que se configura en dos espacios con el fin de establecer un discurso arqueológico e histórico de la ciudad, desde sus orígenes hasta la actualidad.
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MATEO BOX, JUAN. Castillos de la provincia de Alicante: 6. Elche / Juan Mateo Box. Alicante : Banco de Alicante, 1986
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Análisis histórico-artístico I.
Edad Media
La ciudad de Elche queda bajo el dominio musulmán, y con ello se traslada a las cercanías del cauce del río Vinalopó. Esta zona en la que se instala la ciudad musulmana se conoce como la Vila Murada, construida a finales del siglo X durante el califato de Omeya, abandonando la antigua Illici romana que estaba situada en la actual Alcudia. Otra unidad urbana independiente estaba formada en el año 1243 como arrabal cristiano, en las afueras de la muralla. Fue tras el tratado de Almizra de 1244, cuando tras el reparto del reino de Murcia entre las coronas de Castilla y Aragón, Elche entró a formar parte de la conquista castellana y con ello fue constituido el señorío de Elche. Posteriormente, después de la rebelión musulmana del año 1265 y tras la conquista del sur de la provincia de Alicante por Jaime II de Aragón en 1296, en el año 1305 se firma el Tratado de Elche, quedado este bajo el Reino de Valencia. Por tanto, a continuación de la conquista cristiana y el traslado de la población musulmana a la zona del Raval, se accede a la construcción de un alcázar para reforzar el poder defensivo, en este edificio de pequeñas dimensiones que se encontraba en la zona fronteriza de Elche y en un lugar militarmente estratégico. Ha sido posible reconstruir el plano de la muralla de la villa gracias a las fuentes y los restos que hoy en día también se conservan. Tenía aproximadamente un perímetro de 1420 pasos, y estaba formada por un foso y una barbacana, además de contar con un total de treinta y dos torres. Las construcciones que han llegado hasta nosotros hoy, que formaban parte de la muralla, son el Alcázar de la Señoría y la Torre de la Calahorra. Sin embargo, es difícil determinar cuándo data exactamente el edificio debido a las grandes modificaciones que en él se han realizado a lo largo de los años, y de las escasas referencias que nos han llegado, pero podemos especular que los elementos constructivos más antiguos pertenecen al siglo X. La parte más
ALBERTY, CHARLES. Imagen de la Torre del Homenaje, 1931. Procedente del Archivo Loty, propiedad del Ministerio de Cultura desde el año 2002
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antigua del monumento arquitectónico se sitúa en el primer cuerpo de la torre y el basamento de los muros Norte, Este y Sur, que fueron realizados en técnica de tapial, por lo que se les relaciona con algunas torres de lugares próximos a la Villa, como son las torres de Villena, Biar, Bañeres, Novelda… construidas a fines del siglo XII y principios del XIII, lo que además es constatado a través de la similitud del diseño de la escalera del primer cuerpo de la Torre del Homenaje con la torre Mocha de Novelda.
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II.
Edad Moderna
Esta época abarca los siglos XVI y XVII, durante los cuales se desarrollarán distintos conflictos sociales. Con la llegada de la familia de los Cárdenas, y con sucesivas reformas posteriores, cuando los elementos arquitectónicos de este edificio que se convirtió en alcázar, comenzaron a hacerse imperceptibles. Debió llevar a cabo el proyecto el Duque Gutiérres de Cárdenas cuando invadió en el año 1481 la Villa de Elche, haciéndose con el viejo alcázar y la Calahorra. Posteriormente, se daría la instalación en tierras ilicitanas por parte de Jordi de Cárdenas entre el año 1609 y el 1611, mientras intentaba recomponer una dificultosa situación económica y de debilidad política en la que se encontraba la ciudad de Elche debido a la expulsión de los moriscos y la infracción y resistencia señorial. A partir de entonces se puede llevar a cabo el estudio de una segunda fase en la construcción del edificio, convertido en la primera mitad del siglo XVI en castillo señorial gótico. Esta fase se realizó a través de una construcción compuesta por muros de de mampostería en los rellenos y sillería encadenada en las esquinas, formando un polígono irregular con torreones redondos sobresalientes en las esquinas, y una gran torre cuadrangular situada en uno de los lados centrales del recinto, con decoraciones defensivas, como por ejemplo la corsera que concluye lo alto de la torre, troneras de cruz o escudos ilustres que hacen referencia a la familia Cárdenas como forma de firmar la obra. Este nuevo diseño podría haber sido influenciado por el castillo de la Atalaya de Villena, debido a las similitudes de las obras. Tras la subida al mandato de Jaime de Cárdenas, hermano de Jordi de Cárdenas, estallan una sucesión de conflictos entre la villa y la institución señorial que acabaron en sentencia de juicio para una reversión a la Corona en 1697. Sin embargo, no nos ha quedado nada de la reforma interior de lo que fue el Palacio de Cárdenas, debido a un proceso de transformación palaciego que se inició en el castillo a partir del siglo XVIII. Aun así, gracias a descripciones subsistentes de algunas crónicas, podemos pensar que el conjunto arquitectónico giraba en torno a un patio con construcciones de dos alturas en los lados Norte, Este y Oeste. El comienzo del siglo XVIII se ve afectado, en gran medida, por la abolición de los Fueros de 1707, creándose también el personaje de alcalde Mayor que será elegido por el señorío. Pero será en los próximos años de la década de los treinta, cuando la oposición de la Villa vuelva a surgir y renazcan algunos conflictos mientras que, por otra parte, un crecimiento económico derivado de la agricultura y el comercio con Alicante, crea nuevas fortunas que desembocarán en la crisis de los años sesenta, en la que los burgueses pedirán la ley de libre comercio. En el año 1764, el duque de los Arcos decidió arreglar el antiguo alcázar, y en el año 1780 pasó a formar parte de las 6
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pertenencias del Marqués de Altamira, como así marca el gran escudo nobiliario que introdujo en la fachada del palacio. Es en este periodo, de la segunda mitad del siglo XVIII, es cuando el palacio toma una imagen barroca, debido a las reformas de éstos dos últimos personajes influyentes en el señorío ilicitano. Así pues, la fachada principal, situada en el sur del castillo junto a la Torre del Homenaje, toma un aspecto primitivo barroco con rejas y barandillas de hierro forjado, al igual que las zonas del palacio marcadas por ménsulas y las otras zonas con escasos diseños decorativos.
Imagen del Palacio de Altamira, Cátedra de Pedro Ibarra.
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III. Edad Contemporánea Con posterioridad a la Constitución de 1812 y la pérdida de los derechos señoriales que ella sacramenta, los últimos señores de Elche, conocidos como Marqueses de Altamira, hicieron venta de todos sus bienes, entre los que se encontraba el Palacio de Altamira, destinado posteriormente a convertirse lugar de fábrica de lonas, cárcel, etc. En el siglo XIX, Elche obtuvo el título de Ciudad durante el reinado de Amadeo I, en el año 1871. Además se produjeron grandes acontecimientos como el de la industrialización de telas locales gracias a la importación del telar mecánico, y la llegada del ferrocarril. Ello abrió camino a una nueva autarquía formada por fabricantes de alpargatas y tejidos, que posteriormente darían paso a la fabricación del calzado desde comienzos del siglo XX, con lo que la ciudad tomó fama. Con ello, también se crearon entidades financieras y las primeras Sociedades de Socorros Mutuos Obreros, así como la Agrupación local del PSOE y del sindicato de la UGT. Por otra parte, el siglo XX se presenta con grandes conflictos que desembocarán en constantes enfrentamientos políticos y sociales, creando graves situaciones de crisis económicas. A pesar de todo, surge la figura de un famoso arqueólogo español proveniente de la ciudad de Elche. Se trata de Alejandro Ramos Folqués, quien realizó grandes aportaciones como la clasificación de la cerámica ibera y de la escultura, y el estudio de la estratigrafía del yacimiento histórico de La Alcudia, donde se encontraron restos de la cultura íbera que aquí habitó. Además fue director de Excavaciones en este sector.
Patio interior del Palacio, con las instalaciones modernas del proyecto de Bru Serrano, y el nuevo pavimento.
Imagen de Ramos Folqués en su escritorio de trabajo.
Todo ello le llevó a la creación del Museo Arqueológico y de Historia de Elche, en el año 1940, declarado monumento histórico artístico nacional en el año 1962. En el año 1982 fue desplazado al Palacio de Altamira, del cual se habilitó una parte para la ejecución del proyecto que se encargó al arquitecto Antonio Bru Serrano, respetando los elementos más importantes del edificio. El mismo arquitecto, llevó a cabo una rehabilitación total del edificio en el año 2003, para que 8
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pudiese acoger gran parte del emplazamiento del MAHE2. El proyecto se basó en la incursión de una serie de módulos y estructuras interiores que albergasen las dependencias del Museo, para no dañar el edificio ni realizar construcciones sobre éste, incluyéndose una restauración de los restos del antiguo palacio para poder adaptar el recinto a la finalidad del proyecto. El resultado fue una mezcla de restauración arqueológica de los elementos originales con inclusión de obra moderna, como por ejemplo una enorme cubierta situada a lo largo de la muralla Oeste. También se propuso la pavimentación del patio interior, y la remodelación de la Torre del Homenaje, donde se planificó la realización de una sala que Imagen de la fachada principal del Edificio donde se puede observar la Torre del Homenaje y la ya restaurada Casa del Gobernador
pudiese albergar a la Dama de Elche.
Además, se restauran y dejan visibles los restos de la muralla excavados tres años antes de la puesta en marcha del proyecto, pertenecientes al siglo XI, y la puerta original de la fortificación, que se encontraba al lado del cauce del río Vinalopó. También se decide restaurar la Casa del Gobernador que está acoplada a la fachada principal del edificio, con el fin de darle un uso administrativo. Unido al palacio, se proyecta un sótano de 3000 m de superficie, que sumado a la superficie del Palacio de Altamira, el museo posee una cantidad total de 7000 m 2. Estas construcciones albergan también salas de restauración, conservación y almacenaje, así como de biblioteca, de actividades didácticas y de exposiciones. 3 En definitiva, lo que hoy nos encontramos cuando acudimos al emplazamiento donde se encuentra el alcázar o palacio histórico, es un monumento que ha sido intervenido a lo largo de los años mediante actuaciones agresivas, dejando parte de cada historia en limitados lugares del edificio. Y así fue, hasta que desde finales del siglo XIX comienza a surgir la idea de Patrimonio y
Imagen del conjunto del Museo, en la que se muestra el acceso a las instalaciones moderas subterráneas, y el acceso al Palacio.
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MAHE. El MAHE : vaciado de noticias aparecidas en prensa (mayo 2006-abril 2007) [Elche] : s.n., [2007]
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MACIÀ, GASPAR. El 'nuevo' Palacio de Altamira, futuro Museo de la Ciudad de Elche, conjuga arqueología y modernidad. La Verdad, 08/12/2004.
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bien cultural, que trata de proteger aquello de lo que nos queda testimonio físico, para preservar la historia de situaciones temporales y complejas. Desde entonces, las obras que se realizaron en el edificio son rehabilitaciones en las que se restauran las fachadas, llevando a cabo un restauro crítico y un restauro conservativo, y se habilitan los espacios internos para darles un uso moderno, mediante estructuras contemporáneas que no dañen el monumento, realizando a la vez una adaptación y actualización del edificio.
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Referencias Bibliográficas -
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MACIÀ, GASPAR. El 'nuevo' Palacio de Altamira, futuro Museo de la Ciudad de Elche, conjuga arqueología y modernidad. La Verdad, 08/12/2004.
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RAMOS FOLQUÉS, ALEJANDRO. Historia de Elche. Ediciones Picher.
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