LA SANTERÍA: UN DESAFÍO PARA NUESTRA FE

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Nº120 Año XII EDICIÓN

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Cambiar al mundo Este mundo está lleno de reformadores que no han empezado siquiera a reformarse a si mismos. Pág. 3

FAMILIA>> Los nuevos niños de la calle Pág. 4 / RELIGIÓN>> Compendio Catecismo de la Iglesia Católica “Creo en la Comunión de los Santos” Pág.7

LA SANTERÍA: UN DESAFÍO PARA NUESTRA FE Cada día es más frecuente en nuestro país la práctica de la santería. Ante esta situación consideramos oportuno hacer varias citas del libro recién editado del padre Rafael Troconis: La Santería, Un desafío para nuestra fe, con la finalidad de informar brevemente sobre estas creencias y recomendar la lectura completa de esta obra (1). En este libro el padre Rafael Troconis pretende dar a conocer las creencias y prácticas fundamentales de la santería y las analiza desde el punto de vista de la fe católica. Ello permite descubrir la absoluta incompatibilidad entre las creencias católicas y la santería. Este aporte es fundamental en estos momentos en los cuales muchos católicos se confunden y piensan que es posible ser católico y santero a la vez. A continuación publicamos la Introducción del libro y el Anexo 1. Introducción Una noche, al salir de la Iglesia parroquial, observé que una persona, toda vestida de blanco, ingresaba al templo. La detuve y le pregunté qué hacía allí, y me contestó que venía a participar en la charla pre-bautismal. Agregó que era el padrino de una criatura que habría de ser bautizada el sábado siguiente. Obviamente esta persona practicaba la santería, por lo cual me sentí en la obligación de explicarle que no podía ser padrino de un niño que iba a ser bautizado en la religión católica. El padrino asume la misión de ayudar a los padres en la educación cristiana del bautizado; por tanto, mal podía ser padrino habiendo cambiado su religión. El hombre se molestó y me dijo que él era católico, que había sido bautizado, había hecho la primera comunión y había sido confirmado tiempo atrás. Una vez más intenté hacerle entender que, al haberse iniciado en la santería, había abandonado a Jesucristo, y que esa religión era incompatible con la nuestra. No hubo acuerdo, por lo cual juzgué que debía hablar con los padres del niño. Les pedí que buscaran a otro padrino, cosa que aceptaron. El problema fue resuelto satisfactoriamente. En otras ocasiones me he visto envuelto en situaciones de esta índole. Por supuesto todas han sido más o menos desagradables, ya que las personas que practican esta religión aducen que son católicos, y piensan que se actúa injustamente, cuando no se

les permite a ellos o a sus hijos el acceso a los sacramentos. Seguramente alguno de ustedes habrá pasado por experiencias más o menos similares. La santería se está extendiendo rápidamente. Se está haciendo cada vez más popular. Tienen éxito en todos los estratos de la población. … Muchas personas acuden a la santería para buscar progreso económico, éxito en los estudios o en el deporte, salud, amor, para protegerse de diversos peligros y hasta para protegerse de la policía y de los malandros (según el interesado sea malandro o policía). La santería es una religión que mezcla elementos cristianos con creencias y ritos de la religión que practicaban las tribus yorubas que fueron traídas a América desde el África ecuatorial por comerciantes de esclavos en el siglo XVIII: bastantes autores opinan que se trata de sincretismo religioso, y lo es, ya que esta creencia combina elementos de la religión católica con otros de la religión yoruba. Sin embargo, hay que dejar claro que la mezcla es muy desigual, ya que en la santería prevalecen las creencias y ritos de los yorubas, hasta el punto de poder decir que los elementos cristianos son, en realidad, un simple ropaje, carente de valor, que cubre lo que realmente subyace: una religión típicamente animista que profesa la existencia de una serie de espíritus, llamados orishas, que personifican las fuerzas ocultas de la naturaleza, a los cuales se acude con el fin de alcanzar protección contra los enemigos, obtener beneficios diversos (amor, poder, dinero, salud, etc.) y atacar a aquellos que agredan a quienes se suman a esas creencias. La santería incluye la práctica de una serie de ritos mágicos mediante los cuales se pretende alcanzar los objetivos antes mencionados. Todo esto contradice el núcleo de nuestra fe, ya que nosotros creemos que “ …hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también , que se entregó a sí mismo como rescate por todos” (1 Tim 2,5-6). El error fundamental de la santería consiste en la afirmación de que la vida de los hombres está gobernada por una serie de espíritus, llamados orishas o santos (aquí hay una clara muestra del sincretismo

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CONSEJO EDITORIAL: Luis Felipe Capriles Ma. Denisse Fanianos de Capriles Alfredo Gorrochotegui Martell Luisana Graterón de Bethencourt Gabriel Gutiérrez Vera IMPRIME: Organización Gráficas Capriles C.A.

PUBLICACIÓN MENSUAL PRODUCIDA POR:

PREMIO MONSEÑOR PELLÍN

DISEÑO E ILUSTRACIONES: Gerónimo Guevara CONTACTOS: www.venezuelaentrelineas.com [email protected]

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religioso al cual hacíamos mención) a los cuales hay que venerar y acudir. La mediación salvadora de Cristo desaparece por completo. ANEXO 1: LA SANTERÍA EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS 1)¿Qué es la santería? Es una religión de origen africano, traída en tiempos de la Colonia, la cual se caracteriza por el culto o adoración a espíritus llamados orichas, que se han identificado con imágenes de santos católicos. De allí el nombre de santería. 2)Es decir, que ellos creen en nuestros santos, ¿No? Eso es lo que parece a primera vista. Pero no es así. Los espíritus venerados por los yorubas (pueblo africano proveniente de Nigeria y traído a América en condición de esclavitud) fueron identificados con las imágenes de los santos de la religión católica. De allí el hecho de que haya gente que piense que ellos veneran a los santos igual que nosotros y que no hay inconveniente en ser católico y santero. 3)¿Me puede dar ejemplos? Sí. Ellos identifican la imagen de Santa Bárbara, mártir cristiana del siglo IV después de Cristo, con Changó, espíritu del fuego, del trueno y del relámpago entre los yorubas. La imagen del Santo Niño Jesús de Atocha representa otro oricha llamado Elegguá, un espíritu protector que abre y cierra todas las puertas. La imagen de San Lázaro representa a Babalú Ayé, espíritu que siempre según los santeros, cuida a los enfermos. La imagen de San José representa a un espíritu llamado por los yorubas Aganyú. La Virgen del Carmen representa a Dada; la Virgen de la Merced a Obtalá; Nuestra Señora de Regla a Yemayá. Y así podríamos poner muchos ejemplos. 4)¿Entonces la santería no tiene nada que ver con nuestra religión? No. Las similitudes son solamente externas. Nosotros creemos que los santos (los nuestros, los verdaderos) fueron personas de carne y hueso como nosotros, que se esforzaron por imitar a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y así llegaron al cielo. Ellos son un modelo de vida cristiana e interceden ante el Señor para que nos ayude, pero nada más. Los orichas de la santería nada tienen que ver con nuestros santos. Por eso es mejor no llamarlos santos sino orichas. Así no hay confusión. 5)¿Es verdad que en la santería se practica la magia o brujería? Sí, es cierto. La magia o brujería se define como todo rito practicado para obtener favores o protección de fuerzas ocultas y hasta para causar daños a personas. Un buen cristiano no acude nunca a fuerzas ocultas porque lo espera todo de Dios. La actitud cristiana justa ante el futuro y ante lo que se desconoce consiste en entregarse con confianza en las manos de la Providencia divina y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. No debemos olvidar que Dios es como un Padre bueno que cuida de nosotros (Cf. Mt 6, 25-34). 6)¿Me puede poner un ejemplo de cómo en la santería se practica la brujería? Sí. En la santería se practican sacrificios de animales (sobre todo de gallinas y chivos), adivinación con caracoles mediante la tabla de Ifá, uso de collares y pulseras denominados ildés (lo cual es pecado de superstición), maleficios y otros ritos mágicos para obtener salud, dinero, amor, etc. Por cierto, lamentablemente hay personas que usan los ildés para protegerse (especialmente uno de cuentas amarillas y verdes llamado “mano de Orunla”). Es un gran error. Esos collares y pulseras representan a los espíritus de la religión según los colores que tengan. Usarlos equivale a ponerse bajo la protección de alguno de los orichas y renunciar a Jesucristo. 7)¿Y estas cosas están prohibidas por Dios? Desde luego que sí. La Biblia dice lo siguiente: “Cuando entres en la tierra que te da el Señor tu Dios, no imites las

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costumbres abominables de esas naciones. Nadie entre los tuyos practicará la adivinación, la brujería o la hechicería; hará conjuros, practicará el espiritismo o consultará los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al Señor” (Dt 18, 10-12). En la santería se practican estas cosas, especialmente la adivinación y la magia o brujería. 8)¿Es verdad que los santeros se consagran a los orichas o santos? Sí, lo hacen. En una ceremonia especial y después de un tiempo de preparación invocan a estos espíritus para que uno de ellos baje sobre la persona y tome posesión de ella. Es lo que se denomina “hacerse el santo”. A partir de ese momento la persona se considera hija de Changó, Elegguá, Ocún, Yemayá, Obtalá o cualquiera de los orichas que hayan tomado posesión de ella. 9)¿Eso está bien? No, para nada. Es un gran pecado. Es permitir que un demonio tome posesión de la persona que se hace santera. Es como renunciar a nuestro bautismo, y a lo que significa en nuestra vida: por él nos hicimos hijos de Dios, hermanos y discípulos de Jesucristo. “Hacerse un santo” es renunciar a Jesucristo para ponerse bajo la protección de esos espíritus, que, hay que decirlo, son demonios. 10)¿Por qué dice usted que son demonios? Los santeros dicen que ellos creen en Dios y que invocan esos espíritus para cosas buenas y no para cosas malas? Estos espíritus causan daños tremendos. Yo he visto a Changó y a otros espíritus de la santería ( Yemayá, Obatalá, Chankpana, Oggún, Ochún, etc.) poseer una persona después de haber sido objeto de un maleficio y complacerse en el sufrimiento físico que le causaban. Les he oído decir que querían llevársela al infierno. Un espíritu bueno nunca haría eso a nadie. Los demonios sí. 11) ¿Entonces un santero puede hacerle daño a una persona mediante maleficios? Cuando uno reza, comulga y se confiesa con frecuencia y cumple con los demás deberes cristianos no tiene nada que temer. Más bien esos espíritus le temen. 12)¿Podemos participar en una fiesta de la santería como la de Santa Bárbara el cuatro de Diciembre o en otras fiestas o ritos? No. Un católico, un cristiano, ha puesto toda su confianza en Jesucristo, a quien considera su Señor y Salvador. Participar en esas fiestas es también un gran pecado. La Biblia dice que los cristianos “no pueden beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios, no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios” (1 Cor 10, 21-22). Participar en un culto santero es participar de la mesa de los demonios. Es entrar en comunión con los demonios (Cf. 1 Cor 10, 20). Es por tanto, un gran pecado. En estas fiestas se invoca a estos espíritus que bajan sobre las personas que se prestan para tal aberración. Un cristiano no debería hacer esto jamás. 13)¿Entonces un cristiano no puede ser santero? ¡Por supuesto que no! Si un cristiano se hiciese santero se habría apartado de la Verdad, y habría caído en la esclavitud del error. Jesucristo dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino es a través de mí” (Jn 14,6). Sólo por medio de Jesucristo que habita y actúa en la Iglesia alcanzamos la salvación. Practicar la santería es apartarse de la Verdad que es Jesucristo. Más aún, es renegar de Él, y es poner en peligro la propia salvación. (1) Troconis, Rafael: La Santería: Un desafío para nuestra fe, Ediciones San Pablo, Caracas, 2008. www.sanpablo.org.ve, [email protected], [email protected]

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Cambiar al mundo Este mundo está lleno de reformadores que no han empezado siquiera a reformarse a si mismos Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio de la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escuchar sus voces, aunque más por curiosidad que por interés. Y el profeta ponía toda su alma en sus voces, exigiendo el cambio de las costumbres. Pero, según pasaban los días, eran menos cada vez los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar de vida. Pero el profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escuchar sus voces. Mas el profeta seguía gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días. Y el profeta seguía gritando. Y nadie le escuchaba. Al fin, alguien se acercó y le preguntó: “¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?” “Sigo gritando -dijo el profeta- porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí”. La moraleja de esta fábula me parece bastante simple y muy necesaria. No se debe trabajar porque esperemos que se va a conseguir un fruto, sino ante todo porque es nuestro deber, porque creemos en lo que estamos diciendo. Como es lógico, todo el que proclama una idea lo hace para que esa idea penetre en sus oyentes; pero el que se desanima porque sus pensamientos no son oídos o seguidos, es que no tiene suficiente fe en lo que piensa y en lo que hace. La utilidad, el puro fruto, no puede ser la única finalidad de nuestras acciones. Y, sobre todo, si esos frutos se esperan de inmediato, se está uno ya preparando al desaliento. Cambiar el mundo, por lo demás, es cosa muy difícil. Casi imposible, y en todo caso, el sembrador no suele llegar a ver el fruto de su siembra, porque en el mundo son rápidos los cambios de las modas, de todo lo accidental, mientras que los corazones cambian con freno y a veces con marchas atrás y adelante. Esto lo puede entender cualquiera que contemple con ojos agudos qué lentamente cambia su corazón, cuánto nos cuesta a todos evolucionar, qué despacio nos crece dentro la madurez y la paz del alma. Pero todo esto no encadena ni al verdadero profeta ni al auténtico trabajador. Porque no se es ni auténtico ni verdadero si no se tiene terquedad y paciencia. Pero tal vez lo que quiero expresar quede más claro si añado una segunda fábula, tomada ésta de un viejo libro de narraciones árabes. Cuentan que el viejo sufí Bayacid decía a sus discípulos: «Cuando yo era joven, era revolucionario, y mi oración consistía en decirle a Dios: "Dame

fuerzas para cambiar el mundo". Pero más tarde, a medida que me fui haciendo adulto, me di cuenta de que no había cambiado ni una sola alma. Entonces mi oración empezó a ser: " Señor, dame la gracia de transformar a los que estén en contacto conmigo, aunque sólo sea a mi familia". Y, ahora, que soy viejo, empiezo a entender lo estúpido que he sido. Y mi única oración es ésta: "Señor, dame la gracia de cambiarme a mi mismo". Y pienso que si yo hubiera orado así desde el principio, no habría malgastado mi vida». Esta segunda fábula no necesita, me parece, comentario. Tal vez, reafirmación. Porque este mundo está lleno de reformadores que no han empezado siquiera a reformarse a si mismos. ¿Cómo ser pacifista si no se respira paz? ¿Cómo hablar de la libertad si no se es espiritualmente libre? ¿Cómo predicar el amor si no se ama? ¿Qué sentido tiene exigir la justicia con palabras agresivas e injustas? ¿Cómo esperar respeto de los hijos si no se les respeta? ¿Cómo exigir a los padres cuando no se es exigente consigo mismo? Yo me temo que muchas de nuestras peticiones de cambio del mundo no sean sino una coartada para esquivar nuestro fracaso a la hora de cambiarnos a nosotros mismos y que un alto porcentaje de las acusaciones que hacemos a los demás no sean otra cosa que un autoengaño para no mirarnos en el espejo de nuestra propia deshonestidad. Porque, además, el único modo de que cambiemos a los que nos rodean es conseguir que nuestro cambio irradie. Un hombre en paz consigo mismo no necesita hablar de la alegría, porque le saldrá por todas sus palabras. Un ser humano con verdadera fe en sus ideas las predicará sin abrir los labios, simplemente viviendo. Está bien, claro, preocuparse por la marcha del mundo. Siempre que no sea una coartada para dispensarnos de cultivar nuestro propio jardín. Porque el día que nuestro jardín mejore, ya habrá empezado a mejorar el mundo. José Luis Martín Descalzo / Catholic.net

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Los Nuevos Niños de la Calle Hace poco una amiga vivió una historia que me obliga hoy a escribir un artículo para despertar la conciencia de muchos padres quienes, quizás por ignorancia, no saben lo que le están haciendo a sus hijos. Y también para despertar la conciencia de muchos padres que sí están cumpliendo con su misión y pueden ayudar a otros. He aquí la historia: El hijo de mi amiga de 13 años celebró su cumpleaños con una reunión. La invitación aclaraba perfectamente la hora de llegada y la hora de salida. Hora: 4 p.m. a 9 p.m. Comienzan a llegar los niños y las niñas, entre 12 y 13 años, y de repente se daña el timbre de la casa. Ante esa situación mi amiga se queda en la ventana observando la llegada de los invitados para poder abrirles. Gran parte de los padres y/o madres se bajaban con sus hijos, se presentaban, y preguntaban algunas cosas para saber dónde los estaban dejando. Otros, esperaban dentro del carro que le abrieran la puerta al niño y saludaban. En eso, cuenta ella, llega un carro deportivo de lujo y deja a un niño y a una niña fuera de la casa y arranca a millón sin saber si les abrieron o no la puerta. La madre del cumpleañero abre, y nota un aspecto extraño en la muchacha y le pregunta si el niño es su hermano. Ella le dice que sí y los hace pasar pensando que su hijo invitó personas conocidas. Pasa la reunión, muy amena, y mi amiga observa que la niña está sola en una esquina con “su hermano” viendo, con ojos de recelo, a las otras niñas quienes conversaban entre ellas. Son las 9:30 y todos los invitados se han ido a excepción de esta niña y su amigo (quien resulta que luego se enteran que no es su hermano). Son las 10 p.m, las 10:30, las 11 y nadie responde por estos muchachos. Ella llama a su mamá y ésta le contesta que no la puede buscar porque está con su novio. Ya a las 11:30 p.m. el padre del cumpleañero, bien preocupado, llama a la tía de la niña para decirle que alguien tiene que recogerla. La tía accede, luego de inventar un montón de excusas, y recoge a la niña y los lleva a otra

fiesta (a las 12 p.m.) que la niña le indica en el momento de montarse en el carro. Al conversar con su hijo dicha situación, nuestra amiga se entera que a esa niña él la conoció “chateando” y dos días antes de la fiesta ella le dice que quiere suicidarse porque se siente culpable del divorcio de sus padres. Su hijo, por compasión, la invita a la fiesta. Luego él mismo se da cuenta del grave error que cometió,

le pide perdón a sus padres y le agradece a Dios el que no haya pasado nada peor. Muchas madres hemos sabido de casos espeluznantes sobre Internet: pornografía infantil, sectas satánicas, cuentos de chateo que terminan en violaciones o asesinatos, etc. Este caso no es tan grave como otros, pero si nos deja la lección de que muchos niños y niñas de clases sociales altas y medias están viviendo en medio de crisis familiares, de soledades, de abandonos, de domésticas, de televisión, de Internet, etc. Estos “nuevos niños de la calle”, como yo los llamo ahora, están viviendo sin familia, sin padres ni madres, sin Amor. Y por supuesto, sin una visión sobrenatural que les haga entender su misión en esta vida y cómo deben recorrer el camino en esta tierra para alcanzar la verdadera felicidad. Muchos piensan que por tener una gran casa, unos buenos carros, estudiar en un buen colegio, tener mucha ropa de moda y muchos equipos tecnológicos, los niños están protegidos de todo y tienen la felicidad garantizada. Y resulta que eso es absolutamente falso. Y lo vemos día a día, cuando conocemos personas humildes y desprendidas de lo material que están educando a sus hijos adecuadamente, porque entienden que lo primero para que un niño sea feliz es trabajar en la siembra de valores humanos y cristianos en ellos. Y para sembrar valores humanos y cristianos lo primero que tienen que hacer los padres es dar ejemplo de vida virtuosa e íntegra. Y para poderles dar ese ejemplo tienen que darles tiempo, para que los vean, para que los escuchen, para que les hablen, para que compartan sus penas y alegrías con ellos. En fin, no me canso

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de repetir que “hay que dedicar tiempo” para cumplir con la misión de educar hombres y mujeres de bien. Un tiempo de cantidad y de calidad, que este último se logra por medio de la formación para que seamos mejores padres. Hoy en día los padres disponemos de miles de herramientas (libros, cursos, etc.) que pueden ayudarnos en la ardua labor que tenemos por delante. “Uno de los grandes dramas de nuestra época estriba en que ya no somos capaces de hallar tiempo los unos para los otros, de estar presentes los unos ante los otros. Y eso causa numerosas heridas. Tantos niños encerrados en sí mismos y decepcionados, dolidos porque los padres no saben dedicarles gratuitamente algunos momentos de vez en cuando, sin hacer otra cosa que estar con el hijo. Se ocupan de él, pero siempre haciendo otras cosas o absortos en sus preocupaciones, sin estar verdaderamente “con él”, sin poner el corazón a su disposición. El niño lo siente y sufre. Indudablemente si aprendemos a dar nuestro tiempo a Dios, seremos capaces de encontrar tiempo para ocuparnos de los otros. Estando atentos a Dios, aprenderemos a estar atentos a los demás” (1). Recientemente (3 de marzo de 2008) apareció publicado en El Universal un artículo cuyo título era “La agenda de los padres debe incluir tiempo para sus hijos”. En dicho artículo la periodista Giuliana Chiappe entrevista a la psicóloga clínica, especialista en relaciones familiares, Aury Tovar quien dice que “la calidad importa, ciertamente. Pero la cantidad, también. Los niños necesitan pasar tiempo con sus padres”. Esta psicóloga explica que los hijos aprenden de los modelos y que solos no pueden aprender técnicas para ser niños exitosos, entendiendo este concepto como el punto de convergencia entre las tareas de vida completadas, las oportunidades que se presentan y la habilidad de cada persona para sacarle provecho. Aquel consuelo de que no importa la cantidad del tiempo que se pase con los niños, sino la calidad se derrumba con la experiencia. Lo ve en consulta. La buscan indolentes, no estudian y son rebeldes. "Cuando reviso la situación, me encuentro que los adultos pasan todo el tiempo trabajando. Sí importa la cantidad de tiempo que se comparte en familia. Y por eso, es importante planificar e incluir en la agenda, tiempo de calidad para los hijos, que incluya diversión, acompañamiento y creatividad".

Los padres, al decir de Tovar, deben ser facilitadores de esta educación eficiente y exitosa, buscando hacerlos chicos autogestionarios (que planifiquen por sí mismos), independientes y responsables, asumiendo las consecuencias de sus actos. Asegura que no se puede esperar que los niños lleguen solos al éxito pues necesitan la guía adulta.

A veces unas palabras dichas en su momento y de manera apropiada pueden salvar la vida a muchos niños y jóvenes que hoy están sufriendo una barbaridad Algunos dirán que es imposible pasar tiempo con los hijos porque la situación económica los ahoga y tienen que trabajar. Hay casos que realmente son necesarios que tanto el padre como la madre trabajen todo el día para poder subsistir. Pero hay muchos casos en los cuales se puede bajar el nivel de gastos en cosas superfluas como ropa, viajes, carros, etc. O sea, ganar menos, vivir más sobriamente, pero dedicarles más tiempo a los hijos. Hace más de un año muchos padres vimos asombrados el asesinato en masa que cometió un joven en la Universidad de Virginia Tech. Cuando en CNN entrevistaron a un psicólogo y le preguntaron la causa de ese hecho, el especialista, entre otras cosas, dijo que el problema era que en Estados Unidos y muchos países del “Primer Mundo” estaba desapareciendo la figura tradicional de la familia. Esa familia donde los padres estaban pendientes de sus hijos y no solamente de su trabajo. Esa familia donde comían todos juntos alrededor de una mesa y compartían las cosas del día a día. Esa familia que tenía un solo televisor y tenían que ceder en sus gustos y preferencias a la hora de ver un programa. Ante cada frase que ese hombre decía a mí se me erizaba la piel. No era un sacerdote quien estaba hablando. Era un especialista en psicología infantil y juvenil quien decía lo que decía. Habló, además, que la sociedad actual fomenta la soledad. “Desde niños ya tienen TV, computadora y video-

juegos en su cuarto y cada quien llega a su casa, agarra su comida chatarra y se mete en su cuarto a hacer no se sabe qué”. Hace poco nos contaron de una estudiante universitaria venezolana quien contó que ella le compró a su hijo un microondas y se lo puso en su cuarto para que no la molestara con el “tema de la comida” porque ella no tenía tiempo para cocinarle. ¿Cómo puede saber un padre y una madre lo que es su hijo y lo que hace si nunca tiene tiempo para estar con él, si pocas veces lo ha escuchado, si pocas veces ha hablado con él, si nunca tiene tiempo para compartir sus alegrías y sus tristezas?. Ya en los países del “Primer Mundo” se están dando cuenta del grave error que han cometido al restarle importancia al tema de vida familiar. ¿Es qué acaso no nos estamos dando cuenta que muy cerca de nosotros tenemos familias que no funcionan como familias; padres que no están cumpliendo con su principal misión que es educar a los hijos como personas íntegras; e hijos que están viviendo una pesadilla que puede terminar en droga, pornografía, depresión, alcoholismo, homosexualidad, suicidio, etc.?. Es importantísimo que las familias estemos alertas ante esta situación e influyamos positivamente a nuestro alrededor cuando veamos una situación irregular en nuestro entorno. A veces unas palabras dichas en su momento y de manera apropiada pueden salvar la vida a muchos niños y jóvenes que hoy están sufriendo una barbaridad. Una vez me enviaron un mail con la imagen de la Rosa Mística llorando sangre y el mensaje decía que la Virgen lloraba sangre por la situación política del país. Yo creo que la Virgen no llora sangre por eso. Ella y Jesucristo están llorando sangre por todos estos niños, niñas y jóvenes que están viviendo la peor de las pesadillas. La pesadilla de no saber lo que es el Amor; de no saber quiénes son y cuál es el fin de su vida, porque nadie se los ha dicho; y de no tener un ejemplo a quien imitar, un Norte a donde ir. Ayudemos a estos “nuevos niños de la calle”. Yo estoy segura que todo el que lea este artículo conoce por lo menos a uno. Ma Denisse Fanianos de Capriles (1) Jacques Philippe: Tiempo para Dios, Ediciones Rialp, 2005.

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Líder homosexual sorprende a sus militantes:

"El SIDA es una enfermedad nuestra"

En una conferencia pública, Matt Foreman, director ejecutivo saliente de la "National Gay and Lesbian Task Force" (NGLTF), una de las organizaciones de presión homosexual más influyentes y agresivas de Estados Unidos, paralizó a sus seguidores y partidarios al confesar que la conducta homosexual es la principal causa de la transmisión del virus del SIDA. Al hablar sobre el tema del SIDA en su discurso de despedida, ante una audiencia compuesta por miembros y simpatizantes de la NGLTF, Foreman se refirió a las cifras oficiales de las autoridades de salud en Estados Unidos, que han dado la alarma sobre un incremento de la transmisión del SIDA. "Internamente, cuando se publican estos números, la comunidad homosexual establecida parece encogerse de hombros colectivamente, como si éste no fuera nuestro problema", dijo Foreman. "Señores: siendo homosexual o bisexual el 70 por ciento de las personas en este país que viven con el VIH, no podemos negar que el VIH es una enfermedad homosexual. Tenemos que aceptar y darle la cara a este hecho", agregó el activista, para el asombro de sus seguidores. Las declaraciones de Foreman, silenciadas mayoritariamente por la prensa secular, se suman a las que un año atrás realizó Lorri Jean, Directora Ejecutiva del "Centro Homosexual y Lésbico"

de Los Angeles (California), también dirigiéndose a un grupo de militantes: "El VIH es una enfermedad homosexual. Acéptenlo. Pónganle punto final". Diversas organizaciones pro-vida y pro-familia invitaron recientemente a Foreman y otros activistas homosexuales a superar diferencias ideológicas y unirse en una campaña para ayudar a los homosexuales a aceptar lo que las estadísticas de salud evidencian en Estados Unidos: que el SIDA está transmitiéndose mayoritariamente a través de actos homosexuales. Las cifras de salud también han demostrado que la difusión de una nueva mutación del mortal estafilococo dorado, se está produciendo casi exclusivamente entre homosexuales. "La única medida eficaz para prevenir la difusión de ambas enfermedades es el cambio en el estilo de vida de los homosexuales", ha señalado Matt Barber, directivo de Concerned Women of America, una de las organizaciones pro-familia no denominacionales que han pedido a los militantes homosexuales del país iniciar una campaña para cambiar sus hábitos sexuales. "Espero que esta admisión lleve a un cambio en las agendas liberales que vienen impulsando la aceptación, en vez de la corrección, del estilo de vida de los homosexuales militantes", señaló Barber. WASHINGTON D.C., 15 Feb. 08 / Aciprensa

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COMPENDIO CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

(Parte XVI)

«Creo en La Comunión de los Santos» “CREO EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS»

194. ¿Qué significa la expresión «comunión de los santos»? La expresión «comunión de los santos» indica, ante todo, la común participación de

200. ¿Cómo se perdonan los pecados?

todos los miembros de la Iglesia en las cosas santas (sancta): la fe, los sacramentos,

El primero y principal sacramento para el perdón de los pecados es el Bautismo. Para

en particular en la Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la

los pecados cometidos después del Bautismo, Cristo instituyó el sacramento de la

comunión está la caridad que «no busca su propio interés» (1 Co 13, 5), sino que

Reconciliación o Penitencia, por medio del cual el bautizado se reconcilia con Dios y con

impulsa a los fieles a «poner todo en común» (Hch 4, 32), incluso los propios bienes

la Iglesia.

materiales, para el servicio de los más pobres. 195. ¿Qué otra significación tiene la expresión «comunión de los santos»? La expresión «comunión de los santos» designa también la comunión entre las personas santas (sancti), es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se

201. ¿Por qué la Iglesia tiene el poder de perdonar los pecados? La Iglesia tiene la misión y el poder de perdonar los pecados porque el mismo Cristo se lo ha dado: «Recibid el Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23). «CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE»

purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya de la

202. ¿Qué se indica con el término «carne» y cuál es su importancia?

gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en Cristo una sola

El término «carne» designa al hombre en su condición de debilidad y mortalidad. «La

familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.

carne es soporte de la salvación» (Tertuliano). En efecto, creemos en Dios que es el

María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia

Creador de la carne; creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos

196. ¿En qué sentido la Bienaventurada Virgen María es Madre de la Iglesia?

en la resurrección de la carne, perfección de la Creación y de la redención de la carne.

La Bienaventurada Virgen María es Madre de la Iglesia en el orden de la gracia,

203. ¿Qué significa la expresión «resurrección de la carne»?

porque ha dado a luz a Jesús, el Hijo de Dios, Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia. Jesús,

La expresión «resurrección de la carne» significa que el estado definitivo del hombre

agonizante en la cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: «Ahí tienes a

no será solamente el alma espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros

tu madre» (Jn 19, 27).

cuerpos mortales un día volverán a tener vida.

197. ¿Cómo ayuda la Virgen María a la Iglesia?

204. ¿Qué relación existe entre la resurrección de Cristo y la nuestra?

Después de la Ascensión de su Hijo, la Virgen María ayudó con su oración a los

Así como Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos y vive para

comienzos de la Iglesia. Incluso tras su Asunción al cielo, ella continúa intercediendo por

siempre, así también Él resucitará a todos en el último día, con un cuerpo incorruptible:

sus hijos, siendo para todos un modelo de fe y de caridad y ejerciendo sobre ellos un

«los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal,

influjo salvífico, que mana de la sobreabundancia de los méritos de Cristo. Los fieles ven

para la condenación» (Jn 5, 29).

en María una imagen y un anticipo de la resurrección que les espera, y la invocan como

205. ¿Qué sucede con la muerte a nuestro cuerpo y a nuestra alma?

abogada, auxiliadora, socorro y mediadora.

Con la muerte, que es separación del alma y del cuerpo, éste cae en la corrupción,

198. ¿Qué tipo de culto se rinde a la Virgen María?

mientras el alma, que es inmortal, va al encuentro del juicio de Dios y espera volverse

A la Virgen María se le rinde un culto singular, que se diferencia esencialmente del

a unir al cuerpo, cuando éste resurja transformado en la segunda venida del Señor.

culto de adoración, que se rinde sólo a la Santísima Trinidad. Este culto de especial

Comprender cómo tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de nuestra

veneración encuentra su particular expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la

imaginación y entendimiento.

Madre de Dios y en la oración mariana, como el santo Rosario, compendio de todo el

206. ¿Qué significa morir en Cristo Jesús?

Evangelio.

Morir en Cristo Jesús significa morir en gracia de Dios, sin pecado mortal. Así el

199. ¿De qué modo la Virgen María es icono escatológico de la Iglesia?

creyente en Cristo, siguiendo su ejemplo, puede transformar la propia muerte en un acto

Contemplando a María, la toda santa, ya glorificada en cuerpo y alma, la Iglesia ve

de obediencia y de amor al Padre. «Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con Él,

en ella lo que la propia Iglesia está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en

también viviremos con Él» (2 Tm 2, 11).

la patria celestial. El Compendio de Catecismo de la Iglesia Católica se consigue en la red de librerías San Pablo y Paulinas en todo el país.

Nuestros Viejitos Padres héroes y madres heroínas del hogar. Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos. Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo, protesta bajito y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza. La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada. ¿Qué hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro? Envejecieron … Nuestros padres envejecieron. Nadie nos había preparado para eso. Un bello día ellos pierden la compostura, se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías “bobas”. Tienen muchos kilómetros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan. Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llego el momento de los, de ser cuidados y mimados por nosotros. No hacen más planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibió. Tienen manchas en la piel. De repente están tristes. Mas no están caducos: están caducos los hijos, que rechazan aceptar el ciclo de la vida.

Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están con el control de la situación. Están frágiles y un poco olvidadisos, tienen ese derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energía de una locomotora. No admitimos sus flaquezas, su tristeza . Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles si se equivocan con el celular u otro electrónico, y encima no tenemos paciencia para oir por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido. En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el pasar de los años, simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza, la confianza de que serían indestructibles, como los super héroes. Provocamos discusiones inútiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue. Nuestra intolerancia solo puede ser miedo. Miedo de perderlos, y miedo de perdernos, miedo de también dejar de ser lúcidos y joviales. Con nuestros enojos, solo provocamos más tristeza a aquellos que un día solo procuraron darnos alegría.

¿Por qué no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? Cuantas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y midiendo fiebres!!!. Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus remedios, y al pelear con ellos los dejamos llorando, tal cual criaturas que fuimos un día. El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida, pero es difícil aceptar las etapas de los otros… Mas cuando los otros fueron nuestros pilares, aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían con sus brazos abiertos y que ahora están dando señales de que un día irán a partir sin nosotros. Hagamos por ellos hoy lo mejor, lo máximo que podemos para que mañana cuando ellos ya no estén más … y podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra. Al final, nuestros héroes de ayer …. Serán nuestros héroes eternamente. Martha Madeiros

Buenas Líneas Un saludo a todos los que hacen posible “entrelíneas”: Desde el Colegio S. José de Calasanz (Urdaneta. Av. Circunvalación. Catia), queremos agradecerles por su publicación, además de manifestarles nuestro interés por conseguirla. Especialmente los profesores y el departamento de Pastoral y de Orientación, estamos muy interesados en su publicación para poder trabajarla con todos los equipos, padres y alumnos. Felicitaciones por su publicación. Atentamente. P. Alberto Sola (Coordinador de Pastoral colegial)

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