Las medidas correctoras como estrategia de prevención

Las medidas correctoras como estrategia de prevención Alfredo Knörr de las Heras Eko Ingeniería Acústica S.L. HOJA 1: Buenos días, soy Alfredo Knörr,

16 downloads 39 Views 190KB Size

Recommend Stories


LAS ITS COMO ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN. Componente pasado de moda?
Conclusiones LAS ITS COMO ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN ¿Componente pasado de moda? ANGOLA: DPS Benguela e MdM 1 ÍNDICE DE LA PRESENTACION Conclusiones

El fundraising en las universidades como estrategia de sostenibilidad futura
JORNADAS PHILANTHROPY AND FUNDRAISING IN YOUNG EUROPEAN UNIVERSITIES (UPF, 7 de abril de 2016 ) El fundraising en las universidades como estrategia d

EL LÍDER VISIONARIO COMO ESTRATEGIA PARA LAS ORGANIZACIONES MODERNAS
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín Decanato de Investigación y Postgrado Centro de Investigación de Ciencias Administrativas y Gerenciales

1-MCP como estrategia de conservación
poscosecha POSCOSECHA s Fabián Guillén Profesor Titular. Área Tecnología de Alimentos. Escuela Politécnica Superior de Orihuela. Universidad Miguel H

Story Transcript

Las medidas correctoras como estrategia de prevención Alfredo Knörr de las Heras Eko Ingeniería Acústica S.L.

HOJA 1: Buenos días, soy Alfredo Knörr, de la empresa Eko Ingeniería Acústica y pretendo transmitirles en la próxima media hora la importancia de la prevención a la hora de abordar la problemática del ruido. Por otra parte, también pretendo exponerles los límites del estado actual de la técnica de tratamiento de ruido.

HOJA 2: NO SE ASUSTEN CON ESTAS DEFINICIONES TAN LARGAS. Evidentemente no se pretende que la Administración - Ayuntamiento en este caso - sea el gran controlador y máximo especialista en acústica. No es su tarea inicialmente, pero sí que debe marcar unas pautas de actuación muy definidas que luego sea capaz de controlar. Quiero remarcar especialmente que cada vez más, la técnica preventiva está influyendo en todas las facetas de nuestra vida. Desde la medicina con ejemplos exitosos de todos sabidos, hasta el mantenimiento industrial predictivo, pasando por la prevención de accidentes laborales, han conseguido avances espectaculares en este campo. Podríamos decir que la política anterior era la de solucionar problemas a posteriori, en muchos casos poniendo parches y remiendos, y la política actual es más de prevención y diseño previo adelantándose a los problemas potenciales. De todas formas, es evidente que todo no se puede prever; pero tampoco podemos escudarnos en decir que todos los problemas son nuevos y no podemos adelantarnos a ellos. Lo que está claro es que la práctica mayoría de los casos se repiten con ligeras variaciones, con lo cual vamos a tener una gran ventaja a la hora de abordar el problema. Los ruidos que se producen en Alicante van a ser muy similares a los de Burgos. Vamos a comenzar por las fases de implantación de las medidas correctoras:

HOJA 3: Para hacer frente a cualquier problema lo primero de todo es conocer sus diferentes manifestaciones, aunque a veces se dice que lo primero es saber que existe ese problema. Puede parecer una perogrullada pero hay ayuntamientos que dicen no tener problemas de ruidos, cuando los tienen muy graves y simplemente los ignoran. Pasar de puntillas por los problemas intentando no verlos no los solucionan. Creo que este congreso es un claro ejemplo muy positivo de concienciación. Pero obviemos esto.

217

Rara vez el problema es único o singular. Por tanto, debemos conocer las distintas formas en que vamos a abordarlo. No todos los casos de ruidos son similares y tienen el mismo tratamiento. No es lo mismo –por ejemplo- un caso de ruido industrial que un problema de ruido vecinal. A los trabajadores de esa industria podemos ponerles protectores auditivos pero a los vecinos evidentemente no. Igualmente- y quizás sea éste el aspecto más importante -, debemos conocer la naturaleza del ruido a tratar. Un ruido de impacto o estructural tiene un tratamiento en principio distinto de un ruido aéreo. hay muchos casos – y supongo que alguno de ustedes también – de normativas autonómicas o municipales que exigen aislamientos a ruido aéreo a actividades puramente de impacto. Por ejemplo salas de compresores que no tienen soleras flotantes porque no se las ha exigido la administración, y sin embargo tienen aislamientos costosísimos de paredes y techos a ruido aéreo que no solucionan el problema. No nos gusta en acústica hablar de porcentajes, ya que la escala como muchos de ustedes sabrán es logarítmica, pero para que me entiendan más fácilmente, más del 90% del ruido transmitido por maquinaria del tipo compresores o bombas de agua es por vía estructural o de impacto. Otro ejemplo muy común, son los pavimentos de supermercados como caso típico de ruido de impacto sin solera flotante, que suelen hacer las delicias de los vecinos. Por tanto, vemos la necesidad de adecuar lo exigido al problema real. El ruido localizado es también distinto de uno generalizado. Un aeropuerto tendrá por ejemplo una solución distinta de un foco único como un compresor en plena calle, al cual le bastaría con un cabinado. Podríamos tener también en cuenta otros factores como horarios en los que se produce el ruido, cercanía a otras fuentes, periodicidad de esos ruidos, etc. De cualquier forma tampoco es conveniente intentar abarcar demasiado si los medios no son suficientes.

HOJA 4: Después de conocer los distintos casos, entramos en la fase de Clasificación. A pesar de que la naturaleza del ruido sea distinta, las actividades sí que presentan analogías claras. Así, por ejemplo, los bares son un grupo muy homogéneo entre sí, pero claramente diferenciados de un supermercado o una fundición. Por tanto, para simplificar actuaciones y lo que se va a exigir, es conveniente clasificar los diferentes elementos según su actividad natural. La segunda parte es –sobre lo estudiado en la hoja anterior sobre la naturaleza de las fuentes del ruido a trataradelantarse a los hechos e intentar saber con lo que nos vamos a encontrar. Qué niveles sonoros tiene la fuente emisora. Qué horario tiene dicha fuente, dónde se encuentra, etc.

218

En muchos casos, los niveles de emisión serán establecidos por mediciones previas o por las memorias de los proyectos de la actividad. Este es por ejemplo el caso de los ruidos producidos por maquinaria industrial. Cada vez más los fabricantes de maquinaria incluyen como datos técnicos la potencia acústica de la fuente o el nivel sonoro en unas condiciones determinadas. Estos datos son de gran ayuda para conocer los niveles globales de emisión que –repito- suelen ser responsabilidad del redactor del proyecto. En otros casos, los niveles de emisión vendrán impuestos. Es decir, será la propia normativa la que contemple esos niveles de presión sonora. En la mayoría de las administraciones se establecen unos niveles máximos para las actividades de hostelería. Por ejemplo, en los bares se suelen establecer unos niveles de emisión musical de 80 a 90 dB(A), para los pubs y disco bares se suben estos límites a 90-100 dB(A) y para discotecas los niveles superan los 100 dB(A). No es conveniente confundir estos criterios de actividades que no tienen unos niveles predefinidos con los que sí los tienen. Como ejemplo voy a citar la situación anterior a los años 80 en los que para cualquier actividad se dejaba libertad de presentar el nivel sonoro que se deseara. Como máximo se definía cuales eran los niveles máximos en el receptor que se quería proteger, tal como viviendas. De esta forma se llegaba a situaciones como la de encontrarse con proyectos de insonorización realizados para una emisión interior en un bar o pub de 75 dB(A), llegando a la conclusión de que no era necesaria insonorización alguna, al contar el edificio con 45 dB(A) de aislamiento. Es evidente que el nivel de 75 dB(A) presentado era irreal, ya que una simple conversación entre dos personas supera ese nivel sin necesidad de equipo musical alguno. Por tanto el problema era de falta de rigor al establecer los niveles de emisión o dejar libertad absoluta para ello. Hay que ser realistas al establecer dichos niveles. Para todo esto es necesario contar con una Normativa o marco legal de soporte. ¿ Cómo debe ser este soporte?.

HOJA 5: Primero tiene que ser claro. Las Normativas ambiguas o con apartados mal definidos generan imprecisiones a la hora de su evaluación y no hacen sino agrandar el problema. Como ejemplo, aquí en el País Vasco tenemos una ley de ruido, que es el Decreto 171/85 (ya con 20 años a sus espaldas) que establece en uno de sus apartados que no se debe superar X dB(A) en valores máximos en punta. Este parámetro no está definido en ningún lugar y queda a criterio de quien realice la medición o de quien lo evalúe. ¿A qué se refiere?. ¿Al valor máximo de presión sonora en Fast? . ¿Al de Slow?. ¿Al impulso?. Todo está ya inventado, hay parámetros de sobra para definir las medidas de nivel de presión sonora tanto permanentes como transitorias, aislamiento a ruido aéreo, índices de aislamiento a ruido de impacto, existencia de tonos puros, medida de vibraciones, etc. No hay que reinventar la rueda, ni romperse la cabeza buscando solucionar las excepciones. Hay que aprovechar la normalización de parámetros. Incluso les diré más - y posiblemente se lo repetiré varias veces en esta charla- hay normativas municipales excelentes, muy bien desarrolladas, que son copiadas literalmente por ciudades vecinas dado su buen grado de definición. Perdamos el miedo a admitir que el vecino tiene buenas cosas. Lo que a mi modo de ver no tiene sentido – por poner un ejemplo- , es que en una comunidad pequeña como la nuestra tengamos más de 20 normativas de ruido distintas, con lo que eso conlleva de desorganización e incluso agravio comparativo. Se ha llegado al extremo de tener que decir a un vecino que el ruido que soporta es legal, pero que si viviera a 300 metros estaría fuera de normativa. A quien corresponda, pido desde aquí una normalización de marcos legales.

219

Segundo: tiene que estar bien definida. En otras palabras, tiene que pedir datos objetivamente medibles. Gracias a Dios, han pasado los años en que sólo se pedían niveles en receptores sin especificar aislamientos mínimos. La famosa frase de “ se garantizará que no se sobrepasen los 30 dB(A) en vivienda de 22 horas a 8 horas, etc...” creemos que ha pasado a mejor vida, ya que de ninguna forma se puede garantizar unilateralmente el nivel en el receptor. Como se puede comprender, el nivel del receptor sólo se puede acotar si establecemos un nivel de emisión máximo y al mismo tiempo un nivel de aislamiento determinado. Para los casos de aislamiento requeridos, se tienen que especificar claramente los niveles de aislamiento a ruido aéreo y separadamente los de impacto, con sus normas de medición: UNE EN ISO 140 , ISO R-717, etc. Esto es fundamental, como decíamos en el apartado 2 de conocimiento del problema sobre la Naturaleza del sonido a tratar. Para una bolera por ejemplo, pediríamos un aislamiento a ruido de impacto superior al de un bar normal. Lo mismo pasaría con las diferentes zonas de un supermercado, que podría tener un aislamiento a ruido aéreo modesto pero con un alto grado de aislamiento a ruido de impacto en suelo, zona de tajos y cámara de compresores. Las normativas - que las hay, por ejemplo la ya famosa 171/85 del Gobierno Vasco– que no piden estos datos objetivamente medibles incurren en problemas serios de difícil solución. ¿Cómo evaluamos por ejemplo si un local antes de abrir cumple con los requisitos, si no le hemos pedido ese dato objetivo?. Y si después de abierto tiene problemas, ¿cómo obligar a los propietarios a adecuarse?. En un juicio en el que intervine como perito judicial todo esto se mostró de una forma casi cómica. Se trataba de un local que según la ley 171/85 debía tener un nivel de emisión de 90 dB(A) máximo y no debía transmitir más de 30 dB(A) a vivienda. En un momento dado, comenzaron a llegar las denuncias por ruido al Ayuntamiento. Después de varias mediciones por parte del Municipio, se llegó a la conclusión de que si se ponía – y cito textualmente- música de Julio Iglesias a 90 dB(A), en la vivienda no se alcanzaban los 30 dB(A) en Leq. Pero si se ponía música tipo bacalao -con una gran carga de sonidos graves- a 85 dB(A) solamente, ya se sobrepasaban los 30 dB(A) en dicha vivienda. Según el primer caso, el local cumplía con la normativa, pero no en el segundo. Para intentar solucionar el problema, se llamó a Diputación – por cortesía no mencionaré de donde- para que evaluaran el problema. Diputación midió el aislamiento del local ( un dato objetivo) pero que ciertamente no estaba descrito en la ley, con lo cual no lo podía exigir. Para colmo, las conclusiones de su informe terminaban con un impreciso – y cito literalmente- “el aislamiento del local es muy justo”. ¿Justo por arriba, justo por abajo?. Es evidente que no lo podía decir, ya que implícitamente no lo mencionaba en su normativa. Aquí vemos el clásico caso de quedar atrapados en nuestras propias redes por falta de definición. Tercer requisito: Debe ser escueta. Nada de parrafadas de literatura tipo “ el ruido es un problema que nos incumbe a todos, y este municipio, fiel a su tradición , bla bla bla, “ . Reflejará los parámetros de medida y niveles permisibles con niveles de aislamiento requeridos según los grupos de actividad, y/o nivel de vibraciones. Es preferible que los requisitos numéricos vengan en forma de tabla para su mejor aplicación, aunque pueda haber una pequeña descripción al margen. Todo ello especificando la forma de medida y Norma (UNE , ISO, etc) a utilizar. Cuarto: Debe ser Realista. Los niveles requeridos deben encontrarse dentro de lo razonable, tanto por arriba como por abajo. No hay que olvidar que la normativa se hace para cumplirse. De nada sirve una normativa dura pero sin posibilidad de llevarse a cabo por falta de medios o por imposibilidad de medir todo aquello que se solicita. En la gran mayoría de los casos es preferible contar con una normativa digamos más permisiva pero aplicada con rigor, que una ley muy dura sin posibilidad de ser contrastada. Además, poner límites inalcanzables es normalmente sinónimo de eximir de su cumplimiento. Tampoco hay que engañarse. Un ejemplo claro son las discotecas. En algunas Normativas se establece la imposibilidad de sobrepasar los 100 e incluso los 95 dB(A) como tope de emisión en dichos establecimientos. Hoy por hoy, esto no se está cumpliendo. Me alegro mucho de la intervención anterior de Vicente Pizcueta al cual conocí hace un mes y me sorprendió con sus acciones novedosas para ofrecernos una visión distinta desde la Asociación de Hostelería Responsable. Pero sigo creyendo que hoy mismo esa corriente no es la mayoritaria. Ojalá me equivoque. Pero mientras tanto, debemos pensar que los niveles reales de discoteca hoy en día rondan y sobrepasan los 105 dB(A). Con estos niveles y la tremenda carga de graves que manejan, es muy difícil -por no decir imposible- crear sistemas de insonorización adecuados en determinados locales directamente bajo viviendas. Por tanto, lo más adecuado es dar soluciones complementarias para conseguir atenuar estos efectos. Sacar estos locales de sitios conflictivos técnicamente es una de las respuestas factibles, localizándolos en edificios singulares, de servicios o centros comerciales. Y ahora viene la última y definitiva fase: el CONTROL.

220

HOJA 6: Veamos qué pasa con todo lo anteriormente expuesto y cómo se lleva a cabo su cumplimiento. Primero, de acuerdo al sistema o procedimiento, éste puede realizarse de forma interna, es decir por la propia administración o de forma externa por empresa autorizada u homologada. Para que esto sea posible, lo más adecuado es que en la propia normativa se contemple este extremo de forma explícita. También hay que tener en cuenta si se va a realizar un seguimiento en la fase de ejecución del proyecto o solamente se va a controlar el final de éste. Algunas normativas preveen la realización de controles a la finalización de fases concretas para evitar males mayores a la finalización de las obras. Por ejemplo, se puede pedir un informe de aislamiento a ruido aéreo y de impacto a la terminación de la insonorización de una discoteca, antes incluso de la entrada de otros gremios, dado que el aislamiento acústico es la primera fase de la obra general. Si el aislamiento conseguido se encuentra por debajo de lo esperado, es el momento apropiado para acometer las reformas tendentes a mejorar dicho aislamiento. De no ser así, la solución una vez acabada la obra será mucho más complicada y costosa que si se realiza en esta fase. Para terminar con el punto de vista del procedimiento, debemos fijar si se va a realizar un seguimiento posterior a la puesta en marcha de la instalación o no. Podría darse el caso de estipular una serie de controles periódicos de ciertos parámetros, para saber si los datos establecidos en el proyecto inicial se siguen cumpliendo. Por ejemplo, se podría establecer una serie de controles periódicos a una industria para saber si sus datos de emisión sonora siguen estando dentro de los límites descritos en el proyecto. Igualmente se podría hacer con actividades como pubs y discotecas. De hecho, actualmente ya existe tecnología para poder monitorizar en tiempo real las emisiones sonoras. Esto se lleva a cabo mediante sonógrafos-registradores conectados vía modem con los ayuntamientos, que indican en todo momento el historial de la presión sonora durante los últimos meses y también la actual. Ello facilita enormemente la inspección de dichos locales incluso después de que se haya producido alguna incidencia. En cuanto a qué debemos controlar Para control de las emisiones - por ejemplo en una actividad industrial- nos referiremos a lo reflejado en el proyecto, de forma que podamos determinar las posibles diferencias entre lo realmente medido y lo previsto en memoria del proyecto. Para controlar los parámetros objetivamente medibles nos ajustaremos a lo estipulado en la Normativa. Por ejemplo para la medida de una solera flotante de un supermercado, mediríamos el Indice de aislamiento a ruido de impacto. Para terminar, y como prueba de la importancia de la fase de control, citaré cómo ha cambiado la situación desde los años 70-80 hasta ahora en este tema. Antes por ejemplo, se pedía la realización de un proyecto pormenorizado del aislamiento a llevar a cabo en ciertas actividades de hostelería. Este contemplaba detalladamente los materiales a utilizar, sus espesores, base de partida en el aislamiento, cálculos teóricos del aislamiento a conseguir, etc. Sin embargo, en la mayoría de los casos no existía el control final, con lo que se desvirtuaba todo el proceso. ¿ Qué se podía controlar por parte de la administración?. Realmente, ¿se podría inspeccionar si se habían colocado los materiales descritos en proyecto?. ¿ y qué decir de la puesta en obra?. ¿Tenía el ayuntamiento que involucrarse tanto para ver si se cumplían todos los requisitos del proyecto en fase de

221

ejecución?. Evidentemente no había muchas posibilidades de control con esta forma de actuación. Por tanto, la situación real en aquellos años era que los ingenieros, arquitectos y aparejadores nos hartábamos de hacer proyectos de insonorización, pero casi ninguno se llevaba a cabo, ya que las exigencias de la administración terminaban ahí- con la redacción del proyecto. Había pocas realizaciones prácticas de dichos proyectos, y los que se llevaban a cabo adolecían de falta de rigor. Unas veces era por una defectuosa puesta en obra. Otras por cambio de materiales o forma de ejecución. Algunas- y todo hay que decirlo- porque una vez salvado el trámite del proyecto, pasaban olímpicamente de hacer nada. Total, como solía decir el propietario: “ si yo no voy a meter mucho ruido. . . . . . ”. Por cierto, no conozco ningún elemento ruidoso que acepte desde el principio que lo es. Y para terminar, casi todas las veces, no existía una medición acústica final o por lo menos con el suficiente rigor. Ahora la situación es bien distinta. Se deja más libertad a la hora de presentar el proyecto, pero en cualquier caso, se exige un control final riguroso. Ahora realmente hacemos menos proyectos. Pero se hacen más tratamientos acústicos en general y con mucho mejor criterio. Los resultados, por supuesto, son infinitamente mejores. Pasemos ahora a evaluar la situación actual de los aislamientos acústicos.

HOJA 7 Como ya hemos visto, las exigencias por parte de la administración han ido creciendo paulatinamente. Tanto a nivel cuantitativo (se exige más aislamiento a ruido aéreo), como cualitativo (se ha pasado a solicitar aspectos que no se habían hecho antes, tal como atenuaciones concretas a soleras flotantes para ruido de impacto). En un primer estadio, eso creó desconfianza entre los insonorizadores, ya que la situación del desarrollo de materiales y sistemas para elevados aislamientos a ruido aéreo y sobre todo para ruido de impacto no estaba muy avanzada o los resultados existentes eran mediocres. Sin embargo, tal y como hemos visto con posterioridad, este efecto ha resultado positivo, ya que se han desarrollado sistemas y materiales con mayor capacidad de aislamiento. Aquí se ha producido un efecto curioso. Ahora se obtienen aislamientos a ruido aéreo como media unos 6 dB(A) más elevados con un precio final de ejecución incluso inferior al de hace 810 años. Como ven, siempre hablo de sistemas de insonorización. No nos gusta hablar solamente de materiales acústicos. Es evidente que se ha mejorado mucho en tecnología de materiales, pero lo que realmente insonoriza es el sistema completo. El mejor material acústico deja de serlo si tiene una mala puesta en obra. En el gráfico que están viendo vemos un ejemplo de cómo se ha evolucionado en esta materia. El gráfico de la izquierda representa un aislamiento típico de un bar a mediados de los 90. El aislamiento ronda los 60 dB(A) sobre un forjado normalizado de una vivienda típica. El gráfico de la derecha representa el aislamiento equivalente actual en las mismas condiciones, es decir, mismo espesor en paredes y techo e incluso mismo coste total de instalación. Se observa que el aislamiento medio es superior en más de 7 dB(A) al anterior. Bien es verdad que esto puede ocurrir en aislamientos digamos tipo medio, pero son más difíciles estas diferencias en aislamientos elevados, por ejemplo a partir de los 70 dB(A). Todavía más elocuente es lo que ha ocurrido con los materiales especiales a ruido de impacto. Aunque ya se ha hablado en jornadas anteriores sobre este tema, concretamente en la primera jornada por parte de D. Félix Pérez de la Universidad Politécnica de Cataluña, voy a describir desde mi experiencia la evolución de aplicaciones prácticas en soleras flotantes.

222

HOJA 8 La solución típica anterior – utilizada durante muchos años – era la construcción de soleras flotantes a base de panel de fibra mineral ( de lana de roca o vidrio ) y losa de hormigón. Esto arrojaba unos resultados de atenuación a ruido de impacto que rondaban los 13 a 17 dB(A) en el mejor de los casos. En el gráfico de la izquierda, ven el aislamiento real de dicho sistema en laboratorio ( que luego en obra siempre es ligeramente inferior). Ahora nos encontramos ya con materiales y métodos capaces de llegar a lo reflejado en la figura de la derecha. Vemos la gran diferencia entre ambos casos, especialmente en bajas y medias frecuencias. De forma global, obtenemos más de 30 dB(A) de atenuación adicional con el segundo sistema. Pero lo más importante, es que ya en 100 Hz contamos con más de 20 dB(A) de margen favorable. Eso significa que en la parte más conflictiva de producción de ruidos de impacto, que siempre se produce en bajas frecuencias, tenemos un elevado aislamiento. Los arrastres de mesas, sillas, impactos de objetos contra suelos y paredes, futbolines, billares, boleras e incluso los saltos de personas sobre pistas de baile, tienen un gran componente de ruido de baja frecuencia. Conviene resaltar que entre ambos sistemas no hay diferencia prácticamente en espesores utilizados y la diferencia de coste difiere tan sólo un 20 %. De todas formas, siguen existiendo límites a los aislamientos acústicos. Los 48,6 dB(A) de atenuación a ruido de impacto que hemos visto anteriormente son un valor muy elevado, pero son insuficientes todavía para atenuar una prensa en un taller o un bola cayendo al suelo en una bolera. Esperemos que esto vaya mejorándose con el paso del tiempo, pero es lo que tenemos actualmente. Lo mismo nos ocurre con el aislamiento a ruido aéreo.

HOJA 9 En este gráfico queda reflejado el aislamiento real obtenido en un edificio de viviendas con una discoteca en planta baja. Se podría decir que es un buen ejemplo de lo que se consigue actualmente bajo viviendas en situaciones típicas. El nivel alcanzado es muy bueno -77, 4 dB(A)-. Tanto, que podría estar cumpliendo con la mayoría de normativas municipales actuales. Sin embargo, podemos sacar algunas conclusiones. Observarán que emitiendo 109 dB(A) en ruido rosa, que es un ruido que tiene igual energía en toda las frecuencias, estamos en vivienda en casi 29 dB(A), valor que es claramente audible – el ruido de fondo está en 22 dB(A)-. Si tenemos en cuenta que la música de discoteca como ya hemos apuntado anteriormente tiene una carga de graves mucho mayor, obtendremos un valor superior en vivienda con igual emisión global. Explicándolo de otra forma,

223

como ven, el aislamiento en graves es muy inferior al de medios y agudos. Eso significa que con niveles por encima de 86 dB(A) en la frecuencia de tercio de octava de 100 Hz ( un bajo o bombo de batería) ya se están transmitiendo 30 dB(A) a vivienda. Estos valores de más de 85 dB(A) en graves son frecuentes en discotecas de hoy día. Es el clásico ejemplo de los vecinos que se quejan de los graves de la música de salas de fiestas. No hay solución mágica para esto. Estamos llegando a los límites de emisión real en este tipo de establecimientos. O se limitan las emisiones, o se establecen unas características diferenciadas para la ubicación de estos establecimientos. Hay que ser realistas y abordar el problema con valentía. La técnica, como hemos visto, ofrece soluciones factibles a una gran mayoría de casos, pero siempre quedarán excepciones. Además por otra parte, a medida que se van consiguiendo mayores logros, normalmente los usuarios cada vez quieren más. Es decir, casi nadie se conforma con lo que tiene, siempre se quiere avanzar paso más.

224

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.