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LA SAL DE LA TIERRA En las profundidades de la tierra está depositado, desde hace muchos cientos de millones de años, un tesoro: las sales de los mares originarios.

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LA SAL DE LA TIERRA SAL DE LA TIERRA Yacimientos. Importancia En las profundidades de la Tierra se acumulan, desde hace cientos de millones de años, las materias primas naturales: sal y potasa. Los orígenes de la vida, en la antigüedad se basan precisamente en la existencia de mares ricos en sales, y una parte de ese origen queda aún reflejada en nosotros; en nuestra sangre y en cada palpitación de nuestras células.

LA SAL ES VIDA La transmutación fisiológica de minerales y la nutrición La sal es el componente absolutamente necesario para la vida. Si andamos, saltamos, respiramos, cuando digerimos los alimentos, o cuando con nuestro corazón impulsamos la sangre a las venas, siempre precisamos la sal. Este mineral es imprescindible para nuestros pensamientos y prepara y dirige, en las proporciones exactas, nuestros fluidos vitales.

EL MAR PETRIFICADO El origen y los usos de la sal Desde hace más de 200 millones de años, existe un enorme mar interior: el mar petrificado. Él se ha evaporado totalmente, y no una sola vez, sino repetidas veces. Hoy se extrae con modernas técnicas y hasta a mil metros de profundidad, grandes cantidades de sal y potasio.

MIL CAMINOS PARA UN DIAMANTE Química y Productos Todos conocemos la sal en nuestra vida cotidiana y que va desde las “roscas saladas” hasta la sal que se usa en el lavavajillas. ¡Seguro!, pero es que, además, la sal tiene que ver absolutamente con todas las cosas que nos depara el mundo actual. Muchísimos productos, que usamos diariamente, tienen como base la sal o sus derivados.

EL ORO BLANCO Historia y Vías comerciales La sal está presente desde el comienzo de la cultura humana. Cuando los cazadores nómadas se hicieron sedentarios, se abandonó una gran parte de la alimentación de origen animal, y se sustituyó por frutos y productos agrícolas. Ya que las plantas contienen menos sal, los humanos se vieron forzados a establecerse en regiones cercanas a lugares donde pudieran encontrarla y ya, de paso, comerciar con ella.

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LA SAL DE LA TIERRA En las profundidades de la tierra está depositado, desde hace muchos cientos de millones de años, un tesoro: las sales de los mares originarios. Toda la vida de nuestra tierra procede de estos mares ricos en sales, y una parte de este origen la llevamos todos nosotros, todavía hoy, en la sangre, en cada célula pulsante; el núcleo de la vida es salado como el agua del que procede. Nuestra tierra, es un planeta viviente porque la sal, considerada oro blanco, está disponible en abundantes cantidades, de ello se ocupan los productores de sales.

En general, se explotan, en hasta mil quinientos metros de profundidad, sales y sales de potasio, minerales de los que depende nuestra sociedad moderna. La sal es una substancia básica muy importante para la industria. Es la base para miles de productos. Es irrenunciable en la Medicina y esencial para nuestra Agricultura moderna.

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SAL ES VIDA Y SALUD Aproximadamente un 70% del cuerpo humano es agua, pero no cualquier agua: es una solución salina. En el corazón comienza la sangre su viaje a través del cuerpo, lleva la sal y las sustancias marinas a todas las células del cuerpo. Pero, por medio de la fuerza osmótica de la sal, entran en la corriente sanguínea. Se podría decir que la presión osmótica refuerza las paredes arteriales. Esto impide que el líquido salga a las células exteriores. Por medio de la sangre también alcanzan los iones salinos las células nerviosas, y se depositan afuera junto a ellas. Así se produce el potencial de membrana (un diferencial de carga eléctrica) y de este modo la base para los impulsos nerviosos. La célula puede controlar el potencial de membrana y utilizarlo para enviar información. De éste modo el hombre puede pensar y actuar. Especialmente importantes son los iones salinos para el gobierno del agua, que primordialmente es controlado por los riñones. La sal liga a sí al agua con fuerza excepcional. Digamos que le pone la correa. Con ésta correa, el cuerpo determina la repartición del agua, controlando la concentración salina. Debido a ello, no se desecan las células. El agua llega a los lugares adecuados. Por ejemplo a la superficie de la piel, como sudor refrescante. Parece como que al cuerpo le va muy mal sin sal. ¿Es por eso que nos agotamos cuando hacemos deporte? ¿Por qué al sudar perdemos sales? ¿Cómo dependen entre sí Sal y Salud? Sal y Salud tienen una interdependencia entre sí de muy variadas formas y eso también se puede sentir en la realidad, por ejemplo cuando se camina al lado del mar, se inspira formalmente la sal, y al poco rato se siente como el pulmón se limpia, y uno se siente mucho mejor. O, por

ejemplo cogemos el de la piel, cuando nos bañamos en el mar, o también en solución salina concentrada en un balneario, donde se ofrece agua marina o salina, entonces se siente como se flexibiliza la piel, de forma muy diferente a lo que ocurre en agua dulce, donde se vuelve rugosa e hinchada.

¿Cómo funciona la sal con nuestros músculos? Cuando se tiene que reaccionar rápidamente, tienen que posibilitar a muchos músculos, exactamente en el momento justo, el movimiento adecuado, y eso tiene que ser dirigido desde el cerebro, con un sistema de señales, que funciona con enlaces de sodio. Sin enlaces de sodio, esto es sin sal, el cerebro no puede en absoluto hacer llegar sus informaciones a los músculos. ¿Y con el sudor? El sudor contiene una gran cantidad de sal. De 1 a 4 gr. por litro. El cuerpo produce sudor para mantener la temperatura constante, y de éste modo también pierde sal, y por ello necesita después ver como equilibra de nuevo la pérdida salina y también de agua.

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La Osmosis El secreto de por qué la sal atrae con tantas ganas al agua, es la carga eléctrica del agua y de los enlaces iónicos de la sal. La sal quiere, por encima de todo, disolverse, y precisamente en agua. Si es preciso, saca el agua de la fruta cuando ella misma, la sal, no puede penetrar en ella. Y a este proceso se le denomina ”Osmosis”. En los cuerpos vivos hay muchas paredes –membranas- que no son, sin más, permeables para la sal, sin embargo sí para el agua, y por eso, la sal actúa como una bomba que provoca una presión osmótica, cuando está más concentrada en un lado de la pared que en el otro. Por éste motivo, tienen las transfusiones, salvadoras de vidas, en los Hospitales, exactamente la misma concentración que la sangre humana, a la que han de ser transfundidas. Demasiada poca sal es dañino, y ¿qué pasa cuando la sal está en exceso? Con la sal parece que ocurre como con muchas cosas de la vida. Naturalmente que se puede exagerar, pero normalmente el cuerpo se las arregla muy bien con la sal: toma la que necesita, y la que es excesiva la elimina. Dificultades las tienen, por lo tanto, sólo algunas personas, con diferentes patologías, sobre todo, con riñones que ya no funcionan bien, o personas con un corazón muy débil, y después están, de las personas que teniendo una tensión arterial muy elevada, aquellas en las que la sal juega parte en ello. Esto se puede testar y cuidar, pero por lo

demás no hay motivo de preocupación. Mucho más importante es que se haga ejercicio y que la alimentación sea saludable y equilibrada. Nuestro día comienza con el desayuno: frutas, zumos, aceite de oliva virgen, cereales, pan, café, te, mermelada, queso, yogur. Después la necesidad diaria de minerales. Los minerales son absolutamente necesarios para la vida de nuestro cuerpo. La comida del mediodía también cubre una gran parte de nuestras necesidades de minerales, al ser variada y porque luego la sazonamos con el salero. Pero atención: la nutrición moderna cubre nuestra necesidad de minerales solamente entonces, cuando es equilibrada.

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EL MAR PETRIFICADO, EL ORIGEN Y LOS USOS DE LA SAL Hace más de 200 millones de años existía un gigantesco mar, el mar de Zechstein. Se evaporó totalmente y no solamente una vez, sino repetidas veces. Quedó atrás cal, yeso, arcilla y también las sales disueltas. Los minerales y piedras se depositaron muchas veces, en diferentes estratos. Hoy podemos aprovechar este tesoro del suelo como gema de roca y sal de potasio, aunque en parte está enterrado bajo gigantescas masas montañosas. El agua se evapora, pero las sales quedan. De ésta manera aumentó poco a poco su concentración en los mares, hasta como la conocemos hoy en día. Un método para hacerlo es tan genial como sencillo. Es suficiente llevarle de nuevo agua a la sal, y la sal cristalizada se disuelve y se convierte en salmuera. Cuando esta solución salina se evapora en su superficie, se queda la sal altamente purificada. Este método fue ya utilizado en la Edad Media. En nuestros días, la técnica moderna permite explotar también las capas de sal profundas de éste modo, con la ayuda de perforadoras. Se realiza un agujero hasta el depósito de la sal y se bombea agua corriente hacia la profundidad. Se produce una circulación de agua, y esta forma una cámara, una especie de cueva grande. El agua salina asciende de nuevo hacia la superficie, como salmuera concentrada. De estas cuevas en las macizas capas en la profundidad de la tierra, lo único que vemos en la superficie, es solamente éste pequeño agujero. Ya desde muy temprano aprendieron los humanos a utilizar, para su bien, los efectos de la evaporación de la sal. Por ello construyeron, y todavía hoy siguen construyendo balsas de sal en las que se capta la sal de las aguas marinas.

Para ello se precisa mucho sol y todavía más paciencia. En cuanto se ha evaporado el agua del mar se puede recolectar la sal cristalizada. Estas sales forman un requisito básico para muchos productos industriales. Precisamente porque son tan insustituibles, se consideran hoy como algo natural. Su importancia se ve sólo cuando escasean. • En las carreteras en el invierno, el conocerlo, salva muchas vidas. Sin la presencia de la sal, se derrumbaría el tráfico en los meses invernales. Sería inevitable que hubiera heridos y abolladuras. Desde el punto de vista ecológico y comercial, es la sal una substancia óptima para derretir el hielo. • También en el hogar es la sal una ayuda silenciosa pero imprescindible. Cada lavavajillas tiene un depósito para la sal que ablanda el agua, impide que haya depósitos de cal, y ahorra electricidad y otros preparados. El buen efecto que tiene éste pequeño depósito sólo se nota cuando está vacío. • Incontables productos que utilizamos a diario, tienen sal y sales potásicas como punto de partida. Cristal, plásticos, pinturas, incluso los productos de piel en el armario de la ropa y de los zapatos, a los que se les alarga la vida en la fábrica con sal. • Luego tenemos además el salero sobre nuestra mesa. Para la comida, naturalmente, la cantidad que se usa es sólo muy pequeña. • Si contamos también con la sal en los piensos, aún se le suma otro pequeño porcentaje más. • También les es vital la sal a los animales. • En la Agricultura, sin embargo, se utilizan cantidades mayores.

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MIL CAMINOS PARA UN DIAMANTE Todos conocemos la sal de nuestro día a día y eso va desde las pipas con sal hasta la sal en el lavavajillas. En realidad está relacionada con casi todas las cosas de nuestra vida actual. Echemos una mirada a todo aquello que nos faltaría, si no hubiera sal. Por ejemplo las pinturas o también el cristal, papel, cuero, PVC, plásticos y, por lo tanto, también los laminados. Todo ello está relacionado con los blancos cristales de la tierra. Muchísimos productos de nuestra vida diaria están basados en la sal y en sus componentes. Es un cristal notable, cuyas aristas forman ángulos rectos exactos. La sal de cocina, tal como nosotros la conocemos, está formada de dos elementos: el sodio y el cloro. En un cristal de sal, el ión sodio lleva carga eléctrica positiva y el de cloro negativa. Estas fuerzas de carga mantienen unido el cristal en su enrejado. Pero ¿quiénes son realmente los dos participantes de ésta unión que se muestra perfecta? En principio son escasos. En la naturaleza, casi nunca los encontramos en forma individual, la mayoría de las veces sólo así, como cristal de sal.

El sodio es un metal blando, en cambio el cloro un gas incoloro. Lo que los une es su extrema apetencia para reaccionar entre sí. Una rosa que sumergimos en cloro, palidece casi totalmente debido al gas. A quien quiera experimentar lo que ocurre con el sodio cuando se le deja sumergirse en agua totalmente normal, sí que necesita un equipo de protección. Pero si entran en contacto estos dos, sodio y cloro, entran en reacción inmediatamente, y una vez unidos, ya casi no es posible separarlos. Incluso cuando la sal se disuelve en agua, se separan los dos elementos sólo temporalmente. Aunque sí es verdad que la estructura cristalina es disuelta temporalmente por las moléculas con doble carga del agua (es decir bipolares), sin embargo, en cuanto se evapora el agua, la sal vuelve inmediatamente a cristalizarse. Entonces, si el sodio y el cloro son prácticamente inseparables, ¿cómo es que el cloro llega al agua de la piscina? Porque por disolución no puede ser, ya que no tiene sabor salado. El sodio y el cloro, lo mejor es separarlos por electrolisis. El cloruro sódico disuelto en el agua se descompone, a la fuerza, en sus dos componentes mediante mucha energía eléctrica. En nuestro ejemplo lo hacemos mediante una electrolisis diafragmática, porque, en este caso es una membrana separadora, la que hace que los productos finales no se vuelvan a unir de nuevo, ya que sino se produciría, a partir del cloro y el hidrógeno, el explosivo oxhídrico. Al final se obtiene sosa, hidrógeno y cloro.

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También la materia prima sosa surge en el proceso de la descomposición de la sal, y es muy utilizada por ejemplo para muchos colorantes o también para fabricación de vidrio. Con la sosa se puede eliminar el azufre del hierro de fundición, y es un componente indispensable de los mejores medios de lavado y limpieza. Y sin bicarbonato sódico, usado corrientemente en repostería para esponjar, lo que tenemos aquí sería un mazacote seco y duro. En la industria se utilizan hoy, sobre todo, otros dos procedimientos: electrolisis de amalgama y electrolisis de membrana. A partir de la substancia de origen, sal de cocina, o bien de sus componentes sodio y cloro, se logran incontables productos. Por ejemplo si hervimos virutas de madera en sosa, resulta celulosa, que es el primer escalón de la fabricación del papel. Mezclando grasa con la sosa se consigue jabón. La sosa sirve además, muy generalmente, como un buen neutralizante de acidez. Bien, ahora sobre el sodio ya conocemos cosas, pero sobre el cloro aún no hemos hablado prácticamente nada. Naturalmente el cloro no sólo se utiliza en las piscinas, también se utiliza para la producción de muchos plásticos, como por ejemplo en estos bomberos de juguete. Pero también los bomberos de verdad utilizan medios de extinción a base de cloro, por ejemplo para incendios de metales. El cloro también se utiliza para la elaboración de pinturas y también para las resistentes resinas epoxi, con las que se laquean barcos y automóviles.

A partir de estas materias primas se fabrica el polvo seco para extintores contra el fuego, e igualmente medicamentos. El árbol de la sal tiene muchas ramas. Si faltara la sal, muchas ramas industriales se paralizarían. Existen aún una gran cantidad de otros productos que se logran con y a partir de las sales, como por ejemplo la pintura. Si fuera a nombrarlas todas, no acabaría nunca.

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EL ORO BLANCO La sal no siempre fue tan asequible como lo es hoy en día.

Hace no demasiado tiempo, incluso la llamaban “oro blanco “, y era junto al dinero, una materia prima por la que se luchaba ardientemente. La sal está presente ya muy al principio de la cultura humana, y es por una causa muy sencilla. Cuando los cazadores nómadas se hicieron sedentarios, una gran parte de la alimentación, cuya base era la carne de los animales, fue sustituida por los frutos del campo. Pero ocurre sin embargo que éstos contienen muchísima menos sal que la carne animal. Esta diferencia los llevó a establecerse en las cercanías de yacimientos salinos, como lo demuestran las huellas, que hoy en día encontramos, de las colonizaciones tempranas.

En Europa, desde la Edad de Bronce, había explotaciones de sal. Los celtas, incluso las hacían a cielo abierto. Y ya los romanos hervían la piedra salina machacada, en agua, para así conseguir la codiciada sal. La sal se disuelve completamente en el agua, en contraposición a lo que ocurre con la piedra. De ésta forma ya se conseguía entonces la salmuera, que luego calentaban de nuevo en recipientes de barro. Se evaporaba el agua y la sal pura es la que se quedaba. En la Edad Media, en la zona de los Alpes, se amplió revolucionariamente la técnica: la lixiviación. Sencillamente el agua se introducía directamente dentro de la montaña y luego salía de nuevo como solución salina. A continuación podía ser recuperada en forma purificada, hirviéndola como ya hasta entonces lo habían hecho. Todavía hoy, en Alemania, los nombres de lugares que incluyen la palabra sal, como Salzburgo, o la palabra Hall (galería) en la alta Alemania central, como en Badreichenhall, recuerdan la gran trascendencia que la sal ya siempre tuvo.

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La sal de Lüneburg, y sales de otras procedencias, eran el producto de comercio más importante en la Edad Media. Se desarrolló una extensa infraestructura. Las mejores rutas eran las de la sal, sobre las que circulaban comerciantes de todo tipo. Los Gobernantes regionales cargaron aranceles sobre la utilización de las vías, -los equivalentes de los actuales peajes de las Autopistas-, y, con ello, repartieron fama y riqueza para las comarcas. Esto era, por ejemplo en Alemania del Norte las Hansastädte (ciudades hanseáticas) como Lüneburg y Lübeck, y en Alemania del Sur la zona de Bad-reichenhall. Las rutas de la sal estaban establecidas con una increíble precisión. ¿Por qué era eso así? Porque eran principalmente los ríos los que se podían utilizar, porque la sal era un producto a granel, un producto de enorme masa, que no se podía cargar a voluntad sobre sus carros, y además, cuando se iba sobre los caminos comarcales, entonces cada uno de los Señores y Príncipes de la comarca estaban muy interesados en que se hiciera por sus territorios, porque, con los impuestos y todas las

contribuciones se podía recolectar mucho dinero. La sal ha cambiado constantemente la Historia de Europa. Por ejemplo en el siglo XII, el obispo de Freising, Otto, controlaba el puente de Isa, sobre el que conducía la vía de la sal desde Salzburgo al rico Augsburgo. El peaje del puente y el mercado junto a estas vías de la sal le enriquecieron a él y al obispado. Esto no le gustó en absoluto al duque de Sachsen, Enrique el León. Su territorio estaba situado solamente un poco más al sur, pero a pesar de ésta cercanía el comercio de la sal no le beneficiaba. Por lo tanto el ambicioso León cortó por lo sano, hizo prender fuego al puente, construyó otro en su territorio y sencillamente desvió hacia él el negocio de la sal. Ahí, por encima del río Isa, nació una nueva y floreciente ciudad: Munich. “Dios nos guarde el pan y la sal” es lo que decían nuestros abuelos. Sólo fue tras el fin del monopolio territorial de la sal y del comienzo de su industrialización, que ésta se hizo tan asequible como lo es hoy en día.

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