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UNIDAD 4 NÚMERO DE SESIÓN 6/12
PLANIFICACIÓN DE SESIÓN DE APRENDIZAJE TÍTULO DE LA SESIÓN Recordando los pregones de Lima de antaño
APRENDIZAJES ESPERADOS COMPETENCIAS
CAPACIDADES Escucha activamente textos orales.
Comprende textos orales
INDICADORES diversos Toma apuntes mientras escucha de acuerdo con su propósito y el tipo de texto oral utilizando varios organizadores gráficos.
Recupera y organiza información de Expresa el contenido de un texto oral integrando diversos textos orales. información relevante y complementaria. Reflexiona sobre la forma, Opina con fundamentos acerca de las ideas, las contenido y contexto de los textos acciones y postura del texto escuchado. orales.
Se expresa oralmente
Expresa con claridad sus ideas.
Ordena sus ideas en torno a un tema específico a partir de sus saberes previos y fuentes de información, evitando contradicciones.
Complementa su texto oral con gestos, ademanes, visual, posturas corporales y Utiliza estratégicamente variados contacto desplazamientos adecuados a sus normas culturales. recursos expresivos. Interactúa con Se vincula con tradiciones literarias Justifica su elección de textos literarios a partir de las textos literarios mediante el diálogo intercultural. características de los personajes que presentan y el lenguaje empleado.
SECUENCIA DIDÁCTICA INICIO (15 minutos) (Explicitar lo que se trabajará en la sesión y generar conflicto cognitivo e interés) El docente da la bienvenida a los estudiantes. Se afirman los acuerdos de convivencia para el propósito de la sesión. El docente solicita la atención de los estudiantes para observar una presentación de dibujos en acuarela del pintor costumbrista Pancho Fierro.
Luego, presenta un afiche publicitario cuyo título dice “Entre pregones y décimas”. Se dialoga sobre lo observado y se comenta algunos datos de la vida de Pancho Fierro y la convocatoria de la Escuela Nacional Superior de Folklore “José María Arguedas” a un espectáculo de danza del folklore costeño. A continuación, se solicita la disposición de los estudiantes para escuchar el pregón de La picantera y El tamalero, una selección de Victoria Santa Cruz que se encuentra en el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=YRjhb8_x-ZA Al terminar la audición, el docente pregunta:¿ Qué te parecen los pregones? ¿Cuál de ellos te gustó más? ¿Por qué? ¿Actualmente aún se escuchan pregones? ¿Qué es un pregón? Los estudiantes comparten sus respuestas y el docente señala la importancia de los pregones como tradición limeña que es necesario conocer y forman parte de nuestro patrimonio cultural. Por ello, presenta la sesión Recordando los pregones de Lima de antaño y los aprendizajes que se esperan lograr. DESARROLLO (60 minutos) (Actividades de diverso tipo que lleven a desarrollar los desempeños esperados; debe especificar lo que deben hacer los docentes y los estudiantes ) El docente entrega a cada estudiante una copia de las páginas 72 y 73 tomadas del libro Lima y sus pregones, publicación de EDELNOR. También pueden acceder al texto en PDF en la siguiente dirección: http://www.edelnor.com.pe/Edelnor/ContenidoFileServer/Libro_Pregones_2010011206075754.pdf Se realiza una lectura dirigida del texto, con la participación de los estudiantes. Se les recuerda que el fragmento incluido de los pregones corresponde a la tradición peruana Con días y ollas venceremos de Ricardo Palma revisada en la primera sesión de esta unidad. Los estudiantes toman apuntes de las ideas que consideran más importantes. Luego se procede a leer el texto titulado Pregones de Lima, al rescate de una ciudad que ya no existe (Ver anexo 4). De igual forma, los estudiantes participan en la lectura oral párrafo por párrafo y el docente, mediante la técnica de exposición diálogo amplía la información y enfatiza la importancia de este bien inmaterial, que forma parte de nuestro patrimonio cultural. Los estudiantes emiten sus opiniones. Con la toma de apuntes de las ideas planteadas, los estudiantes elaboran un esquema creativo sobre Lima y sus pregones. Registran su esquema en el cuaderno de trabajo.
CIERRE (15 minutos) (actividad corta de diverso tipo) Los estudiantes vuelven a escuchar los pregones de la picantera y el tamalero, pero esta vez podrán visionar la letra y cantarla. De lo contrario, si solo se cuenta con el audio se entregará el texto que se consigna en los anexos 2 y 3 para interpretarla a dos voces. Se cierra la sesión con las preguntas de METACOGNICIÓN: ¿Qué aprendimos hoy? (competencia ,capacidades e indicadores) ¿Cómo lo aprendimos? ¿De qué nos sirven saber de la existencia de los pregones en Lima? ¿Qué debemos hacer para valorar las tradiciones limeñas como parte de nuestro patrimonio cultural? TAREA A TRABAJAR EN CASA ‐ Los estudiantes investigan sobre el significado de patrimonio cultural y la función que cumple el Ministerio de Cultura del Perú. Redactan un comentario sobre la importancia de valorar nuestro patrimonio cultural para entregar en la siguiente sesión. ‐ Seleccionan dos pregones (coplas) los que más le agraden para considerarlo como parte de la antología poética. Una variante podría ser la presentación del pregón en la sesión final con la respectiva recreación de Lima de antaño y el vestuario típico de la época.
MATERIALES O RECURSOS A UTILIZAR ‐ PC, equipo multimedia, parlantes ‐ Equipo de sonido ‐ Pizarra ‐ Plumones ‐ Mota ‐ Cuaderno de trabajo ‐ Lapiceros - Copias de textos seleccionados ANEXO 1 Audio del pregón LA PICANTERA Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=oS-7Fy4LJGM&list=PL07777A38F2B6842D
ANEXO 2 Texto del pregón LA PICANTERA LA PICANTERA
es que se comenta
Aquí está,
por donde voy
(aquí está)
"hay muchas picanteras
la picantera
pero ninguna como Leonor"
con su rico picante
Como la Leonor
Traigo charqui,
Como la Leonor,
camarones en ceviche,
muchas picanteras
traigo mote pelado
pero ninguna como Leonor
todo bien sazonado
Charqui, mote
Yo soy Leonor
y ceviche de pescado
y no hay nadie
todo lo que había
que guise como yo
ya se ha terminado
Es un gran negocio el picante
(¡Qué negra tan presumida 'e!)
volveré la semana entrante...
No, no es que yo sea,
Es un gran negocio el picante
negra presumida
(el picante)
es que se comenta
el picante, el rico picante
por donde voy
el picante
"hay muchas picanteras
(el picante)
pero ninguna como Leonor"
el picante, el rico picante
(Qué negra tan presumida 'e)
Ya se vá
(ya se va)
No, no es que yo sea,
La picantera
negra presumida
ANEXO 3
Texto del pregón LOS TAMALEROS
LOS TAMALEROS
Y a tres pesos
Tamales...
le hago tamales
el tamalero llegó
mas especiales
(la tamalera llegó)
(diga usté pa
el tamalero... ¡suave!
cuándo los quiere
que cumpliré)
casera, rico tamal,
tamalero suá...
tiene huevo y pichones
(y mani y aceitunas,
(casera rico tamal,
diga usté cuántos le traeré)
a medio y a un real,
quien me llama aquí
Además,
quien me llama acá
(son pura manteca
tamalero suá...)
son de masa exquisita
diga usté cuántos le traeré)
Y a dos pesos
le hago tamales
Mañana vendré
mas especiales
(ya mi venta terminé
(diga usté pa
vamo pue)
cuándo los quiere
dentro de un segundo la seguiré
que yo se los traeré)
mañana vendré...
ANEXO 4 EDELNOR (2006). Lima y sus pregones. Lima. Recuperado de: http://www.edelnor.com.pe/Edelnor/ContenidoFileServer/Libro_Pregones_2010011206075754.pdf
LOS PREGONES DE LIMA Nadie mejor que don Ricardo Palma para introducirnos en el significado de los pregones capitalinos y el orden que estos seguían en Lima. Ya lo dijo en su tradición “Con días y ollas venceremos”: “...hasta pocos años, los vendedores de Lima podían dar tema para un libro por la especialidad de sus pregones. Algo más. Casas había en que para saber la hora no se consultaba reloj, sino el pregón de los vendedores ambulantes. Lima ha ganado en civilización, pero se ha despoetizado, y día por día pierde todo lo que de original y típico tuvo en sus costumbres...”. Y continúa: “Yo he alcanzado esos tiempos en los que parece que, en Lima, la ocupación de los vecinos hubiera sido tener en continuo ejercicio los molinos de masticación, llamados dientes y muelas. Juzgue el lector por el siguiente cuadrito de cómo distribuían las horas en mi barrio, allá cuando yo andaba haciendo novillos por huertas y murallas, y muy distante de escribir tradiciones y dragonear de poeta, que es otra forma de matar el tiempo o hacer novillos. La lechera indicaba las seis de la mañana. La tisanera y la chichera de Terranova daban su pregón a las siete en punto. El bizcochero y la vendedora de leche‐vinagre, que gritaba “¡a la cuajadita!”, designaban las ocho, ni minuto más ni minuto menos. La vendedora de sanguito de ñajú y choncholíes marcaba las nueve, hora de canónigos. La tamalera era anuncio de las diez. A las once pasaban la melonera y la mulata del convento vendiendo ranfañote, cocada, bocado de rey, chancaquitas de cancha y de maní, y frejoles colados. A las doce aparecían el frutero de canasta llena y el proveedor de empanaditas de picadillo. La una era indefectiblemente señalada por el vendedor de ante con ante, la arrocera y el alfajorero. A las dos de la tarde la picaronera, el humitero y el de la rica causa de Trujillo atronaban con sus pregones. A las tres el melcochero, la turronera y el anticuchero o vendedor de bisteque en palito, clamoreaban con más puntualidad que la Marí‐Angola de la Catedral. A las cuatro gritaban la picantera y el de la piñita de nuez. A las cinco chillaban el jazminero, el de las caramanducas y el vendedor de flores de trapo, que gritaba: “¡Jardín, jardín! Muchacha, ¿no hueles?”. A las seis canturreaban el raicero y el galletero. A las siete de la noche pregonaban el caramelero, la mazamorrera y la champucera. A las ocho el heladero y el barquillero. Aun a las nueve de la noche, junto con el toque de cubrefuego, el animero o sacristán de la parroquia salía con capa colorada y farolito en mano pidiendo para las ánimas benditas del purgatorio o para la cera de Nuestro Amo. Este prójimo era el terror de los niños rebeldes para acostarse. Después de esa hora, era el sereno del barrio quien reemplazaba a los relojes ambulantes, cantando entre pitea y pitea: “¡Ave María Purísima! ¡Las diez han dado! ¡Viva el Perú, y sereno!”. Que eso sí, para los serenos de Lima, por mucho que el tiempo estuviese nublado o lluvioso, la consigna era declararlo ¡sereno! Y de sesenta en sesenta minutos se repetía el canto hasta el amanecer. Y hago caso omiso de innumerables pregones que se daban a una hora fija. ¡Ah, tiempos dichosos! Podía en ellos ostentarse por pura chamberinada un cronómetro; pero para saber con fijeza la hora en que uno vivía, ningún reloj más puntual que el pregón de los vendedores. Ese sí que no discrepaba pelo de segundo ni había para qué limpiarlo o enviarlo a la enfermería cada seis meses...”.
La Lima virreinal y la republicana, hasta la llegada del automóvil, era en efecto un permanente mercado público, y las ordenanzas municipales nada o muy poco pudieron hacer para poner algún orden en ese general desconcierto de voces. Ya desde el siglo XVI el ayuntamiento había emitido disposiciones que intentaban controlar el comercio ambulatorio, que por momentos impedía la cómoda circulación de los peatones, particularmente en los soportales de la Plaza Mayor. Los dibujos y acuarelas del artista de origen alemán Juan Mauricio Rugendas, así como del cónsul francés en Lima, Leonce Angrand, y del mulato limeño Pancho Fierro, dan cuenta de esta situación en el segundo tercio del siglo XIX, a escasos lustros de la emancipación. En esos retratos de la ciudad se aprecia la gran variedad de tipos humanos que recorrían las calles o se sentaban en los lugares más concurridos a ofrecer su variopinta mercadería. Algo de la atmósfera de los mercados andinos y del hábito indígena de organizar ferias en las plazas públicas, debió animar desde el principio esta costumbre que alcanzó ribetes particulares en Lima, la gran urbe que creó sus propios relojes en la puntualidad y las voces estridentes de aquellos pregoneros. Muchos de aquellos pregoneros que conoció Rosa Mercedes, además, fueron los mismos que escuchó y plasmó en sus crónicas Ricardo Palma, cuya gloriosa ancianidad se extinguió un 6 de octubre de 1919. La capital fue señalada así con el privilegio de tener un escritor y una compositora que recibieron, al mismo tiempo, el perfume de una Lima graciosa, delicada y bullanguera que ambos, genialmente, supieron recrear.
ANEXO 5 Pregones de Lima, al rescate de una ciudad que ya no existe Recuperado de: http://www.terra.com.pe/turismo/noticias/tur7794/pregones‐lima‐al‐rescate‐ciudad‐que‐no‐ existe.html Martes, 10 de Julio de 2007 Pregones de Lima, al rescate de una ciudad que ya no existe Las antiguas tradiciones limeñas en forma de canciones populares y pregones, en voz de los viejos vendedores ambulantes, se esfumaron con el tiempo, pero un grupo de eruditos se ha propuesto rescatarlos. Misturera y Zahumadora Misturera y Zahumadora Estas coplas se iniciaron en el siglo XVI, cuando la pujante capital del Virreinato atrajo a multitud de comerciantes que anunciaban "sobre todo productos alimenticios", según dijo en entrevista con el historiador y escritor Luis Enrique Tord. El escritor peruano Ricardo Palma ya se lamentaba a finales del siglo XIX en su libro "Tradiciones peruanas" de que, con la desaparición de los pregones, Lima "había ganado en civilización, pero perdido poesía". Estas coplas se iniciaron en el siglo XVI, cuando la pujante capital del Virreinato atrajo a multitud de comerciantes que anunciaban "sobre todo productos alimenticios", según dijo en entrevista con Efe el historiador y escritor Luis Enrique Tord.
Cada producto tenía su canto, así como cada vendedor su traje y un perfil específico, tal y como se observa en las acuarelas que Pancho Fierro pintó en la Lima decimonónica. La tamalera, por ejemplo, montaba en mula y de ella colgaban sendas canastas con tamales criollos y serranos. Además, cada producto tenía un horario que estaba regulado por los hábitos de la ciudad, "que los comerciantes conocían y aprovechaban", explicó Tord. La lechera era la primera en llegar, a las 6 de la mañana; sin embargo, "los dulces no aparecían hasta la tarde, después del almuerzo", añadió. Ricardo Palma lo plasmó en sus escritos: "para saber la hora no se consultaba el reloj, sino los pregones que los vendedores ambulantes recitaban". Según Tord, esta tradición surge del cruce de "la tendencia indígena a hacer el Ccatu (mercado en Quechua) en la vía pública" y de "la influencia árabe de ofrecer los productos gritando y cantando" que existía en las ciudades de la cuenca mediterránea y que los españoles llevaron a Perú. Hoy ya no se escuchan los viejos refranes en Lima, por eso la empresa española eléctrica Endesa, impulsada por el empeño de varios eruditos como el escritor Luis Enrique Tord y
el músico Luis Alva, ha apoyado la edición del libro de colección "Lima y sus Pregones", que cuenta la historia de estas tradiciones. La obra también consta de un disco compacto y vídeo con los temas musicales, así como una selección de acuarelas de Pancho Fierro. Esto ha sido posible gracias al legado de la compositora lírica Rosa Mercedes Ayarza de Morales, nacida en 1881 en Lima y quien recuperó a principios del siglo XX los pregones que había escuchado en su infancia. Según Tord, Rosa Mercedes fue "una niña prodigio que, con ocho años, interpretaba al piano composiciones importantes de tipo clásico y popular en los salones de la época". Vivió, además, el proceso de reconstrucción nacional que siguió a la Guerra del Pacífico, una etapa de evolución política e intelectual en la que, a la manera romántica, se reivindicaba la historia de Perú a través de las artes. Como parte de ese movimiento, Ayarza de Morales se dedicó al rescate de la música tradicional que amenazaba con desaparecer, pues hasta entonces sólo se trasmitía "de forma oral por grupos de negros y zambos que siempre fueron el baluarte de la música criolla", explicó el escritor peruano. Así surgieron los "Antiguos Pregones Limeños", un programa de composiciones originales estrenado el 30 de noviembre de 1937 en la sociedad "Entre Nous", y en los que, según Tord, "Rosa Mercedes estiliza el original y crea una obra de arte". Estas piezas musicales han sido recogidas por voces contemporáneas de la lírica peruana en el trabajo recién editado, con la colaboración de la agrupación Prolírica y de
alumnos de la propia Ayarza de Morales, como el barítono Armando Villanueva. Tord destacó la "importancia" de conservar estos pregones, y añadió: "Tienen su lugar en la reconstrucción de lo que podríamos llamar la identidad nacional". En definitiva, se trata, en palabras del historiador, de la reencarnación "de una Lima que se fue": una urbe boyante, alegre y colorista, que un día fue capital del Virreinato y que en 1998 le valió el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. EFE http://www.terra.com.pe/turismo/noticias/t ur7794/pregones‐lima‐al‐rescate‐ciudad‐ que‐no‐existe.html