Story Transcript
PROGRAMA No. 0507
2 CRÓNICAS
Cap. 8:1 - 10:12
Llegamos hoy al capítulo 8 del Segundo Libro de Crónicas, y aquí vemos que el templo ya ha sido finalizado, su construcción se ha terminado. Los próximos dos capítulos nos dirán algo sobre las experiencias y la obra de Salomón así como su testimonio en otras partes. Este hombre se convirtió en un gobernador muy dinámico. El intentó llevar a cabo los planes y propósitos y las promesas de David. Veamos, pues, lo que nos dice el primer versículo de este capítulo 8, del Segundo Libro de Crónicas:
1
Después de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado la casa de Jehová y
su propia casa, . . .
Ahora, aquí podemos apreciar que éste fue un proyecto de larga duración. Le tomó a Salomón la mitad del tiempo total de su reinado para concluirlo. Y de eso tomó nota Dios. Ahora, los versículos 2 y 3, dicen:
2
reedificó Salomón las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos
de Israel.
3
Después vino Salomón a Hamat de Soba, y la tomó.
Aquí podemos notar que se hace mención de la única batalla a la que se hace alusión en la TTB
Página 1 de
Programa No. 0507
Biblia durante el reinado de Salomón, y no parece tener mucha significación. Ahora, pasando al versículo 9, leemos.
9
Pero de los hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de
guerra, y sus oficiales y sus capitanes, y comandantes de sus carros, y su gente de a caballo.
En otras palabras, él puso aquellos que eran de su propia nación en el ejército y usó a los demás como sirvientes para realizar las tareas más domésticas en esa tierra. Ahora, el versículo 10, dice:
10
Y tenía Salomón doscientos cincuenta gobernadores principales, los cuales mandaban
sobre aquella gente.
Tenemos aquí algo que hizo Salomón y que por supuesto, trajo muchas dificultades. Dios simplemente toma nota de ello. Dios no lo bendijo por esto. Podemos decir que prácticamente casi ni lo reconoció. Ahora, el versículo 11, dice:
11
Y pasó Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él había
edificado para ella; porque dijo: Mi mujer no morará en la casa de David rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová, son sagradas.
Así es que, Salomón edificó un palacio para la hija de Faraón; y existe la creencia general por todas partes, y es una interpretación que uno recibe en Israel hoy, que una de las razones por las cuales Salomón se casó con mujeres de diferentes naciones, es que el suegro no saldría a la guerra contra su yerno. Y esa fue una de las formas utilizadas por Salomón para traer paz a su TTB
Página 2 de
Programa No. 0507
tierra. Cuando él se casaba con la hija de algún gobernante, entonces, éste quizás no intentaría luchar contra su yerno, y como consecuencia había paz en su nación. Ahora, no sabemos si eso es verdad o no – puede que así sea – pero eso es lo que se dice. Tenemos aquí otras cosas que están relacionadas con Salomón, que han sido mencionadas anteriormente, allá en el Primer Libro de Reyes, y las cuales ya hemos visto.
Entramos entonces, al siguiente capítulo; este es el último en lo que se refiere a Salomón. Nos estamos refiriendo al capítulo 9, de este Segundo Libro de Crónicas. Y, ¿qué es lo que Dios destaca sobre las otras cosas y nos muestra aquí? ¿Es acaso que Salomón logró hacer lo que Dios intentaba hacer con Israel, de ser un testigo al resto del mundo? Lo interesante aquí es que eso se llevó a cabo, y que la forma de testificar de Israel es muy diferente a la manera en que lo tiene que hacer la Iglesia.
Permítanos decirlo de esta manera: Israel miraba hacia adentro; la Iglesia lo hace hacia afuera. Israel tenía que ir hacia Jerusalén e invitar al mundo a ir, como vimos en la dedicación del templo. Los gentiles también podían ir a Jerusalén a adorar. Pero la Iglesia tenía que comenzar desde Jerusalén e ir hasta lo último de la tierra. En otras palabras, la Iglesia debe llevar el evangelio al mundo, pero Israel tenía que invitar al mundo a ir y compartir la revelación de Dios en el templo. Israel tenía que ser testigo del Dios vivo y verdadero, como una nación a un mundo de muchos dioses. La Iglesia por su parte tiene que ser testigo de la resurrección y de un Salvador viviente, como individuos, a todas las naciones, en un mundo lleno de ateísmo.
Bien, Israel hasta cierto punto cumplió con el propósito dado por Dios. Y eso se evidencia por el número de gentiles que llegaron a Jerusalén a adorar y a conocer a Dios, por medio de los servicios llevados a cabo en el templo. La Iglesia es hoy la medida por la cual sabemos el número de tribus y naciones a las cuales llevamos el evangelio en nuestros días. En esta época
TTB
Página 3 de
Programa No. 0507
existe la inclinación de aquellos que pertenecemos a la Iglesia, de despreciar los esfuerzos de Israel y al mismo tiempo amplificar los éxitos de la Iglesia. Podemos escuchar constantemente de los fracasos de la nación de Israel – y es verdad, ellos han fracasado. Y al mismo tiempo oímos los exagerados informes de los éxitos del evangelio en lugares apartados.
Después de la guerra oímos de muchos éxitos del evangelio.
Recordamos haber oído
después de la Segunda Guerra Mundial, de un avivamiento en la China; también de un avivamiento en Alemania. Sin embargo, aquellos que habían estado en ambos lugares, antes que China fuera un país completamente cerrado, dijeron que no ha habido avivamiento allí, que tampoco tuvo lugar un avivamiento en Alemania. Es interesante notar que siempre oímos de avivamientos en los lugares apartados.
La realidad es que en nuestros días, amigo oyente, estamos en una apostasía tremenda. Los días se están haciendo más oscuros. Todavía nos quedan muchas Iglesias y muchos Pastores maravillosos con nosotros; pero estos hombres conocen las dificultades de la hora en la que estamos viviendo. Creemos que hay algunos predicadores y maestros que están cobijados en algunas instituciones, y ellos parecen ser los únicos que están mirando las situaciones del presente día, a través de vidrios color de rosa.
Pero por otro lado, Israel tuvo éxito en una medida mucho más grande que la que nosotros imaginamos. Nosotros estamos midiendo su éxito por el fracaso final, la apostasía de su nación y la cautividad. Pero, hubo un período cuando ellos no le fallaron a Dios. Su testimonio salió de Jerusalén a todas las naciones del mundo. La gente era atraída a Jerusalén como por un imán, y la época más destacada fue durante el reino de Salomón. La nación alcanzó la cumbre más elevada en ese tiempo. Luego comenzó un deterioro y una declinación de la nación.
TTB
Página 4 de
Programa No. 0507
Las Escrituras nos dan en realidad dos ejemplos durante el reinado de David y Salomón, y había otros más que no estaban aislados como éstos; pero estos dos, nosotros sí conocemos. Hiram, el rey de Tiro, amigo de David, llegó a conocer a Dios. El hizo hermosos obsequios. El proveyó el material y los trabajadores para el templo; él era el hijo de Jafet. La reina de Sabá era la descendiente de Cam, y ella llegó desde los confines de la tierra. Esa es la historia que vamos a observar más adelante. En el comienzo del Nuevo Testamento tenemos muy pocas ilustraciones. El etíope eunuco, descendiente de Cam; Cornelio, descendiente de Jafet; Saulo de Tarso, descendiente de Sem.
Ahora, la historia de la reina de Sabá se nos da para que notemos que Israel había alcanzado en esa época los confines del mundo con su testimonio para Dios. Hemos notado esto antes, pero de una manera rápida queremos destacar algunas de las cosas que aquí se presentan. Leamos, pues, los primeros dos versículos de este capítulo 9, del Segundo Libro de Crónicas:
1
Oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un séquito muy
grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su corazón tenía. 2Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le contestase.
En otras palabras, este hombre Salomón le dijo a ella el secreto de su reino: que Dios le había dado a él sabiduría. Que él iba a edificar el templo y que esa era la manera de llegar a Dios. Notemos ahora, el versículo 3:
3
Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, . . .
TTB
Página 5 de
Programa No. 0507
Ahora, esto es algo muy interesante de notar aquí. Lo interesante es que allá en el Primer Libro de Reyes, capítulo 10, versículo 24, se nos dice: Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. Y ahora se nos da la ilustración de la reina de Sabá que lo vino a visitar. Como podemos apreciar, la nación de Israel tuvo éxito en testificar al resto del mundo. Y ahora, la primera parte del versículo 4, dice:
4
y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los
vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, . . .
Y mire usted, que aquí tenemos algo que es causa de asombro, dice:
4b
y la escalinata por donde subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada.
Eso hace referencia al holocausto. El holocausto nos habla de Cristo y ninguna otra nación tenía alguna cosa que pudiera compararse a un sacrificio por el pecado. Y esto fue lo que realmente resultó sorprendente para esta reina, un sacrificio que estaba señalando hacia el Señor Jesucristo. David había dicho mucho sobre Cristo, y no creemos que Salomón hubiera dejado de hablar acerca de El. Ahora, los versículos 5 y 6, nos dicen:
5
Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu
sabiduría; 6pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído.
En otras palabras, esta mujer dijo: “Cuando oí lo que Dios había hecho, no lo podía creer.” Pero ella tenía la suficiente fe como para actuar, cuando ella escuchó de la grandeza de Salomón; TTB
Página 6 de
Programa No. 0507
por eso hizo ese largo y penoso viaje. Y créanos, amigo oyente, que era un viaje muy largo en esos días. Uno no podía ir hasta el aeropuerto, subirse en el avión y llegar allí en dos o tres horas. El viaje llevaba a veces dos o tres meses, quizá un poco más, atravesando un caluroso desierto. Y esta dama, esta reina, hizo ese recorrido para poder conocer algo de la sabiduría de este hombre, y se pudo dar cuenta de cómo es posible llegar a Dios. Y eso fue lo que la dejó sin fuerzas. Ella tuvo que decir, yo no podía creerlo, pero ahora sí lo creo. Y notemos ahora, lo que ella dice aquí en los versículos 7 y 8 de este capítulo 9 del Segundo Libro de Crónicas:
7
Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de
ti, y oyen tu sabiduría. 8Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.
Y ahora ella está alabando a Dios, ¿nota usted? Esta reina de Sabá hizo un largo viaje. Había un lugar en Africa y otro en Asia – Etiopía en Africa y Yemen en Asia. Ella es llamada la reina del sur, que con sus especias llegó de las partes más alejadas de la tierra, y esto evidencia que ella vino del Africa. Su caravana revela la riqueza y el lujo del oriente. Los magos del oriente nunca hicieron una mayor impresión que lo que hizo esta mujer. Ella llegó con una gran pompa y mucha ceremonia.
Todo lo que pertenecía a un monarca oriental.
Luego, el
holocausto, el sacrificio fue lo que la impresionó. La más completa y perfecta representación de Cristo que se nos ha dado. ¿Cómo fue, entonces, el éxito de Israel? Bien, ella llegó a conocer al Dios vivo y verdadero.
Es igual a lo que ocurrió con nuestro Señor un día, usted recordará, Él se puso a conversar con la mujer de Samaria cerca del pozo de Jacob. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora
TTB
Página 7 de
Programa No. 0507
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. La hora viene y la hora llegó. Nosotros en el día de hoy, amigo oyente, tenemos que llevar el evangelio hasta los lugares más alejados del mundo, pero ellos viajaban hacia Jerusalén en los días del rey Salomón. Ahora, se nos dice en los versículos 22 y 23, de este capítulo 9 del Segundo Libro de Crónicas, algunas cosas que debemos notar. Leamos estos dos versículos 22 y 23:
22
Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría. 23Y todos
los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios le había dado.
Este hombre, entonces, está testificando al mundo de ese día.
Y continuamos con el
versículo 25, que dice:
25
Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce mil
jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.
Ahora, esta es una falta, un defecto en el carácter de este hombre. Al rey le había sido prohibido por la ley de Moisés, el multiplicar sus caballos y sus mujeres. Pero Salomón multiplicó ambas cosas. Ahora, se nos dice aquí en el versículo 26 hasta el 28:
26
Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Eufrates hasta la tierra de los filisteos, y
hasta la frontera de Egipto. 27Y acumuló el rey plata en Jerusalén como piedras, y cedros como los cabrahigos de la Sefela en abundancia. 28Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todos los países.
El fue uno de los grandes gobernantes de este mundo. El fue el sucesor de su padre David. TTB
Página 8 de
Programa No. 0507
Y ahora se nos dice aquí en los versículos 29 al 31, de este capítulo 9 del Segundo Libro de Crónicas:
29
Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no están todos escritos en los
libros del profeta Natán, en la profecía de Ahías silonita, y en la profecía del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat? 30Reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años. 31Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Roboam su hijo.
Y esta es la información que tenemos sobre el reino de Salomón. Así, pues, concluimos este estudio del reino de Salomón, y también nuestro estudio del capítulo 9 del Segundo Libro de Crónicas. Llegamos ahora, al capítulo 10, y llegamos así también, a la segunda y última división del Segundo Libro de Crónicas. En los primeros nueve capítulos, vimos que se hablaba del reino de Salomón; y lo más importante que Salomón llegó a ser, fue edificar el templo y dedicarlo, ponerlo al servicio de Dios. Unos seis capítulos fueron dedicados a eso. Ese fue el énfasis que Dios puso sobre el reino de Salomón, porque estamos viendo que el Libro de Crónicas, presenta el punto de vista de Dios.
Las cosas que Dios ha decidido y las cosas que El ha notado, no siempre son las cosas buenas; algunas veces El hace ver las cosas malas. Creo que eso es lo que veremos en nuestro estudio de este capítulo 10.
Esta última división, pues, del Segundo Libro de Crónicas, comprende los capítulos 10 hasta el 36, y tenemos la separación del reino y el énfasis se pone ahora sobre la historia de Judá. Ese es el linaje de David. El énfasis no se pone aquí sobre las diez tribus. ¿Qué es, entonces, lo que se enfatiza aquí en la historia de Judá? Bien, lo que tenemos ante nosotros son cinco grandes
TTB
Página 9 de
Programa No. 0507
períodos de reformación y avivamiento. Queremos prestar especial atención a eso, porque Dios hace énfasis en eso, en esta sección. Encontramos aquí en este capítulo 10, que Salomón ha muerto y que ahora su hijo Roboam, ha ascendido al trono. Leamos, pues, los primeros dos versículos de este capítulo 10, del Segundo Libro de Crónicas:
1
Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerlo rey.
2
Y cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había huido a
causa del rey Salomón, volvió de Egipto.
Aunque eso no es mencionado aquí en Crónicas, al leer en el libro de Reyes, nos informamos que este hombre Jeroboam, había intentado encabezar una rebelión, aun antes de la muerte de Salomón. El había tenido que huir para poder salvar su propia vida y se fue a la tierra de Egipto y se quedó en ese lugar hasta la muerte de Salomón. Ahora vemos que él regresa, por supuesto, y lo primero que hace es encabezar una rebelión en el reino. Si este hombre Roboam hubiese sido sabio y más inteligente, y si su criterio hubiera sido un poco más moderado, más calmado, él podría haber evitado la división del reino – la separación que luego tuvo lugar. Pero él no lo hizo. Ahora nos encontramos con que Jeroboam está de regreso en su tierra, y leemos en los versículos 3 y 4, lo siguiente:
3
Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a Roboam,
diciendo: 4Tu padre agravó nuestro yugo; ahora alivia algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos.
En otras palabras, los impuestos fueron la causa de la disención. No sabemos si usted se ha dado cuenta de ello o no; pero probablemente, lo que más que ninguna otra cosa ha causado las revoluciones, las rebeliones, y las caídas de más naciones; ha sido este asunto de los impuestos.
TTB
Página 10 de
Programa No. 0507
Fue precisamente lo que provocó la caída del imperio romano. Fue lo que produjo la revolución en los Estados Unidos. Los impuestos sin representación fue el problema que tuvo esa nación y fue lo que provocó la rebelión contra los ingleses. La constante alza de los impuestos es lo que al final termina por destruir o arruinar a la mayoría de la gente, y es lo que causa las revoluciones y rebeliones de los pueblos. Lamentablemente, la mayoría de los dirigentes de las naciones continúan aumentando los impuestos con los consiguientes problemas.
Ese era el problema aquí. Salomón había comenzado un gran programa de edificación. Fue algo bastante impresionante. Ahora, él no solo edificó el templo, sino que se nos dice en el Libro de Reyes, que él había edificado muchas clases de edificios y palacios. Tenía un gran programa de urbanización y mejoras durante su reino. Todo eso tenía que ser pagado en alguna forma y eso fue lo que causó el aumento de los impuestos. Ahora, eso le dio a Jeroboam la oportunidad por medio de la cual él podía protestar, y se presentó ante el rey Roboam y le dijo: Tu padre agravó nuestro yugo; y le pidió que lo aliviara.
Por eso, leemos en el versículo 4 otra vez:
4
Tu padre agravó nuestro yugo; ahora alivia
algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos. Jeroboam, en realidad, se aproximó al rey de una forma bastante moderada. El dijo: “Si tú llegas a reducir los impuestos, entonces, nosotros seguiremos contigo; pero no lo haremos si tú no rebajas los impuestos.” Ahora, notemos lo que Roboam le contestó aquí en el versículo 5:
5
Y él les dijo: Volved a mí de aquí a tres días. Y el pueblo se fue.
Lo que él le dijo fue algo justo, apropiado. Le daría al rey la oportunidad de estudiar cuáles eran las deudas que tenían y cuál el plan o qué camino debían seguir. Lo más sabio hubiera sido la reducción de los impuestos. Veamos ahora, qué nos dicen los versículos 6 hasta el 8 de este
TTB
Página 11 de
Programa No. 0507
capítulo 10 del Segundo Libro de Crónicas:
6
Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de
Salomón su padre cuando vivía, y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? 7Y ellos le contestaron diciendo: Si te condujeres humanamente con este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán siempre. 8Mas él, dejando el consejo que le dieron los ancianos, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y que estaban a su servicio.
Esto fue definitivamente un rompimiento de parte de Roboam. El tenía que haber seguido el consejo de estos hombres que habían sido los consejeros durante el reinado de Salomón. Ellos conocían muy bien la situación. Pero él desafortunadamente, fue y pidió consejo a los jóvenes, y el consejo de ellos fue: “No debes aflojar ahora, nosotros queremos que esto continúe. Todos nosotros que tenemos los trabajos públicos, y todos los que no estamos viviendo como las demás personas, queremos ver que esto siga de la misma manera. Así que no reduzcas los impuestos.” Notemos entonces, lo que dice aquí el versículo 10:
10
Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le contestaron: Así dirás al pueblo que
te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminuye nuestra carga. Así les dirás: Mi dedo más pequeño es más grueso que los lomos de mi padre.
En otras palabras: “Mi padre los castigó mucho, pero yo lo voy a hacer peor todavía.”
Y
veamos lo que dice aquí el versículo 11:
11
Así que, si mi padre os cargó de yugo pesado, yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os
castigó con azotes, y yo con escorpiones. TTB
Página 12 de
Programa No. 0507
Esto fue posiblemente la cosa más equivocada que llegó a hacer este joven Roboam. Y ahora, el versículo 12, dice:
12
Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día, según el rey les había
mandado diciendo: Volved a mí de aquí a tres días.
Ahora, él les dio este juicio tan duro que le habían aconsejado los jóvenes consejeros. Y no escuchó el rey al pueblo – como dice el versículo 15. Usted puede ver que los otros consejeros, los ancianos, le habían dicho en realidad que Salomón, su padre, les había gravado con impuestos muy elevados. Y le dijeron que ya era tiempo de detener ese programa de edificación y que era hora de acabar con todos esos gastos del gobierno. Había llegado la hora de reducir los impuestos. Pero, Roboam, no prestó atención al consejo de los ancianos.
Y aquí, amigo oyente, vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo ha tocado ya a su fin. Continuaremos, Dios mediante, en nuestro próximo programa. Hasta entonces, pues, ¡que Dios le bendiga abundantemente!
TTB
Página 13 de
Programa No. 0507