Receta de curry verde (thai green curry)

Receta de curry verde (thai green curry) El curry verde es uno de los currys más fragantes de cuantos se pueden preparar en casa. Pero también uno de

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Receta de curry verde (thai green curry) El curry verde es uno de los currys más fragantes de cuantos se pueden preparar en casa. Pero también uno de los más sencillos. Es uno de los platos más conocidos y reconocidos de la cocina tailandesa. El pasado verano pasé parte de mis vacaciones en Tailandia. Ni qué decir tiene que comí curry para siempre. Vamos, que me puse fina. A estas alturas de la película, en mi cuarto país asiático, ya soy una más. La valiente que se pide el plato spicy (no lo hagáis si no habéis pasado del tabasco), la que come y cena curry, y la que se atreve a echarle a la piña cortada azúcar con copos de chile. Esa soy yo. En esta segunda receta os voy a dar todos los secretos para preparar una buena pasta de curry verde que podréis tener en la nevera durante una semana y congelada durante seis meses. La pasta será la base para preparar cualquier cosa: pollo, ternera, pescado, verduras… Lo que prefiráis. El nivel de picante es regulable. Los ingredientes no son complicados de conseguir si acudís a cualquier puesto de mercado especializado en verduras un poco más raras de los normal. Si no, también podéis haceros con una buena pasta de curry verde ya preparada (se puede comprar por internet muy fácilmente.) y tenerla siempre a mano en la nevera. Aguanta hasta un año.Es utilísima. La receta que aquí os dejo la aprendí hace ya varios años, pero la perfeccioné y modifiqué este verano en un curso intensivo de cocina tailandesa que hice en Chiang Mai. Las familias thai utilizan un número determinado de ingredientes para sus pastas de curry. En la de hoy, usaremos 15. Si te falta de algo, no hay problema. No lo pongas.

P a s t a p a r a c u r r y v e r d e / M . H.

Pasta de curry verde -Media cucharadita de cominos enteros (hay que tostarlos en la sartén un poco) -Media cucharadita de semillas de cilantro (también se tuestan antes) -Una cucharada de lemongrass fresco y picado. -Una cucharada de raíz de galanga picada. -Una cucharada de la corteza de una lima kaffir. -Dos cucharaditas de raíz de cilantro fresca picada. -Dos cucharadas de chalota picada fina. -Seis dientes de ajo pelados. -Un trozo de jengibre fresco de unos 5 cm. (El ingrediente original es raíz de ginseng fresca, pero es demasiado complicado de encontrar en España). -Un trozo de unos 2cm de raíz de cúrcuma pelada. -Cinco hojas de albahaca sagrada. (Holy basil). No usar albahaca normal. Si no tienes, no uses.

-3 o 4 chiles verdes. (Con uno basta si no toleras el picante). -Media cucharadita de sal. -Una cucharadita de pasta de gambas. Poner todos los ingredientes en un mortero o robot de cocina y triturar hasta que adquiera consistencia de pasta. Podemos guardarla en la nevera siete días o en el congelador hasta seis meses. Si aún así, no te atreves a hacerla o no encuentras los ingredientes, compra una hecha.

Green curry chicken (Pollo al curry verde) 2 personas

Ingredientes: -Una taza de leche de coco. -Una cucharada de la pasta de curry verde (hecha o comprada). -250 gramos de pollo sin piel. La parte que prefieras, hecha daditos. -Media berenjena a trocitos del tamaño del pollo (hay que ponerla en agua fría con sal durante dos minutos antes de usarla) -Dos hojas de lima kaffir. -Una cucharadita de azúcar moreno (puede ser blanca, pero no la pongas toda) -Una cucharada de salsa de pescado. (Se encuentra en un hipermercado, pero puedes sustituirla por soja si no tienes o eres vegetariano) -Un chile rojo

H i e r b a s f r e s c a s p a r a p r e p arar pasta de curry verde / M. H.

Elaboración: Encendemos la sartén honda, cacerola, o wok a fuego bajo y ponemos la pasta de curry verde durante un minuto sin dejar de remover. De este modo soltará toda la fragancia. Cuidado de que no se os queme. Añadimos después la leche de coco y mezclamos bien. Subir el fuego a temperatura media y añadir el pollo o la carne, verdura o pescado elegido. Comprueba que hierva y cuando haya cambiado de color (esté hecha) añade el resto de ingredientes, excepto el chile. Remueve bien y después de cinco minutos, baja el fuego al mínimo y déjalo durante diez minutos más. Pica el chile y utilízalo para decorar tu plato. Yo siempre lo sirvo en cuencos y lo acompaño con arroz jarmín cocido (arroz blanco).

G r e e n c u r r y e n p r o c e s o

Advertencia: nunca tapéis la sartén/cacerola de un curry que lleve leche de coco. La grasa de la leche tiende a separarse del agua y aunque no hay ningún problema alimentario, vuestro plato puede parecer cortado. Y un último consejo: nunca te eches el arroz en el cuenco o plato del curry, sino al revés. Ve poniéndote los trozos de carne, pescado o verdura en el arroz. Es una gran ofensa para los tailandeses.

Curry Madrás de ternera Distinguiría la casa de alguien que cocina curry sólo abriendo uno de sus armarios de la cocina. En la mía hay uno con más de 30 botes herméticos de especias distintas y distintos ingredientes que necesito para preparar uno de los currys que solemos comer en casa una vez a la semana. Aunque reconozco que mi idea inicial no era la de colgar recetas en esta web, no sois pocos los que me andáis siempre preguntando por cómo hago esto y aquello. Así que he decidido compartir con vosotros las mezclas que a mí me funcionan. Todas las recetas son personales, adaptadas,inventadas o, directamente copiadas de los tantos libros de recetas que tengo en casa.

Por una vez me voy a saltar el punto 13 del manifiesto fundacional de La Exprimidora y os daré las recetas tal y como yo las hago, sin sabotajes. La medida es para dos personas, pero en este caso podéis hacer más raciones multiplicando directamente los ingredientes por cada dos comensales más. El curry es sencillo, pero a la vez complejo. El curry hay que currárselo. Hay que perder el miedo a jugar con las especias en la cocina. A diferencia de lo que sucede con otros ingredientes, en el spice world casi todo se puede rectificar. Hay antídoto para casi todo. Las cantidades no son inamovibles porque el curry es variable. Cada uno puede crear su propia receta modificando uno u otro ingredientes. En cuanto le cojáis el truco os sorprenderéis de lo agradecidas que son las especias que hasta hoy dormían en el fondo de tu armario de cocina. Las combinaciones son infinitas.El curry somos todos. Arrancamos este reto con una de las recetas más sencillas y resultonas de las que hacemos en casa. Curry para principiantes.

Beef Madras o Ternera Madrás Ficha técnica Origen: Sur de la India. Debe su nombre a la antigua ciudad de Madrás, hoy Chennai. Aunque el lugar por excelencia para comerse un beef madras es Reino Unido, donde tiene legiones de fans. Nivel de picante: medio-alto (aunque se puede regular) Dificultad: Fácil Color: marrón rojizo

E s p e c i a s a l m o r t e r o / @martahortelano

Ingredientes para dos personas (lo que yo hago en casa)

-Ternera para guisar en trozos. Pide a tu carnicero que te la corte. -Media rama de canela (si es de las largas, un cuarto) -5 vainas de cardamomo (de las que os ponéis en el gin tonic) -4 clavos -1 cucharadita de cominos en grano -5 bolitas de pimienta negra -Media cucharada de semillas de cilantro -1/ de cucharadita de cúrcuma molida (usad medidoras o pon la punta de una chucharita de café) -1 cucharadita de garam masala (podeís encontrarlo con facilidad en grandes almacenes o tiendas especializadas. -Sal -1-3 chiles frescos. No sirven cayenas de las de las gambas al ajillo. Si no tenéis, podéis usar chile molido o pimentón picante, pero el sabor no es el mismo, aviso.

-2 cucharadas de aceite de girasol o mantequilla. No uso de oliva porque da mucho sabor. -Media cebolla grande o una pequeña -Un trozo de jengibre fresco (del tamaño de una nuez) -3 dientes de ajo -1 tomate maduro -dos cucharaditas de nata para cocinar (no para montar) -Cilantro fresco -Agua

Mise en place o preparación de ingredientes. Sigue estos pasos para que la receta sea más sencilla

1) Muele todas las especias que estén enteras (cardamomo, clavos, cominos, semillas de cilantro, pimienta y chiles) en un molinillo o usa un mortero para dejarlas en textura polvo. No pasa nada si te quedan algunos trozos. Reserva esta mezcla. 2) Corta la cebolla en juliana y resérvala. 3) Pela los ajos y el jengibre y rállalo todo. También el tomate. Mezcla los tres ingredientes y resérvalos. Puedes usar un poco de agua para que quede homogéneo. 4) Mezcla las especias que estan en polvo (cúrcuma, garam masala y pimentón picante o chilli powder si lo has sustituido por el chile fresco). Resérvalo. 5) Salpimenta la carne y resérvala. 6) Lava el cilantro fresco y déjalo escurrir. Déjalo al lado de la nata fresca 7) Ten agua a mano y el aceite de girasol o de semillas. 8) Yo utilizo una cocotte de Le Creuset para los currys, pero podéis utilizar cualquier recipiente, wok, cacerola, sartén honda…

D e a q u í s a l i ó m i c u r r y / @ m a rtahortelano

Cómo se hace…

1) Calienta la sartén o cacerola y añade el aceite. Rehoga la cebolla hasta que coja color. 2) Añade las especias que estaban enteras y has molido antes (cardamomo, clavos, cominos, semillas de cilantro, pimienta y chiles) sin parar de remover. Necesitamos que suelten su aroma, pero son muy delicadas, así que vigila que no se quemen. Para evitarlo, añade un chorrito de agua y remueve sin parar durante, al menos, un minuto. Empezarás a alucinar con el olor. (Yo aquí suelo tener el fuego a 7 de 9 que tiene mi vitro). 3) Añade las especias en polvo (Garam masala y cúrcuma). Las molidas se queman con más facilidad, por eso las dejamos para el final. 4) Añadir sal. Se puede ir rectificando a medida que se cocina. 5) Añade ahora la carne a la mezcla que has conseguido y deja que se dore sin parar de removerla. Bastará con cinco minutos, hasta que coja color. Si se pega la mezcla de cebolla y especias, añade un poquito de agua y rasca el fondo de la olla.

6) Con la carne dorada, añade la mezcla de jengibre, ajo y tomate que habías preparado, añade otro poquito de agua (como medio vaso) ydeja que el líquido reduzca. Puedes remover la mezcla para que no se pegue al fondo. 7)Uno de los pasos clave en todo curry: yo le llamo broncear el curry, pero en realidad consiste en subir el fuego para que la carne y la salsa que va soltando se tuesten y le suban el color a la salsa. Tenemos que remover hasta que la carne haya cogido todo el líquido y la mezcla sea tan espesa que parezca una pasta. 8) Añadir agua hasta cubrir la carne, llevar a ebullición. Una vez hierva, tapamos la olla o sartén y bajamos el fuego al mínimo. Yo suelo poner el 3 de 9 de mi vitro. Dejar la carne durante al menos 1 hora y media para que esté super tierna. 9) Pasado ese tiempo, destapamos la cacerola y dejamos al fuego hasta que la salsa reduzca a nuestro gusto. Tiene que quedar cremosa, no líquida, para envolver la carne. Al fin y al cabo, el curry es un guiso. 10) Emplatamos y añadimos un chorrito de nata líquida por encima y picamos unas hojas de cilantro fresco. En casa lo solemos acompañar con arroz blanco cocido. Puedes usar arroz Pilaf o cualquier otro. Y hazte con unos panes naan y disfruta.

B e e f M a d r á s a c a b a d i t o / @martahortelano

En menos que canta un gallo habrás terminado tu primer curry. Y te aseguro que ya no podrás parar de hacerlo. El curry te lo curras, pero es tan gratificante que merece mucho la pena. Además, puedes hacerlo la noche anterior y dejarlo en la nevera. Al día siguiente lo llevas a ebullición y estará todavía más bueno que reciente. Como los tiempos de cocción de estos platos son algo más largos de lo que nuestra rutina nos permite y, además, hay que andar moliendo especias o comprando cosas, yo suelo preparar más cantidad de la que vamos a tomar en un día y, directamente, la congelo. Descogela facilísimo y sigue estando igual de bueno que el primer día. Invita a tus colegas a casa y queda como un marahá. El curry somos todos. ¡A comer!

El curry no son los polvos amarillos Si crees que el fenogreco vivió en Toledo, Tikka Masala es una estrella del karaoke japonés o la leche de coco es lo que te pones después de la ducha, has hecho click en el sitio adecuado. Tengo cinco minutos y 2.294 palabras para ayudarte a que arrases en la próxima conversación con tus amigos foodies el día después de tragarte Top Chef. Después de esto te habré convertido en un diccionario de las especias, un entendido en geografía y en una mejor persona que sabrá desde hoy que el curry no son esos polvos amarillos que vienen en un bote de Carmencita. El curry somos todos. Y yo, personalmente, soy una adicta. La palabra curry fue la particular adaptación que los colonos ingleses se inventaron en el siglo 18 para apropiarse del mejunje con el que los indios (de la India) acompañaban todas sus comidas. Kari, salsa en indi, hacía referencia a todos los platos aromatizados con el famoso polvo de curry (curry powder) que en Europa hemos asimilado con esa mezcla amarilla diabólica de cúrcuma, pimienta y clavo. Pero no, el curry no es ni más ni menos que un modo de vida, una filosofía, una manera de entender la cocina, basada en la mezcla de especias, condimentos, carnes, verduras, pescados y lácteos que a cada cual le resulte irresiitible. El curry no lo venden en ningún supermercado. No, no, tampoco en Ebay ni en Amazon. No busquéis ahí. El curry se lo tiene que currar cada uno en casa o, como mucho, ayudarse de una buena pasta para comenzar el festival en la cocina.

C u r r y s t a i l a n d e s e s : v e r d e y massaman

¿QUÉ NECESITO PARA HACER CURRY? Hazte con un alijo de especias de las que no encontrarás en Mercadona, compra una buena pasta de curry, o si la pereza se apodera de tu vida, directamente una salsa acabada de las que ya podrás encontrar en el pasillo de comida internacional de cualquier hipermercado. Esos son los tres formatos de todo buen curry: polvo, pasta o salsa.

M i s b o t e s d e e s p e c i a s p a ra hacer un curry… / M. H.

1) El curry powder (polvo) es una mezcla tradicional de especias indias que varía de manera pasmosa según el país o región que elijamos para transportar nuestro plato. Lo común es que que entre sus ingredientes no falte la cúrcuma, el cilantro, el comino o la pimienta. Pero también el chili, el cardamomo, el fenogreco o el clavo. Las posibilidades son infinitas. Ningún polvo de curry es perfecto. Eso lo decide cada uno. Entre las mezclas más famosas del polvo de curry, la estrella es el ‘Garam masala’. Su significado, así a lo bruto, lo dice todo: la mezcla de especias que nos reconforta, que calienta el cuerpo. Es la menos picante de las que conozco, hecha a base de canela, clavo, pimienta, nuez moscada y cardamomo. Aunque si te apetece tunearla con cualquier otra especia, feel free. Pero también el curry madrás (con gran porcentaje de chile molido y pimentón), la mezcla para vindaloo (la más picante), el polvo de curry verde (con chiles verdes y cilantro), o el curry amarillo, cuyo color se lo da la raíz de cúrcuma. La cúrcuma no es ni más ni menos que el tallo subterráneo seco, o rizoma, de una planta herbácea de la familia del jengibre, Curcuma Longa. En sánscrito era amarillo. Es el principal componente en casi todos los polvos de currys preparados, donde representa del 25 al 50% del peso, según avisa Harold Mcgee en “La cocina y los alimentos”. Si prefieres comprar el polvo de curry hecho, perfecto, pero si te animas a hacerlo podrás modificar las prorporciones de especias a tu gusto. Pilla un mortero resistente y haz polvo tus ingredientes. Ya tienes tu curry powder listo. 2) Si por el contrario, prefieres el formato pasta (algo más difícil de elaborar en España ante la dificultad para encontrar algunos productos frescos como la galanga, los chiles verdes tailandeses,

las hojas de lima kaffir, la raíz de cilantro o las hojas de albahaca sagrada) un buen mortero o un robot de cocina se convertirán en tus mejores aliados. Personalmente, prefiero las pastas a los polvos. El perfume y la frescura que conseguimos trasladar a nuestro guiso no tiene comparación, pero sobre gustos y labores, colores. Si no te atreves a hacerla en casa, también puedes comprarla hecha. Las hay en bote y en sobre monodosis, de distintas calidades. No escatimes en la pasta que, además, se conserva perfectamente en la nevera durante una buena temporada. Como con el curry powder, el mundo de las pastas de curry es casi infinito. Hay tantas como ingredientes y proporciones quieras emplear en tu receta. Mi favorita es la pasta Massaman, acabada con tamarindo y cacahuetes, pero me declaro absolutamente fan de las pastas de curry rojo y curry verde, en las que la mayor diferencia es el color de los chiles que se le añaden. Para todas es imprescindible hacerse con una buena pasta de gambas fermentadas y una buena salsa de pescado. Internet será vuestro gran amigo para comprar estas cosas...Para hacer una pasta de curry sólo tenéis que mezclar los ingredientes frescos en un mortero o trituradora. El puré que se obtiene se convertirá en la base de tu plato de curry, que tras pasar por la sartén para soltar los aromas, será rebajado con una generosa cantidad de leche de coco. “La leche de coco envuelve los ingredientes en un abrazo dulce y compasivo. Le quita el filo cortante a la lima, acalla a la malhablada salsa de pescado y alivia el calor de la guindilla, cuyo componente activo, la capsaicina, es soluble en grasa pero no en agua”, explica Niki Segnit en “La enciclopedia de los sabores”. 3) Si no te he convencido con ninguna de las dos opciones anteriores, con las que sin duda conseguirás un gran plato de curry de pollo, ternera, cerdo, verduras, o pescado, o si, simplemente, prefieres no manchar la cocina, lo tuyo son las salsas preparadas. Los currys procesados tienen niveles de grasa mucho más altos que las salsas que conseguimos en casa, disparan el uso de sal y, además, no te permiten vivir desde el principio el ritual del curry. Pero, no te cortes y cómprate un bote de salsa Korma o Tikka Masala para probar si puedes formar parte de la secta de las especias. Si pasas la prueba, anímate con alguna de las dos opciones anteriores.

H i e r b a s f r e s c a s p a

ra preparar pasta de curry verde / M. H.

P a s t a p a r a c u r r y verde / M. H.

P a s t a s d e c u r r y p r e p a r adas / M. H.

EPICENTROS MUNDIALES DEL CURRY A nadie se le escapa que el curry es exótico, como todo lo que viene de más allá de Turquía. Como sucede con la comida china, en España tendemos a llamar comida asiática a todo lo que llega de países como Tailandia, Vietnam, India, Indonesia o Malasia, como si habláramos de Cuenca,

Madrid, Sevilla o Valencia. Pero con el curry, como con casi todos los platos del mundo, hay grandísimas diferencias entre los ingredientes, los útiles de cocina o incluso el modo de cocinarlo. Preparar un buen pollo Tikka Massala es una liturgia. Un ritual indio, que nada tiene que ver con la preparación de un Curry verde tailandés que puedes comprar en cualquier calle de Bangkok. Como tampoco tiene nada que ver con los picantes guisos indonesios o los europeizados currys ingleses. La India, cuna del curry como modo de vida, sirvió de epicentro para la expansión de este tipo de receta a los países de occidente. De entre sus mezclas de especias destacan el madrás (rojizo por el pimentón y los chiles que incluye la receta original) en sus versiones más estándar (mild) o más picante (hot). Pero también el tandoori, el jalfrezi, o los más conocidos: el tikka masala y el korma. El primero, para paladares con poca memoria ‘currydiana’. Es decir, para principiantes. El segundo, para los de segundo curso. Ambas salsa amables para los poco acostumbrados a las especias. En cualquier caso, los currys indios bien merecen su fama, forjada en un país rey de las especias y el exotismo por excelencia. Entre los ingredientes que comparten las recetas indias coinciden las hojas de curry (un árbol que nada tiene que ver con el plato) que aportan un intenso aroma a los guisos, el cilantro, la nuez moscada, el cardamomo verde, el chile en polvo y, sobre todo, la cúrcuma. Otra particularidad de los currys indios es que casi siempre se rebajan con yogur y nata, se acompañan con una bebida llamada lassie y se sirven con Pan Naan (naan bread). Tampoco faltan nunca los Pickles (encurtidos). Son contundentes y aromáticos, de colores rojizos y ocre.

I n d i a n c u r r y / M . H .

Por contra, la antítesis india se encuentra en Tailandia y el resto del sudestes asiático. En la cocina Thai se introducen ingredientes autóctonos que no se acostumbran a cultivar o emplear en otros países. Es el caso de la albahaca sagrada (holy basil), el lemon grass (hierba limón o limoncillo si encuentras en tu mercado), la galanga (parecido al jengibre pero menos picantes), la raíz de cilantro

(también las hojas y las semillas), la lima (verde como la lima que encontramos en los mercados, pero con un sabor más parecido al limón) o la lima kaffir (un cítrico del que se emplean las hojas de su árbol para perfumar nuestra salsa). Los currys tailandeses son más sutiles, más perfumados, pero también más picantes. En Tailandia prefieren las pastas, mientras que en la India utilizan los polvos. El uso de la cúrcuma es también común, pero irrisorio en comparación con los platos indios. Los chiles, en este caso se utilizan casi siempre frescos y de su color depende el nombre de los famosos red curry y gren curry (rojo y verde). Otra gran diferencia con La India es que los currys tailandeses (y de los países del sudeste) se rebajan con leche de coco. La hay de distintas texturas: crema (hecha con simple pulpa de coco triturada, más grasa), leche (crema rebajada con agua) y reduced fat (con la mitad de grasa, pero también con menor espesor). En la mayoría de mercados tradicionales tailandeses se puede comprar recién prensada, de cocos frescos. Pero en España se comercializa en lata y,e n tiendas especializadas, en polvo o incluso en sobres de pasta que hay que diluir con agua. Otra peculiaridad de los guisos thai es que casi siempre se acompañan de alguna verdura. Así, el curry verde tiene entre sus ingredientes la berenjena china, y el massaman, patata. Siempre se sirve acompañado de arroz (fundamentalmente arroz jarzmín, con un intenso perfume). Si viajas a Tailandia o visitas un restaurante tailandés no te hagas el valiente con el picante. Si es tu primera experiencia, apuesta por un “not spicy curry” o directamente pide un Panang curry (el hermano tailandés del Korma indio) o un Massaman poco picante. En Tailandia y alrededores, lo que para ti es picante, para ellos es dulce. Y lo que para ellos pica, para ti es incomestible, a no ser que tu tolerancia a la capsaicina esté entrenada.

S e r v i d o r a , p i c a n d o g r e e n c h i l l i e s e n C hiang Mai/M. H.

G r e e n c u r r y e n p r o c eso

G r e e n c u r r y h e c h o por mí / M. H. En países como Malasia o Indonesia, el consumo de curry también está extendidísmo, y presenta algunas particularidades. Por ejemplo, en Malasia, como en partes de Tailandia, el tamarindo (fruto de un árbol del que se extrae la pulpa) forma parte fundamental del guiso. En Indonesia, el plato más conocido es el kari ayam (pollo al curry), que se sirve acompañado de roti o paratas de patata. En Bali, por ejemplo, es típico utilizar el curry para aderezar, incluso frutas, como la famosa Jackfruit. Pero también han importado el famoso butter chicken (un curry meloso, ligado con mantequilla) traído directamente de la India ¿Y EUROPA, QUÉ?

Los países del Reino Unido han convertido el curry en su comida nacional. El furor de este guiso, y sobre todo de sus versiones indias, arrasa en UK. Tanto es así que en cualquier pub inglés o irlandés se puede pedir un dudoso plato de Tikka Masala (con salsa procesada, of course) o reservar el jueves en la agenda como la Curry’s night que seguro ofrece el bar más cercano. El menú completo no cuesta más de 12 libras y lleva incluidos sofisticados entrantes descongelados que se hacen pasar por indis. No faltan los pasteles de cebolla (onion bhaji, mi perdición) o las samosas. Tampoco un naan bread y su cazuelita plateada de cordero, ternera o pollo con curry. Las risas con debutantes están servidas si consigues convercerlos de que el Vindaloo es el menos picante de los platos. Por suerte, Reino Unido está también plagado de restaurantes indios y pakistaníes, que hacen las delicias de los paladares más valientes y de los estómagos más resistentes. No es extraño acudir a uno de estos locales a celebrar cumpleaños o fiestas, ni pasar por la puerta al olor del Naan bread recién hecho, a la manera tradicional. Sobre una piedra caliente. Además, en Reino Unido se celebra anualmente la “National Curry Week” o semana nacional del curry, en la que los fans de este plato eligen incluso la capital del curry para ese año, el pub en el que se se sirve el mejor guiso, el mejor restaurante tradicional o incluso el mejor plato del año. Toda una oda a las especias. En Alemania, por contra, han conseguido introducir el curry en uno de sus platos más reconocidos de la comida callejera: la currywurst. La archiconocida salchicha, rociada con salsa de tomate, mostaza y curry en polvo. Fuera del Dankeschön y del Thank you, la presencia de los platos de curry es testimonial, más allá de los nuevos restaurantes de servilleta blanca que han decidido modernizarse o apostar por la cocina de fusión a base de regar sus creaciones con los famosos polvos amarillos. Pocos son los que, de momento, han descubierto la versatilidad de una tendencia gastronómica que es toda una liturgia. Y es que, como os dije hace 2.285 palabras, el curry no son sólo los polvos amarillos.

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