Redactor jefe: Peter Lengyel Redactor jefe adjunto: Ali Eazancigil

Edición francesa: Revue internationale des sciences sociales (ISSN 0304-3037), Unesco, Paris (Francia). Edición inglesa: International social science

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Edición francesa: Revue internationale des sciences sociales (ISSN 0304-3037), Unesco, Paris (Francia). Edición inglesa: International social science journal (ISSN 0020-8701), Unesco, Paris (Francia). Edición árabe (selecciones trimestrales): Al-Madjalla al-Dawaliyya lil-'Ulüm ul-Idjíima'iyya, Unesco Publications Centre, 1 Talaat Harb Street, Tahrir Square, El Cairo (Egipto).

Temas de los próximos números El Estado: sus orígenes y evolución Dialéctica de datos E n las fronteras de la sociología

Precio y condiciones de suscripción [A] Precio del número: 23 F Suscripción: 1 año, 70 F 2 años, 116 F Se ruega dirigir los pedidos de suscripción a los agentes de ventas de la Unesco {véase la lista), quienes podrán indicar las tarifas en moneda local. Toda comunicación de cambio de dirección debe ir acompañada de la última banda de expedición. Imprenta de Presses Universitaires de France, Vendôme. © Unesco 1980

Redactor jefe: Peter Lengyel Redactor jefe adjunto: Ali Eazancigil Corresponsales Bangkok: Yogesh Atal Belgrado: Balsa Spadijer Buenos Aires: Norberto Rodríguez Bustamante Canberra: Geoffrey Caldwell Colonia: Alphons Silbermann Delhi: André Béteille El Cairo: Abdel M o n e i m El-Sawi Estados Unidos de América: Gene M . Lyons Ife: Akinsola Akiwowo Londres: Cyril S. Smith Mexico: Pablo González Casanova Moscú: Marien Gapotchka Nairobi: Chen Chemutengmende Singapur: S. H . Alatas Tokio: Hiroshi Ohta

Los artículos firmados expresan las opiniones de los autores y no necesariamente las de la Unesco. Los artículos de este número pueden ser reproducidos con la autorización de la redacción. Toda correspondencia relativa a la presente revista debe dirigirse al redactor jefe de la Revista internacional de ciencias sociales, Unesco, 7, place de Fontenoy, 75700 París

Henaje de Kazimir Malevich (1878-1935), en !a Galería Tretyakov, Moscú. El pintor ruso es considerado el creador de un estilo abstracto llamado "suprematismo", adoptado después de 1913. Esta interpretación de una actividad agrícola (cara a los artistas a través de los siglos) data de 1909. [Foto cortesía de la Agencia de Prensa Nóvosti]

revista internacional de ciencias sociales Revista trimestral publicada por la Unesco, París Vol. X X X n (1980), n.° 3

El trabajo Editorial 435

Stavros Voutyras Peter David Anthony Albert Cherns

Frank Adler

Farouk Benatia

Ideología y valores Concepción clásica y concepción romántica del trabajo 443 El trabajo humano y la pérdida del significado 455 El trabajo y los valores: cambios en las sociedades industriales 467 Casos y conflictos Trabajo y desarrollo de la personalidad en la República Democrática Alemana 485 Algunas hipótesis sobre el trabajo femenino en Argelia 508

Enid Schildkrout Nuevas reflexiones acerca del trabajo de los niños 525 Tadashi Hanami

Mark A. Lutz Erik Schwimmer

La solución de los conflictos laborales en una perspectiva mundial 537 Dimensiones económicas Hacia una teoría económica del trabajo más general 555 Los límites de la ideología económica: estudio antropológico comparativo sobre los conceptos de trabajo 569

Bases de datos socioeconómicos: situaciones y evaluaciones H. N. S. Karunatilake Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka 587

ISSN 0379-0762

J. E. Greene • Patrick A. M . Emmanuel

Dos informes provenientes del Caribe: L a investigación y los sistemas de información

Problemas de la investigación y el acopio de datos en islas pequeñas donde no existe facultad de ciencias sociales 615 Carta al redactor jefe 620

Yang Cheng-Fang

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El ámbito de las ciencias sociales Las ciencias sociales en China 623 Servicios profesionales y documentales Calendario de reuniones internacionales 629 Libros recibidos 632 Publicaciones recientes de la Unesco 635

El trabajo

Editorial

N o ha sido fácil preparar este número. Aunque hay u n sinfín de textos sobre el empleo, el desempleo, el subempleo, las relaciones industriales y todo lo que rodea a esa entidad estructurada que recibe el nombre de "empleo", se ha dedicado menos atención al trabajo propiamente dicho, c o m o actividad h u m a n a , c o m o ideología y c o m o sistema de valores. Por ello, ha sido difícil encontrar colaboradores que tuvieran algo importante que decir al respecto; cabe esperar que los lectores consideren estos artículos tanto m á s interesantes por cuanto destacan dimensiones que han quedado algo descuidadas en el debate actual. H e m o s buscado en vano la voz "trabajo" en la International encyclopaedia of the social sciences (1968), en A dictionary of the social sciences (Gould y Kolb, 1964), en la 14. a edición de la Encyclopaedia Britannica, o en la Chambers's encyclopaedia (1955). L a New Columbia encyclopaedia (1975) habla únicamente de física y de mecánica en la voz "trabajo", y en la Brockhaus Enzyklopädie (edición de 1976, vol. 1)figurau n breve asiento titulado Arbeit, con una subsección relativa al lugar que le corresponde en la teoría económica, seguida de veintitrés páginas dedicadas a términos compuestos, que van de Arbeiter (trabajador) a Arbeitszeit (tiempo de trabajo). E n cambio, en la 15. a edición de la Encyclopaedia britannica (1974, vol. 19), hay u n artículo titulado " W o r k , organisation of" y en el Diccionario de ciencias sociales (1976, vol. II), otro sobre "Trabajo, trabajador". El comienzo del artículo sobre "travail" de la Encyclopaedia universalis francesa (vol. 16, 1968) es paradójico: "Se ha señalado u n a y otra vez que la aparición de la palabra 'trabajo' es relativamente reciente [...] E n ningún m o m e n t o , ni siquiera cuando era m á s manifiesta la acción sobre la naturaleza y m á s compleja la división del trabajo, una sociedad se ha concebido deliberadamente a sí misma tan orientada por el trabajo c o m o la actual." Si esto es así, el descubrimiento parece haberse producido también bastante tardíamente. El Dictionary of the history of ideas (compilado por P . Wiener, Nueva York, Scribner's, 1973, vol. IV) contiene u n interesante artículo sobre el "trabajo", de Felice Bottaglia, autor de Filosofía del Lavoro (Bolonia, 1951), que menciona varios libros menos conocidos, entre ellos los de H . Averon, La philosophie du travail (París, 1961); M . D . Chenu, Pour une théologie du travail (Paris, 1955); R . K w a n t , Philosophy of labor (Pittsburgh, 1960); J. Todolí,

Rey. int. de cienc. soc., vol. X X X I I (1980), n.' 3

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Filosofía del trabajo (Madrid, 1954); H . Weinstock, Arbeit und Bildung (Heidelberg, 1954) y S. Wyszinki, Lo spirito del lavoro humano (Brescia, 1954). Es, pues, evidente que últimamente, en diversos países, la idea del trabajo no ha sido totalmente pasada por alto por los filósofos. Esta Revista ha seguido los criterios generales al respecto. Hace exactamente veinte años, dedicamos un número a los aspectos sociológicos del ocio (vol. XII, n.° 4, 1960), que por aquel entonces —y todavía hoy en gran parte— se concebía c o m o u n problema urgente en las sociedades industriales, en las cuales el trabajo y el no-trabajo son modos estrictamente separados de pasar el tiempo, tendiendo este último a aumentar y aquél a disminuir. E n 1975, apareció nuestro número titulado "Professionalism in flux" (vol. XVIII, n.° 4), pero, según John Ruskin, citado por Peter Anthony en estas páginas, el trabajo profesional es esencialmente un áspero juego o, según otro punto de vista adoptado por Gabriel Gyarmati en el número anterior, la base de una estructura de poder. Volvimos a analizar una modalidad concreta de utilización del tiempo libre, a principios de este año, en nuestro número sobre " L a anatomía del turismo" (vol. X X X I I , n.° 1) y sólo ahora abordamos directamente el tema del trabajo, su ideología y sus valores. Nuestro presente interés parece oportuno por diversas razones. E n un plano m á s inmediato, hay una contradicción creciente entre los principios declarados del pleno empleo, la protección de los puestos de trabajo, o sea del "derecho al trabajo", y la capacidad que tiene la economía de ampliar el mercado laboral organizado y de acoger a todos los que buscan trabajo. Desde la década de 1920, y en mayor medida con posterioridad a la segunda guerra mundial, el pleno empleo ha sido el centro de preocupación de todos los estados industriales, al paso que en el tercer m u n d o se considera que la expansión del empleo organizado es un índice importante de modernización. N o es, pues, sorprendente que la Organización Internacional del Trabajo haya sido el único gran organismo especializado, constituido al mismo tiempo que la Sociedad de las Naciones, que haya sobrevivido, siendo hoy por ello uno de los miembros antiguos del sistema de las Naciones Unidas. Por otra parte, la Declaración Universal de Derechos H u m a n o s , aprobada por las Naciones Unidas c o m o "ideal c o m ú n por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse", especifica en su artículo 23: "1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. 2. T o d a persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por igual trabajo. 3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure, así c o m o a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana, y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. 4. T o d a persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses." H a y disposiciones similares en las constituciones, planes y ordenamientos jurídicos de muchos países, que contrastan radicalmente con actitudes c o m o la

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expresada, por ejemplo, en una cláusula del Fuero del Trabajo, promulgado el 21 de abril de 1927 por el gobierno fascista de Italia, y que decía: "El trabajo no confiere derecho alguno: es u n deber social, y solamente c o m o tal solicita la atención y la protección del Estado"; por no hablar del supremo cinismo de la descripción que figuraba en la puerta de los campos de concentración nazis: "Arbeit macht frei" (El trabajo libera). Si ha sido posible expresar opiniones tan esencialmente divergentes en unos pocos decenios, u n análisis m á s riguroso de la ideología y el sentido del trabajo a lo largo de la historia parece constituir u n ejercicio m u y estimulante, que emprenden en el presente número Stavros Voutyras, desde una perspectiva m u y amplia, y Peter David Anthony y Albert Cherns con respecto a una época reciente y a la actual. Cabría escoger el año de 1844 para fechar la aparición del análisis moderno del trabajo, ya que en él fueron publicados dos textos decisivos sobre el tema: el de Federico Engels, La condición de la clase trabajadora en Inglaterra, que contenía la célebre descripción del sistema fabril, y los Manuscritos económicos yfilosóficosde Carlos Marx (1844), en los cuales expuso por primera vez la teoría del trabajo alienado. Es también m u y significativo que uno de los primeros clásicos de la sociología sea De la division du travail social de Émile Durkheim (1893). Después de exponer las bases de la solidaridad social, Durkheim analiza la correlación aparentemente negativa entre el progreso, económico y la felicidad, tal c o m o puede medirse en función del índice de suicidios, introduciendo con ello el concepto de anomia. Este concepto, que glosó más ampliamente en otra obra también innovadora (su estudio sociológico sobre el suicidio, de 1897), merece ser calificado, junto con el de : alienación (y posiblemente con mayor precisión que este último), c o m o uno de los conceptos cardinales que se aplican al trabajo y a su valoración en la sociedad actual. E n su conclusión, Durkheim refuta la "ilusión" de que la personalidad esté m á s intacta cuando el trabajo está menos dividido. Antes por el contrario, pretende que tanto el mantenimiento de la personalidad individual como.el afán de lograr una sociedad más universalista (gracias a un mayor número de unidades m á s amplias), dependen de la ulterior división del trabajo: "Sólo se podrá alcanzar el ideal de la fraternidad h u m a n a en la medida en que progrese la división del trabajo"1. Esta idea suscitará grandes reservas hoy, prácticamente por las mismas razones que las que han incitado a dudar sobre la capacidad de la división internacional del trabajo y del comercio mundial para promover espontáneamente la paz mundial y la armonía económica. El empleo concebido c o m o norma hizo su aparición hace apenas cien años, incluso en los países industriales. Su opuesto patológico, el desempleo, fue m e n cionado por primera vez en la Encyclopaedia Britannica en la edición de 1911, al paso que el concepto de "desempleo encubierto" fue acuñado por Joan Robinson en 19362. L o que Gunnar Myrdal califica de "vuelco impresionante", al hablar de la percepción del trabajo en el tercer m u n d o , fue más tardía todavía: "El hincapié en el desempleo y el subempleo y en la necesidad urgente de crear

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oportunidades de empleo, que constituye la esencia de la nueva concepción del pensamiento clásico, es principalmente un fenómeno posterior a la segunda guerra mundial. E n las obras anteriores, lo que preocupaba sobre todo era el obstáculo que representaba la escasez persistente de m a n o de obra con que tropezaban los gobiernos coloniales y los empresarios privados"3. L a primera actitud se basa en el supuesto, m á s o menos implícito, de que los pueblos no occidentales no se sienten dispuestos a trabajar (que es lo que el sociólogo malasio S. H . Alatas ha calificado de "mito del indígena perezoso"), o que su capacitación para las tareas modernas constituye u n obstáculo insuperable; en cambio, la segunda considera que el trabajo es u n recurso que procede encauzar deliberadamente mediante la creación de empleos. A juicio de Myrdal, hay toda una estructura conceptual detrás de esa transferencia bastante poco realista de ideología. Ralph Pieris, sociólogo de Sri Lanka, en su ensayo "Las masas trabajadoras" y a partir de datos m u y amplios afirma que: " T o d o parece indicar que los planificadores de los países subdesarrollados están procurando reproducir una ética de trabajo esforzado y una disciplina industrial que suponen inherente a la cultura; occidental, aunque sea totalmente desconocida por las economías tribales de los países asiáticos y africanos [...] D e este m o d o , la política económica podría quedar determinada por el m o d o en el cual se manifiesta el "efecto de demostración" (de u n consumo elevado). Pero puede ocurrir que la gente desee receptores de radio sin molestarse por conseguirlos [...] U n a excesiva codicia de bienes de consumo sin la capacidad o el afán de esforzarse por obtenerlos puede traer consigo que los agricultores vendan sus arados y sus bueyes para comprar un receptor de radio, o engendrar u n comportamiento psicológico deformado, c o m o son los cultos 'cargo' "*. Cabe dudar, pues, que la ética occidental del trabajo, arraigada en tradiciones culturales y religiosas precisas, especialmente en el puritanismo ascético (que analizaron brillantemente M a x Weber en su libro precursor La ética protestante y el espíritu del capitalismo [1904-1905], R . H . Tawney en Religion and the rise of capitalism [1922] y, desde una perspectiva psicológica, David McClelland en The achieving society [1961]), sea un producto de exportación adecuado. Todos los datos parecen indicar que lo que lleva a valoraciones diferentes del trabajo y de la diligencia laboral —y que n o es posible suscitar exógenamente—, es el dinam i s m o histórico interno de las diferentes sociedades. Así por ejemplo, la ética del trabajo parece estar decayendo actualmente en el Japón6 y, en cambio, está en pleno auge en países c o m o la República de Corea 6 y Singapur y en ciertas regiones de Brasil. Es indudable que el trabajo constituye el problema central de la praxis social. N o se puede decir realmente que exista en el caso de una persona aislada o de u n ermitaño, cuyos esfuerzos por la propia supervivencia n o son sino una versión abstracta de la esencia interactiva del trabajo h u m a n o . E n las sociedades preindustriales, aun siendo duro, monótono e ingrato, el trabajo está típica-

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mente enrraizado en la reciprocidad, en la práctica religiosa, en las normas de la comunidad, etc.; c o m o tal, es a menudo contingente y episódico y no se diferencia claramente de otras actividades; del mismo m o d o , tampoco hay necesariamente una discontinuidad brutal, en el espacio o en el tiempo, entre el trabajo y el no-trabajo, c o m o señala m á s adelante Erik Schwimmer. F . Benatia y Enid Schildkrout describen también en este número ciertos efectos de la concepción del trabajo sobre los papeles y la estructura socioprofesional, en particular en relación con las mujeres y los niños. El trabajo, considerado c o m o una especie de corriente canalizada e interminable en la cual queda totalmente inmerso el trabajador durante u n número fijo de horas al día, normalmente en u n lugar especial reservado exclusivamente para esafinalidady en compañía de otros con quienes no tiene más vínculos que los que se crean en el propio lugar de trabajo, está asociado a la industrialización. Coincide también en gran parte con el paso del trabajo c o m o algo regulado por la costumbre o la adscripción —y no necesariamente remunerado monetariamente—, al trabajo contractual a cambio de u n sueldo o salario, y, por ende, según la terminología de Tönnies (1855-1936), con la evolución de la Gemeinschaft (comunidad) a la Gesellschaft (sociedad). L a crisis que actualmente parece estar influyendo en el trabajo y en sus valores, en las sociedades industriales adelantadas, puede interpretarse también c o m o una consecuencia directa de su total secularización. Quizás sea erróneo referirse a la "pérdida" de significado en este contexto, en la medida en que el trabajo propiamente dicho no ha tenido quizás nunca u n gran significado, salvo su valor instrumental obvio. Pero, mientras estuvo impregnado de u n significado trascendental ligado a sufinalidadsocial o a su carácter sagrado, tuvo indirectamente un sentido. Allí donde esto ha dejado de ocurrir, el afán de atribuir al trabajo un valor intrínseco tropieza con ciertos límites psicológicos. C o m o observó ya Sigmund Freud, " c o m o camino hacia la felicidad, el trabajo no es demasiado apreciado por los hombres. N o van en pos de él c o m o lo hacen con otras actividades que producen satisfacción. L a inmensa mayoría solamente trabaja por obligación, y esta aversión h u m a n a y natural al trabajo suscita los más arduos problemas sociales"7. D e u n m o d o parecido al de la familia nuclear, se ha asignado quizás a menudo al trabajo u n mayor peso del que puede soportar, y se ha esperado de él que produzca recompensas psíquicas utópicamente ricas para la inmensa mayoría, que, en realidad, no obtiene de él gran satisfacción. Por lo mismo —y también en cierto m o d o a semejanza de la familia nuclear—, el trabajo está en la confluencia de una amplia g a m a de motivos de insatisfacción, tensiones y conflictos que pueden imputársele m u y adecuadamente, aunque no se deriven en forma inmediata de él. Cabría también suponer que la inmensa mayoría de quienes se han molestado realmente en escribir sobre el trabajo pertenecen a la categoría de las personas m u y motivadas, que sienten una sensación de plenitud en la actividad creadora, c o m o lo confirman las biografías de algunos de ellos, por ejemplo las

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de M a r x y Freud. Las anécdotas tomadas de entrevistas o declaraciones de esa "mayoría silenciosa", que corresponde a la otra categoría, tienen, pues, una importancia contrapuesta. A muchos que no han pensado nunca en formular sus ideas por escrito se les puede convencer por lo menos de que las expresen verbalmente. Así por ejemplo, una mujer francesa que trabaja en una línea de producción dijo: "El trabajo se le imprime a uno en el cuerpo pero también en la cabeza. Y o no puedo prescindir ya de esta cosa repugnante. Estoy drogada, verdaderamente drogada por el trabajo. ¿ N o será realmente la peor droga? Si, el trabajo nos trabaja. Y , aunque estoy obligada a hacerlo para comer, m e gustaría gritar por encima del ruido de las máquinas: N o m á s trabajo, nunca más!" 8 . E n la introducción del conocido compendio de entrevistas grabadas de 133 norteamericanos sobre su trabajo, su autor, Studs .Terkel, dice lo siguiente: " A l tratar sobre el trabajo, este libro versa, justamente, sobre la violencia —ejercida contra el espíritu y contra el cuerpo [...] Versa sobre todo (o en el fondo), sobre las humillaciones diarias. Versa también sobre la búsqueda: la del sentido cotidiano de la vida, m á s allá del pan de cada día; la del reconocimiento, m á s allá que a través del dinero; la de una especie de vida que sea algo más que una especie de muerte de lunes al viernes [...] U n a feliz minoría disfruta con su trabajo cotidiano; pero, para la mayoría; constituye una fuente apenas encubierta de descontento. El lamento del trabajo manual no es menos amargo que el del intelectual. "Soy una máquina", dice el soldador. "Estoy enjaulado", dice el cajero de un banco, y lo mismo repite el empleado de u n hotel. "Soy c o m o una mula", dice el trabajador del acero. " U n m o n o podría hacer lo que yo hago", dice el portero. "Soy menos que u n apero agrícola, dice el trabajador inmigrado. "Soy un objeto", dice la maniquí de alta costura. U n o s y otros repiten la misma frase: "Soy u n robot." " N o vale la pena hablar de esto", afirma desesperado el joven contable9. Y Terkel añade: "Durante mis tres años de investigación, m e asombraron constantemente los sueños extraordinarios de las personas ordinarias. P o r m u y desconcertante que sea el presente, y por m u y hipócrita que sea el lenguaje oficial, los que calificamos de personas ordinarias tienen un sentido de valía personal — o , más a menudo, una falta de él— en el trabajo que hacen"10. Cuando falta tal sentido de valía, surge la desesperación, c o m o en esta frase de un obrero temporero japonés: "Estoy desfigurado: mi cara es la de alguien que lo ha perdido todo. Es lamentable: m e doy asco a m í mismo. ¿Cuánto voy a poder aguantar? Y a no estoy seguro de nada. Tampoco en m i trabajo m e siento a gusto. M i vida consiste en levantarme, ir a la fábrica, acostarme y arrastrar mi cuerpo cansado para llegar al trabajo a la hora en punto. M i vida consiste simplemente en obedecer a la todopoderosa fábrica. Sin darme yo cuenta, m e he dejado engañar"11. L a aversión ante el trabajo, la alienación y la anomia se ponen claramente de manifiesto en esas afirmaciones, pero también expresan la negativa a aceptar

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el trabajo c o m o afán simplemente absurdo y obstinado de lograr un cierto grado de armonía entre el esfuerzo cotidiano, las necesidades personales y la categoría social. Esta armonía tuvo ciertamente u n a perfección relativa gracias a las condiciones propias de ciertas ciudades europeas en los siglos x m y xiv, al florecer la artesanía, bajo la organización de los gremios. C . W . Mills ha definido la artesanía (que no era, por cierto, accesible a todos, pero que afectaba desde luego a un estrato m á s amplio que el quehacer científico o el artístico) c o m o u n modelo plenamente idealizado de satisfacción laboral, con seis características diferenciadoras: " E n el trabajo n o hay otro móvil que el de la fabricación del producto y su creación. Los detalles del trabajo cotidiano tienen sentido porque el trabajador no los disocia en su espíritu del producto del trabajo. El artesano tiene plena libertad para controlar las operaciones que hace. D e este m o d o , puede aprender con su trabajo, y utilizar y desarrollar su capacidad y su competencia al realizarlo. N o hay una división entre el trabajo y el juego, entre el trabajo y la cultura"12. Los múltiples intentos de reconstituir la ética de la artesanía, posteriores a la revolución industrial, dan fe de la persistente atracción de esta visión integral del trabajo. Pero parece improvable que pueda haber u n amplio retorno a tal estructura, a escala de las sociedades industriales de masas. Por consiguiente, habrá que buscar otras soluciones diferentes, y en los artículos del presente número, en particular en el de Frank Adler, se señalan algunos rumbos posibles. M a r k A . Lutz destaca las estrechas hipótesis basadas en la motivación, tradicionalmente inherentes a la disciplina de la economía, y Tadashi H a n a m i afirma que el hecho de que los sindicatos no sean capaces de proteger los intereses de los grupos no organizados demuestra las limitaciones del racionalismo económico. Aparentemente, si se lleva demasiado lejos la lógica de los "empleos", tiende a reafirmarse una contralógica del trabajo no organizado, especialmente cuando el costo de la creación y el mantenimiento de un lugar de trabajo —y, por consiguiente, de u n empleo— llega a u n cierto nivel. Así pues, el empleo y el trabajo están en una cierta oposición: aquél es una especie de privilegio y éste o bien se realiza ilegalmente o bien (en particular en el tercer m u n d o ) sigue llevándose a cabo en la forma tradicional, en una esfera totalmente separada del sector del empleo moderno. Se puede calibrar la importancia de esta dicotomía recordando que, según se afirma, en la India sólo cabría clasificar técnicamente de "empleados" a unos trece millones de individuos, de una población activa total de unos ciento sesenta millones13. ¿Cuál es el futuro del trabajo? Sin embarcarnos en generalizaciones carentes de todo sentido y en predicciones aventuradas, cabe señalar que disciplinas c o m o la sociología, la antropología, la psicología y la economía, así c o m o la ciencia m á s reciente que recibe el nombre de ergonomia (palabra acuñada en .1949 para u n sector de estudio que tiene sus raíces en el taylorismo y concepciones similares) se interesan m u y activamente por el trabajo y por todos los fenómenos relacionados con él. Por otra parte, c o m o la vigilancia estadística es cada vez m á s

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compleja, se estudia y analiza u n número mayor de dimensiones asociadas al trabajo c o m o , por ejemplo, la dedicación al mismo, el m o d o de repartir el tiempo y la calidad de la vida laboral. Cabe pensar que muchas tendencias actuales o incipientes, desde el movimiento en pro de una escala menor de las unidades de explotación y una mayor descentralización, hasta la reducción de la necesidad de la cercanía y la movilidad personal debido al perfeccionamiento de las telecomunicaciones; desde la ruptura de los estereotipos sobre el papel de los roles sexuales y sociales en el trabajo hasta la reivindicación de un horario de trabajo m á sflexible,pueden repercutir en los valores y en la ideología del trabajo y en las condiciones en las cuales se lleva a cabo. Ciertos observadores, c o m o el hoy fallecido Erich F r o m m , consideran que la reforma del trabajo es u n elemento central para la reestructuración de la sociedad industrial y u n m o d o de evitar la invasión del "robotismo"11. Otros estiman que su desplazamiento en último término constituye el foco determinante de la vida humana. C o m o señala m á s adelante Peter Anthony, no hay una alternativa inmediata al trabajo, pero es m u y posible que la fase siguiente de su historia sea la m á s innovadora y experimental hasta la fecha.

P. L. [Traducido del inglés]

Notas 1

E . Durkheim, De la division du travail social,7 S . Freud, Civilization and its discontents, p. 22, p. 402, París, P U F , 1973. Nueva York, Doubleday, 1958. 2 8 Joaa Robinson, "Disguised unemployment", Entrevista en el periódico parisino Liberation, Economic journal, vol. X L V I , n.° 182, junio 29 de noviembre de 1976. 9 de 1936, p . 225-237. Studs Terkel, Working, p. xi-xü, Nueva York, 3 Gunnar Myrdal, Asian drama, vol. II, p . 964, Pantheon, 1972. Nueva York, Twentieth Century Fund, 1968. 10 Ibid., p. xxiv. 11 * Ralph Pieris, Studies in the sociology ofdevelopment, K . Satoshi, Toyota, l'usine du désespoir — Journal p. 109 y 110, Rotterdam, Rotterdam Univerd'un ouvrier saisonnier, p. 80 (traducido del sity Press, 1969. japonés), París, Éditions Ouvrières, 1976. 5 Véase T a m a o Tokuhisa, "Tourism within, from 12 C . W . Mills, White Collar, p. 220, Nueva York, and to Japan", International social science Oxford University Press, 1956. journal, vol. X X X I I , n.° 1, 1980, p. 128-131. 13 P . C . Mahalanobis, "Science and national plan8 Véase K i m Kyöng-dong, Man and society in ning", Sanhya. The Indian journal of statistics, Korea's economic growth. Seul, Seul National vol. 20, sept, de 1958, p . 77 y 78. 11 University Press, 1979, especialmente el capíErich F r o m m , The sane society, Nueva York, tulo 2 , "The meaning of work and labor Rinchart, 1955, especialmente el subcapítulo commitment in Korea". titulado "Roads to sanity", p . 270-352.

Ideología y valores Concepción clásica y concepción romántica del trabajo

Stavros Voutyras D o s corrientes dominan la evolución de las concepciones sobre la idea de trabajo en el m u n d o : la clásica y la romántica. L a primera, que podemos llamar también realista, considera siempre el trabajo bajo el prisma de la realidad social dominante. L a segunda, por el contrario, idealiza el trabajo h u m a n o . L a corriente clásica viene de Aristóteles y de Jenofonte, de Cicerón y de los romanos, para desembocar, tras la disolución del m u n d o antiguo, en los economistas clásicos, y pasar a ser finalmente el punto de apoyo del capitalismo, creador, pero también creación, de la civilización técnica e industrial contemporánea. Actualmente podemos considerar que la corriente clasico-realista está representada por los sistemas de organización del trabajo, es decir el taylorismo en el oeste y el stajanovismo en el este. Por otro lado, la corriente romántica, que parte de Hesíodo, de Séneca y de los defensores del trabajo en la antigüedad, cristaliza en el cristianismo y en la doctrina de los padres de la Iglesia, que idealizan el trabajo h u m a n o . Los utopistas fueron los herederos de esta tradición, que desemboca en el socialismo y en los intelectuales humanistas de occidente.

L a concepción clásica del trabajo Las dos características principales del trabajo h u m a n o en el derecho romano fueron: por una parte, su aceptación del contrato de arrendamiento, y, por la otra, su división en trabajos liberales y trabajos serviles. Sólo los primeros podían ser objeto de contrato de arrendamiento. Estas características tienen su origen en la utilización de los esclavos en

Stavros Voutyras es profesor de derecho social y de política social. Es encargado de curso en la Escuela de Ciencias Políticas "Paydios" de Atenas, En este articulo se recoge lo esencial de una ponencia presentada al simposio de la Asociación Internacional de Críticos Literarios que tuvo lugar en Atenas el 8 de octubre de 1976.

Rev. int. de cieñe, soc., vol. X X X I I (1980), n.» 3

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Stavros Voulyras

gran escala durante toda la antigüedad, y también en una actitud negativa con respecto al trabajo. Los romanos habían heredado de los antiguos griegos esta distinción entre trabajos liberales y trabajos serviles1 que no convenían a las personas libres. Examinemos este aserto. Es incontestable que la esclavitud se consideraba en el m u n d o helénico antiguo c o m o un hecho natural; algunos textos clásicos hablan incluso de su necesidad. L a esclavitud, según Glotz2, dimana de tres fuentes: el nacimiento, la guerra y la condena judicial. Ninguna sociedad sana podía vivir sin esclavos3. E n la Grecia antigua, los esclavos eran legión. Antes de la guerra del Peloponeso, se contaban unos 125 000 esclavos en el Ática. Por la misma época, Atenas tenía alrededor de 100 000 habitantes. Cincuenta mil esclavos trabajaban en la m a n u factura y el resto en las minas, donde las condiciones eran excepcionalmente duras1. Los ciudadanos corrientes, de un nivel de vida medio, disponían de uno o dos esclavos, y los ricos, aproximadamente de diez o doce6. Beloch calcula en 80 000 los esclavos que había en el Ática al comienzo de la guerra del Peloponeso; en 120 000 los ciudadanos libres, y en 30 000 los metecos. E n el año 403 a. de J. C , este número se había reducido a 35 000 esclavos, 80 000 ciudadanos libres y 22 000 metecos. Pero, según Glotz, había durante el mismo periodo 200 000 esclavos6. Puede observarse que también los judíos recurrieron en la antigüedad al trabajo de los esclavos. Pero entre ellos no era raro el trabajo de las personas libres mediante contrato7. ¿De qué m o d o coincide la necesidad de la esclavitud con la distinción de calidades en el trabajo? L a cuestión de la esclavitud y de la distinción de los trabajos por su calidad en la Grecia antigua no es una cuestión sencilla. Varios investigadores polemizan sobre el tema. L a esclavitud en la antigüedad fue una realidad bastante compleja8. Para empezar, se trata de saber si existía en Atenas la servidumbre agrícola9, o si al trabajo rural se le consideraba o no u n trabajo humilde. Por otra parte, en R o m a , algunos ciudadanos cultivaban sus tierras ellos mismos y otros vivían del comercio o de las artes. Ciudadanos libres trabajaban en el campo junto a los esclavos10. E n todo caso, se sostiene que a partir de la época homérica existió el trabajo asalariado11: había personas libres que arrendaban su trabajo. A los 07)Teç12, por ejemplo, se les consideraba personas desdichadas, pues siendo libres, y por causa de su extrema indigencia, se veían obligados a cultivar la tierra de los ricos. Se plantea, no obstante, una cuestión: la actitud negativa de los griegos antiguos respecto al trabajo en general, y respecto al trabajo manual en particular, ¿se refería al sentido mismo del trabajo o a la forma-de prestación de este trabajo y sus consecuencias? N o s cuesta m u c h o admitir que fuese esta última actitud la dominante. A l trabajo manual no se le consideraba en sí mismo c o m o

Concepción clásica y concepción romántica del trabajo

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algo humillante, c o m o algo inconveniente e indigno de u n hombre libre13. L a virtud, para Hesíodo, es la dignidad que adquiere el hombre merced al sudor de su trabajo. E n el mito de Prometeo y de Pandora se representa la necesidad del trabajo c o m o sanción impuesta al hombre para castigarle por el robo del fuego. Pero ésta es una pena correccional, que aspira a devolver al individuo su dignidad por medio de su acción misma. E n esta interpretación mítica hay una apreciación profunda del trabajo14. E n la concepción helénica, el trabajo se representa siempre c o m o fatiga y dolor15. E n lengua helénica, el trabajo es dolor (TCÓVOÇ, ,

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"Isaac Newton", del pintor inglés William Blake (1757-1827). Grabado en color terminado a la acuarela. [Foto: Unesco]

"Experimento químico", del pintor alemán Xaver Fuhr (1898- ). [Foto: Unesco]

L a industria

"Telar", de Vincent V a n Gogh (1853-1890). U n a obra de juventud del maestro holandés. [Foto: Unesco] "Obreros de la construcción", de Fernand Léger (1881-1955). Al pintor francés le fascinó tanto la tecnología moderna que fue apodado "el tubista". [Foto: Unesco]

Identidad profesional

"Curanderos ambulantes", miniatura turca del siglo xv proveniente del Album del conquistador [Foto: Unesco]

"Viejo maestro de escuela", pintura al óleo sobre madera de Gérard D o u (1613-1675), pintor holandés discípulo de Rembrandt. [Foto: Unesco]

El simbolismo del trabajo

"Los efectos de un buen gobierno", del italiano Ambrogio Lorenzetti (c. 1290-1348). Fresco en la Sala delia Pace del Palazzo Pubblico, Siena. [Foto: Unesco]

"El sol del trabajo", dibujo para la cubierta de una revista realizado por G . Narboult, R . S . S . de Ucrania [Foto: Unesco, por cortesía de Ediciones Mistetvo, Kiev]

Algunos sellos de correo

Reproducciones de pinturas ejecutadas por Klodt, Rivera y Van G o g h (Togo).

mmvmmm*** Escenas tradicionales del trabajo (Somalia).

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[Fotos: Organización Internacional del Trabajo]

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E n las sociedades premodernas, las normas sociales son habitualmente abstractas y vagas. Son diferentes de las normas legales, que revisten carácter universal en el sentido de que han de aplicarse sin tomar en cuenta la posición o rango de las partes ni el contexto social del conflicto particular de que se trate18. E n una sociedad donde generalmente no se aplican normas universales, las partes implicadas en u n conflicto n o suelen aceptar soluciones tajantes impuestas por instituciones con poder resolutorio c o m o los tribunales. A d e m á s , especialmente en ciertos países asiáticos, incluido alguno altamente industrializado c o m o el Japón, se pondera m u c h o la armonía c o m o u n valor social10. E n estos países, las partes procuran evitar el recurso a instituciones con poder resolutorio aun en casos de conflictos de derechos, procurando buscar el arreglo por medios n o jurídicos. Quizá se requieran algunos comentarios acerca del papel m á s importante que desempeñan los organismos del estado y las actitudes preferentemente legalistas de las partes en tales sociedades, ya que podría inferirse que las partes recurrirán m á s bien a organismos n o estatales si prefieren el compromiso a las decisiones inapelables. U n a de las razones de la confianza que suele ponerse en los organismos públicos es que los conflictos laborales constituyen absoluta novedad entre partes con intereses tan antagónicos, que los procedimientos tradicionales de resolución de litigios n o sirven al efecto, ya que habitualmente se basan en la premisa de que existen intereses comunes entre las partes destinados a mantener la armonía dentro del grupo social. L a industrialización, sin embargo, da inevitablemente al traste con los intereses comunes, o, al menos, con la ilusión de estos intereses comunes, y con la ética y los usos en que descansan los métodos tradicionales de resolución de litigios. Por otra parte, los sindicatos n o tienen suficiente fuerza negociadora ni madurez para hacer prosperar sus exigencias mediante la negociación, y en consecuencia propenden a confiar en la mediación de terceros. Es difícil encontrar una tercera parte neutral, que n o sea u n organismo del estado, con prestigio y poder suficientes para persuadir a las partes litigantes a aceptar u n compromiso. Ahora bien, el destacado papel de las instituciones modernas, c o m o los tribunales y los órganos de conciliación, mediación o arbitraje del estado, n o quiere necesariamente decir que dichas entidades funcionen con arreglo a patrones modernos. M u y a m e n u d o , estas instituciones actuales, establecidas según el modelo occidental, desempeñan u n papel de marcado carácter tradicional. U n informe de la O I T sobre resolución de conflictos en países africanos señala que "el éxito de las instituciones establecidas conforme al derecho moderno (como las magistraturas del trabajo instituidas en los países de habla francesa en virtud del código de 1952) se debe en gran medida a su afinidad con algunas instituciones consuetudinarias y al margen que dejan para el palabreo tradicional"20. Hallamos exactamente la misma situación en las relaciones industriales japonesas en lo que atañe a la función de los tribunales de justicia y las comisiones

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de relaciones laborales implantadas bajo la poderosa influencia del sistema norteamericano21. Por último, en la resolución de conflictos en países n o occidentales, el hincapié que se pone en el elemento cultural o h u m a n o por sobre la naturaleza económica de los conflictos industriales, no es el factor menos importante. El carácter "subdesarrollado" o "premoderno" de la resolución de conflictos en estos países, frecuentemente conceptuado c o m o negativo, resulta ser en realidad su aspecto positivo. Las normas que se aplican en los procedimientos tradicionales de resolución de litigios no son, por lo general, tajantes y objetivas, sino m á s bienflexiblesy subjetivas. A u n q u e estos métodos pueden tender a fomentar el favoritismo y algunas veces también el principio autoritario a expensas de los intereses de los trabajadores, pueden tener al mismo tiempo resultados m á s positivos al llamar la atención sobre las necesidades concretas de las partes c o m o seres humanos y evitar las soluciones económicas fríamente calculadas. E n este contexto podemos examinar algunos cambios acontecidos en las relaciones industriales occidentales contemporáneas afinde descubrir lo que podríamos aprender de las prácticas no occidentales.

Cambios recientes en las relaciones industriales occidentales El principio de autonomía hasta hoy aceptado en las relaciones industriales está siendo actualmente reconsiderado y modificado en la mayoría de los países industrializados de occidente. El papel desempeñado por el poder público va poco a poco en aumento, merced a una compleja serie de factores. Para empezar, en algunos países europeos occidentales, el rápido crecimiento económico y el pleno empleo mejoraron las condiciones de trabajo en algunas empresas a tal punto que las normas establecidas por los convenios colectivos han llegado a ser irrelevantes. E n consecuencia, el proceso de estandarización horizontal de las condiciones de trabajo, sobre una base industrial o gremial, llevado a cabo por sindicatos horizontalmente estructurados, ha perdido su importancia. C o m o en algunos países los sindicatos no han dispuesto de agentes a nivel de planta o de empresa, se ha menoscabado u n tanto su función, en otro tiempo tan importante, de regular las condiciones reales de trabajo. E n una tentativa de revocar esta tendencia, los sindicatos ingleses han tratado de modificar su estructura para dar cabida a los shop stewards, originariamente representantes de los asalariados a nivel de taller y que no pertenecían formalmente a la organización sindical. También en la República Federal de Alemania los sindicatos han intentado introducir los Betriebsräte (consejos obreros) por una parte, y, al m i s m o tiempo, establecer sus propios agentes, llamados Vertrauensleute (personas de confianza), a nivel de planta o taller. Estos empeños no han tenido completo éxito hasta ahora en los respectivos países. Los líderes obreros a nivel de planta se han resistido al control

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de los sindicatos y han organizado huelgas salvajes para mejorar las condiciones de trabajo. Esto demuestra que la resolución de conflictos autónoma por parte de las organizaciones sindicales existentes n o funciona bien. El segundo factor está estrechamente relacionado con la autonomía. C o m o consecuencia de las innovaciones y cambios tecnológicos en la composición de la fuerza de trabajo, y, en particular, la creciente importancia de los trabajadores técnicos y los empleados de cuello blanco, las necesidades y problemas de los trabajadores h a n cambiado. E n otro tiempo los principales puntos conflictivos en las relaciones industriales eran los topes salariales mínimos, las horas de trabajo y otras condiciones laborales que podían determinarse uniformemente a nivel regional o nacional dentro de una industria o sector profesional. Los conflictos actuales son m á s complicados y n o excluyen las necesidades y problemas psicológicos (como pueden ser las deficiencias del medio donde se trabaja, el trabaío monótono y la fatiga mental) que requieren un tratamiento concreto y específico en cada centro de actividad laboral. Para la resolución autónoma de conflictos la dificultad es doble. Por une parte, problemas c o m o las mejoras salariales, reducción de horas de trabajo, etc., que solían solventarse mediante negociaciones entre los sindicatos y la dirección de las empresas, tienden ahora a ser resueltos por fuerzas que trascienden la esfera de la acción sindical, esto es, por el rápido crecimiento económico y el pleno empleo. D e esta manera va menoscabándose la importancia de la organización sindical22. Por otra parte, no es nada fácil abordar los nuevos problemas dentro de u n a organización sindical horizontal, especialmente si los sindicatos, c o m o ocurre en el Reino Unido y en la República Federal de Alemania, no tienen delegados de empresa. T a m p o c o en este sentido h a funcionado bien en los últimos años la resolución autónoma tradicional de conflictos, que confía en la organización sindical existente. Tercero, junto con la rápida expansión económica y el pleno empleo, la demanda de mejoras salariales por parte de sindicatos gigantescos aumenta inevitablemente la amenaza de inflación, a través del círculo vicioso de las alzas en los salarios y en los precios. Por supuesto, no todo el m u n d o está de acuerdo en cuáles sean las verdaderas causas de la inflación en la sociedad industrial contemporánea. Sin embargo, no cabe duda que la intervención del poder público en las relaciones industriales responde, en parte al menos, a las incontroladas negociaciones entre empresas gigantes y exorbitantes sindicatos, que han sido causa de u n a injusta distribución de la renta. N o es lugar éste para indagar sobre al significado y la eficacia de las políticas de rentas que hoy se aplican en la mayor parte de los países altamente industrializados. N o obstante, merece la pena señalar que la incapacidad para proteger los intereses de los trabajadores n o organizados y de otros grupos de la sociedad h a sido conceptuada c o m o el defecto m á s fundamental del sistema de negociación colectiva23. E n la sociedad industrial contemporánea los servicios sociales, incluida la seguridad social, se consideran funciones esenciales del estado. Los grupos que

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m á s necesidad tienen de estos servicios son sin duda algunos grupos no organizados c o m o los trabajadores en paro, especialmente si proceden de grupos minoritarios. Allí donde existen contingentes sustanciales de m a n o de obra inmigrante es evidente que n o son los organizados en poderosos sindicatos y beneficiarios de condiciones privilegiadas los que necesitan protección, sino los extranjeros colocados en puestos de trabajo sucios y fatigosos, en condiciones deplorables. Los gobiernos de varios países trabajan actualmente para regular el procedimiento de negociación autónoma con el fin de proteger el bienestar de estos grupos n o organizados, cuenten o n o sus regulaciones con la aprobación general. E n todos los países del m u n d o los tribunales de justicia han funcionado c o m o partes del aparato de resolución de conflictos existentes. Sin embargo, puesto que el procedimiento resolutorio de los tribunales de justicia consiste en la aplicación de disposiciones legales, no es adecuado para la resolución de litigios que representen conflictos de intereses. Por eso, la mayoría de los países industrializados h a n creado u n mecanismo alternativo cuya especialidad es la resolución de litigios originados por conflictos de intereses, a través de la conciliación, la mediación o el arbitraje. Estos procedimientos de resolución de litigios son ejercidos por instituciones privadas o públicas. E n países donde se confiere importancia al principio de autonomía, tiene prioridad generalmente la resolución de conflictos laborales mediante instituciones privadas, y la intervención de órganos estatales se considera excepcional. E n los últimos años ha ido en aumento el papel desempeñado por los organismos públicos, mientras que, correspondientemente, también ha experimentado u n cambio paulatino la naturaleza del procedimiento de resolución de litigios. Según la concepción tradicional del principio de autonomía, la conciliación está llamada a desempeñar una función auxiliar en el procedimiento de negociación colectiva. Esta función consiste en eliminar incomprensiones y suavizar las tensiones principalmente motivadas por cuestiones de prestigio o antagonismo personal entre representantes de ambas partes, y que a m e n u d o dificultan la resolución autónoma. Puede decirse que la diferencia m á s notable entre el procedimiento judicial y el conciliatorio es que el conciliador, a diferencia del juez, no está interesado respecto a la esencia de una resolución24. E n suma, si la conciliación n o es otra cosa que una ayuda a la negociación, entonces es ajena a los principios de justicia o equidad e incapaz de hacer valer principios legales de interés público contra la voluntad de ambas partes. Sin embargo, en casos reales y concretos, especialmente en años recientes, los conciliadores tienden a obviar las limitaciones surgidas del hecho de n o ser m á s que meros dispensadores de auxilio en el proceso de negociación, y prestan m u c h a atención a la esencia de las resoluciones. Especialmente los conciliadores públicos se h a n hecho cada vez m á s conscientes de su papel c o m o agentes de la política del estado, particularmente cuando los gobiernos pretenden instrumentar políticas sobre la renta y poner coto a las alzas salariales mediante el aparato de

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resolución de conflictos públicos. El empleo de conciliadores públicos para imponer la política del estado a las partes en litigio se h a considerado una coartación injustificable del principio de autonomía. N o obstante, aun cuando la conciliación se limite meramente a prestar ayuda en el proceso de negociación, no debe negarse al conciliador toda iniciativa. El contenido de una recomendación en casos de conciliación debe ser decidido por el propio conciliador; otro tanto cabe decir respecto de la propuesta en la mediación y el laudo en el arbitraje, aunque el efecto de obligatoriedad varía. - Aun el conciliador m á s tradicional podría pedir a una de las partes que.acepte, si encuentra justa y razonable la pretensión de la parte contraria, o si encuentra ambas pretensiones por demás irrazonables, puede proponer lo que él estime conveniente y tratar de persuadir a ambas partes en litigio. Sin embargo, en este caso, todavía existe una diferencia entre los criterios de jueces y conciliadores. Los conciliadores basan sus decisiones en lo que ellos consideran razonable o justo en situaciones específicas de relaciones industriales, mientras que las decisiones de los jueces se basan en normas legales. Folke Schmidt distingue entre la conciliación que se limita a asistir en la negociación y aquélla en que el conciliador toma una decisión con carácter de veredicto. Llama a esta última "administración" y la define c o m o "la aplicación de normas en ausencia de derechos adquiridos"25. Las normas aplicadas en la "administración" de conflictos laborales no son disposiciones legales, sino que se inspiran en criterios de equidad. Entre tales normas, y en términos m á s concretos, Folke Schmidt incluye: la comparabilidad de salarios entre grupos de trabajadores estrechamente relacionados en términos de región o de empleo, los niveles de productividad, los aumentos en el costo de la vida, los cambios en los niveles de vida, y, por último, las directrices seguidas por la política de rentas. Estas normas a veces se contradicen. Por ejemplo, la decisión de conceder un aumento salarial a u n grupo de nivel salarial inferior, por atender exigencias de equidad, puede contradecir las de productividad. D e esta manera el conciliador h a de resolver qué n o r m a aplicar en cada caso de entre las numerosas y a veces contradictorias normas existentes. ¿Cuál habrá de ser, entonces, su criterio? Este ejemplo diferencia "administración" de fallo o sentencia, aunque en ambas formas se aplican normas. Se da por supuesto que los jueces, para dictar su veredicto, examinan hechos pasados a la luz de derechos adquiridos y obligaciones contraídas y a continuación aplican normas legales. E n la "administración", por otra parte, los conciliadores tienen que decidir los criterios aplicables, es decir, cuál de las muchas normas vagas y a m e n u d o contradictorias contribuirá a la reanudación de relaciones laborales armoniosas en el futuro. E n cuanto a los conflictos por derechos adquiridos se refiere, los procedimientos por vía jurídica constituyen u n método apropiado de resolver conflictos en el marco de las relaciones laborales. N o obstante, incluso en la sociedad occidental, la distinción entre conflictos por derechos adquiridos y conflictos de intereses se ha efectuado siempre

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m á s claramente en teoría que en los casos reales y efectivos. Por ejemplo, u n conflicto sobre interpretación de una cláusula de u n convenio colectivo es teóricamente u n conflicto por derechos adquiridos, pero, en un caso así, los trabajadores están m u c h o m á s interesados en c ó m o se interpretará en el futuro la cláusula en cuestión que en la forma en que haya sido aplicada en el pasado. El conflicto estriba realmente en problemas del futuro, aun cuando asuma la forma de una discrepancia relativa a u n convenio establecido en el pasado. Otro defecto de la vía resolutoria jurídica dimana del hecho de que, en la medida en que su función consiste en dirimir conflictos mediante aplicación de normas legales, inevitablemente conduce a una resolución del género "todo o nada" y emite veredictos inequívocos sobre qué parte gana y cuál pierde. Por ejemplo, en la mayoría de los países occidentales, u n empresario tiene el derecho legal de despedir a u n trabajador por una serie de motivos. Sin embargo, "existe un raro contraste entre el derecho consuetudinario de u n país y las capacidades legales generalmente reconocidas de terceros"28. Particularmente en las relaciones industriales, los sindicatos suelen considerar materia negociable una buena serie de decisiones empresariales, aun cuando la ley establezca que tales decisiones son prerrogativa legal de las empresas. Así, en muchos de estos países, los tribunales de justicia han tenido que doblegar los principios legales y adoptar una actitud m á sflexible.Cuando no lo han hecho así, las partes en conflicto han retirado su caso de los estrados y lo han puesto en manos de u n organismo independiente27. E n todos los países del m u n d o los jueces han actuado, de hecho, c o m o conciliadores y han desempeñado un papel creativo en la determinación de lo que es o no es justo dentro de las relaciones laborales y en la interpretación de cláusulas de derecho laboral o de convenios colectivos. Los tribunales también recurren a diversas "cláusulas generales", c o m o el interés público, la justicia social, o a "principios generales", c o m o el acuerdo tácito, la práctica obrero-patronal, la autonomía de las partes, etc. Así, en la práctica efectiva, los jueces suelen desempeñar u n papel m u y similar al del conciliador en los conflictos de intereses28. A u n q u e la necesidad h a obligado a los jueces a actuar c o m o conciliadores, se han planteado algunas dudas respecto a la pertinencia de esta actuación. Los jueces son profesionales del derecho, no necesariamente expertos en relaciones industriales. N o están preparados para emitir juicios fuera del ámbito de la ley. E n algunos países, c o m o la República Federal de Alemania y Francia, donde se han establecido magistraturas del trabajo especializadas, los jueces generalmente se especializan en la esfera laboral. También participan en el procedimiento adjuntos no profesionales que representan a los trabajadores y a los patrones. Se da por supuesto que los jueces de dichas magistraturas del trabajo se apoyan en la experiencia y el saber de estos expertos. D a d a su composición, estas magistraturas son m u c h o m á s aptas que los tribunales ordinarios para determinar lo que es o n o es justo en las relaciones laborales. Sin embargo, c o m o las magistraturas del trabajo siguen siendo tribunales de justicia, no se hallan totalmente

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exentas de la crítica según la cual "el juez suele dirimir directamente el conflicto de intereses, ni m á s ni menos que el legislador, pero sin sentimientos de responsabilidad por la decisión que toma" 2 9 . N o es de esperar que los tribunales de justicia planeen el desenvolvimiento de las relaciones laborales en el futuro, ya que su función consiste esencialmente en dirimir conflictos ex post facto, mediante fallos resolutorios. E n este sentido, si el instrumento de conciliación pudiera desempeñar el papel de "administración", en la acepción que Folke Schmidt da a este término, podría aplicar normas flexibles y dinámicas, las cuales podrían m u y bien denominarse principios de equidad. L a ventaja de este enfoque es que toma en cuenta el futuro desarrollo de la relación entre las partes y resuelve las diferencias de una manera m á s conforme con la naturaleza de las relaciones laborales.

Perspectiva futura C o m o ya se ha dicho, el empeño por organizar los conflictos laborales y tratarlos c o m o conflictos económicos n o ha resultado del todo eficaz en los países occidentales industrializados. También la resolución autónoma mediante negociación, auxiliada por instrumentos de conciliación, ha tenido u n éxito limitado. Por otra parte, el procedimiento de administración, que anteriormente se desconocía, o por lo menos no se aplicaba de manera consciente, está empezando a llamar la atención, y las funciones de los tribunales de justicia están experimentando igualmente algunas transformaciones. E n otras palabras, es evidente que la negociación colectiva sólo puede desempeñar u n papel limitado c o m o instrumento de resolución de litigios, y que en este terreno h a adquirido mayor importancia la intervención del estado. Este fenómeno guarda relación con la observación bastante frecuente de que las relaciones industriales occidentales están transformándose de u n sistema bipartito en u n sistema tripartito. Las limitaciones del sistema de negociación colectiva n o son otras que las del propio racionalismo económico. Los conflictos laborales tienen lugar, hoy día, fuera del sistema tradicional de relaciones industriales, sobrepasan la capacidad de las organizaciones sindicales para resolverlos, y aún n o ha surgido ninguna otra organización poderosa capaz de responder a estas nuevas necesidades y de sustituir a las organizaciones sindicales. Por lo demás, la índole de los conflictos actuales descarta su posible resolución mediante arbitraje. U n nuevo modelo de resolución de litigios tendría quizá que basarse en ideas y principios totalmente distintos de aquellos en los que se funda el sistema tradicional de relaciones industriales. Y , hoy por hoy, se desconoce todavía si la "administración", c o m o una nueva forma de abordar la resolución de conflictos, podría hacer frente a las necesidades de la cambiante sociedad contemporánea. D e todos m o d o s , si los nuevos métodos consisten solamente en modificar las funciones de los instrumentos

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existentes, c o m o los tribunales de justicia y los mecanismos de conciliación privados o públicos, los resultados se reducirían meramente a "echar vino nuevo en odres viejos". E n la esfera de la protección ciudadana, tanto c o m o en las relaciones laborales, el tradicional sistema escandinavo del ombudsman mediador ha entrado en funciones c o m o sustitutivo de los tribunales de justicia en varios países occidentales, entre ellos los Estados Unidos 30 . Y en el ámbito de las relaciones industriales, la participación de los trabajadores en las empresas ha llegado a constituir una alternativa preponderante, o al menos complementaria, respecto al actual sistema centrado en torno a la negociación colectiva, especialmente en Europa occidental. Este despertar del interés por la participación en la empresa, que se observa en países europeos, responde al mayor conocimiento que hoy se tiene de las deficiencias de la negociación colectiva para resolver los problemas contemporáneos de la sociedad industrializada, c o m o son su carácter tradicionalmente antagonista, la representación en el sindicato de sólo una minoría de la fuerza de trabajo y el predominio de las cuestiones económicas en el proceso de negociación31. L a idea de la participación, particularmente el sistema alemán de consejos de fábrica y representación de los obreros en las juntas directivas de las empresas, ha sido aceptada recientemente por otros países europeos32 y se basa en el reconocimiento de intereses comunes entre la empresa y los trabajadores en cuanto a la importancia de los problemas privativos de la iniciativa individual y de los trabajadores. Tras u n examen de los recientes cambios acontecidos en países occidentales, las situaciones no occidentales presentan un cariz m u c h o m á s prometedor, por estar exentas de muchos de los defectos de los sistemas tradicionales occidentales de resolución de conflictos en las relaciones industriales. E n primer lugar, no existen en ellas distinciones claras, c o m o las que se dan entre conflictos colectivos frente a conflictos individuales y conflictos de derechos frente a conflictos de intereses. Esto garantiza una mayorflexibilidadfrente a la rigidez occidental motivada por los diferentes canales y procedimientos. Los tribunales de justicia desempeñan muchas veces el papel de conciliadores, mientras que los conciliadores pueden desempeñar el de hacer que se cumpla la ley. Al no haber distinción entre conflictos de derechos y conflictos de intereses, los tribunales pueden dirimir los litigios tomando en consideración el porvenir de las relaciones laborales. Pueden resolver conflictos sin las restricciones de las normas legales vigentes, aplicando normas sociales m á sflexibles,tal c o m o las que Folke Schmidt m e n ciona c o m o función de la "administración". Por otra parte, la conciliación puede desempeñar u n papel afín al procedimiento de resolución de litigios tradicional, que posee la enorme ventaja de estar próximo a la realidad de cada sociedad. Estos métodos tradicionales de resolución de conflictos generalmente se inclinan m á s a tomar en consideración los aspectos culturales y humanos de los problemas laborales de lo que suelen hacerlo los métodos occidentales. También están libres del principio de autonomía, que actualmente se está

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convirtiendo en u n obstáculo para los gobiernos occidentales a la hora de arbitrar programas políticos con miras al bienestar y el interés público. Otro punto que excede el alcance de este artículo, pero que es importante en la comparación de situaciones occidentales y no occidentales, es el contacto directo de los sindicatos n o occidentales con los trabajadores. E n muchos países en desarrollo (aparte de aquellos sindicatos fuertemente orientados hacia fines políticos, que n o actúan fundamentalmente para mejorar las condiciones de trabajo efectivas de los obreros, y que con gran frecuencia son organizaciones macrocéfalas con poderosos centros nacionales pero débiles actividades en los lugares mismos de trabajo) los sindicatos están organizados al nivel del trabajador e íntimamente ligados al taller. Sin contar los conocidos sindicatos de empresa japoneses, en muchos países africanos y asiáticos los sindicatos están organizados igualmente sobre la base de la empresa. Por consiguiente n o se ven afectados por los problemas que hoy ocupan a los sindicatos en algunos países europeos, tan gráficamente descritos por el término alemán betriebsfern (lejos de la empresa). Así, podría decirse que los problemas de las relaciones industriales en contextos n o occidentales n o dimanan del m a l funcionamiento de los procedimientos o los sistemas, sino que son m á s bien resultado de las actitudes de las partes: sindicatos, empresas y poderes públicos. Dichas actitudes se fundan en el hecho histórico de que la industrialización misma fue con frecuencia iniciada por occidentales, y que, inevitablemente, los sistemas de relaciones industriales fueron importados por ellos. Cuando tales sistemas no funcionaban bien, se echaba la culpa a los defectos de las partes interesadas. Si la imitación no era perfecta, habría que hacer todo lo posible para imitar con mayor exactitud. N u n c a se echa la culpa a los sistemas mismos, mientras que los mejores aspectos de la cultura tradicional han sido abandonados, o al menos con bastante frecuencia, descuidados. L o que se necesita hoy es encontrar una forma original de resolver los problemas que afectan a cada país según sus propias condiciones y peculiaridades. [Traducido del inglés] Notas 1

L a distinción teórica entre conflictos de "derechos" y de "intereses" se admite en la mayor parte de los países occidentales industrializados, c o m o la República Federal de Alemania, los Estados Unidos de América, Suécia y Austria, así c o m o también en el Reino Unido, Italia y Francia, aunquo en estos tres últimos países la distinción es menos importante en la práctica. Para m á s detalles, véase K . W . Wedderburn, "Conflicts of interests in labor disputes", en la obra dirigida por Benjamin Aaron, Dispute settlement procedures in five Western European

countries, p . 65-66, Institute of Industrial Relations, University of California, L o s Angeles, 1969. E n Alemania, se admite c o m o esencial y fundamental esta distinción en el ordenamiento de las relaciones laborales. Se introdujo durante la República de Weimar, al crearse juntas especiales de conciliación {.Schlichtungen) y hacerse necesario distinguir entre su jurisdicción y la de las magistraturas del trabajo. Fue Erwin Jacobi, uno de los m á s destacados abogados laboralistas de la época, quien sentó los conceptos clásicos. Jacobi define los litigios sobre derechos c o m o

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aquellos que han de ser dirimidos mediante ' "veredictos legales", conforme al orden legal establecido, mientras que los litigios por intereses han de ser resueltos por medio de 8 un arreglo o convenio voluntario, concorde 9 con los intereses de ambas partes. E n caso de no poder resolverse de esta manera, no es posible una decisión por vía jurídica. Para m á s detalles, véase Thilo R a m m , "Labor courts and grievance settlement in West Germany", en la obra dirigida por Benjamin Aaron, Labor courts and grievance settlement in Western Europe, p . 93-94, University of CaliforniaPress, Berkeley y Los Angeles, 1971. V6ase Roger Blanpain, "Prevention and settlement of collective labor disputes in the E E C countries—Parti", The industrial law journal, vol. I, n.° 2, junio de 1972, p . 78. N o hay unanimidad en el m o d o de usar a escala mundial estos tres términos. N o obstante, la distinción que sigue es generalmente aceptada y basta aquí para nuestros propósitos. El arbitraje implica una decisión obligatoria impuesta por u n juez arbitrador, mientras que en la conciliación y la mediación interviene una tercera parte sin fuerza obligativa. Conciliación y mediación se emplean indistintamente en algunos países, pero frecuentemente la mediación entraña una forma de intervención m á s activa y a u n mediador suele permitírsele ofrecer a las partes proposiciones de arreglo, mientras que la conciliación se limita en principio a inducir a las partes a ventilar sus diferencias y a ayudarlas a desarrollar las soluciones propuestas por 10 ellas mismas. (Véase O I T , Conciliation in industrial disputes, p . 3, Ginebra, O I T , 1973; Benjamin Aaron, "The arbitration and the role of courts-questionnaire", en Reports and proceedings of 9th congress, p . 3 , T o m o II/1, Sociedad Internacional de Derecho Laboral y Seguridad Social, Munich, 12-15 de septiembre de 1978.) Arbitraje privado, especialmente en los Estados Unidos, es u n concepto jurídico diferente del arbitraje de conflictos de intereses, aunque se ajusta a la definición de "una decisión obligatoria impuesta por u n juez arbitro". R . Dubin, "Industrial conflicts and social welfare", The journal of conflict resolution, vol. 2 11 (1957), p. 179-185. R . Dubin, "Constructive aspects of industrial conflict", en la obra dirigida por A . Korhauser, R . Dubiny A . M . Ross, Industrial conflict, p. 47, Nueva York, McGraw-Hill, 1954.

A . M . Ross y P . T . Hartman, Changing patterns of industrial conflict, p . 176, Nueva York, John Wiley and C o . , 1960. R . H y m a n , Strikes, p . 83 y ss., Londres, Fontana, 1972. El resurgimiento de las huelgas salvajes en la mayor parte de los países industrializados es variable y depende de la índole de las relaciones laborales en cada uno de ellos: la desviación de los salarios en el Reino Unido, los descontentos de los trabajadores de cuello blanco en los países escandinavos y de grupos minoritarios en los Estados Unidos. Sin embargo, una causa m á s fundamental y universal es la incapacidad de los sistemas establecidos de relaciones laborales para resolver los problemas y eliminar los descontentos motivados por la naturaleza misma del marco tecnológico en que se desenvuelven las actividades laborales contemporáneas. E n los Estados Unidos, por ejemplo, diversos estudios indican que la principal motivación de las huelgas salvajes es la incapacidad de la negociación y la administración contractual centralizadas y de los procedimientos de litigación establecidos para satisfacer la frustación y el descontento de los trabajadores individuales. (Véase Leonard R . Sayles, "Wildcat strikes", Harvard business review, 32, n.° 6 (1954), p . 42-52; J. B . Atleson, " W o r k group behavior and wildcat strikes: the causes and functions of industrial civil disobedience", Ohio State journal, 34 (1973), p. 751-816.) Por ejemplo, Thilo R a m m señala: "Los conflictos laborales sólo pueden ser eficientemente resueltos si el empleado no siente la amenaza de perder su puesto de trabajo al presentar una querella. H o y día, las magistraturas del trabajo francesas y alemanas deciden casi siempre sobre el conflicto, sólo una vez que el contrato de empleo ha caducado", en "The structure and function of labor courts", Dispute settlement procedures in five Western European countries, op. cit., p . 2 3 . Véase también Folke Schmidt, "Conciliation, adjudication and administration: three methods of decision making in labor disputes", en Dispute settlement procedures in five Western European countries, op. cit., p . 59. D a m o s a continuación algunas fuentes donde se aborda una descripción general de los problem a s en estas regiones. "ILO's asian regional seminar o n the prevention and settlement of industrial disputes", International labour

La solución de los conflictos laborales

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Notas (continuación) review, vol. 86, n.° 2, agosto de 1962, p . 159J. K . Galbraith, The new industrial state, 172; "The evolution of labour disputes settlep. 275, Boston, Houghton Mifflin C o . , 1971. 23 ment procedures in certain African countries", Future industrial relations and implication for the Ibid., vol. 91, n.° 2, febrero de 1965, p . 102ILO: an intern report, p . 6 0 , Ginebra, 120; OIT, Conciliation and arbitration of indusInternational Institute for Labour Studies, trial disputes in English-speaking countries of agosto de 1971. Africa, Ginebra, O I T , 1970; O I T , The role 2 1 Folke Schmidt, op. cit., p . 47. of labour law in developing countries, Ginebra, 25 Folke Schmidt expone tres métodos de argumenO I T , 1975; " T h e settlement of labour distación aplicados por organismos que se putes in Argentina", International labour ocupan de litigios laborales: conciliación, review, vol. 104, n.° 1-2, julio-agosto de 1971, fallo resolutorio y administración. Confiesa p. 77-96; "The settlement of labour disputes que "el término administración es demasiado in Chile", ibid., vol. 103, n.» 4 , abril de 1971, genérico y se ha escogido en gran parte a p. 333-350; " T h e settlement of labour disfalta de otro mejor". Folke Schmidt, op. cit., putes in Mexico", ibid., vol. 103, n.° 5, p. 47. 26 m a y o de 1971, p . 477-498. Folke Schmidt, op. cit., p . 57. 12 27 O I T , "The evolution . . .", op. cit., p . 107. Ibid. 23 13 O I T j . . T h e T L O ' S Asian . . .", op. cit., p . 160. " E n muchos de estos casos [...] la negociación II dentro de la práctica establecida n o será Ibid., p . 170. 15 en realidad diferente del fallo resolutorio de Ibid., p . 160. un tribunal que aplique una jurisprudencia is O I T , "The evolution . . .", op. cit., p . 107; O F T , industrial y se proponga conciliar. A m b o s "The settlement . . . in Mexico", op. cit., procedimientos atienden a los derechos adquip. 480; OIT, "The settlement . . . in Chile", ridos [...] Diferirá m á s la retórica que el op. cit., p . 335. contenido esencial", K . W . Wedderburn, « O I T , "The Evolution . . .", op. cit., p . 106. 18 "Conflicts of rights and conflicts of interests E n cuanto a actitudes de las tribus tradicionales in labor disputes", en Dispute settlement proen África y México, véase Law in culture and cedures in five Western European countries, society, obra dirigida por Lauza Nader, op. cit., p . 88. Chicago, Aldine Publishing C o . , 1972. III 29 Respecto a la situación japonesa en lo que atañe Julius Stone, Legal systems and lawyers reasonings, a la resolución de conflictos, se da u n breve p. 229, Stanford, Stanford University Press, y consistente análisis en T . Hanami, " T h e 1964. Stone cita las siguientes palabras de characteristics of labor disputes in Japan", P . Hech, Interessenjurisprudenz (1933): " E r Social and cultural background of laborkann wie Pilatus die H ä n d e waschen und management relations in Asian countries, ruhig sagen: Ich bin nicht schuld, schuld p. 206-220, Tokio, T h e Japan Institute of sind die Begriffe" [Puede lavarse las manos Labour, 1971. Para un análisis más detallado c o m o Pilatos y decir tranquilamente: yo no de los problemas, véase T . Hanami, Labor soy responsable; son los conceptos los resrelations in Japan today, Tokio, Kodanshaponsables], 30 International, 1979. Respecto al sistema del o m b u d s m a n , puede verse 20 O I T , " T h e Evolution . . .", op. cit., p . 103. una exposición detallada en W . Gellhorn, "Palabreo" (como una traducción posible del Ombudsman and others, Cambridge, Mass., inglés "palaver") significa en este contexto Harvard University Press, 1967 y en When una libre y amplia discusión entre las partes americans complain, Cambridge, Mass., Harinteresadas, testigos, ancianos y público en vard University Press, 1966. general, que conduce no tanto a u n veredicto 31 Organización para la Cooperación Económica y el cuanto a una resolución libremente aceptada Desarrollo [ O E C D ] , Workers' participation tras un voluntario reconocimiento de los ^dere(Informe final sobre u n seminario internachos y yerros recíprocos. Véase tambiénp. 119. cional sobre la empresa convocado por la 21 O E C D en Versalles, del 5 al 8 de marzo T . H a n a m i , Labor relations in Japan today, de 1975), p . 56-57, París, O E C D , 1976. capítulo 2 , sección 2, y capítulo 10. 22 32 " L o que la tecnoestructura da al sindicato, puede Véase por ejemplo, J. Schregle, "Workers' pardarlo también sin sindicato o hacer inneticipation in decisions with undertakings", cesaria la existencia de u n sindicato. Sea International labour review, 113, n.° 1 (1976), c o m o sea, el sindicato pierde importancia", p. 4 y s s .

Dimensiones económicas Hacia una teoría económica del trabajo más general

M a r k A . Lutz Introducción: necesidad de superar las limitaciones de la ciencia económica Hace ya mucho tiempo que los economistas se enorgullecen de que su disciplina sea la m á s científica de las ciencias sociales, y esta presunción se ha visto corroborada por la reciente creación del Premio Nobel de Economía, siendo que este galardón no se otorga a ninguna otra ciencia social. Pero, al mismo tiempo, muchos destacados economistas están expresando dudas cada vez mayores acerca de la idoneidad de los métodos que se emplean en su propio campo de estudio. E n particular, Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los fundadores de la economía matemática moderna, ha encabezado un movimiento contra el excesivo mecanicismo, la abstracción y la falta de realismo que caracterizan a la teoría económica actual (N. Georgescu-Roegen, 1966, 1971). También otros autores, entre ellos Ezra Mishan (1977), Tibor Scitovsky (1976) y Gunnar Myrdal (1976) han formulado tesis análogas. Gran parte de estas críticas tienen por objeto corregir la orientación de la ciencia económica, enfoncándola en el hombre y no en los bienes que produce, cambia y consume esa abstracción irreal que es el Homo Œconomicus. L a psicología llamada humanística, y m u y especialmente los trabajos del difunto psicólogo norteamericano Abraham H . Maslow (1970), nos ha proporcionado un conocimiento de la naturaleza y la personalidad humanas sumamente útil c o m o marco de referencia en el que insertar la crítica y la reconstrucción de la ciencia económica. Esta escuela describe la naturaleza h u m a n a en función de las necesidades básicas del hombre, ordenadas jerárquicamente. El concepto de jerarquía de las necesidades no es nuevo, pues se encuentra ya en La república de Platón, y, entre los economistas, lo han tratado figuras tan destacadas c o m o

Mark A. Lutz, profesor adjunto de economía en la Universidad de Maine, O roño, Maine 04469, Estados Unidos de América, es coautor (con K. Lux) de The challenge of humanistic economics (1979).

Rev. int. de clenc. soc., vol. X X X I I (1980), n.° 3

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Karl Menger, Alfred Marshall y, m á s recientemente, Georgescu-Roegen (1954). Resumiendo las observaciones de Maslow, puede decirse que el organismo h u m a n o necesita en primer lugar, y sobre todo; agua, alimentos, u n lugar donde albergarse y relaciones sexuales; es decir, necesita cubrir primeramente las necesidades fisiológicas. Mientras esas necesidades no estén satisfechas, el hombre sí que vivirá sólo de pan o para el pan. Pero una vez resueltas tales necesidades, el ser h u m a n o precisa seguridad y confianza. Cuando estas segundas apetencias están suficientemente satisfechas, son otras necesidades de orden superior, las necesidades sociales básicas de sentirse parte integrante de u n conjunto y de ser apreciado por el mismo, las que motivan el comportamiento h u m a n o . Seguidamente, c o m o última necesidad (y la de orden m á s elevado), el hombre trata de "realizarse a sí m i s m o " , que es tanto c o m o decir desarrollar su propia individualidad, su personalidad, su salud psicológica, su bienestar máximo. El ingrediente clave de esta nueva visión de la naturaleza h u m a n a reside en la dinámica intrínseca de esa naturaleza (o sea, en la orientación de la misma al crecimiento, al desarrollo), y en la luz que esta nueva visión arroja sobre el tema de las motivaciones. Desde el punto de vista psicológico, la clave del crecimiento se encuentra en la seguridad verdadera. A falta de seguridad, el hombre suele estancarse en el nivel de motivación más bajo y responde únicamente a los alicientes materiales. Por el contrario, cuando se siente seguro, el hombre pierde interés en la "lucha de la jungla", en la lucha por la supervivencia, y aspira a satisfacer sus necesidades sociales, las que siguen inmediatamente en el orden jerárquico. Sólo cuando éstas últimas están cubiertas responde el hombre con facilidad a las motivaciones de orden superior, sólo entonces trabaja para satisfacer sus aspiraciones de justicia, belleza y verdad, su amor a la humanidad, etc. E n estos casos la motivación es ya de orden moral, no material ni social. E n u n trabajo reciente (Lutz-Lux, 1979), creemos haber demostrado que gran parte de la teoría económica moderna no es que sea falsa o errada, sino que se limita a describir el caso especial del hombre que, falto de seguridad, se debate todavía por satisfacer sus necesidades materiales. Pero los estudios de Maslow permiten ampliar esta visión al terreno social y al moral. E n particular, la rama normativa de la ciencia económica, la "economía del bienestar", se puede estudiar a partir de ahora en función de las instituciones que hacen posible la actividad económica que fomenta el desarrollo y el bienestar de la persona humana. Pues bien, precisamente en ese contexto es donde la organización y la calidad del trabajo adquieren inmediatamente importancia decisiva. A nadie extrañará, pues, que los economistas políticos que se han ocupado del bienestar h u m a n o hayan prestado gran atención al tema de la calidad del trabajo; así, por ejemplo: John Ruskin (1888), Richard Tawney (1920), John Hobson sobre todo (1949), y, m á s recientemente, E . F . Schumacher (1977, 1979). El presente artículo está centrado en el tema del trabajo. E n primer lugar, se intenta poner de manifiesto el carácter de "caso especial" que la economía

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ortodoxa tiene dentro del ámbito, más general, de la economía humanística. Después, se examinan ciertas aplicaciones de la teoría generalizada y algunas de sus consecuencias socioeconómicas.

El trabajo y la ciencia económica Para examinar el lugar que el trabajo ocupa en la ciencia económica moderna será útil determinar qué es lo que se entiende comúnmente por trabajo. El diccionario Webster, por ejemplo, define el trabajo c o m o la "aplicación de energía física o mental a la consecución de u n fin u objetivo". Obsérvese que esta definición describe el trabajo c o m o u n medio motivado por u nfin.Ello permite, ya de entrada, diferenciar el trabajo del juego y demás actividades no laborales c o m o son la danza, el deporte de aficcionados o incluso la meditación especulativa. A diferencia del trabajo, estas otras actividades se realizan por la satisfacción que proporcionan, no c o m o un proceso orientado a unfin1.L o que aquí nos interesa de esa definición es la diferencia, implícita en la misma, entre el trabajo y el juego. Pero, al mismo tiempo, se comprende que desde el punto de vista global, a m b o s conceptos pudieran fundirse en uno mismo, es decir, que el trabajo puede hacerse juego y viceversa. Incluso, elfinúltimo de las ciencias sociales sería proponer, definir u n marco institucional capaz de suscitar esta equivalencia. Este tema se sale de los límites del presente artículo; n o obstante, abrigamos la esperanza de que, tras generalizar la teoría del trabajo, habremos puesto en claro el camino que conduce a esefin.Pero antes, es preciso examinar el lugar que el trabajo ocupa en la teoría económica habitual (u "ortodoxa"). El concepto tradicional Al hablar de trabajo los economistas suelen emplear este término en el sentido de "empleo", "puesto de trabajo", aun reconociendo que también es trabajo el realizado al margen del mercado laboral, c o m o los quehaceres del a m a de casa. Para precisar mejor este sentido, proponemos la siguiente definición, tal c o m o se le concibe en la ciencia económica: "Trabajo es la actividad h u m a n a que proporciona los medios materiales para sobrevivir y para disfrutar de la vida." Por "medios materiales" entendemos los sueldos y salarios o, con más generalidad, el dinero; pero también cabe en esa categoría el pago en especie, el trueque de trabajo por bienes y servicios. Esta definición, si se acepta c o m o válida, nos permitirá demostrar el carácter de "caso especial" que tiene la actual ciencia económica. Pero antes de evidenciar la limitación intrínseca dé que adolece este punto de vista conservador, será útil examinarlo con mayor detenimiento. E n la economía se ha considerado el trabajo sobre todo c o m o u n factor de la producción, equiparable a la tierra y a los bienes de capital (maquinaria,

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abonos, etc.). Es decir, el trabajo, al que también se llama m a n o de obra, es un factor o medio para producir bienes y servicios2. M á s concretamente, el trabajo es u n recurso, u n factor, propiedad del trabajador, el cual lo vende cuando juzga adecuado el precio (salario, etc.). O sea, que según la teoría habitual, la decisión de trabajar es totalmente voluntaria, al menos en la sociedad donde no existe la esclavitud. El cálculo de costes y beneficios es el que decide al individuo a trabajar o no, a elegir una u otra ocupación, a laborar m á s o menos horas y a escoger uno u otro emplazamiento c o m o lugar de trabajo. E n esencia, esta abstracción que hacen los economistas cabría resumirla c o m o sigue: todo el m u n d o dispone de veinticuatro horas al día, que puede dedicar al ocio o a actividades no laborales3. Ese ocio se considera un "bien" económico, una utilidad, una mercancía de la que "se prefiere tener m á s , que menos". El ocio es, además, u n bien "normal", no u n bien "inferior", lo cual quiere decir que, aunque la renta del sujeto económico aumente, éste sigue demandando, apeteciendo, m á s tiempo de ocio. Tal es, en esencia, el planteamiento general que hace Walras para basar la teoría en la utilidad (o satisfacción) que el ocio produce. C o n anterioridad, Gossen y Jevons prefirieron centrar la atención en el trabajo c o m o "desutilidad". Por su parte, el olvidado economista norteamericano S. N . Patten es autor de u n concienzudo análisis en el que integra ambos planteamientos (véase Georgescu-Roegen, 1968). Evidentemente, el trabajo es todo lo contrario que el ocio: no es u n "bien", una "utilidad", sino u n "mal", una "desutilidad"; dé él se prefiere tener menos que m á s y, a igualdad de las demás condiciones, se destina fundamentalmente a la gente pobre. E n cierto sentido, los economistas describen una situación en la que todo trabajo es penoso en mayor o menor grado. Entonces, se plantea la cuestión de por qué trabaja el hombre, por qué se aviene a trocar el grato ocio por la ruda labor. L a respuesta es sencilla: porque los bienes de consumo que se pueden adquirir con los ingresos derivados del trabajo tienen mayor utilidad que el ocio para el trabajador. Mientras eso ocurra, el sujeto económico encontrará ventajoso trabajar. Dicho de otra forma: lo que induce a trabajar es la necesidad de obtener dinero. Hace cien o doscientos años, lo que inducía a la mayoría de la gente a trabajar era el mero deseo de sobrevivir; hoy, al menos en las economías industrializadas, lo que motiva a trabajar suele ser, para la mayoría de la población, las variadas necesidades que se pueden satisfacer con el dinero1. Pero en ambos casos, el motor del trabajo es el deseo de obtener bienes materiales, es decir, que la decisión de trabajar tiene motivaciones materiales y es, por tanto, regulable. Elevando el salario por hora, por ejemplo, el ocio se hace m á s caro, medido en función de su "coste de oportunidad", en función de los bienes de consumo que se pierden (se dejan de obtener) si no se trabaja. Ceteris paribus, ante el aliciente de mayor salario el sujeto económico reacciona transformando horas de ocio en horas de trabajo. Y lo mismo ocurre si las horas extraordinarias se pagan con primas (Rees, 1973).

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Así las cosas, se deduce de inmediato que la economía normativa, la economía del bienestar, no tiene por qué ocuparse de la calidad del trabajo. L a eficiencia se define c o m o la producción máxima de los bienes apetecidos, con el mínimo esfuerzo posible; El trabajador siempre tiene la oportunidad de trocar ocio por trabajo si lo considera ventajoso. E n último término, el bienestar se identifica con la producción máxima de bienes, contando el ocio entre ellos. Y los economistas disponen de todo u n arsenal analítico para demostrar que, en régimen de libre competencia entre la m a n o de obra, el mercado de productos movido por "la mecánica del interés propio" elevará al m á x i m o el bienestar de los trabajadores en cuanto consumidores0. Esta explicación del trabajo c o m o necesidad puramente material de dinero encaja a la perfección en la maraña de ecuaciones matemáticas con que se quiere representar los fenómenos económicos del mercado. N o es extraño, pues, que esta versión teórica naciese de los primeros paladines de la economía abstracta, matemática (o "puramente científica"). Por último, es de destacar que esta interpretación convencional del trabajo tuvo, en verdad, cierta validez en u n m o m e n t o histórico determinado, pues describía bastante bien el sistema fabril que imperó en Gran Bretaña en la primera mitad del siglo xix, cuando las masas obreras echaban el bofe en aras de la supervivencia. Una visión más amplia E n los sistemas económicos avanzados de nuestro días, la mayoría de la población tiene cubiertas las necesidadesfisiológicasde alimentación, vestido y vivienda. El acicate para trabajar, que antes era la amenaza del hambre, de las privaciones materiales, se ha convertido ahora en la promesa de satisfacer necesidades o apetencias m u y variadas. Para tener en cuenta este hecho básico del progreso material, insertarlo en una teoría económica m á s general y adecuar ésta al concepto moderno de la salud psicológica, proponemos la siguiente definición del trabajo: "Trabajo es la actividad h u m a n a que proporciona los medios para sobrevivir y disfrutar de la vida." El único cambio introducido en la definición económica tradicional, mencionada anteriormente, es la supresión del adjetivo "materiales". Es decir, por nuestra parte consideramos que el trabajo provee n o sólo los medios materiales sino también los medios intrínsecamente sociales y morales para disfrutar de la vida. Este pequeño detalle, la omisión del adjetivo "materiales", tiene una consecuencia teórica de largo alcance6, pues da a entender que el trabajo puede satisfacer directamente por sí mismo las necesidades sociales y esas otras, de rango m á s elevado, que son el "realizarse a sí m i s m o " , y el ejercicio de las facultades creadoras. E n tales condiciones, que el trabajo sea u n "bien" o un "mal" dependerá de su calidad, de que sea u n trabajo bueno o malo. E n lugar de entenderse c o m o un puro factor de la producción, equiparable a la

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tierra y al capital, el trabajo se considera, en esta definición, c o m o un parámetro m u y importante para el desarrollo de la personalidad y para alcanzar, lo que Erich F r o m m llama una "sociedad sana". Los modernos estudios psicológicos insisten m u c h o en que el hombre necesita trabajar tanto c o m o necesita comer y dormir. Desde luego, la comida y el sueño tienen prioridad, y mientras esas necesidadesfisiológicasno estén satisfechas; el ocio y el consumo se comportan c o m o bienes "normales". Pero una vez cubiertas las necesidades de alimentos, sueño, vivienda y vestido, es preciso considerar el trabajo desde otro ángulo. E n efecto, en ese m o m e n t o el trabajo comienza a adquirir significado —o valor— en función de las necesidades sociales y, en consecuencia, el ocio ya no es, por sí mismo, u n bien preferible al trabajo. M á s aún, el ocio puede convertirse en u n bien inferior o incluso en u n mal. Dicho en términos m á s técnicos, si el trabajo tiene valor intrínseco, es decir, si es u n bien, el conocido gráfico que representa la renta en ordenadas y el ocio en abscisas experimenta una transformación radical. Las curvas de indiferencia entre la renta (ordenadas) y el ocio (abscisas) no tendrán ya la forma c o m ú n , descendente a la derecha y convexas hacia el origen de las ordenadas, sino que, siendo el ocio u n mal (o el trabajo u n bien preferible al ocio) esas curvas serán ascendentes a la derecha7. Entonces, liberados ya del análisis convencional, no se sigue necesariamente que, garantizados por la sociedad unos ingresos mínimos, el sujeto económico preferirá el ocio al trabajo cuando supere ese mínimo o incluso por debajo de él. Eso sólo ocurrirá con los trabajos carentes de sentido, en los que no cuentan los factores sociales y morales. Al reconocer que también el trabajo puede ser u n bien, se ponen en tela de juicio ciertas recomendaciones de política económica basadas en la teoría convencional y, al m i s m o tiempo, se aclaran u n tanto las cuestiones de la motivación y la eficiencia. E n primer lugar, el trabajo puede tener una motivación social en lugar de material. E n realidad, es el contexto social en que se realiza el trabajo el que da a éste sentido o valor. L a actividad que en determinado contexto social se realiza con repulsión y cansancio (mover una roca en u n campo de prisioneros, por ejemplo) resulta m u c h o menos ardua en otro contexto social (al construir la casa de u n buen amigo, por ejemplo). Análogamente, una tarea que carece de interés o significado para quien la realiza, c o m o conducir u n autobús lleno de personas extrañas que acuden a su trabajo o van de compras, adquiere un significado m u y distinto en otro contexto social: cuando el autobús transporta niños minusválidos que marchan a divertirse en u n campo de deportes. E n el primer caso, conducir el autobús tal vez sea una fatiga; en el segundo, bien puede ser u n gozo. E n ambos ejemplos, el cambio de contexto social ha hecho m á s fácil el trabajo (ha reducido la energía necesaria para realizarlo) o ha aumentado la motivación del trabajador (ha incrementado la cantidad de energía disponible para ejecutar la tarea). L o que aquí importa es que el contexto social apropiado

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ayuda a realizar el trabajo. E n la jerga de los economistas, ese contexto sería u n factor (inmaterial o intangible) de la producción; pero, además, es u n factor del disfrute de la vida. Si el hombre logra satisfacer sus necesidades vitales de amistad y aprecio, al mismo tiempo que trabaja, es evidente que ello incrementará directamente su propio bienestar, su satisfacción. Análogo razonamiento es aplicable al contexto moral del trabajo. Cuando hacemos algo no sólo por el dinero y el aprecio social que nos reporta, sino porque nos parece justo hacerlo, nos estamos motivando a nosotros mismos. También en estos casos aumenta la productividad al mismo tiempo que nuestro bienestar o satisfacción. Desde luego, la teoría económica estándar hace caso omiso de esta clase de eficiencia; en efecto: la microeconomia, al estudiar los fenómenos de manera atomizada, prescinde del contexto económico y social8. Este error de omisión adquiere caracteres de suma gravedad si consideramos el muchísimo tiempo que pasamos en el trabajo a lo largo de nuestra vida. L a pérdida de bienestar, de satisfacción, que resulta de este olvido del potencial cualitativo del trabajo es de tal magnitud, que probablemente invalida todo el edificio de la economía normativa y, por tanto, las recomendaciones de política económica que de él derivan. Este error se destaca sobre todo en las recomendaciones típicas acerca de la elección de tecnología. Hasta hace pocos años, nadie prestaba atención a la tecnología "intermedia", a la que trata de elevar al m á x i m o la satisfacción de las necesidades humanas básicas, sino a la que busca cubrir las solas necesidades materiales y los caprichos, pero olvida las dimensiones m á s elevadas de la naturaleza humana. E n la sección siguiente volveremos sobre el tema del bienestar h u m a n o (o satisfacción) en el trabajo. Pero veamos antes algunos datos empíricos que apoyan gran parte de lo expuesto hasta ahora. (Véase el cuadro 1.) Los datos del cuadro 1, publicados en la obra dirigida por B . Strumpel (1976), representan las actitudes de una amplia muestra de trabajadores manuales y no manuales tomada en los Estados Unidos de América en los primeros años de la década de 1970. Pues bien, los resultados de la encuesta indican claramente que el trabajo no se considera un simple medio para conseguir dinero, sobre todo entre los trabajadores no manuales. Otras preguntas formuladas en la misma encuesta confirman estos resultados. Así, por ejemplo, al determinar cuáles eran los atributos del empleo preferidos, ambos grupos de trabajadores indicaron en último lugar el aumento del tiempo libre (o, lo que es ló mismo, la disminución del tiempo de trabajo), mientras que los aspectos preferidos por la mayoría eran el éxito en el trabajo (no manuales) y la seguridad de los ingresos (manuales). (Véase Strumpel.) N a d a de esto sorprenderá a los habituados a trabajar, ni siquiera a los economistas más imbuidos de su papel, si alguna vez se detienen a reflexionar sobre su situación profesional.

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C U A D R O 1. EI trabajo y la satisfacción en los Estados Unidos, 1971-1972* Trabajadores Empleados manuales de oficina (en porcentaje)

7Está usted de acuerdo con la afirmación de que el trabajo n o es m á s que un medio para ganar dinero7 Si tuviese dinero suficiente para vivir c o m o le placiese el resto de sus días ¿seguiría usted trabajando? ¿Están las cosas que m á s le interesan en la vida relacionadas con su trabajo?

Si No

50 48

22 77

Si No

82 18

85 14

Si No

34 66

40 60

* La muestra abarca 574 familias no disminuidas física ni mentalmente en ninguno de sus miembros, de Baltimore y Detroit, compuestas por el cabeza de familia (laboralmente activo), la esposa y los hijos menores de 10 años. M á s del 90 por ciento de las parejas encucstadas tenían menos de 40 años. Fuente: Institute of Social Research, University of Michigan, A n n Arbor. Véase Strumpel (1976).

Cierto experimento sobre incentivos del trabajo, realizado con una amplia muestra en los Estados Unidos entre 1968 y 1972, dio resultados que tampoco son fáciles de reconciliar con la hipótesis de que el trabajo se realiza con el mero objeto de ganar dinero. Al resumir dichos resultados, Albert Rees y Harold Watts (1975) reconocen que "la respuesta de la oferta de m a n o de obra no es tan contundente c o m o esperábamos" y cierran su comentario con las siguientes palabras: "Las pruebas se inclinan, en su mayor parte, en favor de quienes afirman que los programas públicos, para garantizar ingresos mínimos a las familias, aun cuando ninguno de sus miembros padezca disminución física o mental alguna, surtirán efectos m u y grandes sobre la oferta de m a n o de obra." Parece, pues, claro el carácter de "caso especial" que tiene la teoría económica convencional, según la cual el trabajador es u n materialista, y el trabajo, que carece de sentido o valor en sí mismo, n o es m á s que el medio material para adquirir diversas combinaciones de ocio y bienes de consumo; que el trabajo, c o m o el capital, no es sino un coste que es preciso reducir al mínimo; y que, en la utopía neoclásica, el trabajo desaparecería por completo. Esta idea del trabajo, m á s que equivocada, es limitada. Es cierto que en otros tiempos gran parte del trabajo fabril se realizó en un contexto de ese tipo y que incluso hoy esa teoría se ajusta a las condiciones en que laboran muchos trabajadores. Pero limitar el análisis económico a la esfera de lo material es dar a entender que la naturaleza h u m a n a se reduce a la búsqueda de ingresos siempre crecientes y de un ocio ilimitado o, incluso, que ese es el comportamiento "racional". Y para colmo de males, la política económica ha basado en ese concepto de la naturaleza h u m a n a algunas de sus recomendaciones y h a propuesto, imprudentemente, algunas instituciones que han resultado perjudiciales para el bienestar humano y la productividad del trabajo.

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E n una teoría m á s general del trabajo, los textos de economía convencionales describen un m u n d o imperfecto donde los trabajadores están encerrados en los aspectos materiales de la personalidad. Desde el punto de vista psicológico, eso ocurre cuando las instituciones socioeconómicas impiden el desarrollo de la personalidad. E n este punto es donde aparece la culpa de la falta de seguridad, de esa puerta cerrada que impide el paso a la satisfacción de otras necesidades superiores y a la automotivación. Se ha demostrado que la inseguridad provocada por la amenaza del desempleo permanente o temporal es lo que más preocupa a los trabajadores manuales en los Estados Unidos (véase Strumpel, 1975). Si la economía, c o m o ciencia social que es, quiere contribuir al bienestar social del hombre, habrá de reparar el olvido de esos hechos tan importantes y recomendar los cambios institucionales que favorezcan el bienestar h u m a n o . A continuación haremos un esbozo de lo que podría ser este nuevo planteamiento más general. El bienestar humano y el trabajo U n a vez reconocido que el trabajo es también u n producto (que satisface las necesidades de orden superior, la de amistad, por ejemplo), inmediatamente se plantea la cuestión de c ó m o maximizar ese producto. Al mismo tiempo, se suscita al tema de la calidad del trabajo y, c o m o el estudio de la actividad laboral siempre se ha considerado competencia de la ciencia económica, en ese mismo campo habrá que incluir las recomendaciones referentes a la calidad del trabajo. E n la presente sección nos limitaremos a enunciar los principios más elementales que hacen referencia a esa calidad, sin entrar en otros aspectos económicos c o m o son la producción y el consumo. Los puntos principales referentes a la calidad del trabajo pueden resumirse en cinco principios o reglas, de mayor o menor importancia según el orden jerárquico de las necesidades humanas a las que atañen. A continuación se enuncian estos cinco principios en orden de prioridad decreciente. Principio 1: El trabajo tiene valor intrínseco para la dignidad y la personalidad humanas. Este principio exige, en primer lugar, una política de pleno empleo. El desempleo no sólo supone un derroche por cuanto m e r m a la producción, sino que además constituye una afrenta al individuo. Principio 2: El puesto de trabajo debe ser lo más seguro posible. Esto significa (aparte de alejar la amenaza del desempleo permanente) que el trabajo, c o m o institución, debe ir acompañado de fuertes medidas para evitar los despidos, la desocupación temporal. Entre esas medidas podríanfigurarel pago de una retribución suficiente en caso de suspensión del empleo, la prohibición de trabajar horas extraordinarias en las compañías donde existan trabajadores cuyo empleo ha quedado en suspenso, la reducción temporal de la jornada de trabajo para todo el m u n d o , el preaviso en caso irremediable de suspensión del empleo, y lafinanciación,por parte de la

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empresa, de la capacitación profesional de su personal y de la búsqueda de nuevo empleo en caso necesario. Principio 3: El trabajo n o debe obstaculizar la satisfacción de las necesidades sociales de los trabajadores. Sobre todo, los empleados deben disponer de tiempo suficiente para tratarse entre ellos (intervalos de descanso flexibles, comunicaciones telefónicas entre ellos, etc.), incluso para charlar. Desde luego, estaflexibilidaddel trabajo es incompatible con las cadenas de montaje, donde las máquinas dictan el ritmo de la labor. L o ideal parece ser. que el trabajo se realice en grupos semiautónomos, en los que el ritmo de ' producción y la remuneración lo determina u n grupo relativamente pequeño de trabajadores (de cinco a veinte, por lo general) que operan juntos9. Principio 4: El trabajo debe realizarse en u n contexto de democracia industrial participativa. Sólo en ese contexto, mediante la decisión conjunta de cuestiones tales c o m o el cierre de la fábrica, la programación del trabajo, inversiones, fusiones, etc., tendrán los trabajadores la oportunidad de satisfacer su necesidad de recibir el aprecio de su grupo y de apreciarse a sí mismos. Principio 5: El trabajo permitirá expresar al m á x i m o la capacidad creadora de quien lo realiza. N o será fácil acomodar esta condición con la tecnología moderna y con el trabajo fabril, pero esa dificultad no debe retraernos de enunciar este principio c o m o uno de los fines principales del trabajo. Cabria enunciar un sexto y último principio, el de la igualdad entre el trabajo y el juego, pero ese punto se sale ya de los límites del presente artículo. A d e m á s , es evidente que, según los estudios de Maslow, toda idea de convertir el trabajo en un juego será utópica a menos que primero se cumplan los otros cinco requisitos. Sólo queda por hacer una observación acerca del contenido normativo de estos principios. Se los ha expresado en términos del "debe ser"; pero la psicología humanística nos advierte que los trabajadores mismos querrán que así sea, siempre que se haya cumplido en cada caso el principio inmediato anterior. Y a hemos visto que hoy día los trabajadores de los Estados Unidos apetecen el trabajo y que la mayoría de ellos desean u n trabajo seguro. E n la República Federal de Alemania, en Suécia, en Noruega y en los Países Bajos se ha observado que los trabajadores quieren incluso m á s trabajo10. Ello significa que estas normas son compatibles con las necesidades jerárquicas positivas (u observadas) que definen la naturaleza h u m a n a , incluso que estas normas se deducen de esa jerarquía de necesidades. La alienación como elemento externo El concepto de alienación, una de las aportaciones de Karl M a r x a la economía, se ha empleado para explicar toda clase de problemas sociales, desde la difusión de la pornografía al estado militarista. Aquí, utilizaremos este concepto en el sentido siguiente: la alienación se refiere a las características tecnológicas e

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institucionales del trabajo que obstaculizan la satisfacción de las necesidades sociales y de orden superior. E n una teoría m á s general, el trabajo se ha de considerar en su doble vertiente de factor que se consume en la producción y de producto que satisface las necesidades sociales y morales. Por el contrario, en la teoría económica convencional, que constituye u n caso limitado, que sólo considera el trabajo c o m o factor de la producción se supone ipso facto que todo el trabajo carece de sentido, de significación propia, de valor en sí mismo, que es alienador. Y el problema no se detiene allí, pues el trabajo alienador contribuye a destruir la personalidad. Ahora bien, en la economía ortodoxa, en cuyos cálculos el trabajo no entra sino c o m o factor de la producción, habría que incluir u n elemento externo, n o computado, que es el valor social y moral del trabajo. E n el caso del trabajo alienador, esa producción no contabilizada es en realidad negativa desde el punto de vista h u m a n o , es una partida análoga a la contaminación del ambiente, es una "contaminación de la mente del trabajador", según Schumacher, que fue uno de los primeros que emplearon esta expresión. Igual que la contaminación del aire y del agua, el trabajo alienador ocasiona costes que el mecanismo del mercado no tiene en cuenta a la hora de calcular el coste de los factores y de emplear éstos en consecuencia. Así c o m o se suele considerar que la educación aumenta la productividad de los factores, así también debe considerarse que la alienación disminuye esa productividad: de hecho, podría conceptuársela c o m o una educación negativa. Si la alienación es otro de los fallos del mercado, si es una deseconomía externa, se plantea la cuestión de c ó m o subsanar ese fallo, de c ó m o introducir esta partida en el cálculo de la eficiencia con que trabajan las empresas Los economistas, aun reconociendo los males de la contaminación, n o son partidarios de suprimirla por entero, sino que recomiendan encontrar su nivel óptimo: aquél en que los costes ocasionados por la contaminación se equilibran con las ventajas (aumento y diversificación de la producción) que de la misma provienen. Análogamente, ampliar la teoría para tener en cuenta el coste de la contaminación mental n o implica rechazar a priori todas las instituciones y tecnologías alienadoras, sino que recomienda establecer también el equilibrio entre el aumento de la producción y del consumo y la satisfacción de las necesidades superiores creadas por el trabajo mismo 1 1 Para resolver el problema, propondríamos que fuesen los afectados por la alienación quienes se encargasen de calcular el equilibrio entre los costes y beneficios de la misma. Dicho de otro m o d o : la resolución del problema pasa por la autogestión obrera o las cooperativas de productores. A este respecto tienen especial interés los precursores estudios que —inspirado en el éxito de la cooperativa española de Mondragón— J. Vanek (1973, 1975) h a realizado acerca de la manera de hacer económicamente viables y competitivas las cooperativas12.

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L a economía que se dote de una organización acorde con esta regla habrá recorrido m u c h o camino en la vía de la satisfacción óptima de las necesidades humanas.

Conclusión Es posible que unos comentarios tan esquemáticos c o m o los de este artículo n o aporten tantas respuestas c o m o suscitan interrogantes. Pero abrigamos la esperanza de que esta disertación será útil a los estudiosos de la sociedad que n o se hubiesen percatado de la estrechez con que la economía ortodoxa actual define el trabajo. Y también esperamos que estas páginas animen a los economistas jóvenes, de cualquier parte del m u n d o , a unirse a las nuevas fuerzas que, completando, generalizando la ciencia económica, tratan de orientarla hacia el bienestar del hombre. E n particular, estamos convencidos de que esa ampliación de nuestra ciencia puede hacer m u c h o para resolver el problema económico más acuciante de cuantos hoy tiene planteados el planeta: aumentar la cobertura de las necesidades básicas en el tercer m u n d o . E n este contexto, terminaremos con algunas palabras acerca de la política de incentivos y de tecnología, que tanta relación guarda con el tema del trabajo. E n el caso de los incentivos, debe tenerse m u y claro que los alicientes de orden moral y social carecerán de eficacia mientras los trabajadores no gocen de la apetecida seguridad. Al elegir "la tecnología apropiada", debe tenerse en cuenta que ésta debe ser, por encima de todo, compatible con el pleno empleo. A d e m á s , la tecnología elegida debe favorecer la calidad de vida de los trabajadores, no sólo la de los consumidores o la mera calidad de los bienes de capital. Pocosfilósofosde la sociedad habrán arrojado tanta luz sobre esta cuestión c o m o el M a h a t m a Gandhi. Sus reflexiones socioeconómicas tan brillantemente estudiadas en u n libro reciente de J. D . Sethi (1978), tienen hoy mayor vigencia que nunca; por ello mismo, ya no podemos permitirnos el lujo se seguir ignorándolas. Es preciso remozar el núcleo mismo de esa ciencia que describe el problema económico de manera intrínsecamente estática y mecanicista, que considera c o m o variables exógenas las necesidades de la población, sin reconocer que esas necesidades crecen y evolucionan c o m o resultado de la influencia mutua que existe entre ellas y los parámetros institucionales. Ese análisis centra el problema económico en la manera de elevar la renta al máximo, con lo cual supone que fomenta la felicidad humana. Pero el problema real es el siguiente: dado que las necesidades de la población pueden evolucionar y en efecto evolucionan ¿qué clase de instituciones facilitarán o fomentarán el consiguiente desarrollo humano? Y entre todas las instituciones que hacen al caso, n o cabe duda que el trabajo merece la máxima atención. [Traducido del inglés]

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Notas 1

Los estudios de Mihaly Csikszentmihalyi (1975) han aclarado mucho la naturaleza del juego. Según este autor, en las actividades verdaderamente lúdicas nos fundimos con el flujo del universo; mientras jugamos, percibimos nuestros actos, pero no nos percatamos del yo, del pasado ni del futuro. También la palabra latina que designa el juego —ludus— hace pensar en la identidad entre el juego y el flujo (paso del tiempo, pasatiempo). Estando en flujo, estamos en ludus; cuando el flujo se detiene, estamos inter ludus, entre flujos. 2 Hace u n siglo, cuando nació la ciencia económica moderna, el trabajo, o m a n o de obra, se consideraba c o m o otra forma cualquiera de capital. Léon Walras (1977), por ejemplo, decía: " L a s personas, igual que la tierra, son capital natural, pero son perecederas, es decir, que se destruyen con cl uso o por accidente", lo que le llevaba a afirmar: " n o hay ningún inconveniente [...] en considerar el capital-persona, igual que la tierra y el capital propiamente dicho, exclusivamente desde el punto de vista del valor de cambio." Vilfredo Pareto (1971) llamó "capital h u m a n o " a las personas, expresión ésta que ha vuelto a ponerse de m o d a en los últimos años. 3 U n breve repaso de la bibliografía sobre el tema revela inmediatamente que entre los economistas existe bastante confusión e incertidumbre acerca del significado exacto del ocio. U n o s lo entienden c o m o "solaz personal" (Lancaster, 1969), otros hablan de actividades ajenas al mercado (Hirschleifer, 1976, y Rees, 1973) o incluso de una situación que se apetece por sí misma (Garzia, 1962). Pero todas las interpretaciones parecen compatibles con la definición que Mabry (1973) hace del ocio, c o m o el " n o trabajo". 4 Estas necesidades nunca llegan a satisfacerse del todo. E n efecto, una premisa básica de la psicología maslowiana dice que es imposible cubrir las necesidades sociales y morales con medios materiales, que su mitigación exige una satisfacción intrínseca; así, por ejemplo, el automóvil m á s lujoso no acalla la necesidad de estimación, propia o ajena, que experimenta su propietario, pues éste inmediatamente apetecerá alguna cosa m á s . 5 U n a exposición clara, aunque crítica, de esta tesis es la de Stilwell (1975), por ejemplo. 6 Incluso Alfred Marshall, uno de los patriarcas m á s destacados de la economía moderna, estaba dispuesto a reconocerlo así, y decía: " G r a n parte del trabajo con que el hombre se gana la vida es placentero de por sí; y los

socialistas tienen razón cuando afirman que otra buena parte podría también hacerse." Por desgracia, los discípulos de Marshall nunca desarrollaron esta idea, sino que se desentendieron de ella a toda prisa, concretamente, el trabajador tiene ordenaciones multidimensionales de preferencia, es decir, toda una serie de mapas de preferencia, cada uno de los cuales representa una necesidad básica. Mientras la necesidad de dinero sea la que domine, basta la teoría tradicional para estudiar el comportamiento del sujeto económico. Pero cuando las necesidades de dinero están cubiertas y entra en liza el deseo de trabajar por otras consideraciones sociales, el sujeto pasa al reverso del m a p a de indiferencia clásico. M á s tarde, cubiertas aceptablemente las necesidades sociales, tal vez el sujeto continúe trabajando por meras motivaciones morales, caso en el cual la renta y la riqueza se convertirán en u n mal. Esta tercera ordenación de preferencias se representaría mediante curvas de indiferencia cóncavas. 8

Entre las posibles medidas para elevar la productividad del trabajo, ciertamente que el economista estándar no recomendada garantizar de por vida el empleo a los trabajadores. Sin embargo, las grandes compañías japonesas poco pueden quejarse de la motivación de sus empleados. 9 Véase el capítulo 12 de Lutz-Lux (1979). 10 E n Lutz-Lux (1979) encontrará el lector una comparación internacional al respecto. Otro ejemplo clásico de trabajadores que, gozando de absoluta seguridad en el empico, apetecen algo m á s que la satisfacción de sus necesidades materiales es el de los empleados del sistema japonés N É N C O . 11 Si el mercado de trabajo fuese de libre competencia, ' si la movilidad de la m a n o de obra y la información fuesen perfectas, la alienación se igualaría entre todos los puestos de trabajo pero no desaparecería. Para eliminarla sería preciso que todo el m u n d o tuviese la oportunidad de trabajar por su cuenta, en una actividad dotada de sentido y con una remuneración decorosa. Sólo en esas condiciones la competencia vencería las deseconomías externas del trabajo, al menos en teoría. Sin embargo, en la práctica, incluso la movilidad parece ser insuficiente para igualar las ganancias netas de los trabajadores entre cuarenta y una industrias manufactureras do los Estados Unidos. (Véase Lutz, 1977.) 12 E n Lutz-Lux (1979), cap. 13, se glosa la importancia del estudio de Vanek.

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Los límites de la ideología económica: estudio antropológico comparativo sobre los conceptos de trabajo1 Erik Schwimmer Los seres humanos, siempre y en todas partes, han pasado sus días trabajando. Es en vano preguntar si lo hacen por necesidad o por opción voluntaria y libre, pues por encima de todo han trabajado siempre por mero hábito. Pero los hombres han cambiado radicalmente, no obstante, en sus maneras de pensar respecto al trabajo. A ú n las poquísimas y aparentemente sencillísimas palabras que acabamos de escribir no pueden traducirse correctamente a la mayor parte de las lenguas del m u n d o . Por ejemplo, personalmente tuve ocasión de vivir durante algún tiempo en una aldea entre los orokaiva, pueblo de la provincia septentrional de Papua Nueva Guinea, y aprendí los rudimentos de su lengua. Supongamos que quisiera decir, en lengua orokaiva, que la gente se pasa los días trabajando. Podría decir pure aisora, que es el equivalente m á s próximo de tal aserto, pero, estrictamente hablando, pure es u n huerto, u n huerto donde se cultiva el taro, de suerte que la frase orokaiva significa m u y concretamente que la gente está cuidando sus huertos. Porque si deciden ir a construir casas para edificar una nueva aldea, dirán da kogumbasora (estamos edificando una aldea); si dijesen pure aisora, esto sólo significaría que habían decidido no dedicarse a la construcción ese día, yendo en cambio a trabajar sus huertos. Y si decidieran que su trabajo de un día determinado habría de consistir en ir de caza o de pesca o en hacer u n tambor, cada actividad cuenta con una designación específica, pero no existen términos genéricos que puedan aplicarse lo mismo a trabajar en los huertos, construir casas, ir de caza o hacer tambores. N o obstante, a medida que la vida orokaiva va cambiando y modernizándose, también cambia la lengua. Por ejemplo, cuando el orokaiva habla de trabajo asalariado, emplea la palabra pure. " V a m o s a ponernos a trabajar" (por una retribución o salario cualquiera) puede traducirse correctamente por pure

Nacido en los Países Bajos, Erik Schwimmer vivió veinticuatro años en Nueva Zelandia. Actualmente enseña antropología en la Universidad Laval, Québec 10, Canada GIK 7P4. Entre otros, ha publicado: T h e world of the M o o r i , Cultural consequences of a volcanic eruption y Les frères ennemis (en prensa). Esta última obra es un estudio de varios grupos étnicos de la zona norte de Papua Nueva Guinea.

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aisora, sea cual sea la actividad laboral. A la inversa, amina pure mo umbae significaría "no consiguieron trabajo", y esto se referiría a una ocupación remunerada de cualquier clase. Así pues, los orokaiva poseen un término genérico para designar el trabajo remunerado, pero no para el trabajo de subsistencia. Este término genérico, sin embargo, no estaba en uso antes de la introducción del cultivo comercial y el trabajo asalariado. E n rigor, pues, entre los orokaiva no existía el concepto de "trabajo" antes del contacto con el m u n d o occidental. Pero evidentemente había en el habla sobrada terminología para entenderse respecto a lo que nosotros llamamos "la producción, la explotación y transformación de los recursos necesarios para la vida" (Wallman, 1979); es decir, acerca de lo que denominamos actividades laborales. Dicha terminología hacía referencia al cultivo del taro, el ñ a m e , los plátanos, la caña de azúcar, etc., a la crianza de cerdos, a la caza, la pesca y la recolección de productos silvestres, a los trueques de carácter mercantil, así c o m o a las normas y prácticas relativas al consumo. Esta terminología era técnica en parte. C o m o tal, hacía referencia a las diferentes fases del ciclo agrícola o de la reproducción del ganado, así c o m o al ceremonial que acompañaba cada fase y a los papeles desempeñados por hombres y mujeres, viejos y jóvenes, y, probablemente, jefes y especialistas. Hacía referencia a los riesgos que había que prevenir, entre otros las condiciones atmosféricas adversas, el merodeo de los cerdos, el pillaje de ladrones y enemigos, tanto c o m o los infortunios atribuidos a espíritus o hechiceros. También hacía referencia a cuestiones relativas a la distribución: manutención de la familia, recepción y agasajo de invitados, organización de festines y observancia de una larga serie de obligaciones sociales. U n punto destacadísimo en la terminología laboral moderna, la distribución del tiempo, raramente formaba parte de la terminología técnica orokaiva sobre el trabajo. Raras veces importaba saber cuántos días llevaría una actividad concreta cualquiera. Por otra parte, sí era importante saber en qué m o m e n t o del ciclo natural anual era preciso iniciar una actividad determinada. Esta simbiosis del trabajo h u m a n o con los procesos de la naturaleza constituía su principal principio regulador. E n virtud de este principio regulador, el tiempo se distribuía en la práctica entre las diversas actividades: tiempo para cazar, para pescar, para sembrar, escardar y recoger las cosechas; tiempo para cultivar, para guerrear, para festejar. Merced a esta distribución, se pom'an límites a cada género de actividad, y dichos límites condujeron a interesantes pero, a la postre, fútiles debates entre los especialistas de ciencias sociales, algunos de los cuales propugnaban la teoría laboral del valor, mientras que otros defendían la teoría de la utilidad. E n favor de la primera podría decirse que, en efecto, se imponen límites estrictos respecto a las cantidades de cada artículo que pueden producirse y que estos límites conducen a normas fijas de intercambio, o sea, reguladoras de la cantidad de un producto

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que debe darse a cambio de otro. Podríamos así m u y bien decir que el pago se efectúa con arreglo al tiempo empleado. Los partidarios de la teoría de la utilidad pueden, en cambio, señalar que se pagan precios más altos por las plumas de ave del paraíso que por las de cacatúa blanca, aunque cazar las primeras cuesta el m i s m o tiempo que cazar las segundas, y que lasfluctuacionesen la oferta de productos agrícolas, o de otras clases, influyen siempre en los precios, aun cuando lasfluctuacionesa corto plazo puedan dejarse de tener en cuenta en arreglos a largo plazo. Pero si examinamos con m á s atención qué es lo que determina los intercambios y valores en las sociedades de Nueva Guinea, resulta ser fundamentalmente el sistema de alianzas mismo. Sólo una parte m u y pequeña de los objetos intercambiados tiene algo que ver con las necesidades básicas, y la mayor parte se necesitan en el propio contexto de las celebraciones y festines. Otros son objetos mágicos cuyo valor se funda mayormente en el reverente temor que los receptores experimentan ante los poderes ocultos de los dadores. E n otras palabras, el valor de tales objetos se deriva de la relación entre dador y receptor, más que de sus cualidades intrínsecas. Dicho de otra manera, el ámbito económico n o está separado del político, de suerte que ni el tiempo de trabajo ni la utilidad determinan plenamente el valor de ninguna mercancía. Sahlins (1974) y Godelier (1973), entre otros, han indagado sobre la forma en que lasfluctuacionesen la oferta y la demanda y las variaciones en el tiempo de trabajo determinan y modifican los precios en el mercado de Nueva Guinea. Aunque los datos reunidos por dichos investigadores no son concluyentes en cuanto a la fuerza de estos dos factores, dejan ambos bien sentado que los precios se ven fuerte y sensiblemente influidos por lasfluctuacionesy variaciones en las relaciones sociales y políticas entre los interesados. D e tales consideraciones se desprende que el término "intercambio", en las que suelen denominarse relaciones comerciales o mercantiles de Nueva Guinea, tiene u n significado especial. E n la práctica, los artículos ajenos a la esfera de la subsistencia no están concebidos en m o d o alguno para u n mercado, sino para el uso de personas y grupos con quienes el dador mantiene una relación especial de alianza o parentesco. L a relación es normalmente intrínseca a la transacción. L a idea general de "valor de cambio" en tales sistemas materializa el aspecto económico, oscureciendo así el hecho cierto de que fuera de la esfera de la subsistencia el "trabajo", es decir la producción, explotación y transformación de recursos, n o persigue principalmentefineseconómicos. L a economía entera se centra de hecho en la producción de valores de uso, aunque los usos de algunos productos sean políticos, mágicos o estéticos. Pasemos ahora por tanto, a los aspectos no técnicos, n o económicos, de la terminología sobre las actividades laborales. A u n q u e los orokaiva n o poseen ningún concepto del trabajo c o m o tal, cada actividad laboral específica se conceptualiza a muchos niveles, de los cuales los m á s estructurados son por lo c o m ú n

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el mitológico y el ritual. L a mayor parte de las actividades se contemplan c o m o actualizaciones o representaciones de las hazañas de algún héroe de su cultura. Mientras en Polinesia encontramos a m e n u d o grandes héroes míticos a quienes se atribuyen diversos descubrimientos e invenciones de esa cultura, el héroe de la cultura orokaiva tiende a estar específicamente vinculado a u n producto o actividad singular: el taro, los plátanos, los cocos, la areca, las celebraciones y festines, la guerra, las bodas o la construcción de casas, etc. Si los mitos son a veces complejos, esto tiende a ser u n reflejo de la complejidad de la actividad técnica de que se trata, o quizá sea, además, porque la actividad técnica está metafóricamente ligada con otros niveles de conceptualización (normas sociales, preceptos rituales, métodos de hechicería, fenómenos cósmicos, problemas psicológicos, aspectos del paisaje, etc.). Sean cuales sean sus demás vicisitudes, el héroe mítico se transforma finalmente en el producto que constituye su don al hombre, ya sea metonímicamente —el héroe que fue cocido al vapor en un horno de tierra se convirtió en el semidiós inventor de ese m o d o de cocinar; el hombre que según otro mito fue sacrificado y comido en u n festín pasó a ser el héroe tutelar de los festines, y así sucesivamente—, o bien metafóricamente, c o m o la madre del taro es asociada con una charca de la cual brotó el taro primigenio y original, es decir en la que fue "descubierto" por la mujer; o de nuevo el héroe mítico que dio el "primer festín" y se transformó en una piedra que todavía hoy envía mensajes al hombre todos los años, diciendo si habrá suficientes provisiones para permitir la celebración de u n festín. Estas deidades son responsables del producto de diversas maneras. Son causa de la existencia del mismo, de sus cualidades y virtudes especiales, y lo constituyen en su forma perfecta e inalterable. Son también las inventoras de las técnicas mediante las que puede ser producido, del ritual en virtud del cual se puede transmitirle mensajes y de las normas sociales que rigen su distribución. El mito del taro, por ejemplo, contiene todas las precisiones técnicas sobre el ciclo de cultivo del taro y alude metafóricamente a las observancias rituales correspondientes al comienzo, la mitad y elfinalde dicho ciclo. El mito del coco y de la areca alude a las ofrendas de frutos que deben efectuarse sobre las sepulturas de los parientes consanguíneos. El quehacer del trabajador consiste en imitar fielmente el comportamiento del héroe mítico, tal y c o m o en los mitos se indica. Merced a esta identificación es c o m o consigue buenos resultados. Tal identificación tiene lugar m á s explícitamente en los rituales de cultivo, pero también se oyen cánticos sobre estas especies vegetales en otras ocasiones. Claro que la identificación penetra m u c h o m á s a fondo en las prácticas cotidianas de lo que este código mitológico estatuye. A la mujer que cuida y recolecta las plantas de taro se la considera la madre del taro. También se la tiene por madre de los cerdos que cría; su marido es el padre. El arreglo del huerto es una actividad estética en la que el hortelano presunta-

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mente expresa su personalidad. N o tiene uno m á s que mirar el huerto para leer el carácter, fuerte o débil, fino o tosco, inteligente o necio, imaginativo u obtuso, de la persona que lo ha plantado. Además, toda calamidad o contratiempo que al huerto le ocurra se atribuye a.la acción de espíritus o brujos, y, consiguientemente, a animosidades suscitadas por el comportamiento del hortelano, es decir, a conflictos que es incapaz de resolver o de dominar. Tales fenómenos sugieren que de la horticultura orokaiva podemos m u y bien afirmar lo que Daniel de Coppet dijo de la que se practica en Malaita (Melanesia), a saber, que es u n acto religioso, lo mismo que u n sacramento, c o m o también lo es el acto de comer el producto. T o d a fatiga que pueda deparar el trabajo del huerto queda así sacramentalmente transformada: el hombre experimenta su unidad con la diosa taro y también con el huerto y con sus frutos. Entre los orokaiva, la mayor parte de las actividades productivas son incumbencia de cada familia nuclear, c o m o también lo es casi toda la magia que tales actividades implican. Dentro de la familia elemental se da una división funcional del trabajo: algunos menesteres están clasificados c o m o específicamente masculinos (como el desbroce), y otros c o m o específicamente femeninos (como la escarda y la recolección). El control del programa de recolección diaria se halla en manos de la mujer, pero la mayoría de las decisiones son resultado de consultas entre la mujer y el marido. El título de "padre de la tierra" se reserva al jefe de la familia extensa que distribuye la tierra cultivable entre las familias nucleares. Nominalmente (y a menudo también efectivamente), es él quien ejerce el control de las decisiones tomadas por la familia extensa cuando actúa c o m o grupo organizado. Esto sucede especialmente en el contexto de la celebración de festines u otras obligaciones sociales de la familia extensa c o m o un todo, donde actúa c o m o entidad frente a otras familias o grupos. El esfuerzo productivo orokaiva se sitúa entre la subsistencia y la celebración de festines. Esto último podría describirse c o m o una especie de excedente del que se dispone —tan sólo en años buenos-— para fortalecer la red de alianzas externas. Algunas veces esta producción destinada a los festines se obtiene en huertos especiales, m a s n o invariablemente. Aunque las decisiones respecto a pequeños festines pueden tomarse en el seno de la familia extensa, las celebraciones de mayor envergadura requieren siempre la participación de u n linaje entero: u n clan local o — m á s frecuentemente aún— todo u n poblado. Los hombres importantes que inauguran estas celebraciones mayores adquieren una proporción considerable de poder efectivo sobre el uso y destino de la producción de u n poblado una vez que se ha tomado la decisión de celebrar un festín. Sin embargo, tal producción no pasa a ser propiedad del hombre importante; cuando los invitados que reciben los regalos devuelven posteriormente el cumplido, los productos que ofrecen a sus anteriores anfitriones son redistribuidos entre las familias donantes originales. Estas familias, pues, no pierden el producto del trabajo efectuado para los festines.

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Finalmente, es preciso insistir y recalcar que el término que designa tal actividad de, subsistencia, pure ari ("trabajar"), describe simplemente el lugar donde las personas en cuestión pasan sus días, y poca cosa más. Para expresar la idea de que el empeño productivo exige u n esfuerzo, habría que añadir u n calificativo y decir pure gaiha (trabajo penoso), o emplear además un término c o m o simbari (procurar, ocuparse de algo). Este último término implica la asunción de una plena responsabilidad, tanto en la esfera de la producción c o m o la de la administración práctica y ritual. Dicho vocablo, simbari, cae m u y cerca del concepto de economía doméstica. C o m o descripción de la actividad económica tradicional orokaiva, este término debe preferirse con m u c h o a otros tales c o m o "trabajo contratado", " m a n o de obra", precisamente porque señala los peligros de la cuantificación apresurada en que incurren los científicos sociales. Si tuviera que medir el trabajo orokaiva, optaría por medir la extensión de los huertos y tratar de hallar criterios valorativos de su calidad antes que computar el tiempo empleado. El análisis precedente ha aislado dos conceptos que parecen decisivos para el estudio comparado de los conceptos sobre el trabajo: que el fin último de la producción es la creación de valores de uso, y que la relación entre el yo y el producto es la identificación. Puede definirse "identificación", en este contexto, c o m o la acción libre y consciente del hombre sobre los recursos naturales, con arreglo a modelos de trabajo histórica y culturalmente determinados2. N o hay motivo para creer que los dos conceptos que he indicado se den siempre juntos, ni que sus contrarios que ahora vamos a considerar —la creación de valores de cambio c o m o fin último de la producción y la alienación del hombre respecto a su trabajo— se den siempre juntos tampoco. L a manera más fácil de demostrar que los conceptos pueden obrar independientemente uno de otro es citar ejemplos, tomados de los datos sobre los orokaiva y Nueva Guinea, donde encontramos alienación en u n sistema de "valor de uso", e identificación en un sistema de "valor de cambio". L a alienación —en el sentido de que el hombre está radicalmente separado de los frutos de su trabajo, perdiendo el control sobre los mismos y de este m o d o sobre su actividad c o m o productor, el control de su libre y consciente acción sobre la naturaleza— no es corriente en Melanesia; pero no faltaba, ni mucho menos, bajo las condiciones de existencia tradicionales. E n muchos poblados hay una exigua minoría marginal de individuos que se pasan la vida entera c o m o dependientes y sirvientes de hombres importantes, los cuales no les procuran los medios que les permitirían casarse, manteniéndolos así en un estado semejante a una benigna esclavitud. Panoff (1970) descubrió que en esta categoría de individuos existe un índice m u y elevado de suicidios. Pudiera ser m u y bien que esta forma de explotación (siempre en escala bastante pequeña) constituyera el mínimo de valores excedentes necesarios para la integración de las actividades colectivas en Melanesia. Aparte de esto, puede haberse dado ocasionalmente la alienación entre

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grupos y clanes derrotados que perdieran sus tierras a raíz de una guerra y se viesen reducidos al estado de vagabundos, o también entre grupos débiles que hubieran sido víctimas de merodeadores, tan frecuentemente, que no pudieran ya desenvolverse. Parece ser que aquellos que tenían m u y buena fortuna en esta clase de guerra extraían del botín una parte sustancial de su riqueza relativa, de m o d o que la guerra podía convertirse a veces en una forma de explotación. Pero conviene insistir en que tales fenómenos se daban a escala bastante reducida. Su único efecto económico era proporcionar recursos a unos pocos notables que podían así extender sus redes de cambio en medida limitada. Es importante, empero, reconocer que la alienación no está relacionada en forma absoluta con ningún m o d o especial de producción. L a alienación en sociedades donde rige el valor de uso toma frecuentemente la forma de la esclavitud. Y a la inversa, los orokaiva no están en m o d o alguno dispuestos a aceptar la proposición de que la alienación tenga que ser por fuerza el resultado de la adopción de u n sistema moderno de producción, cuyo fin último es inevitablemente la producción de valores de cambio para una bolsa de contratación. D e hecho está surgiendo en los poblados u n número considerable de pequeñas empresas, ya en régimen de cooperativas o de propiedad particular, en las que se proclama a los cuatro vientos que todo beneficio concebible es compartido entre los productores y los clientes, de suerte que alfinalno queda nunca ningún "valor excedente" para el propietario-administrador. O mejor dicho: el valor excedente es compartido por la comunidad entera, al menos en principio, pues en la práctica tales negocios son difíciles de mantener aflotedonde el sistema económico general está organizado con arreglo a pautas capitalistas. Diríase que la ideología que informa ese negocio comunal se funda en el reconocimiento, por el pueblo de Papua Nueva Guinea, de las inmensas posibilidades del desarrollo económico, y en el deseo de beneficiarse de este desarrollo, manteniendo intacto el sistema de relaciones de la comunidad. Esto puede considerarse u n objetivo bastante utópico, pero la persecución práctica y activa de este género de utopía sigue siendo una rigurosa realidad social. El problema con el que estas pequeñas empresas aldeanas se debaten es un problema fundamental. Además, la singular maestría de los melanesios en la organización de comunidades abiertas de dimensión media permite abrigar algunas esperanzas de que hallen soluciones en u n terreno donde muchos otros han fracasado. Consideremos ahora interculturalmente el desarrollo de las otras cuatro formas de conceptos del trabajo que hemos aislado. Estas formas están hechas n o de sistemas formales, sino m á s bien de intensidades de valores. C o m o hemos visto, pueden describirse del m o d o siguiente: A . El fin último es la creación de valores de uso; la relación entre el yo y el producto, es la identificación;

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B . El fin último es la creación de valores de uso; la relación entre el yo y el producto es la alienación; C . El fin último es la creación de valores de cambio; la relación entre el yo y el producto es la identificación; D . El fin último es la creación de valores de cambio; la relación entre el yo y el producto es la alienación. A u n q u e nuestro examen de la forma A ha estado hasta ahora limitado al caso de Papua N u e v a Guinea, conviene destacar que es precisamente esta forma la que ha prevalecido con m u c h o en la historia h u m a n a y no sólo en las sociedades tecnológicamente m á s simples ni muchísimo menos. El caso m á s complejo de forma A es probablemente el de la India, hasta hace poco tiempo. Recientes estudios sobre el sistema jajmani de la India (Dumont, 1970) han puesto de relieve que los cambios económicos entre miembros de las diferentes castas tienden a basarse en relaciones personales hereditarias, recurriendo a especialistas para cada tarea especializada. E n otras palabras, aun cuando existe una división del trabajo m u y desarrollada, las prestaciones y contraprestaciones consisten en valores de uso, cuyo valor de cambio no cuenta para nada en las transacciones. E n segundo lugar, casta y profesión aparecen relacionadas mediante el nexo de la religión, es decir la teoría de los varna (posiciones sociales). Los individuos pueden así deducir su identidad de su trabajo en muchísimos aspectos, especialmente en castas marcadamente endógamas, en aquellas en que las actividades laborales están m u y especializadas y en ocupaciones en las que prevalecen los criterios de pureza ritual. El análisis de Searle Chatterjee (1979) sobre las castas intocables muestra que dicho sentido de identidad profesional se extiende desde las normas del ritual colectivo hasta las mismas características psicológicas: aunque el trabajo se clasifique c o m o impuro, el trabajador n o se siente alienado respecto a su obra. L a identidad de grupo que de ello deduce exalta considerablemente el "honor", el buen temple y la pujanza sexual. L o mismo que Hocart (1950), esta autora destaca el aspecto mágico-religioso de tales oficios impuros. Es evidente, sin embargo, que la alienación puede cundir fácilmente en sociedades m u y estratificadas donde el producto del trabajo de los estratos inferiores terminan por apropiárselo íntegramente los estratos superiores. E n la India, esta tendencia fue contrarrestada en los tiempos clásicos por la religión de los varna y por la sólida integración interna de las castas. Por otra parte, el estudio de Vernant (1965) sobre los conceptos de trabajo en la Grecia antigua clasifica inequívocamente esa civilización en nuestra categoría B (valores de uso; alienación). El artesano griego, según parece, no trabajaba para un mercado sino para satisfacer necesidades claramente especificadas de usuarios individuales. El concepto helénico de trabajo está inserto en la mitología del conflicto entre Zeus y Prometeo que termina con u n convenio en virtud del cual los dioses prometen dispensar el sustento a los mortales al precio del trabajo y la fatiga, y

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según el cual los inmortales a m a n mil veces m á s a los que trabajan. Este concepto del trabajo propio de labradores y agricultores se hallaba en oposición con el de los artesanos: el concepto de hacer o de crear, función técnica que implicaba no sólo u n aprendizaje y secretos profesionales, sino también un talento creador particular inherente a los individuos, a m o d o de dotes o facultades naturales. Esta función técnica se distinguía netamente, n o obstante, del papel m á s altamente valorado del "usuario", que actúa libre e independientemente por cuenta propia y a quien el artesano debe obedecer. Vernant puede así describirnos el producto del artesano c o m o "exterior al artesano mismo y ajeno a la actividad que lo ha creado" (1965). Las relaciones de producción son así conceptualizadas de u n m o d o que difiere enormemente del sistema indio, el cual rechazaría c o m o ilusoria cualquier noción de agente libre e independiente. T a n pronto c o m o sentamos una categoría de tales agentes en oposición a una función técnica, esto hace que el técnico aparezca c o m o alienado respecto a su trabajo, en el sentido en que venimos empleando dicho término (de acuerdo con Vernant). Las formas que antes hemos designado C y D no aparecieron hasta la revolución industrial que se inició en Europa en el siglo xvin. A nivel de conceptos generales, esto condujo a una clara diferenciación entre política, economía, moralidad y religión c o m o ámbitos separados, en la obra de Locke por ejemplo, y en particular a lo que D u m o n t ha denominado recientemente (en Homo Aequalis, 1977) la "ideología económica". Empleando el término ideología más o menos como "lo que socialmente se piensa, se cree y en virtud de los cuales se actúa", D u m o n t estima que esta ideología económica tiene el efecto de instaurar lo económico como una categoría que excluye o subordina a todas las demás categorías en nuestra mente. Las implicaciones de semejante ideología para los conceptos del trabajo contemporáneos se presentaron por vez primera en la famosa Fábula de las abejas de Mandeville (1705), en la cual el valor de cada individuo se mide por el papel que desempeña en el ciclo de producción y consumo general, que presumiblemente es la única razón de ser de la colmena. L a división del trabajo, administración y control incluidos, forma parte de las condiciones de supervivencia de la colmena, y por lo tanto de su economía, del "trabajo" de la colmena. Los miembros improductivos son expulsados; todos los demás hacen falta para la supervivencia y la reproducción de la colmena como u n universo mecánico. E n la colmena de Mandeville, pues, y aún más en A d a m Smith, se establece un modelo de explicación en el cual toda acción es entendida en términos de su valor productivo, c o m o contribución a la economía del conjunto. Trabajo pasó a ser así u n término genérico aplicable a toda actividad encaminada a la producción de lo "útil". L a analogía de la colmena nos basta ahora para clarificar lo que debe entenderse c o m o útil: la supervivencia y la reproducción, o, en otras palabras, la economía, pues el modelo de la colmena deriva su fuerza de su eliminación de todos los factores, excepto los económicos.

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Antes de la revolución industrial no existía ni había existido nunca u n concepto tan abarcador y genérico c o m o el de trabajo, ni entre los pueblos sin escritura, por las razones ya expuestas, ni en la Grecia antigua, c o m o en el análisis semántico de Vernant (no citado aquí) se demuestra, ni en la Europa preindustrial, donde palabras c o m o trabajo, labour, travail, Arbeit se aplicaban a actividades específicas, mientras que hoy se nos habla de "trabajar" por el triunfo de nuestro matrimonio y por nuestra religión, con el sentido implícito de que debemos hacerlo tan en serio c o m o si trabajásemos en una ocupación retribuida. Cualesquiera sean nuestras convicciones políticas, seguimos a Karl M a r x al considerar religión, familia, estado, derecho, moralidad, ciencia, arte, etc., c o m o especies particulares de producción o trabajo; o sea que el trabajo ha llegado a constituir una unidad en u n cálculo universal y general. Dentro de esta ideología, no obstante, nosotros aislamos rigurosamente la categoría de lo económico que viene a limitar el término "trabajo" a tres contextos precisos, c o m o u n reciente ensayo de Walter Elkan (1979) provechosamente nos recuerda. Dichos contextos son: trabajo c o m o producción, trabajo c o m o opuesto a desempleo y trabajo c o m o opuesto a ocio. Entre estas tres categorías "está comprendida prácticamente la totalidad de la economía política". El hombre moderno, por tanto, concibe el trabajo de dos formas principales: a) c o m o un recurso y u n elemento básico en los procesos de producción, c o m o u n medio de participación en el producto económico de la sociedad, y b) c o m o un modelo ideológico para u n número considerable de otras actividades sobre las cuales la gente piensa de la misma manera que sobre el trabajo económico "real". El concepto estrictamente económico de trabajo (la primera de las dos modalidades antes indicadas) plantea algunos problemas fundamentales tanto al economista c o m o al hombre corriente. N o disponemos de espacio ni poseemos la competencia precisa para examinar con algún detalle los problemas del primero, pero podemos ennumerar los mencionados por Elkan, fundamentales para el análisis antropológico. El primero de estos problemas estriba en las percepciones que todos tenemos de nuestro propio cometido laboral. C o n arreglo a nuestra percepción, trabajamos con mayor o menor ahínco, y por esta razón la producción puede variar notablemente entre distintas situaciones y países, aun cuando no existan diferencias en las disponibilidades de recursos, provisión de capital y tecnología. L o que la percepción de su trabajo supone para el hombre tal vez haya quedado algo m á s claro tras el breve examen precedente de los casos que los griegos, los indios y los melanesios de Orokaiva nos ofrecen. Por lo c o m ú n lleva implícito algún sentimiento religioso u otro arraigado compromiso ideológico. También involucra la conversión del producto en valores de prestigio social, pero en la sociedad industrial estos no son realmente conferidos por pequeños grupos parciales de "individuos distinguidos"; son conferidos o negados por las vastas unidades productivas características del m u n d o moderno.

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El segundo problema con que se enfrentan los economistas es el de distinguir el trabajo del no trabajo, es decir, del ocio y del desempleo. Aquí los economistas tienen también u n interés m u y práctico: desean conocer la medida de las aspiraciones al ocio que abrigan los seres humanos. ¿Dejarán de trabajar cuando sus necesidades básicas estén satisfechas? Asimismo desean medir la cantidad de desempleo real: ¿cuál es la productividad de personas oficialmente clasificadas c o m o en desempleo o que no figuran en los registros de empleo laboral? Estas dos cuestiones sólo se plantean en u n sistema donde el concepto de trabajo ha perdido su sentido lato anterior, c o m o identificación con u n papel social, y ha quedado rigurosamente limitado en cuanto a tiempo y lugar y en cuanto a su esfera de actividades pertinentes. E n sistemas donde la identificación con el trabajo es la norma, trabajo y ocio no aparecen formalmente diferenciados. Pero ni siquiera en las sociedades industrializadas contemporáneas se diferencian totalmente, por cuanto muchísimas actividades productivas siguen ejerciéndose durante el tiempo libre. A d e m á s , el concepto de desempleo es contrario al de identificación con el trabajo, ya que una persona que se identifica con una ocupación determinada (caza, cultivo de la tierra) continúa pensando en sí misma de ese m o d o aun cuando no esté empleada en dicha actividad y aprovechará cualquier oportunidad para ejercitar sus aptitudes. D e ahí el enorme alcance de la "economía oculta" y, c o m o señala Elkan, su productividad a m e n u d o considerable. Si hemos invocado brevemente estos problemas de los economistas, ha sido para llamar la atención sobre dos paradojas. L a primera tiene que ver con la "ideología económica" misma: si el trabajo se concibe c o m o una mercancía con cierto valor de cambio, el trabajador mantendrá su producción lo m á s baja que pueda, se procurará todo el ocio posible y no hará nada cuando esté desempleado; dicho de otra manera, el modelo es augurio de alienación total. Por eso aumenta notablemente la eficiencia si permitimos que se imponga el proceso de identificación tradicional; pero en ese caso intervienen fuerzas religiosas y sociopolíticas que el economista no puede explicar por medio de su modelo. L a segunda paradoja es de más específico interés para el antropólogo: el modelo del economista ha tenido, a lo largo del último siglo transcurrido, una amplísima difusión por todo el m u n d o y lo encontramos literalmente en todos los continentes. ¿Qué ha hecho el pueblo llano con respecto a este nuevo modelo, por ejemplo, en Noruega, en las Islas Shetland, Colombia, Kenya, Lesotho y en Papua Nueva Guinea? .Las respuestas a esta pregunta pueden hallarse cumplidamente en una nueva e importante colección de ensayos, Social anthropology of work (dirigida por Wallman, 1979), que es u n verdadero tesoro de datos sobre los conceptos del trabajo. D e estos materiales se puede sacar la conclusión general de que ningún grupo se ha librado de la paradoja antes descrita, si bien en cada caso la han manifestado en formas diferentes, algunas veces u n tanto inesperadas. Todos rinden el debido tributo al magnífico invento que la ideología económica indudablemente es, pero al mismo tiempo elaboran u n concepto de comunidad

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moral, con sólidos puntales religiosos, ideológicos y de valoración del prestigio, ya en oposición al modelo del economista, o entrecruzándose con él, o cubriéndolo por completo, de tal suerte que el ser auténtico del modelo del economista queda totalmente eclipsado por una interpretación indígena del m i s m o sumamente halagüeña, pero, por desdicha, casi en su integridad imaginaria. Dicho de otra manera, los conceptos populares del trabajo en estas seis culturas se han establecido sobre dos bases: a) actividades cuyo rendimiento tiene valor en el mercado (valor de cambio); b) actividades que se estiman una condición de admisión en la " c o m u nidad moral". Noruega. U n a actividad cae de lleno bajo el concepto popular de arbeid sólo si se satisfacen los criterios tanto económicos c o m o morales. Debe producir valores de cambio (o por lo menos valores que sean en principio comercializables). Debe también poseer el mayor número posible de las siguientes cualidades: "a) implicar el uso de energía física; b) ser rutinaria y/o repetitiva; c) tener lugar en sitios especiales (puesto de trabajo) y en horas específicas; d) ser actividades necesarias (más que producción de lujos o papeleo inútil); é) efectuarse para otros; f) orientarse hacia u n producto o resultado; g) implicar dedicación (y la consiguiente limitación de opción)." (Wadel, 1979.) Los seres humanos tienen por lo menos dos razones para realizar un trabajo retribuido, una razón económica y otral moral; esta última es la que confiere al trabajo una raison d'être, aparte la de ganarse la vida, y de aquí el mérito público y la necesidad social. El verdadero trabajo será, pues, el área de coincidencia entre los ámbitos económico y moral. Este es el trabajo con el que uno se identifica y del que quedan excluidos el trabajo alienante y el n o trabajo, es decir, el que en principio n o se reputa comercializable. Whálsay, Islas Shetland. Aquí es la industria pesquera la que crea virtualmente todos los valores de cambio significativos, pero existe una segunda actividad productiva, el crofting, en la que uno debe participar para ser contado entre los miembros de la comunidad moral. Crofting (Cohen, 1979) es una forma de cultivo en m u y reducida escala que no rinde beneficios importantes (si es que produce alguno), pero en la que los habitantes de Whalsay fundan su sentimiento de identidad c o m o grupo. A nuestro juicio son esencialmente crofters (pequeños cultivadores) m á s que pescadores. Ahora bien, ellos no aluden a las diversas faenas del crofting c o m o "trabajo", ya que reservan ese término para "trabajo qua actividad económica" (ibid.). D e esta manera el ámbito económico se mantiene enteramente separado del ámbito de identificación. L a pesca comercial se ve c o m o algo totalmente alienante, hasta el punto de que algunos propietarios de sofisticadas embarcaciones de pesca comercial prefieren utilizar u n bote cuando pescan por, las cercanías de su huertecito. Lesotho. Aquí son principalmente los varones quienes subvienen al sector m o n e tizado, haciéndose jornaleros emigrantes y aceptando empleo retribuido (mose-

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betsí). L a población rural está compuesta en su mayoría por mujeres, niños y ancianos, que atienden una pequeña agricultura de subsistencia. Para el trabajo de estas mujeres se emplea el mismo término que para el empleo retribuido (véase ísebetsong, Murray, 1979). Aunque el trabajo retribuido de los hombres resulta esencial para el bienestar familiar, esta actividad por sí misma n o califica a los varones a constituirse en miembros de la comunidad moral, pues a tal fin deben proporcionar, además, recursos para el "trabajo de costumbre" en el ámbito doméstico, es decir, deben dar "pábulo a los antepasados". Dicha operación se designa también con el término mosebetsi. Este gasto ritual "supone la transferencia de recursos en gran escala de las zonas urbanas a las rurales". Así pues, c o m o el fin último del trabajo asalariado de los emigrantes varones consiste en asumir la responsabilidad de la reproducción simbólica de su sociedad, no parecen sufrir de alienación. Pero, también aquí, el ámbito económico se mantiene totalmente separado del de identificación. Los orokaiva (Papua Nueva Guinea). Aquí la pauta es en cierta manera similar, ya que también se emplea el mismo término para los dos tipos de trabajo, y toda vez que el trabajo en el sector monetizado no basta ni para una vida digna ni para adquirir prestigio social. Para ser miembro de pleno derecho de la comunidad moral se debe participar también en los pagos ceremoniales y en la organización de festines. Existe además una extendida ritualización del juego de azar, siendo costumbre jugar a las cartas cuando los miembros del grupo han cobrado por su trabajo en los cafetales u otra ocupación cualquiera. Las partidas continúan por lo general hasta que u n jugador lo ha ganado todo. Los ganadores (casi siempre son los mismos hombres los afortunados) gozan de una alta situación ya que el hecho de ganar se interpreta c o m o un signo de poder mágico, es decir, del auxilio de poderosos antepasados. El sector monetizado goza así de prestigio en la medida en que el producto del trabajo asalariado se convierte, mediante los festines, los donativos o el juego, en valor del sector de subsistencia, donde normalmente se consideran inseparables el éxito material y el mágico-religioso. Los giriama (Kenya). Esta sociedad de pequeños grupos de pescadores dispersos hace distinción tajante entre dos categorías de actividades: a) empleo asalariado regular, que sólo una reducida minoría disfruta, y b) el sector de subsistencia, que se encuadra en la misma categoría que la pesca comercial en pequeña escala acometida por algunos giriama n o musulmanes, la artesanía y el comercio en pequeña escala y otras actividades similares. Sólo la primera categoría citada confiere u n status social superior, aun cuando n o siempre produce ingresos elevados, y únicamente dicha actividad merece ser dignificada con el término swahili kazi (trabajo) (Parkin, 1979). El presente autor ha escuchado el término orokaiva pure (trabajo) utilizado en u n sentido similar, cuando, en u n discurso político, cierto regidor dijo: "Antiguamente la gente no tenía trabajo (pure), pues fue Jesucristo quien les

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trajo el trabajo." Este era, sin embargo, un uso especial de la palabra, todavía fundamentalmente asociada con la horticultura de subsistencia. Indica una exacta comprensión del uso de este concepto por parte del economista profesional, así c o m o u n intento de conferirle valor moral. Los giriama, por otra parte, han ido m u c h o m á s lejos: han aislado este concepto dándole un nombre especial, tomado de la lingua franca, lo que jamás han hecho los orokaiva, que yo sepa; y han negado a su considerable economía oculta la "condición de trabajo verdadero" (Parkin, ibid.). Sólo las actividades clasificadas c o m o kazi permiten el acceso a la comunidad moral de los giriama, bastante elitista, eclipsando, por así decirlo, las actividades laborales de la inmensa mayoría. Páez (Colombia). L a economía de este grupo ha sido presentada c o m o idónea por un etnógrafo nativo (Ortiz, 1979) para la investigación de un concepto clave en el instrumental del economista. Demuestra el autor que, entre los vecinos de Páez, sólo en el sector monetariamente retribuido (cultivos comerciales en su mayor parte), que es relativamente secundario, se concede al "tiempo" un valor económico y es seriamente considerado por los propios interesados c o m o un costo de m a n o de obra. E n Páez se clasifican las actividades según sean mahin (trabajo) o no lo sean, y entre las actividades consideradas mahin se cuentan las que rinden productos para el consumo, incluida la retribución monetaria, o las que habilitan créditos en el sistema informal de contrataciones de trabajo. N o se considera mahin en cambio, el cumplimiento de una obligación pública o comunal, aunque esto dé derecho a una eventual retribución del servicio, ni tampoco muchas actividades que son insoslayables pero en las que no se aprecia un producto visible, contándose entre ellas el tiempo dedicado a lavar, cocinar, vender, hacer gestiones comerciales, dirigirse (a pie) a los campos o al mercado, desbrozar y despejar la tierra, transportar y plantar los brotes obtenidos en los semilleros, escardar antes de, la maduración del fruto, replantar, así c o m o el tratamiento y preparación del fruto, el secado, la selección del grano, las operaciones de almacenaje, la reposición de las herramientas, etc. V e m o s aquí, en forma atenuada, el mismo contexto de los giriama tal c o m o lo describe Parkin. A una buena parte del sector de subsistencia, aunque no a todo, se le niega el carácter de mahin. Por otra parte, la población de Páez se asemeja a la de Lesotho y a los orokaiva en cuanto a que las actividades consideradas c o m o mahin no bastan por sí mismas para ser admitido en la comunidad moral, ya que las obligaciones comunales están excluidas de la citada categoría. Así, en u n sentido puramente formal, el sistema de Páez se parece al noruego. Mahin es el área de imbricación o coincidencia de los ámbitos económico y moral. L a diferencia entre estos dos sistemas estriba más bien en lo que uno y otro excluyen. Los noruegos cuentan todos los costos de producción de los bienes del mercado, sin exclusión alguna, cosa que en Páez no se hace; suelen incluir también en su concepto de la economía (como "impuestos") algunas actividades

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que en Páez se miran c o m o obligaciones puramente morales respecto a la c o m u nidad. E n otras palabras, el campo de imbricación noruego es mayor: arbeid es u n término m á s amplio que tnahin. Ahora bien, en ambos sistemas el concepto de trabajo cubre únicamente aquellas actividades en que están presentes tanto el valor de cambio c o m o el valor moral. Podemos ahora volver a la cuestión por la que comenzamos: la distinción que ha de efectuarse entre los conceptos de trabajo de las formas C y D . L a forma D entiende el trabajo únicamente c o m o una mercancía en u n mercado; la forma C es m á s utópica, aparece m á s en conformidad con la sociedad ideal tal c o m o A d a m Smith y Karl M a r x (de diferente manera) la describen. Los casos que aquí hemos analizado brevemente son claras mezclas de las formas C y D . Constituyen formas de identificación con el trabajo en diversas partes del m u n d o , en respuesta a las exigencias de los sistemas económicos contemporáneos. Todos los sistemas examinados reconocen de alguna manera la contradicción entre las formas C y D : todos tratan de u n m o d o u otro de encontrar una conciliación o u n ajuste entre los ámbitos económico y moral. Es probable que no haya una solución exclusiva a esta contradicción, sino que las soluciones realmente consistan en la práctica misma de establecer fórmulas sociales compuestas, en cada formación social, cuya imperfección habrá de ser evidente, pero que permitan a la vida seguir su curso. Semejante visión de los conceptos del trabajo no excluye, por supuesto, la posibilidad de una crítica de algunas prácticas actuales, ni la elaboración de otras mejores. Pero hemos de aceptar c o m o premisa que, en tanto que las leyes de la economía política son universales, los sistemas morales son específicos de las culturas y de la historia de cada cultura. T o d o lo que nos cumple reclamar, en un contexto internacional, es u n claro conocimiento de la contradicción y una nítida conciencia de la fundamental utilidad de las utopías para entender la naturaleza del trabajo. L a que hemos clasificado c o m o forma C es en realidad utópica. Al mismo tiempo constituye uno de los dos fines últimos del trabajo. Y al decir esto n o estoy usurpando el papel del filósofo, estoy haciendo una declaración rigurosamente antropológica. El aspecto utópico de los conceptos sobre el trabajo forma parte de las observaciones de antropólogos que realizan su trabajo de campo en m u y diversas partes del m u n d o , como acabo de exponer. Es probable que ese deseo que manifiesta el ser h u m a n o de identificarse con el trabajo que realiza sea imposible de desarraigar. Tal es sin duda la tesis tanto de Freud c o m o de Marx) y es igualmente lo que sugiere el análisis antropológico. E n los casos estudiados hemos hallado algunos ejemplos de total coincidencia de lo económico y lo moral, pero en tales casos una gran parte de la población quedaba excluida del sistema (los giriama). Por otra parte, hemos podido comprobar que la falta de coincidencia no es en sí misma u n estado de cosas patológico, ni mucho menos. A veces puede ser bastante grata ( Whalsay), aunque en

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otros casos puede también frisar con lo intolerable (Lesotho). Por otra parte, de nuestra exposición se deducirá con toda evidencia que la planificación económica que pudiera hacerse para Lesotho no debería ajustarse jamás a la tesis de que la población se encontraría en mejor posición si realizara menos "trabajo para los antepasados". El presente artículo ha tratado, en realidad, de dar las razones teóricas por las que la aplicación de semejante criterio sería totalmente inoportuna. Y otro tanto cabe decir con respecto a Papua N u e v a Guinea. T a m p o c o en ese país es antifuncional la celebración de festines, y si los objetivos últimos del trabajo de la población en general consisten en obtener consideración, será preciso mantener durante algún tiempo cierta separación entre las esferas de acción económica y moral. [Traducido de inglés] Notas Este trabajo es una elaboración y ampliación de ideas expuestas por vez primera en un ensayo (Schwimmer, 1979) presentado a la conferencia de la A S A en la Universidad de York en 1979. E n dicho ensayo puede encontrarse un análisis m á s detallado de los conceptos sobre el trabajo entre los orokaiva y en la Grecia antigua, y la bibliografía correspondiente. Quiero expresar m i agradecimiento al S S H R C , de Canadá, que subvencionó el trabajo de campo para m i estudio sobre

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Nueva Guinea, y a la A S A por una beca que m e permitió presentar la primera versión de este trabajo y beneficiarme de comentarios y críticas en aquel momento. E n mi trabajo de 1979 ofrezco u n análisis teórico más completo de lo que aquí ha resultado posible sobre los conceptos de identificación y alienación. Respecto a mi comprensión básica del término "identidad", m e reconozco en deuda sobre todo con la obra de C . L6vi-Strauss, La pensée sauvage (1962).

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Bases de datos socioeconómicos: situaciones y evaluaciones

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka* H . N . S. Karunatilake Evolución de las estructuras de datos La recoleción y publicación de datos socioeconómicos primarios goza en Sri Lanka de m á s antigua tradición que en otros muchos países del Asia, pues su origen se remonta a varios siglos atrás. Los datos estadísticos, demográficos o de otra índole son numerosos en Sri Lanka, y si bien su calidad,fiabilidady alcance n o son tan perfectos c o m o sería de desear, lo cierto es que diversas fuentes, compilaciones y documentos nos ofrecen información socioeconómica primaria abundante acerca de los ciento veinticinco últimos años de la historia del país. E n 1807 se hizo obligatorio inscribir las defunciones en el Registro Civil, razón por la cual se cuenta con datos a partir de ese año. Desde 1893 esta obligación se extendió igualmente a los nacimientos, y la inscripción de los matrimonios se practicaba, en la mayoría de las localidades de la isla, desde mediados del siglo xrx. El primer censo de población, aunque aproximado, se llevó a cabo en 1814, y desde 1826 se hace una estimación anual de la cifra de población. Los documentos antiguos demuestran que incluso en tiempos remotos existían varios sistemas de datos de carácter netamente social, aunque rudimentarios. L a recolección y archivo de información económica básica data del principio de los tiempos históricos. Los libros y manuscritos en que se compilaba esa información se conservaban

en los templos, en los monasterios y en la corte de los reyes sinhala. Antiguas inscripciones en piedra revelan que todos los documentos pertenecientes a los reyes se hallaban depositados en auténticos archivos, si bien es de lamentar que los archivos de los últimos reyes sinhala de Sri Lanka 1 hayan desaparecido, probablemente a causa de los repetidos incendios que padecieron los edificios p ú blicos de K a n d y y a la huida de los reyes y funcionarios de la capital en los periodos de guerra o rebelión. Tal vez durante estos acontecimientos se dispersasen los documentos archivados, que nunca retornaron ya a su lugar de origen. D e todos m o d o s , en el Archivo Nacional se conserva cierto número de cartas dirigidas por los reyes de K a n d y al gobierno holandés, que se han salvado gracias al celo de las autoridades neerlandesas. Los reyes sinhala llevaban una especie de catastro de fincas, grabado en planchas de cobre o inscrito en hojas de palma. E n el reino de K a n d y , en particular, las tierras estaban catalogadas por departamentos gubernamentales, por instituciones religiosas y por distritos. Sábese, además, que los reyes sinhala mantenían archivos en sus palacios, donde se guardaba toda esta información. M a c dowall, embajador inglés en la corte de K a n d y , relata que el primer secretario de la corona era, al m i s m o tiempo, Archivero M a y o r del Reino. R o bert K n o x , u n inglés que estuvo largo tiempo prisionero en K a n d y durante la dominación h o landesa, observó que en aquel reino se llevaba un

* Los cinco estudios anteriores de esta serie versaron sobre Australia (vol. X X I X , n.° 4, 1977), Túnez (vol. X X X , n.° 1, 1978), Noruega (vol. X X X , n.» 3, 1978), Costa de Marfil (vol. X X X I , n.« 1,1979) y Grecia (vol.XXXII,

H . N. S. Karunatilake es presidente del Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y primer gobernador general adjunto del Banco Central de Ceilán en Colombo, Sri Lanka.

Sev. int. de cieñe, soc, vol. X X X I I (1980), n.» 3

n.° 2, 1980).

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Ítt datos acerca de todos los aspectos de la dominación holandesa y contienen múltiples detalles sobre el comercio, la educación, la agricultura, las leyes y las costumbres. Los primeros intentos de elaborar las estructuras de datos socioeconómicos fueron sumamente elementales. Gran parte de la información Los registros portugueses y holandeses reunida se refería a las cifras sobre población y a la ubicación de las familias. Los holandeses que Los portugueses que rigieron la isla desde 1505 ocuparon las provincias marítimas desde 1638 a 1638 aprovecharon el registro catastral llevado a 1796 hicieron un censo de población. E n efecto, por los reyes sinhala, sirviéndose de él en los dis- por orden del gobernador holandés V a n de tritos marítimos que ellos dominaban para confec- Graaff, en 1789 se hizo el padrón del litoral encocionar sus propios thombos (catastro) y los forais mendado a la Compañía Holandesa de las Indias (registro del pago que eximía de ciertos servicios). Orientales, que arrojó la cifra de 817 000 habiE n realidad, los thombos no eran cosa nueva, sino tantes. C o m o el censo tenía fines tributarios, se que con ellos los portugueses continuaron el sospecha que su resultado fuera m u y inferior a la registro de familias que los reyes sinhala habían realidad, pues era opinión c o m ú n en aquel tiempo mantenido durante siglos. M á s adelante, estos que la población de la isla rondaba los dos m i registros sirvieron de base a la recaudación de llones de almas. impuestos, aparte de constituir una valiosa fuente de información social y económica. C o n el régimen L a recopilación de datos portugués, el superintendente de rentas, a cuyo cargo estaban los thombos, actuaba también c o m o en la época británica archivero. Cuando los holandeses atacaron las posesiones portuguesas de Ceilán y tomaron Cuando los británicos tomaron posesión de la Colombo, puerto principal de la isla (1656), los isla en 1796, se dieron cuenta del gran valor que portugueses destruyeron la mayor parte de los tenían los registros oficiales que se les legaban, archivos antes de rendirse, y los que se salvaron especialmente los holandeses, e inmediatamente del destrozo los destruyeron los holandeses mis- se hicieron cargo de todos ellos. Por desgracia, m o s . Sin embargo, en los archivos de G o a y antes que holandeses y británicos firmaran el Lisboa se conservan documentos relativos al tratado de 1796, algunos funcionarios holandeses periodo colonial portugués de Ceilán. destruyeron valiosos archivos. El primer goberSiendo pocos los registros portugueses nador británico que llegó a la isla (1797), Fredrick acerca de la tierra, la administración y la recau- North, llevaba instrucciones de reunir todo el dación tributaria que los holandeses recogieron material que los archivos le ofrecieran acerca de la del gobierno anterior, éstos iniciaron sus propios administración de justicia, la recaudación triregistros, m u y sistemáticos, a partir de 1640, los butaria, el comercio y las prácticas religiosas. L a cuales pasaron a manos británicas cuando la isla gran importancia concedida a los archivos c o m o fue cedida a Gran Bretaña por el tratado de 1796. guía práctica de gobierno se puso de manifiesto Los registros socioeconómicos holandeses cuando Fredrick North nombró conservador de se extienden de 1640 a 1796 sin interrupción, reco- archivos a un alto funcionario, Cleghorn, que era gidos en unos 8 000 volúmenes de los que unos primer secretario del gobierno de Sri Lanka. 5 000 corresponden al gobierno central de la isla Cuando los británicos invadieron el reino y el resto a las administraciones provinciales. El de Kandy en 1815, los nativos destruyeron los catastro enumera propietarios yfincasy contiene Archivos Reales para que no cayesen en manos del información acerca de la renta de estas últimas. invasor. E n 1880 ya estaban m á s institucionalizaLos registros de las parroquias y escuelas informan dos los registros que llevaban los gobernantes sobre genealogía y el sistema de educación. A d e - británicos, encomendados a la custodia de u n m á s , los despachos cruzados entre Ceilán y funcionario público que ejercía c o m o archivero Holanda constituyen una fuente abundante de mayor. Al comienzo de la dominación británica registro de los soldados, las fincas, los departamentos gubernamentales, las instituciones religiosas y las demarcaciones territoriales, registro que se plasmaba en planchas de cobre o en hojas de palma.

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

y durante bastante tiempo después, el llamado Departamento de Archivos formaba parte de la oficina del secretario jefe2. Desde un principio los británicos se ocuparon de reunir y conservar numerosos datos referentes a la isla, algunos de los cuales se publicaron en la primera edición anual del Ceylon almanac and compendium of useful information, que en los últimos años del decenio de 1820 t o m ó el nombre de Ceylon almanac and calendar. Hacia finales del siglo xrx estos datos se ampliaron progresivamente con el material estadístico que se incluía en los documentos presentados al Consejo Legislativo.

Los censos de población El censo de la población de Ceilán no adquirió carácter sistemático hasta 1871, pero los británicos hicieron algunos recuentos del número de habitantes desde que ellos mismos se instalaron en la isla. Y a a comienzos del siglo xrx los datos publicados dan una idea, aunque m u y aproximada, del total de habitantes que tenía Ceilán. U n a de las primeras estimaciones es la de Bertolacci, quien, basándose en el consumo de alimentos, cifró en 700 000 personas la población de las regiones marítimas entre los años 1808 y 1810. Ahora bien, c o m o la estadística de la importación, exportación y producción de cereales era m u y deficiente, sobre todo en el reino de Kandy, es posible que la estimación n o fuese m u y exacta. Entre los años 1811 y 1813 los territorios británicos padecieron de una gran carestía de víveres que debió reducir apreciablemente su p o blación, por fallecimiento o por emigración. E n 1814 se censó la población de las provincias marítimas, en las que se contabilizaron sólo 492 000 habitantes. El reino de K a n d y fue conquistado en 1815, y el censo realizado en la época arrojó la cifra de 257 000 personas. El primer censo de población de todo Sri Lanka, llevado a cabo en 1825-1827, durante el gobierno de sir Edward Barnes, cifró el total de población en 890 000 habitantes : 595 000 en las provincias marítimas y 295 000 en la provincia de K a n d y . Hasta 1871 no se repitió el censo general, pero con los datos recogidos por los agentes del gobierno se hacían estimaciones anuales que se publicaban a intervalos en el "Libro azul". Los métodos empleados para allegar esos

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datos variaban de un distrito a otro y dependían m u c h o del capricho o la imaginación de los agentes del gobierno. Las m á s de las veces, la información se basaba en las cifras facilitadas por los jefes de las aldeas, aunque en ocasiones se intentó hacer un muestreo en distintos poblados. El gobernador Torrington trató de obtener información fidedigna para el "Libro azul" pero sus esfuerzos ocasionaron descontento general entre la población y fueron una de las causas de la rebelión de 1848. El primer gran intento de enumerar exactamente la población de Sri Lanka tuvo lugar bajo el mandato del gobernador Brownrigg, aunque sin éxito. E n 1868 se dictaron las primeras disposiciones legales para establecer el censo periódico de población. El primer censo digno de este nombre, el de 1871, constituye u n hito en la recolección, tabulación y publicación de los datos socioeconómicos primarios de Sri Lanka. A partir de entonces, el censo se repitió cada diez años por lo general, publicándose en cada ocasión u n resum e n m u y completo del mismo. El censo de 1871, el primero que se realizó con criterios modernos, produjo reacciones inesperadas. Por miedo, m u c h a gente huyó de las aldeas y pasó semanas enteras escondida en los bosques; otros, se apresuraron a contraer matrimonio y a inscribir el m i s m o en el registro civil, cosa inusitada hasta entonces. El pánico nació de la creencia de que el censo tenía por objeto seleccionar personas jóvenes para enviarlas a Europa a que reforzasen las disponibilidades de m a n o de obra, mermadas por las guerras del siglo xrx. Es decir, que el recuento de 1871 fue incompleto por fuerza mayor; pero aquel censo, repetido después cada diez años, abrió el camino a otros estudios interesantes. E n efecto, los resúmenes que se publicaron cada decenio contienen útiles datos primarios. Así, por ejemplo, la primera memoria del censo, la de 1871, detallaba ya la distribución de la población, los movimientos demográficos, nacionalidad, religión, sexo, estado civil, lugar de nacimiento, nivel de instrucción, enfermedades, edad, esperanza de vida y ocupación de los habitantes de la isla, así c o m o otros aspectos de la estadística demográfica, de los hospitales, manicomios y prisiones. Desde los primeros años del siglo x x se comenzó a estandarizar los procedimientos del

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îrî censo y a empadronar uno por uno a todos los book), cuya publicación se inició en 1831 y se habitantes. Los censos de 1881, 1891, 1901, 1911 mantuvo con regularidad hasta 1938. E n el Libro y 1921 se realizaron, sucesivamente, con notables azul se ofrecía al lector una visión estadística del mejoras sobre los precedentes. E n 1931 no se hizo progreso realizado por la isla desde 1831 y en el censo a causa de las dificultades creadas en la cada nueva edición se hacía un resumen de los isla por la depresión económica mundial. El censo años anteriores, detallando cifras de población, siguiente tuvo lugar recién u n cuarto de siglo nacimientos, matrimonios, defunciones, número después, en 1946. de escuelas y alumnos, estimación de la superficie cultivada, ventas defincas,contribución territorial, ingresos tributarios y gastos fiscales de la isla, moneda y banca, comercio con el Reino Unido y Fuentes principales otros países, datos meteorológicos y cuentas y de información socioeconómica operaciones de las empresas públicas. Las páginas más detalladas de esta publicación se referían a los L a situación económica y social de la isla se refleja ingresos tributarios, al gasto público global, a la también en otras fuentes, tales c o m o las actas del deuda pública, al gasto en obras públicas, a la Consejo Legislativo (1833 a 1931), los documentos población, enseñanza, diarios y revistas, industria, presentados a dicho Consejo sobre materias m u y minas, pesca y a la renta de aduanas de imporvariadas3, los diarios de diversos agentes del tación y exportación. gobierno colonial y los periódicos ingleses que se L a formación de este auténtico anuario publicaron en la isla a partir de 1832. Todas estas estadístico estuvo a cargo del secretario de la fuentes documentales se encuentran en buen estado colonia desde el principio hasta 1920; de 1921 de conservación en el Archivo Nacional de a 1924 pasó a ser competencia del Departamento C o l o m b o . Los diarios de los agentes del gobierno del Censo y Estadística; de 1925 a 1929 correscolonial contienen información minuciosa que a pondió al Departamento de Estadística y Sistemas veces se extiende a la crítica de la administración; de Oficina y de 1932 a 1936 se incluyó entre las en muchos casos, esa información es de carácter funciones del Departamento del Registrador G e especializado. Así, por ejemplo, los diarios de neral. E n los dos años últimos de esta publicación, H . C . P . Bell, comisionado del gobierno colonial 1937 y 1938, la compilación se encargó al Deparpara la arqueología, ofrecen abundante informatamento de Comercio e Industria. ción recogida directamente por este observador . E n los primeros años de su publicación el durante las primeras excavaciones realizadas en Libro azul de redactaba en el Reino Unido a base las ruinas de las ciudades de Anuradhapura y de los formularios que el secretario de estado Polonnaruwa. enviaba a la colonia, los cuales, una vez contesEl Archivo Nacional posee ejemplares de tados y devueltos, se encuadernaban en Londres, todos los periódicos ingleses publicados en la isla en la Secretaría de Colonias. Después de 1862 los a partir de 1832, entre ellos el Colombo Journal volúmenes se imprimieron en Ceilán. Durante la de 1832, el primer diario que se publicó en Sri segunda guerra mundial, el secretario de estado Lanka. También guarda el Archivo ejemplares de informó al gobierno de la colonia que no era prelos periódicos publicados en las lenguas sinhala y ciso imprimir el "Libro azul" de 1939, con lo que tamil desde el decenio de 1860. E n el Archivo la publicación llegó alfinalde su útil carrera. Nacional se deposita un ejemplar de todos los Las publicaciones del Consejo Legislativo diarios que se editan en Sri Lanka. y las memorias de los diversos departamentos gubernamentales adquirieron carácter periódico hacia 1860. L a mayoría de estos documentos tratan El "Libro azul" de Cellán de cuestiones administrativas o temas especiales y Otras publicaciones m á s o menos periódicas abun- muchos de ellos contienen gran variedad de datos dan en información sobre las condiciones socio- financieros y económicos. Las cuentas de gastos e económicas que imperaban en la isla en el siglo xrx. ingresos tributarios (entre ellos los gastos de D e estas fuentes de información general, la m á s capital) que se presentaban al Consejo Legislativo antigua es el "Libro azul" de Ceilán (Ceylon Blue eran m u y detalladas. Por otra parte, las memorias

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

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presentadas a los comités y comisiones especiales L a recolección de datos solían contener datos e información sobre temas por los departamentos gubernamentales de interés económico y social. Otra importante compilación anual, ininEl Departamento de Registro General ha sido el terrumpida desde que apareciera en 1859, es el encargado de compilar gran parte de los datos y Ferguson Ceylon directory, editado actualmente series estadísticas publicados en los textos citados por Associated Newspapers of Ceylon. Este faanteriormente. Antes del decenio de 1920 los m o s o anuario, que se reputa la obra de referencia censos de población eran competencia de este m á s completa y fidedigna sobre Ceilán, ha tenido departamento, si bien se los consideraba c o m o u n un éxito asombroso. Apareció c o m o sucesor del trabajo especial a cargo de un funcionario de alta Ceylon Diary, extinguido en 1858. A l o largo délos categoría y de la m á x i m a confianza. Este m i s m o años el Directory ha experimentado muchos c a m - departamento recogía periódicamente otros datos bios, suprimiéndose algunas secciones que se demográficos. Otros departamentos gubernamenconsideraron de poca utilidad y añadiéndose otras tales creados durante la época británica allegaban que respondían mejor al interés de los tiempos. también datos referentes a los sectores de su También ha cambiado el título de la publicación, competencia. que al principio se llamó Ceylon summary of Antes de 1920 el trabajo de estadística information andplantation gazetteer for 1859. H u b ocarecía de coordinación central y cada departau n tiempo en que este anuario tuvo u nrivalen mento del gobierno actuaba por su cuenta para el Times of Ceylon green book, publicado por otra reunir los datos básicos. E n aquella época las destacada empresa periodística de la isla, y enestructuras de datos eran de carácter elemental y tonces, para diferenciarlo de este "Libro verde", la recolección de información estaba motivada el de Ferguson se solía llamar "Libro rojo". H o y directamente, en gran parte, por las necesidades día, el anuario lleva precisamente el nombre de su de la administración pública. Se atendía sobre primer compilador: A . M . Ferguson. todo a las cifras de población y demás aspectos de la estadística demográfica, pero la adminisOtra publicación bien nutrida de datos fue tración se interesaba también por el comercio, la el Ceylon annual general report, que apareció recaudación tributaria y el gasto público. Poco desde 1921 a 1938, aunque en 1931 cambiase su título por el de Annual general repon on economic, sabemos de la exactitud de los datos y de la manera social and general conditions of the island. Despuésen que se obtenían. Cabe pensar que las cifras pecarían por defecto, ya que los organismos que de 1938 el Ceylon year book, o anuario oficial, allegaban la información carecían del apoyo de asumió las funciones que antes desempeñara el Annual general report, y la compilación de este una ley general que les otorgase poderes suficientes para respaldar su gestión. L o que sí es cierto de último pasó al Departamento del Censo y Estaaquella primitiva toma de datos es que apenas se dística. El Ceylon year book se considera hoy el daban casos de duplicación de los mismos ni de anuario estadístico oficial, de reconocida autoridad superposición de competencias en la recolección, y compilado a base de datos oficiales. E n él se incluye el Annual general report, pero ampliando ya que era reducido el número de entidades que se dedicaban a esta labor y, además, la información su contenido para abarcar los nuevos datos sobuscada era bastante limitada. ciales, culturales, históricos y geográficos del país. Desde 1960, además de la edición inglesa del anuaEl principal departamento que se ocupaba rio se hacen otras dos en las lenguas sinhala y tamil. de reunir datos, el del Registrador General, Al Ceylon annual general report, cuya pu- atendía sobre todo a las estadísticas demográficas. El Departamento de Trabajo acopiaba informablicación cesó justo antes de comenzar la segunda guerra mundial, le sucedió el Statistical abstract ción acerca del empleo, los salarios, la distribución de la m a n o de obra por oficios y profesiones y la of Ceylon que, aparte de ofrecer una información inmigración y repatriación de los obreros hindúes. ya recogida en el Ceylon year book, contiene otros L a aduana tomó y publicó durante m u c h o tiempo datos m u y variados que n o se publican en el anuario oficial. El Statistical abstract ha variado gran diversidad de datos sobre la importación y la exportación. El Departamento de Educación reusu contenido a lo largo de los años para acomonía información acerca de los centros de enseñanza, darse major a las necesidades del día.

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el alumnado, el personal docente y los exámenes. El Departamento de Servicios Médicos y Sanitarios compilaba los datos de morbilidad y detalles sobre la hospitalización de los pacientes. Otros departamentos que reunían abundante información eran los de Agricultura, Obras Públicas, Impuestos Interiores, Correos, Emigración, Meteorología, Catastro, la Comisión de Puertos y las delegaciones del gobierno en las nueve provincias. Además, cada municipio, especialmente los de Colombo y Kandy, publicaba memorias anuales acerca de su propia gestión, en las que se incluía copioso material estadístico referente al territorio respectivo. El Departamento del Censo y Estadística U n a vez concluido el censo de 1921, L . J. B . Turner, que había coordinado los trabajos del mismo, recomendó la creación de un Departamento de Estadística. Así se hizo, y hastafinalesdel decenio de 1920 dicho organismo tuvo a su cargo la recolección de los datos estadísticos de la isla. Sin embargo, a principios de la década siguiente ese departamento fue suprimido con motivo de la depresión económica, c o m o medida de ahorro, y sus funciones pasaron a unos pequeños servicios del Registro General. Durante la vigencia de la constitución de Donoughmore, a partir de 1931, el Departamento del Censo y Estadística funcionó de manera independiente. L a sección de estadística formaba parte del antiguo Departamento de Comercio e Industria y estuvo regida por un director de estadística. L a sección del censo se creó de nuevo el 1.° de diciembre de 1944, pensando ya en el primer censo de posguerra. Se nombró superintendente del censo a A . G . Ranasinghe, y el recuento de población tuvo lugar el 19 de marzo de 1946. Al entrar en vigor la constitución de Soulbury, en 1946, estas dos secciones se fundieron en un solo departamento adscrito al Ministerio del Interior. E n 1948 el departamento pasó a depender del Ministerio de Hacienda. El primer director del Departamento del Censo y Estadística fue K . Williams. Desde 1947 la labor de este organismo está dividida en dos secciones: la del censo y la de estadística. Las tareas inicialmente encomendadas al nuevo departa-

mento se centraban en la estimación de la renta nacional y en la publicación del Ceylon year book, que sustituía en gran parte al Annual general report of Ceylon, editato desde 1920 a 1939. Concretamente, el departamento confeccionaba el índice del coste de vida, la estimación de la renta nacional, los índices de las cotizaciones bursátiles, las cifras de los depósitos bancários y de la circulación fiduciaria, los índices de las tendencias económicas básicas, las estadísticas agropecuarias y los datos de la producción industrial. Al poco tiempo de su creación, el departamento volcó sus esfuerzos en la organización de los censos decenales, y a tal efecto la sección del censo dividió sus tareas en tres apartados, a saber: a) recolección de datos; b) compilación y tabulación y c) interpretación de los datos. El primer censo de posguerra, el de 1946, abarcó un campo m u y amplio, pues se compuso de i) un censo de población m á s detallado que cualquiera de los anteriores; ii) un censo agropecuario y iii) un censo industrial que contemplaba tanto la producción c o m o la distribución. Hacía más de veinticinco años que no se realizaba un censo de tal índole. Hasta el decenio de 1950, el Departamento del Censo y Estadística fue en gran parte el organismo que centralizaba las estadísticas elaboradas por otros departamentos del gobierno. Los datos se seleccionaban para su publicación en virtud, sobre todo, de su interés c o m o testimonio de la actividad administrativa, mientras que otros m u chos materiales estadísticos, aunque tuvieran interés económico, no eran tabulados ni publicados. Entrefinalesdel decenio de 1930 y mediados del de 1950 aumentó m u c h o la cantidad de datos estadísticos recogidos y a partir de entonces se ha prestado mayor atención a mejorar la calidad y acortar el retraso de los mismos, pues este último aspecto marcha a la zaga de la amplitud que han adquirido los servicios estadísticos. Al mismo tiempo, tanto las entidades públicas c o m o las privadas y el público en general están reconociendo, cada día en mayor medida, la importancia que la información cuantitativa tiene en la toma de las decisiones. La organización del Departamento del ^ J Censo y Estadística El Departamento del Censo y Estadística, tal c o m o fue estructurado en 1951, funciona hoy

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

dentro del Ministerio de Ejecución del Plan y ocupa una posición clave en la estructura orgánica de los servicios nacionales de estadística. E n los últimos veinte años el departamento ha realizado múltiples estudios estadísticos relacionados con el desarrollo del país, y se ha dado prisa en ofrecer a los gobernantes y a los estudiosos los datos que él ha recogido y procesado. Para su mejor funcionamiento, el departamento ha establecido delegaciones en diversos ministerios, en otros departamentos gubernamentales y en las oficinas administrativas de los distritos. Estas delegaciones, dirigidas por un experto estadístico o un funcionario del departamento, existen en los siguientes otros departamentos o servicios: Registro General, Emigración e Inmigración, Trabajo, Administración Local, Agricultura, Pesca, Ferrocarriles, Comisión de Puertos, Plantaciones, Comercio, Importación y Exportación, Aduana, Bosques, Navegación, Carreteras, Tesoro, Registro Mercantil y Servicios S o ciales y Sanidad. Estas delegaciones se encargan de reunir los datos con destino al Departamento de Estadística, pero buena parte de la información se publica también en las memorias anuales de los departamentos respectivos o en publicaciones es-

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peciales, n o periódicas, de esos mismos departamentos. Al destinar personal profesional del Departamento del Censo y Estadística a las delegaciones del mismo y a otros ministerios y departamentos, se quiere mantener el control técnico de las actividades estadísticas del estado y coordinarlas todas. C o n este fin, el Ministerio de Ejecución del Plan ha creado recientemente un Consejo Asesor N a cional de Estadística, compuesto por representantes del Ministerio de Planificación y de otros departamentos interesados, del Banco Central y de las universidades. El consejo tiene por misión identificar las deficiencias estadísticas, recomendar la manera de subsanarlas y vigilar la marcha general de las actividades estadísticas. Actualmente, el trabajo del departamento se reparte entre seis divisiones, encomendada cada una de ellas a un subdirector: a) demografía; b) comercio e industria; c) agricultura y fomento agrícola; d) contabilidad nacional y precios; é) estudio de muestras y formación; f) proceso de datos. A d e m á s de estas seis divisiones puramente estadísticas, existen otras cuatro auxiliares, que son: biblioteca, personal, contabilidad e imprenta y publicaciones (véase lafigura1).

Director

División de Demografía

1

1

1

Director

Director

Director

Adjunto

Adjunto

Adjunto Administrativo

División de

División de

Agricultura

Publicaciones

División de

División de

Administración

Contabilidad

División d e

División de

División de

División de

División de

División de

Procesamiento

Contabilidad

Muestreo

Comercio e

Trabajo

Imprenta

de Datos ,

Nacional

Industria

de C a m p o

F I G . 1. Departamento del censo y estadística

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Ítb el Annual statistical abstract, el Ceylon year book y el Statistical year book. El primer Annual statistical abstract, de 1949, reunió en un solo volumen las distintas series que antes se publicaban desperdigadas en diversos lugares, a las que se sumaron las estadísticas preparadas por el mismo departamento. C o m o anticipo cronológico del Annual statistical abstract se edita trimestralmente el Quarterly bulletin of statistics, cuya publicación se inició en el año 1950. Debido a las contradicciones y lagunas que se presentaban en la información estadística que diversos departamentos gubernamentales enviaban a los organismos internacionales y a otras entidades del extranjero, en 1950 se erigió al Departamento del Censo y Estadística c o m o la única autoridad coordinadora de las estadísticas de Sri Lanka. H o y , toda la información estadística que reúnen y compilan los distintos sectores gubernamentales pasa por el Departamento del Censo y Estadística. C o m o ya se ha visto, el departamento posee larga experiencia en materia de censos, el último de los cuales, el de 1971, tuvo lugar exactamente cien años después de realizado el primer empadronamiento sistemático de la isla. El de 1971 abarcó facetas m u y variadas de la vida socioeconómica e incluyó un censo de viviendas. Las cifras de población se conocieron casi inmediatamente después de concluido el trabajo de campo, y los cuadros detallados se publicaron progresivamente a lo largo de tres o cuatro años. Fue la primera vez que para procesar los datos se utilizaron ordenadores electrónicos. Las estadísticas del registro civil (nacimientos, defunciones, matrimonios, etc.) están bien organizadas y se preparan en el Departamento del Registrador General, que depende del Ministerio del Interior. Luego, los datos se procesan en el Departamento del Censo y Estadística. La inscripción de nacimiento y defunciones ha mejorado m u c h o en los últimos tiempos, calculándose que hoy llegan a conocimiento del registro el 99 por ciento de los natalicios y el 95 por ciento de los fallecimientos. Estos datos se emplean para estimar las cifras de población en los años que median entre dos censos sucesivos, La labor del Departamento si bien es evidente que esas estimaciones no tienen del Censo y Estadística en cuenta otras variables demográficas. Para El Departamento edita varias publicaciones entre calcular las cifras de empleo laboral, salarios, horas las que se cuentan el Monthly bulletin of statistics, trabajadas, cambio de ocupación y condiciones El Departamento del Censo y Estadística mantiene también una organización permanente de trabajo de campo, con delegaciones (a cargo de funcionarios de estadística) en cada uno de los veintidós distritos (kachcheries) en los que reside un representante o agente del gobierno. Para la recolección de datos, el país está dividido en 232 circunscripciones que coinciden con las zonas asignadas a los agentes o representantes subalternos del gobierno. E n cada circunscripción, el trabajo de campo corre a cargo de un agente estadístico encuestador, residente en la zona. El personal de campo se compone de veinticuatro funcionarios de estadísticas y 247 agentes estadísticos encuestadores. Actualmente el departamento está regido por u n director a tiempo completo, ayudado por dos directores adjuntos que atienden los aspectos técnicos del trabajo y un tercer adjunto que se ocupa de las cuestiones administrativas internas. A los órdenes de unos u otros trabajan, en el c a m p o profesional, 8 subdirectores, 23 agentes estadísticos superiores, 27 funcionarios de estadística y 17 funcionarios de la unidad de proceso de datos. Además, hay 18 agentes estadísticos superiores y 47 funcionarios de estadística destinados al servicio de estadística de otros ministerios y departamentos. E n los diez últimos años el Departamento del Censo y Estadística ha experimentado u n crecimiento notable, pasando de 86 à 165 el número de profesionales a su servicio. L a escasez de personal calificado ha limitado hasta cierto punto la coordinación del trabajo y la eficacia con que está organizado el personal asignado a otros ministerios y departamentos. Actualmente se nota la necesidad de elevar la capacitación y experiencia del personal profesional que trabaja en diversos niveles del departamento. También parece necesario reorganizar las divisiones en que se halla estructurado para aumentar la eficiencia de sus actividades, sobre todo en sectores tales c o m o la planificación y realización de censos y encuestas y la coordinación general de la labor estadística de todo el sector público.

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de trabajo se utiliza un plan de muestreo preparado de antemano, tomándose la muestra entre las empresas de cinco o m á s trabajadores. El primer estudio sobre la población activa lo realizó el departamento en enero de 1951, recogiendo datos acerca de los empleados y funcionarios del sector público. E n el sector agropecuario los censos periódicos se iniciaron en 1952 y el último de ellos es de 1972. Para cifrar la producción y los rendimientos se utilizan muéstreos anuales. Las cifras de rendimiento y superficie de las fincas que se obtienen de las encuestas primarias se contrastan en cada campaña agrícola con la estimación de las cosechas y de las superficies cultivadas. L a estimación de las cosechas se inició en 1951 con ayuda de R . S. Koshal, experto de la F A O en la materia. L a información acerca de los cultivos de exportación es continua yfiable,especialmente en los casos del té, el caucho y el coco; pero, con respecto a los alimentos de importancia menor y a los cultivos de las zonas de montaña, la información es escasa y actualmente n o existe un meca- nismo adecuado para el acopio periódico de datos fidedignos. Para estimar las cifras de la contabilidad nacional se utilizan las vías del gasto y de la producción. Hace ya quince años que en Sri Lanka se publican las estimaciones globales, a precios constantes y a precios de la época, del producto interior bruto y del gasto nacional bruto, así c o m o de sus diversas partes componentes. L a última estimación al respecto es la_de noviembre de 1978, que se ha publicado acompañada de las cifras correspondientes a los años anteriores (desde 1970). Aparte de los censos de población, los otros censos m á s importantes realizados en Sri Lanka son el de agricultura (1952, 1962 y 1972) y el de población y vivienda (1963 y 1971). E n 1952 se llevó a cabo el primer gran censo industrial del país, que facilitó datos acerca de la forma jurídica de las empresas, el empleo, la nómina de salarios, la composición del capital, el consumo de materiales y energía, los productos y subproductos y los bienes de equipo. E n 1952 se realizó un censo de entidadesfinancieras,pero limitado a las casas de empeño y de préstamos. También se han realizado encuestas sobre las características de las viviendas, los presupuestos familiares y los gastos e ingresos del consumidor. Las primeras encuestas sobre presupuestos fami-

liares datan de 1949: una de ellas tenía por objeto conocer el presupuesto de las familias obreras urbanas, mientras que la otra versaba sobre la clase media empleada en el sector público y en el comercio. U n a de las encuestas muéstrales m á s importantes fue la encuesta socioeconómica de 1969-1970, que constituye el estudio m á s completo dedicado a las unidades familiares hasta la fecha. El departamento reúne también periódicamente datos acerca de la producción y el comercio, para lo cual actúa a través de una dependencia creada al efecto, y análogo procedimiento se sigue para estimar la producción específicamente industrial.

El Banco Central de Ceilán El Banco Central de Ceilán inició sus operaciones en 1950. Y a en sus estatutos se preveía la creación de un servicio de estudios económicos que n o sólo habría de realizar estudios de este tipo sino, también, allegar información sobre la estructura socioeconómica del país. E n el informe previo a la creación del banco se reconocía que Sri Lanka necesitaba una entidad m u y especializada que complementase la limitada labor que el Departamento del Censo y Estadística había realizado durante los treinta años precedentes. Los trabajos emprendidos desde entonces por el servicio de estudios del banco no sólo han ampliado espectacularmente las disponibilidades de datos socioeconómicos sino que además han creado estructuras de datos totalmente nuevas. Las estadísticas que se compilan en Sri Lanka se pueden clasificar en tres grupos principales: d) estadísticas demográficas; b) transacciones económicas y contabilidad y c) estudios y censos de contenido económico. Antes de que se crease el Banco Central eran m u y escasos los estudios y censos de contenido económico; además, las series estadísticas de transacciones económicas y contabilidad eran rudimentarias y n o cubrían m á s que el comercio exterior y los gastos e ingresos públicos. Pues bien, el Banco Central inició inmediatamente un programa para ampliar el conocimiento de los sectores económicos. Gran parte de las actividades del Departamento de Estudios Económicos y del Departamento de Estadística (este último creado en 1977) del Banco Central se orientan a la recogida y

3tï publicación de datos sobre temas m u y variados. A m b o s departamentos se han esforzado por mejorar la calidad de los datos y los métodos de su recolección y por diversificar progresivamente la base de datos, a m é n de subsanar las lagunas de que adolecían las series que ya se compilaban. La expansión de la base de datos Desde que en el cuarto trimestre de 1951 apareciera el Boletín del Banco Central de Ceilán, se publica información estadística sobre el dinero y la banca y, concretamente, sobre la oferta m o n e taria, el activo y el pasivo de la banca comercial, la circulaciónfiduciaria,el activo y el pasivo del Banco Central, los tipos de interés y las operaciones de crédito a largo plazo de las entidades de crédito especializadas. Además, dicho boletín publica desde sus comienzos los datos sistemáticos de los gastos e ingresos públicos, de la deuda pública y de las fuentes definanciaciónde los pagarés del Teroso. Para preparar las bases de datos sobre el dinero y la banca, el Banco Central se sirve principalmente de la información facilitada por los bancos comerciales, y para elaborar los datos sobre la hacienda pública recurre a la información del Tesoro. El Banco Central ha sido también el primero en publicar las estadísticas de la balanza de pagos de Sri Lanka. Las cifras que se publicaban anteriormente se referían sobre todo a la importación y exportación de mercancías, sin que apenas se dispusiera de información sobre las transacciones invisibles y las operaciones sobre rubros ajenos a los de mercancías. U n a sección especial del Departamento de Estudios Económicos del Banco es la que se ocupa fundamentalmente de compilar la estadística de la balanza de pagos y los datos de los activos exteriores. L a información se obtiene del Departamento de Control de Divisas del m i s m o Banco Central, de la banca comercial, de la aduana y de otras entidades financieras. A d e m á s , el Banco Central compila una información m u y completa sobre la deuda exterior c interior, sobre los créditos tomados del extranjero y sobre la amortización e intereses de la deuda. L a presentación de las cifras del comercio exterior mejoró mucho cuando el banco empezó a calcular los índices de la importación y la exportación y otros relacionados con el comercio con el

extranjero. H o y , el Boletín del Banco Central, publicado mensualmente, ofrece abundante información básica sobre los productos principales y secundarios de la exportación, sobre el precio a que se exportan y sobre la cantidad y valor de las exportaciones e importaciones. También fue el Banco Central el que comenzó a difundir información sistemática sobre los precios y salarios del país. Así, por ejemplo, hoy se publican periódicamente los índices de los salarios de los empleados del sector público y del privado. Últimamente, el Banco Central calcula un índice de los precios por mayor, que complementa el índice del coste de vida que el Departamento del Censo y Estadística publica desde los primeros años de la década de 1950. E n las figuras 2 y 3, respectivamente, se expresa la estructura del Departamento de Estudios Económicos y del Departamento de Estadística del Banco Central. Las encuestas por muestreo Desde 1953 el Banco Central ha llevado a cabo varias encuestas por muestreo, las m á s importantes de las cuales se refieren al presupuesto de los consumidores, realizadas a intervalos de diez años: en 1953, 1963 y 1973. Gracias a estas encuestas se ha conocido gran número de datos sobre los ingresos de las familias o unidades económicas de consumo, sus gastos, su nivel de vida, su patrimonio y la distribución de su renta. L a encuesta de 1953 tenía c o m o objetivo general conocer en detalle la estructurafinancierade la unidad económica de consumo en las tres variables de ingresos, gastos y ahorro. L a muestra la integraban 960 unidades económicas de consumo del sector privado y 140 del sector estatal. C o n la encuesta de 1963 se querían obtener estimaciones directas de los ingresos, los gastos, la vivienda, el endeudamiento y otras características sociales de la unidad económica de consumo; con este fin, se clasificó la población en urbana, social y propietaria, tomándose de ella una muestra de 5 184 unidades económicas de consumo. . L a primera encuesta acerca de la inversión privada se llevó a cabo en diciembre de 1964 con objeto de conocer las inversiones nuevas (no de mantenimiento) realizadas por las sociedades mercantiles, las empresas industriales que no tuviesen forma jurídica de sociedad, las explotaciones agro-

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Director de Estudios Económicos

Director Asistente

Hacienda Pública

Director Adjunto (Al

Director Adjunto (D)

Director Adjunto

Director Adjunto "(H)

Administración

Comercio

Financiación Internacional

Dinero y Banca

Director Adjunto (E)

Gastos fijos — | económicos y sociales Agricultura

Sección de Dibujo

F I G . 2. Banco Central de Ceilán, Departamento de Estudios Económicos

Director

Director Adjunto (División de Procesamiento de Datos)

Director Adjunto

División de Administración

División de Encuestas

División de Contabilidad Nacional

División de Indicadores Económicos

División de Exportación e Importación

Fio. 3. Banco Central de Ceilán, Departamento de Estadística

División de Precios y Salarios

División de Procesamiento de Datos

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fit pecuarias no constituidas tampoco en sociedad mercantil, las entidades financieras, las unidades económicas rurales, las familias de pescadores, las unidades económicas urbanas y los constructores de obras y viviendas. Al mismo tiempo, se realizo un censo completo de las empresas grandes y pequeñas. L a muestra del sector rural incluía casi 2 500 hogares. E n 1966-1967 el Banco Central hizo una encuesta por muestreo sobre el coste de producción del arroz. L a muestra, de unas 3 000 parcelas de cultivo, estaba distribuida entre 600 municipios integrados en 22 distritos. Existía m u c h o interés en conocer ese coste, ya que el cultivo del arroz ha sido siempre el pilar fundamental de la vida económica y rural de la isla y nunca hasta entonces se había hecho una encuesta sistemática sobre este aspecto. Al año siguiente el Banco Central repitió la encuesta sobre la inversión privada para c o m pletar la información obtenida en la primera. E n 1969 se hizo en toda la isla una encuesta sobre el crédito y el endeudamiento rurales para conocer la situación en el medio rural en cuanto a deudas, fuentes y condiciones de los préstamos, destinos a los que se aplicaba el crédito y formas de amortización del mismo. Otra de las encuestas del Banco Central, de 1972, tenía por objeto averiguar las razones del elevado número de créditos fallidos en el nuevo sistema de crédito agrícola. E n ese mismo año se realizó también una encuesta sobre la utilización de la capacidad de la industria pesquera en dos importantes centros pesqueros de la isla: Mirissa y Beruwela. E n enero de 1973 se realizó la tercera encuesta sobre la hacienda del consumidor, cuyo -tema central lo constituían los ingresos y gastos de las unidades económicas de consumo, pero en la que también se buscaban datos demográficos, del empleo laboral y del desempleo. L a muestra contenía 5 100 unidades económicas de consumo. E n 1973 se llevó a cabo una encuesta por muestreo sobre los determinantes de las tasas de participación en la población activa. Del mismo año es la encuesta técnico-económica para el proyecto de desarrollo de la cuenca del río Walawe, en la que se trataba de medir el potencial económico de aquella zona en función de sus recursos humanos y naturales, calibrar el efecto que las inversiones surtirían sobre el desarrollo de la cuenca fluvial, identificar y analizar los problemas relacionados

con la economía rural del valle y estimar el posible crecimiento de la industria basada en los productos del agro. E n 1974 se llevó a cabo una encuesta testigo sobre el estado del crecimiento en la zona de desarrollo de Mahaweli, que tenía por objeto , determinar, mediante ciertos indicadores, las condiciones económicas y sociales que existían en la zona antes que se utilizase el nuevo sistema de regadío. E n 1975 fueron varias las encuestas realizadas por el Banco Central. U n a versó sobre la utilización del suelo y de la m a n o de obra, en la que se buscaba información concreta acerca de los cultivos, la cría de ganado y demás formas de utilización del suelo. Otra se destinó a la reforma agraria, con objeto de identificar los problemas y condicionamientos que sería preciso vencer para explotar racionalmente las tierras que el estado había expropiado en virtud de las leyes de reforma agraria de 1972 y 1975, y cuya administración había sido confiada a diversos organismos. E n el mismo año, el Banco Central emprendió otras encuestas para evaluar ciertos proyectos de desarrollo relacionados con el plan de colonización de Minneríya y Padaviya. E n 1976 se repitió la encuesta sobre el endeudamiento y el crédito rurales. Y en 1977 se hizo la tercera encuesta sobre inversión privada, que abarcaba el censo completo de las compañías de responsabilidad limitada y un sondeo por muestreo de otros tipos de empresas. D e 1978 data el sondeo socioeconómico general más reciente: la encuesta socioeconómica y de recursosfinancierosdel consumidor, de alcance mucho mayor que las tres anteriores, basada en una muestra de 8 000 unidades económicas de consumo tomada de los sectores rural, urbano y propietario con muestreo estratificado en tres categorías. E n el Annual report del Banco Central y en el Review of the economy, del mismo organismo, se publica periódicamente gran cantidad de cifras nuevas. A m b o s documentos contienen material estadístico primario y una exposición periódica y veraz de la evolución económica del país. A m b o s están redactados por el Departamento de Estudios Económicos y contienen más de sesenta y cinco cuadros y gráficos donde se analiza detalladamente la evolución de variables económicas. El Departamento de Estadística del Banco Central ha montado recientemente un mecanismo de acopio de datos de interés inmediato para los

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También el Instituto Nacional de A d m i gobernantes. Mediante una red de información nistración [National Institute of Management], la regional descentralizada, el departamento acopia Junta de Desarrollo Industrial [Industrial Develdatos mensuales acerca de los salarios, los precios y el abastecimiento de mercancías, a la vez que, opment Board], el Consejo Científico Nacional [National Science Council] y el Instituto de C a p a con el m i s m o sistema, se supervisa el avance de citación y de Estudios Demográficos [ D e m o los planes de desarrollo a nivel de distritos y pueblos. A d e m á s , el Departamento de Estadística graphic Research and Training Center] han realizado encuestas o estudios en las materias de su edita una publicación semestral titulada Economie and social statistics of Sri Lanka, donde se i m - respectivo interés, pero en escala modesta. primen series estadísticas acerca del clima, la E n Sri Lanka son pocas las entidades pricontabilidad nacional, la población, el empleo vadas que se ocupan de allegar datos socioeconólaboral, la agricultura, la industria, el sector finan- micos primarios. Labor de pionero es la del M a r g a ciero, el comercio, los precios, el transporte y los Institute, creado en 1972 c o m o centro de investiservicios sociales. L a mayor parte del material gaciones independiente, n ò ligado a la esfera estadístico publicado en este volumen no aparece oficial, que ha realizado algunas encuestas de corto en otras compilaciones, .ni siquiera en el boletín alcance en apoyo de estudios concretos de interés mensual del Banco Central. económico o social que dicho Instituto había emprendido con ayuda financiera exterior. L o s datos reunidos se refieren a las viviendas, los hábitos de lectura y la situación económica de los Otras fuentes de datos primarios pueblos. Desde su creación en 1972, el Instituto de CapaciAl mejorar la situación económica del país, tación e Investigaciones Agronómicas ha reunido a partir de 1977, aumentó la necesidad de poseer gran cantidad de datos nuevos en los sectores información al día sobre la situación del mercado. que incumben a su actividad, tales c o m o : econoLas agencias de publicidad, las de estudios de mía agropecuaria, formas jurídicas de posesión mercado y las empresas industriales han realizado de la tierra, producción, colonización, sociología encuestas periódicas al respecto, pero poco es lo rural, cooperativas, crédito, comercialización, serque se conoce acerca de las mismas, sobre todo vicio de extensión agraria y comunicaciones. M u en cuanto a la manera de organizarías y a la calichos de los estudios emprendidos por el instituto dad de los datos. Las empresas privadas que ofrese realizan debido a la utilidad que tienen en la cen servicios al consumidor o producen bienes de toma de decisiones políticas y, hasta ahora, la consumo h a n acopiado datos acerca de los ingran mayoría de ellos y los datos reunidos cogresos y preferencias de los consumidores, el rresponden a subregiones o a temas bien especítamaño de las familias, etc., con objeto de tomar ficos. Entre estos estudios figuran concretamente el pulso al mercado; pero poca de esa información los dedicados al coste de producción del arroz, se ha publicado. al crédito a los pequeños agricultores, a la colonización del suelo, a los nuevos planes de colonización y a la situación agraria en cinco distritos. Principales centros de almacenamiento Los resultados de estos estudios se publican en su mayoría en las memorias y fascículos que el instituto edita periódicamente. ' Las universidades han realizado ocasionalmente encuestas por muestreo de alcance m u y limitado para estudiar problemas concretos de interés para los investigadores. Ahora bien, teniendo en cuenta la elevada capacitación del personal universitario y la relativa abundancia del m i s m o , su producción de datos estadísticos primarios y de estudios de investigación es sensiblemente reducida.

de datos Los principales centros de almacenamiento de datos se encuentran en el sector público y en el paraestatal. Son m u y pocas las series actuales que se almacenan en cintas magnéticas o en microfilms. L a mayoría de los organismos públicos que acopian datos los publican en sus respectivas memorias anuales o resúmenes estadísticos, o bien transmiten esos datos a otros organismos para su publicación. Los datos obtenidos en las encuestas por

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muestreo recientemente llevadas a cabo por el Banco Central y el Departamento del Censo y Estadística están grabados en cintas magnéticas accesibles a todos los investigadores. L a mayoría de los informes sobre las principales encuestas por muestreo y los censos realizados en los últimos veinte años han sido publicados en volúmenes independientes que contienen abundante material estadístico, acompañado o no del análisis correspondiente. Actualmente, el gobierno de Sri Lanka sigue la política de facilitar en el plazo m á s breve posible la información obtenida en las encuestas y demás estudios; es decir, que se esfuerza por reducir al mínimo el tiempo que media entre el trabajo de campo y la publicación de los resultados, para lo cual se recurre hoy a los ordenadores electrónicos. El Archivo Nacional es el mayor fondo de información socioeconómica primaria acerca de la historia del país desde el siglo xvi hasta nuestros días. Últimamente, al instaurarse en Sri Lanka el sistema presidencial de gobierno, dentro del A r chivo Nacional se creó una sección especial, conocida con el nombre de Archivo Presidencial, donde se guarda y ofrece a la consulta de los estudiosos, material relativo al presidente y a su gobierno: documentos textuales, libros,films,discos y cintas magnetofónicas. El Museo de Colombo y la Biblioteca de la Royal Asiatic Society guardan numerosos libros y publicaciones de otras épocas acerca de Sri Lanka. L a mejor biblioteca universitaria es la de Peradeniya. Diversos organismos paraestatales y universidades han creado sus propios centros de documentación. El Consejo Científico Nacional [National Science Council] tiene el proyecto de crear, con.ayuda exterior, un Centro Nacional de Documentación. El Consejo ha ampliado su División de Información y Documentación, transformándola en el Centro de Información Científica y Técnica de Sri Lanka. Este centro tiene por función reunir y difundir información —científica y técnica sobre todo—, colaborar con las bibliotecas y prestar servicios de información y documentación. El Consejo Científico Nacional estudia, mediante encuestas, las disponibilidades de personal científico y guarda listados de este personal, del técnico y del médico. Actualmente es todavía m u y escasa la coordinación entre la recolección de

los datos y su almacenamiento, pues los acopladores de datos apenas mantienen relación con las necesidades de los usuarios. E n el decenio de 1960 se comenzó a procesar los datos en ordenadores electrónicos. H o y existen unos veinte en el país, la mayoría de los cuales se encuentran instalados en centros estatales o paraestatales; el sector privado, hasta 1978, no había instalado sino un solo ordenador. El procesamiento electrónico de los datos tiene suma importancia para Sri Lanka, pues muchos de los servicios administrativos del país están centralizados y el funcionamiento de los mismos perdería eficiencia con el aumento de la población. El Departamento de Exámenes, por ejemplo, que organiza todos los exámenes que se realizan en la isla y debe calificar diez millones de ejercicios, resuelve el problema en poco tiempo gracias a los ordenadores. Los principales registros E n Sri Lanka existen varios grandes registros de personas y de información, el m á s importante de los cuales es el Registro de Familias o unidades económicas de consumo, que se lleva en la C o m i saría de Abastos, desde que durante la segunda guerra mundial se racionaran los alimentos. A principios de 1979 se modificó el sistema de distribución de alimentos, se suprimieron las cartillas de racionamiento y, por consiguiente, las listas de familias perdieron importancia. E n esas listas figuraban los nombres de las personas que componían la familia, su edad, sexo, profesión y su parentesco o relación con el cabeza de familia. M á s del 90 por ciento de la población (más de 12 millones de personas en 1977) estaba censada de esta manera. E n septiembre de 1979 las cartillas de racionamiento se sustituyeron por un sistema de sellos o cupones canjeables por alimentos. Los beneficiarios del nuevo sistema n o son hoy m á s que la mitad de la población. Otro registro importante es el de los titulares del documento nacional de identidad, donde figura, entre otros detalles, el nombre de los interesados, su domicilio y su profesión. El documento se expide a todas las personas mayores de dieciocho años. Todas las empresas cuya cifra de negocios anual supera las 100 000 rupias pagan un impuesto

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sobre dicho monto. E n consecuencia, el Departamento de Rentas Interiores ha redactado u n catálogo m u y completo de todas las empresas que reúnen esta condición. Por otra parte, hoy día están censadas todas las firmas mercantiles, cualquiera sea la magnitud de las mismas. E n cuanto al empleo laboral, Iaenumeración m á s completa es la del F o n d o de Previsión de los Empleados [Employees' Provident Fund], al que cotizan los asalariados de las empresas y demás entidades que no poseen u n fondo de previsión propio. Por otra parte, las empresas con m á s de dos asalariados cotizan a dicho fondo. E n 1978 cotizaban al fondo aproximadamente 1380 000 asalariados. El registro se mantiene al día con los datos que los empleadores facilitan mensualmente. Toda esta información está archivada en ordenadores y se maneja con s u m a facilidad. El registro del F o n d o de Previsión de los Empleados tal vez sea el m á s útil a efectos del análisis socioeconómico, ya que entre sus datos figuran la capacitación de los asalariados y la remuneración de los mismos por unidad de tiempo. Desde hace m á s de cincuenta años, en cada distrito electoral se lleva u n censo de electores, donde figura el nombre, la edad, el sexo, la profesión y si la nacionalidad es de origen o adquirida. Actualmente tienen derecho al voto todos los mayores de dieciocho años. U n o de los registros m á s recientes es el de los desocupados que buscan trabajo. Se le conoce c o m o Registro de la Bolsa de Trabajo [Job B a n k Register], y está totalmente mecanizado mediante ordenadores. Entre los detalles que figuran en este registro, además del nombre y dirección, se cuentan el sexo, los estudios realizados, las aptitudes y capacitación, la experiencia laboral y las preferencias de trabajo del candidato. Fiabilidad y principales deficiencias de la base de datos Siendo ya numerosos los organismos y entidades que allegan información estadística, inevitablemente existe cierto grado de repetición en la recolección y publicación de los datos. Por otra parte, la labor de los organismos recolectores de datos n o siempre responde exactamente a las necesidades de los usuarios de la información, ya que estos últimos carecen de medios para c o m u nicarse con los primeros, que suelen ser organis-

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m o s autónomos. E n realidad, muchos recolectores de datos se guían por sus propias necesidades y objetivos. C o m o resultado de esta incomunicación, dejan de recogerse muchos datos que se podrían obtener sin elevar prácticamente los gastos. Para subsanar este defecto, se ha propuesto el establecimiento de una comisión central de estadística, u otro organismo similar, que coordine el acopio de datos, evite las duplicaciones y mejore la calidad de los mismos, aumente la cobertura estadística de cada sector y, en definitiva, haga m á s fiables las cifras. E n n o pocas ocasiones se ha comentado el sistema estadístico de Sri Lanka y las deficiencias del m i s m o , sacando conclusiones que siguien siendo válidas hoy día: las estadísticas oficiales son a m e n u d o contradictorias y n o m u y fidedignas, se publican con retraso y a veces carecen de interés. A d e m á s , existen lagunas importantes en el m a terial estadístico necesario para tomar las decisiones políticas. U n dato esperanzador es que las Naciones Unidas y el Departamento del Censo y Estadística han llegado a un acuerdo para mejorar la calidad y la publicación de las estadísticas de Sri Lanka. Causas principales y reconocidas de esta situación insatisfactoria son la falta de suficiente personal capacitado y experimentado, la insuficiencia de material para procesar los datos y la ausencia de una coordinación efectiva. A u n q u e en los últimos años se han introducido muchas mejoras en los servicios de estadística y se ha contratado personal calificado, las deficiencias persisten en gran parte. Actualmente se realiza u n esfuerzo coordinado para mejorar con carácter general todo el sistema estadístico de Sri Lanka y aumentar su eficacia c o m o instrumento al servicio del desarrollo del país. Tras visitar Sri Lanka en 1971, una misión del Programa mundial del empleo, de la Organización Internacional del Trabajo, emitió u n informe con observaciones y recomendaciones de largo alcance1. A d e m á s de las deficiencias generales o b servadas en el acopio y tabulación de los datos, en ciertos sectores estadísticos existen algunos aspectos importantes que requieren m a y o r atención. Se trata, en concreto, de los datos de población, población activa, agricultura, estadísticas industriales y encuestas entre las unidades económicas de consumo.

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A efectos del censo, la isla se ha dividido en demarcaciones bastante bien definidas, de las que existen mapas esquemáticos, utilizados en los censos anteriores y, hasta cierto punto, en la planificación de las encuestas por muestreo. Pero es necesario mejorar los aspectos cartográficos de las operaciones censales, perfeccionando continuamente los mapas y manteniéndolos al día. E n estos momentos, el Departamento del Censo y Estadística estudia la implantación de un sistema de geocodificación que se espera poner en práctica antes de iniciar los trabajos del próximo censo en 1981. Las estadísticas demográficas adolecen de deficiencias m u y generales. E n las encuestas realizadas con otros fines no se recogen sino unos pocos datos de este sector. Excepción a la regla fue la encuesta de fecundidad de Sri Lanka (1975), pues además de los datos relativos al tema, se recogieron otros muchos datos demográficos de las familias muestreadas. Por otra parte, no se ha hecho el análisis demográfico de los datos del censo de población; en este aspecto queda m u c h a labor por realizar para mejorar el perfil demográfico de las estadísticas de población. E n Sri Lanka se aplica ya todo un plan de encuestas por muestreo periódicas, realizadas en los centros de trabajo, para conocer las cifras sobre empleo, remuneraciones, horas trabajadas, movilidad en el empleo, coste de la m a n o de obra y condiciones de trabajo. L a muestra se toma entre todos los centros que emplean cinco o m á s trabajadores. Sin embargo, las cifras sobre el empleo son insatisfactorias, por cuanto no existe un intento sistemático de conocer la situación global del empleo, el desempleo y el subemplco de toda la población. Los intentos realizados hasta ahora en esta dirección se plasmaron en las encuestas familiares de población activa, llevadas a cabo por el Departamento de Trabajo en 1959-1960, el Departamento del Censo y Estadística en 1968-1969 y el Banco Central en 1973. El gobierno se da perfecta cuenta de la importancia que tiene conocer periódicamente las cifras de población activa y ya ha comenzado a trabajar en esta dirección. U n a vez realizada la primera encuesta general sobre la población activa, será posible repetirla a intervalos regulares c o m o una serie continua de encuestas familiares, que en el futuro será parte integrante del sistema estadístico nacional.

Respecto a las estadísticas agropecuarias es de observar que el Departamento del Censo y Estadística realiza censos periódicos en este sector, el último de los cuales data de 1972. L a información es bastante fidedigna en lo que atañe a los principales productos que se cultivan en régimen de plantación, especialmente el caucho, el té, y, en cierta medida, el coco. Pero se carece de estimaciones dignas de confianza acerca de las plantas comestibles de importancia secundaria y los cultivos de montaña, debido en parte a la falta de u n sistema idóneo para efectuar los muéstreos. A c tualmente se está intentando catalogar todas las parcelas cultivadas, y la ocasión es m u y oportuna para iniciar las encuestas periódicas que permitan conocer las superficies y rendimientos de los cultivos secundarios más destacados. Las estadísticas ganaderas n o son tan buenas c o m o las agrícolas. Los censos agrícolas revelan algunos datos sobre el ganado del país, pero las estimaciones intercensuales son de escasa confianza. L a información objetiva de que se dispone para estimar periódicamente la producción de derivados de la ganadería es reducida, y es notoria la falta de encuestas sistemáticas en este terreno. T a m p o c o son más satisfactorias las estadísticas sobre la pesca. Otra deficiencia de las estadísticas agropecuarias reside en la estimación del coste de producción de los cultivos y de los rendimientos obtenidos por el cultivador individual. También en este caso será preciso iniciar un esfuerzo sistemático para reunir datos. Aparte de organizar ciudadosamente las encuestas por muestreo y demás investigaciones para subsanar la falta de cifras, queda m u c h o por hacer en el análisis e interpretación de los datos actualmente conocidos. También será preciso calcular las magnitudes globales de la producción agropecuaria, de la disponibilidad de alimentos, etc. Por otra parte, dado que en este m o m e n t o se concede gran importancia a la planificación desglosada por distritos, en algunos casos será necesario desglosar igualmente las estimaciones. E n la campaña 1982-1983 se realizará el próximo censo agropecuario de Sri Lanka; la ocasión es propicia pues para que, establecidas en el censo las cifras de partida, las encuestas periódicas inicien las estimaciones intercensuales. Por último, es de observar que entre el Departamento del Censo y Estadística, el Banco Central y el Instituto de Capacitación e Investi-

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

gaciones Agronómicas se produce cierta duplicación en materia de estadísticas agropecuarias. También en la formación de las estadísticas industriales se produce cierta repetición entre el Departamento de Industria, la Junta de Desarrollo Industrial y el Banco Central, todos los cuales reúnen información sobre la industria m a nufacturera, aunque sin abarcar el sector en la misma medida. E n 1952 se hizo u n censo de la minería y la manufactura, reiterado en 1964, que cubrió todos los centros de producción que e m pleaban cinco o m á s trabajadores. Desde 1966 el Departamento de Industria realiza una encuesta anual de la industria entre todos los establecimientos censados. También el Banco Central se ocupa de reunir anualmente datos del sector industrial. Pero es notorio que estas encuestas no cubren todo el sector: en primer lugar, porque el censo de establecimientos no está puesto al día, y en segundo lugar, porque a m e n u d o los establecimientos no contestan a la encuesta o responden sólo parcialmente. L a encuesta de las familias, c o m o unidades económicas de consumo, ocupa u n lugar importante en las estadísticas nacionales de todos los países en desarrollo. Estas encuestas, si se realizan sistemáticamente, constituyen la única vía para conocer una serie de datos socioeconómicos indispensables a los planes y programas de desarrollo, tales como: gastos y consumo de esas unidades económicas, desempleo, actividades de las empresas unifamiliares, características de las viviendas, sanidad, nivel de estudios, acceso a diversos servicios socioeconómicos y ciertas características demográficas c o m o la fecundidad y los movimientos migratorios. E n Sri Lanka, las encuestas realizadas entre las unidades económicas de consumo se han limitado hasta ahora a unos pocos temas concretos: aparte las encuestas de población activa y de fecundidad, en 1969-1970, se hizo una encuesta sobre ingresos y gastos, y en 1977 otra sobre el presupuesto de las familias urbanas. Cada una de ellas tenía por objeto allegar datos con un fin determinado; diferían m u c h o en cuanto al grado

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de cobertura de sus sectores respectivos y en cuanto al diseño y los procedimientos de la encuesta misma; contenían deficiencias notorias en esos dos aspectos, y, finalmente, carecían de toda vinculación entre sí. Para cubrir los principales vacíos de información y obtener datos económicos y sociales hasta ahora desconocidos, será preciso organizar una serie periódica de encuestas entre las unidades familiares. El Departamento del Censo y Estadística y el Banco Central calculan las cifras de la contabilidad nacional utilizando la doble vertiente producción/gasto. También se estima globalmente el producto interior bruto y el producto nacional bruto, tanto a precios constantes c o m o a precios del m o m e n t o . Ahora bien, todas estas estimaciones adolecen de ciertas deficiencias; así, por ejemplo, no se conoce exactamente el grado de cobertura estadística de cada sector y en muchos de éstos existen importantes lagunas de datos. Todavía queda m u c h o por hacer para mejorar y acelerar las estimaciones de la renta nacional: es preciso ampliar la base de datos, tanto en el sector institucionalizado c o m o en el n o institucionalizado; refinar los actuales coeficientes del valor añadido, aprovechando para este fin la información facilitada por las encuestas por muestreo y otros estudios; mejorar los procedimientos metodológicos y montar un sistema de estimaciones rápidas que solucionen las necesidades m á s urgentes del usuario. También será preciso realizar al análisis secundario de los datos, no sólo el primario, es decir, desglosar las macromagnitudes estimadas globalmente. Para ello, será necesario desagregar por sectores la contabilidad nacional, construir los balances de materiales, las matrices de inputoutput, etc. Por último, también es importante eliminar la duplicación de trabajo que se da entre el Departamento del Censo y Estadística y el Banco Central, cuyas estimaciones de la renta nacional, independientes entre sí, ocasionan n o poca confusión entre los usuarios de los datos. [Traducido del inglés]

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M

Anexo 1 Sectores de recolección de datos Entidades compiladoras Depto. del Censo y Estadística

Banco Central de Ceilán

Agricultura

Balanza de pagos Clima Construcción

Otros

Total

Dirección de Agricultura Sociedades de plantaciones Autoridad del Desarrollo Agropecuario Instituto de Capacitación e Investigaciones Agronómicas Interventor del té y el caucho

10

Departamento de Meteorología Departamento de Edificación Departamento de Regadío Junta de Desarrollo de Mahaweli Autoridad Nacional de la Vivienda Comisaría de la Vivienda

Comunicaciones Correo Teléfono Prensa

— —

— — —

Departamento de Correos Departamento de Telecomunicaciones Oficina de Control de la Circulación Sociedades editoriales de prensa

1 1 4

Radio y televisión





Sociedad de Radiodifusión de Sri Lanka

1

Consumo Cultura

1 1

1 —

Delincuencia Elecciones

1 — 1

— — —

— —

— —

— 1

— 1

Educación e investigación Electricidad

Gas Agua

Petróleo Comercio exterior

Ministerio de Cultura Departamento de Arqueología Departamento de Policía Comisaría de Elecciones Ministerio de Educación Consejo Científico Nacional Junta de Electricidad de Ceilán Sociedad de Petróleos de Ceilán Junta de Recursos Hidráulicos Departamento de Regadío Junta de Abastecimiento de Aguas y Alcantarillado Sociedad de Petróleos de Ceilán Interventor de la Exportación y la Importación Departamento de Comercio Aduana Interventor del té y el caucho

2 3 2 1 3 1 1 3

1 7

605

Estructuras nacionales de ¡os datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

Anexo 1 Sectores de recolección de datos {continuación) Entidades compiladoras Depto. del Censo y Estadística

Banco Central de Ceilán

Pesca



Silvicultura



Vivienda

1

1

Comercio interior Renta y propiedad

1

1 1

Trabajo

1

1

Minas y canteras

1

1

Dinero y banca Contabilidad nacional Población

1 1 1

1 1 1

Sanidad Empleo

1 1

1

Hacienda pública Producción

1

1 1

Precios . Situación social

1 1

Turismo

Otros

Ministerio de Pesca Sociedad Pesquera Departamento de Bosques Sociedad Madera Estatal Departamento de la Vivienda Nacional Autoridad del Desarrollo Urbano Departamento de Edificación Cooperativa Mayorista Departamento de Evaluación Departamento de Rentas Interiores Departamento de Trabajo Ministerio de Ejecución del Plan Sociedad Estatal de Plantaciones, etc. Ministerio de Industria Sociedad de Arenas Minerales

Departamento de Servicios Sanitarios Departamento del Registrador General Departamento de Servicios Sanitarios Ministerio de Administración Pública Ministerio de Ejecución del Plan Ministerio de Hacienda y Planificación Sociedades industriales Departamento de Control del T é Departamento de Control del Caucho Junta de Comercialización del Coco Dirección de Agricultura Ministerio de la Industria Textil Junta de Comercialización del Arroz Ministerio de Fomento e Investigación Agronómica Comisión Económica del Gran Colombo Instituto de Capacitación e Investigaciones Agronómicas Comisión Nacional de Precios Departamento de Servicios Sociales Departamento de Fomento Rural Ministerio de Ejecución del Plan Junta de Turismo de Ceilán

Total

2 2 2 5 2 4 6 4 2 2 4

2 5 2 26

3 5 2

606

3t£ Anexo 1 Sectores de recolección de datos (continuación) Entidades compiladoras Depto. Banco del Censo Central y Estade dística Ceilán

Transporte Carretera Ferrocarril Aviación Salarios

Otros

Total

Departamento de Tráfico Motorizado Departamento de Carreteras Ferrocarriles Estatales de Ceilán Departamento de Aviación Civil Junta de Turismo Departamento de Trabajo

Anexo 2 Principales publicaciones que contienen datos primarios Banco Central de Ceilán

Survey of private investment, J963/64, 1966/1967, Colombo,. 1970. Annual report, 1950, Colombo. Survey of rural credit and indebtedness, 1969, Bulletin, desde noviembre de 1951, Colombo. Colombo, 1971. Mensual. Survey of Sri Lanka's consumerfinances,1973, Economie and social statistics of Sri Lanka, desde 2 partes, Colombo, 1974. junio de 1978, Colombo. Bianual. The determinants of labour force participation rates Socio-economic data—Sri Lanka, desde 1978, in Sri Lanka, Colombo, 1973. Colombo. Anual. Review of the economy, desde 1975, Colombo. Departamento del Censo y Estadística Anual. Alphabetical and numerical list of villages, 9 volúmenes, Colombo. Encuestas Bulletin on vital statistics, Colombo. 1976. Capacity utilization infishingindustry—Beruwela Bulletin of selected urban retail price statistics, Colombo, 1975. and Mirissa, 1972, Colombo, 1973. Survey of Ceylon's consumerfinances1953, C o - Census of agriculture, 1962, volúmenes 1-4, C o lombo, 1965. lombo, 1954. Survey of Ceylon's consumerfinances1963, 2 par- Census of agriculture, 1952, volúmenes 1-4, C o lombo, 1956. tes, Colombo, 1964. Survey of cost of production of paddy, 1969, Census of Ceylon, 1946, volúmenes 1-4, Colombo, Colombo, 1970. 1950. Survey of defaults in the repayment of new agri- Census of Ceylon, 1953, volúmenes 1-4, Colombo, 1958. cultural loans, 1972, Colombo, 1974. Survey of economic conditions in the Mahaweli Census of Ceylon, 1963, volúmenes 1-4, Colombo, development area, Colombo, 1974. 1967.

Estructuras nacionales de los datos socioeconómicos primarios. VI: Sri Lanka

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Ministerio de Fomento Rural e Industrial Census of commerce, 1961, Colombo, 1964. Census of financial institutions, 1952, Colombo, Span of industrial production in Ceylon, 1963, 1954. Colombo, 1964. Census of government and local government emSpan of industrial production in Ceylon, 1964, ployees, 1951, Colombo, 1952. Colombo, 1966. Census of industry, 1952, Colombo, 1954. Census of merchandising and services, 1952, C o Ministerio de Industria y Pesca lombo, 1955. Census of housing, 1971, volúmenes 1-2, Colombo. Industrial production, 1965-1967, Colombo, 1968. Census of agriculture, 1973, Colombo. Industrial production, 1967-1968, Colombo, 1969. Ceylon year book, 1948-1978, Colombo. Anual. Economic atlas of Ceylon, Colombo, 1969. Ministerio de Industria y Asuntos Científicos Final report of the economic survey of rural Ceylon, 1950-1951, Colombo, 1952. Industrial production, 1968-1969, Colombo, 1970. Juvenile probationers in Ceylon. A preliminaryIndustrial production, 1968-1970, Colombo, 1971. survey, Colombo, 1957.' Preliminary report on thefieldsurvey of manufacNational accounts of Ceylon, 1963-1968, Colombo, turing industry in Sri Lanka, 1975-1976, C o 1969. lombo, 1977. National accounts of Sri Lanka, 1970-1977, C o - Utilisation survey (private sector industries), 1968lombo, 1979. 1970, Colombo, 1971. Paddy yield and area estimation, Colombo, 1973. Physically infirm population of Ceylon, Census 1963, Deparlamento de Comercio Colombo, 1969. Projections of food requirements of Sri Lanka, Ceylon trade journal: V I , 1, octubre de 1935-1972, Colombo. Mensual. 1881-2000, Colombo, 1979. Report on survey on urban family budgets, Colombo, Exponews: V I , 1, desde enero de 1976, Colombo. Mensual, contiene algunas estadísticas de co1977. Report on the middly class family budget inquiry, mercio. Monthly trade statistics (multicopiado). Colombo, 1950. Report on a dietary survey of upper income house- Trade statistics of Sri Lanka, n.° 1, 1973. Anual. holds in the city of Colombo, Colombo, 1957. Ministerio de la Vivienda y la Construcción Report on paddy statistics, Colombo, 1956. Report on the survey of landlessness, Colombo, Statistical bulletin on housing and construction, 1952. 1974, volúmenes 1 y 2 editados juntos, abarSocio-economic survey, 1969/70, Colombo, 1971. Statistical abstract of Ceylon, 1949-1976. Anual. can 1974 y 1975, Colombo, 1976. Bianual. Statistical pocket book of Ceylon 1966-1978. Anual. Survey of milk consumption Colombo, Galle, Kandy, Departamento de Trabajo 1955-1957, Colombo, 1959. Employment survey, 1971, Colombo. Anual. Survey of private investment, 1954, Colombo, 1956. Labour gazette, desde enero de 1950, Colombo. Survey of rural indebtedness—Ceylon, 1957, C o Mensual. lombo, 1959. Statistics of earnings and hours of work, 1972, World fertility survey, 1975, Colombo, 1978. Colombo. Bianual. Departamento de Industria Ministerio de Ejecución del Plan Span of industrial production, 1960, Colombo, Employment data bank and income support scheme, 1961. Colombo, 1979. Span of industrial production, 1961, Colombo, Performance, desde enero-marzo de 1978. Revista 1962. trimestral sobre la ejecución del plan en el Span of industrial production, 1962, Colombo, 1962. sector público.

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M

Notas 'Los reyes sinhala rigieron el reino de K a n d y , situado en el centro de la isla, hasta 1815. Este reino sobrevivió a la dominación portuguesa y holandesa, que duró casi tres siglos a partir de 1505. 2 E n el Archivo Nacional de Sri Lanka la colección m á s abundante es la relativa a la administración británica, que abarca de 1796 a 1947. Esta colección comprende las actas y documentos presentados a los dos órganos administrativos m á s importantes del periodo colonial británico: el Consejo Legislativo y el Consejo Ejecutivo. Las actas de estos consejos abarcan los periodos 1802-1831 y 1833-1931. Otra colección conservada en el archivo es la correspondencia entre el secretario de estado para las colonias y el gobierno de Sri Lanka, iniciada en 1798 y terminada en 1948

3 1

con motivo de la independencia de la isla. El tercer grupo de documentos referentes al periodo británico, de los que se guardan en el Archivo Nacional, lo compone la correspondencia cruzada entre los diversos departamentos administrativos creados por los británicos, por una parte, y el secretario de la colonia, por otra, responsable este último ante el gobernador. El cuarto grupo de documentos se refiere a la administración provincial, local y judicial de la isla. Todos estos documentos están catalogados y sus títulos se han publicado en dos volúmenes. Matching employment opportunities and expectations—A program of action for Ceylon, vol. II, Technical papers, Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, 1971.

Dos informes provenientes del Caribe: L a investigación y los sistemas auxiliares de información

J. E . Greene Los programas de investigación científica requieren sistemas auxiliares de información, es decir sistemas que proporcionen a los investigadores el material necesario para su trabajo. Tales sistemas pueden variar en concepto y función. Pueden existir en forma de biblioteca tradicional, cuyo servicio se basa esencialmente en material secundario, c o m o son los libros o los periódicos, y cuya tecnología es asimismo rudimentaria. E n el extremo opuesto de la escala pueden asumir la forma del sistema de información integral, el cual, según se le ha descrito, comprende "no sólo los ordenadores y los medios técnicos de comunicación m á s corrientes, sino también los relacionados con la lectura óptica de caracteres, microfilm, facsímil, tratamiento de términos, registro en cinta magnética y representación visual, bandas magnéticas para registro sonoro, fotocomposición, etc."1. T o d o proyecto de habilitación de estructuras para facilitar la investigación en las ciencias sociales (o en otra ciencia cualquiera) debe tomar en cuenta las tendencias científicas dominantes al determinar el sistema auxiliar de información que ha de utilizarse. Es de especial interés para el investigador conocer acerca de la existencia de una extensa variedad de tecnologías —desde las m á s tradicionales a las m á s complejas— para almacenamiento, recuperación y diseminación de material procedente de la investigación científica. A este respecto se plantean varias cuestiones generales: ¿cómo están desarrollándose y evolucionando las tecnologías?,

¿cuáles son las m á s apropiadas?, ¿qué alternativas existen?, ¿qué efectos pueden tener sobre la naturaleza y alcance de la investigación futura? M á s específicamente, u n investigador que se proponga revisar y valorar el desarrollo de los sistemas auxiliares de información mecanizados en la década de los ochenta tendrá que responder a preguntas c o m o las siguientes: ¿es bibliográficamente deseable?, ¿es técnicamente posible?, ¿es económicamente viable?,' ¿es satisfactorio para las tendencias científicas actuales (o sea para los usuarios)?2. A fin de responder a estas preguntas, analizamos aquí los principales progresos de la investigación científico-social contemporánea en las Antillas de habla inglesa; la g a m a de sistemas auxiliares de información disponibles, y las razones que nos asisten para mezclar la investigación y sus sistemas auxiliares. Las tendencias de la investigación cientifica

E n otro lugar hemos indicado que u n programa de investigación científico-social pertinente en el Caribe contemporáneo será el que se proponga influir en la organización de la administración pública. Sin negar la importancia de la investigación básica para el progreso del saber en general, alegábamos que la investigación al servicio del desarrollo debe interesarse, antes que nada, por el aumento del bienestar social y el mejoramiento de la calidad de la vida3 en una región agobiada por acuciantes problemas de desarrollo y con una endémica escasez de recursos. Entre estos proble/ . E. Greene es director adjunto del Instituto dem a s del desarrollo, se destaca el del nivel relatiInvestigaciones Sociales y Económicas de la Uni- vamente alto de desempleo, la necesidad de acrecer versidad de las Indias Occidentales en Mona, la capacidad de los pequeños estados para alimentar, alojar y vestir a sus poblaciones, y en Kingston, Jamaica.

Rev. int. de cieñe, soc, vol. X X X I I (1980), n.° 3

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general mejorar sus niveles de vida y posibilidades económicas. Las más recientes tendencias de la investigación científico-social, tanto a nivel gubernamental c o m o universitario, se han centrado predominantemente en las dificultades del desarrollo. El resultado ha sido un enfoque multidisciplinario en virtud del cual las disciplinas básicas de las ciencias sociales utilizan recursos tomados de asignaturas interactivas del ámbito de las ciencias físicas y naturales. L a necesidad de atender a los problemas de la administración pública ha hecho ceder fronteras de disciplinas anteriormente rígidas que de este m o d o quedan absorbidas en las que ya empiezan a denominarse "ciencias del desarrollo". Algunos proyectos recientes acometidos por el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas de la Universidad de las Indias Occidentales, y el Instituto de Estudios sobre el Desarrollo de la Universidad de Guyana, por ejemplo, han subrayado esta tendencia multidisciplinaria1. D i chos proyectos han tenido importantes implicaciones metodológicas. E n las disciplinas de las ciencias sociales básicas ya existe una extensa variedad de metodologías que van desde la investigación en bibliotecas, la observación participante y el análisis del contenido, a enfoques m á s formalistas que exigen el examen de muestras, el uso de modelos matemáticos y las comprobaciones estadísticas. Así pues, cuando se superponen las disciplinas interactivas a las de las ciencias sociales, la amalgama metodológica tiene importantes implicaciones para la estructura y las funciones de los sistemas auxiliares de información. Nuestro principal interés estriba en saber c ó m o pueden organizarse estos sistemas a un nivel general (superestructura!) y qué requisitos infraestructurales específicos son precisos para hacerlos eficaces. Sistemas auxiliares de información Existen varias iniciativas a nivel nacional, regional e internacional cuya aplicación puede contribuir a racionalizar los servicios de documentación en los estados antillanos individual y colectivamente. A nivel nacional, sólo Jamaica ha concebido hasta ahora un plan integral para organizar su sistema de documentación,. información y bibliotecas5. Incorporada a este plan hay una red de carácter

científico social, coordinada por la Oficina N a cional de Planificación. Dicha red está concebida c o m o un centro virtual de información para las ciencias sociales. C o n las de las redes de Ciencia y Tecnología, Planificación Material y Ordenación Jurídica, sus informaciones confluirán en un servicio nacional de orientación bibliográfica que llevará el nombre de Biblioteca Nacional de Jamaica. Al nivel regional existen dos iniciativas. L a primera está patrocinada por el Comité de Desarrollo y Cooperación del Caribe [ C D C C ] 8 , organización interestatal en la que intervienen Haití y Cuba. Este comité mantiene estrechas relaciones con el Centro para el Desarrollo Económico y Social Latinoamericano [ C L A D E S ] y ha emprendido estudios y encuestas para localizar las necesidades de información. Se han determinado, entre otras cosas, las necesidades de información de los usuarios habituales del centro, así c o m o las prioridades entre las mismas; se han llevado a cabo análisis de aquellos servicios de documentación existentes en el Caribe que satisfacen las necesidades informativas de los usuarios, y una comparación de la demanda y la oferta de información para cada tipo de información requerida. Entre los principales objetivos del C D C C está el de "fomentar la creación de centros nacionales de documentación dentro de la región del Caribe y contribuir a estandarizar los sistemas que manejan información, con el fin de facilitar la circulación de la misma entre los países antillanos y entre los sistemas regionales e internacionales"7. L a otra iniciativa regional de importancia para las ciencias sociales es el empeño del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas [ISER], de la Universidad de las Indias Occidentales, en poner en marcha u n sistema de información [ D O E R S ] . S u papel dentro de la investigación científica del Caribe y sus posibilidades de documentación se detallan en u n informe del seminario patrocinado por el I S E R mismo sobre investigación y documentación para el progreso de las ciencias en el Caribe de habla inglesa, en 1977. Basta con decir aquí que el principal objetivo del proyecto es acopiar y diseminar documentación y datos concretos sobre acontecimientos sociales, económicos y políticos contemporáneos en el Caribe de habla inglesa, fundamentalmente para contribuir de un m o d o significativo al proceso de desarrollo que está en marcha en esa región.

La investigación y los sistemas auxiliares de información

T o m a n d o en consideración los propuestos sistemas de información nacional (Jamaica) y regional ( C D C Q , el plan del Instituto es crear u n Centro de Datos basado inicialmente en el vasto conjunto de datos primarios generados por sus proyectos. Aquí está implícita una distinción entre datos primarios y secundarios. Por datos primarios entendemos aquellos que existen en bruto y requieren análisis para poder ser utilizados en la enseñanza, la investigación y la administración pública. Suelen ser cuantitativos, pero muchos son también textuales. Datos secundarios son aquellos que frecuentemente se conocen c o m o "material bibliográfico", y que tienen por objeto no la m a nipulación o correlación de datos, sino la recuperación de citas en información publicada, c o m o son los libros y los artículos de prensa. Es opinión cada vez m á s consolidada entre planificadores e investigadores que los datos primarios constituyen una aportación empírica vital sin la cual la acción de administración y de gobierno, por un lado, y los descubrimientos de la ciencia, por el otro, tienden a ser vagos o generales.

Requerimientos infraestructuralcs básicos

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Evaluación de los métodos y descubrimientos de los proyectos de investigación a fin de resumir la información sobre tipos y ubicación de los datos empleados en los proyectos respectivos. Preparación de catálogos bibliográficos analíticos de investigaciones científicas sobre el desarrollo resultantes de los ítems anteriores. U n estudio valorativo y a fondo de los servicios de biblioteca y documentación que participan en el aporte de información a las ciencias del desarrollo en el Caribe de habla inglesa. Rccvaluación del método de documentación y de la conexión de la documentación con la investigación científica. Aunque los sistemas auxiliares de información propuestos por el C D C C y el I S E R comprenden, entre otras, las funciones referidas, existen otras actividades infraestructuralcs de aplicación para las ciencias sociales en el Caribe, que son dignas de mención. Cabe mencionar el Servicio de recuperación por índice automático [AIRS], de la Biblioteca de Consulta sobre las Indias Occidentales del Instituto de Jamaica, y el índice de ciencias sociales del Caribe [ C A R I N D E X ] , patrocinado por A C U R I L y publicado por la Biblioteca de la Universidad de las Indias Occidentales de Saint Augustine. El primer proyecto es un índice del diario Daily Gleaner desde 1975, utilizando el fichero múltiple K . W I C . El segundo es u n índice por autores-materias de la información sobre las ciencias sociales del Caribe, que utiliza el sistema de indexación de contexto protegido [PRECIS] de frases y grupos de palabras. M á s recientemente, el I S E R ha puesto en circulación un índice a c u m u lativo por autores-materias de la Revista de estudios sociales y económicos, para el periodo 19531977 8 .

Las tres iniciativas a que nos hemos referido se hallan más o menos en fases de desarrollo, pero apuntan a la posibilidad de que, con buena planificación, los sistemas auxiliares de información para las ciencias sociales puedan coordinarse a los dos niveles nacional y regional. Sin embargo, si éstos han de desempeñar un papel significativo en la investigación científico-social antillana, deben cumplir sin duda determinadas funciones básicas. E n primer lugar está la necesidad de una revisión a fondo de los servicios de documentación e investigación c o m o medio de averiguar qué información existe realmente y dónde se encuentra. T o d o estudio de los requerimientos infraestructurales de Requerimiento infraestructural dinámico los sistemas auxiliares de información tendría que constar de: Existe, no obstante, una distinción entre infraCompilación de una guía de organismos y de par- estructuras básicas y dinámicas. E n las primeras, ticulares dedicados a la investigación e el sistema auxiliar de información tiene principalinteresados en los proyectos de la ciencia mente c o m o fin la reproducción de guías bibliodel desarrollo en el Caribe de habla inglesa. gráficas y la localización de fuentes; en las segundas, Legalización de los proyectos acometidos por estos el sistema es él m i s m o una función de la investiorganismos y personas, con la siguiente gación científica y parte integrante de u n proceso indicación en cada caso: a) completo, de refinamiento, comprobación y análisis del material originado por los proyectos de investigación. b) en curso y c) propuesto.

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Î& A este respecto, las infraestructuras dinámicas al servicio de las ciencias sociales deben estar asociadas con el tratamiento de datos primarios, o sea establecer bibliotecas de datos en lugar de archivos de datos, y bancos de datos en vez de centros automáticos de documentación. U n archivo de datos tiene principalmente por objeto el acopio sistemático de legajos de datos para la posteridad, mientras que una biblioteca de datos tiene c o m o finalidad procurar servicios de datos, para lo cual debe n o solamente reunir y almacenar legajos de datos, sino también analizarlos. Tanto los centros de documentación automatizados c o m o los bancos de datos utilizan métodos electrónicos para el tratamiento de los datos, o sea ordenadores, a fin de recuperar la información. Sin embargo, la documentación automática tiene la misión de localizar los documentos que han de consultarse, mientras que un banco de datos tiende a proporcionar unidades de información elementales. D e esta manera, la documentación automática puede describirse c o m o un sustrato del banco de datos, y lo que distingue a a m b o s es simplemente el grado de refinamiento de la información facilitada. Jean-Paul Trystram describe con acierto esta distinción: "El proceso de documentación automática se detiene en el m o m e n t o en que un ordenador ha dado la referencia de un documento, que casi por definición contiene u n número m u y grande de ítems de información, ya sea u n libro, u n artículo de revista o un informe [...] El banco de datos atiende la información básica [...] no da la referencia, sino la información misma 9 ". Las infraestructuras dinámicas requeridas por los sistemas auxiliares de información son, pues, las mismas que las requeridas por un buen instituto de investigaciones de ciencia social que lleve a cabo, entre otras tareas, estudios relacionados con los problemas de gobierno. Dichas infraestructuras deben contar con: a) investigadores competentes en las disciplinas esenciales; b) colaboración y vínculos formales con investigadores e instituciones en las disciplinas interactivas; c) especialistas en información y análisis de datos; d) espacio físico para almacenar la información; e) servicios de informática;/) legitimación en tanto que entidad de investigación científica: es decir, ser aceptada por los gobiernos, los organism o s internacionales y el público en general c o m o colectora y analizadora de información fiable y

objetiva; g) medios para distribuir información en formas diversas a comunidades locales, a académicos, políticos y organizaciones internacionales; /i) mecanismos para colaborar y compartir información con otras organizaciones locales, regionales e internacionales comprometidas en investigaciones dentro de las ciencias del desarrollo; /) mecanismos de intercomunicación, c o m o seminarios y conferencias a todos los niveles, comprendidos los grupos destinatarios en las comunidades y los sectores público y privado que suministran los datos para proyectos específicos. H a y sin embargo un requerimiento infraestructural dinámico más, a saber: la creación de un centro de capacitación para los sistemas auxiliares de información. Y a el I S E R ha formulado una propuesta en este sentido. C o n base en los documentos y datos del sistema, debiera considerarse la posibilidad de patrocinar una serie de seminarios sobre investigación de la política social en el Caribe [CSPR]. Principal objetivo de la C S P R sería brindar instrucción sobre los fines de la investigación y el análisis de datos. Aunque de enfoque principalmente metodológico, el programa debería propiciar u n apartamiento de las estadísticas convencionales y las asignaturas de informática que constituyen la base de la enseñanza acedémica tradicional. L a C S P R debería por tanto concebirse de manera que: a) aportara conocimientos técnicos a un contingente selecto de estudiosos, alumnos graduados, profesionales en ejercicio y bibliotecarios-documentalistas interesados en la política social en el Caribe; y b) que orientase las técnicas que intervienen en la investigación de la política social hacia un proceso de formación e instrucción que permitiese aprender, directamente con la actividad y la práctica. Dicho programa podría servir a varios fines, entre ellos el de utilizar los datos dentro del sistema auxiliar de información c o m o una base de investigación aplicada. Esto comprometería a los usuarios de la información en un proceso activo, con la consecuencia de mantener las técnicas aplicadas de la documentación continuamente a prueba, y por lo tanto dinámicas. Son ilimitados los beneficios que pueden obtenerse de un plan c o m o la C S P R , dada la necesidad que existe de esta clase de capacitación y la demanda de tales competencias y saberes. Es una de las innovaciones más expeditivas para montar un programa para graduados universitarios, y a

La investigación y los sistemas auxiliares de información

partir de la cual poner en marcha una labor orientada a los problemas de gobierno, administración pública y otras actividades de expansión y promoción. M á s importante, sin embargo, es hasta qué punto podría ser éste uno de los medios más eficaces de consolidación de los nexos entre investigación y documentación, aumentando así nuestras capacidades para hacer frente a las demandas de desarrollo planteadas por las sociedades a que ya nos hemos referido.

Modernización de los sistemas de información E n la región del Caribe se están creando bases de datos principalmente para información bibliográfica, facilitando con ello una extractación e indexación de la información científico-social más eficientes y al día. N o se han establecido aún, sin embargo, bancos de datos que contengan información de primera m a n o directamente legible. Varios organismos internacionales han establecido sistemas "en línea" mediante los que puede recabarse información de una serie deficherosmecanográficos almacenados en un ordenador remoto. Ejemplos de esta clase de servicio son B L A I S E L I S / D I A L O G , S D C / O R B I T , y más recientemente P R E S T E L , un servicio de datos visualizados en tipo de impresión, promovido por la central de correos, y que pueden transmitirse a aparatos de televisión especialmente modificados e instalados en una oficina, en una biblioteca o en el propio domicilio del usuario. Existe otro tipo de sistema de datos mecanizados establecido para áreas de materias especiales. Los convenios internacionales han conducido a la instauración de sistemas que cubren la información nuclear (INIS), de la agricultura ( A G R I S ) , la ciencia y tecnología de la alimentación (IFIS), y m á s recientemente la ciencia del desarrollo (DEVSIS). Este último es de aplicación a las cuestiones que nos vienen ocupando, ya que está especialmente concebido para adecuar las disciplinas básicas y las interactivas dentro de la ciencia del desarrollo. El sistema está proyectado de tal forma que los participantes puedan colaborar e intercambiar información mientras m a n tienen el control sobre la distribución de sus datos.

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Esto se ha posibilitado mediante la habilitación de un sistema de archivo doble10. Sistemas de información internacional c o m o los mencionados demuestran la amplia g a m a de posibilidades ofrecida a los investigadores científico-sociales del Caribe y la existencia de una tendencia hacia el sistema de información total. Y es en esta fase cuando volvemos a las cuestiones específicas que en u n primer m o m e n t o planteábamos. Conclusiones Las limitaciones de recursos materiales y financieros hacen aconsejable que los sistemas auxiliares de información adopten la estrategia de una interconexión "hombre-máquina", es decir la modernización donde sea posible y la improvisación con técnicas manuales en consonancia con las necesidades de las ciencias sociales del Caribe. A este respecto, hay dos modelos entre los que se ofrecen para elegir. El primero es un sistema altamente centralizado, vigente en la U R S S , donde las bibliotecas tradicionales y las especializadas se funden bajo la cobertura de un sistema de orientación bibliográfico centralizado. El otro es el sistema de promoción de la información alemán [DSE], que funciona c o m o un conjunto de unidades descentralizadas, cada una de las cuales es un sistema auxiliar de información para entidades investigadoras concretas (gobierno y universidad) interesadas en la investigación de cuestiones político-administrativas. A nivel nacional, n o obstante, las diversas unidades están coordinadas por la Institución Alemana de Investigaciones para el Desarrollo. D a d o los factores geopolíticos, los variables niveles de desarrollo de los sistemas de información y de los institutos de investigación en la región del Caribe, parece realista optar en primer lugar por algún tipo de formulación c o m o el del modelo alemán. D e esta manera pueden combinarse investigación y documentación con ambas infraestructuras, básica y dinámica, que son m a n e jables en términos de aptitudes personales, costo y necesidades de los usuarios. [Traducido del inglés]

Notas 1

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S . D a y Melvin y Ben E r m a n , " N e w trends in information technology", ponencia inédita presentada en la conferencia F I D , Edimburgo, agosto de 1978. Estas cuestiones fueron planteadas por S. Keenan, "Development of mechanized documentation", Journal of Documentation, n.° 34, diciembre de 1978, p . 333-341. J. E . Greene, "Research trends in the Englishspeaking Caribbean", en la obra dirigida por J. E . Greene y Carol Collins, Research and documentation for the development sciences in the English-speaking Caribbean, p . 19-51, Kingston, I S E R , 1977. Se cuentan, entre otros, dos proyectos lanzados por el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas en colaboración con el Instituto de Estudios sobre el Desarrollo de la Universidad de Guyana: " T h e transfer of technology" y "Caribbean public enterprises". E n cada uno de estos proyectos tomaban parte m á s de veinticinco investigadores procedentes de las ciencias sociales y de las físicas y naturales.

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Vóase Plan for a national documentation information and library system for Jamaica, Consejo Nacional de Bibliotecas, Servicio de Archivos y Documentación, Kingston, Jamaica, 1978. 6 Véase el informe de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Latinoamérica, Documentation centre to serve the countries of the Caribbean development co-operative committee (CDCC), Puerto España, Oficina de la C E P A L para el Caribe, 1977 ( E / C E P A L / CDCC/16/Rev.l). 7 Véase W y l m a Primus, "Rationalizing the documentation activity in the Caribbean", en Greene y Collins, op. cit., p. 196-197. 8 R o b b Reive (comp.), Social and economics studies: author and keyword index to volumes 1-26, 1953-1977, Kingston, ISER (en prensa). 9 Jean-Paul Trystram, " F r o m automatic documentation to the data bank", International Social Science Journal, vol. XXIII, n.° 2, 1971, p. 285. 10 DEVSIS: preliminary design of the international information system for the development sciences, Ottawa, I D R C , 1976.

Problemas de la investigación y el acopio de datos en islas pequeñas donde no existe facultad de ciencias sociales por Patrick A . M . Emmanuel Introducción E n este artículo se abordan los problemas de la investigación y el acopio de datos en los territorios adscritos a la Universidad de las Indias Occidentales que carecen de claustro, c o m o son principalmente los siete territorios de Antigua, Montserrat, Saint Kitts-Nevis, Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente, en el grupo de las Antillas menores. L a Universidad de las Indias Occidentales administra tres claustros radicados en Jamaica, Trinidad y Barbados. C a d a u n o de ellos incluye una sección de la Facultad de Ciencias Sociales constituida, en lo esencial, por departamentos docentes que tienen a su cargo la instrucción de alumnos a distintos niveles universitarios en ciencias económicas, ciencias políticas y sociología*. Estos departamentos incluyen también varias secciones del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas (ISER). Las secciones del I S E R , fundado en Jamaica en 1949 y extendido a los claustros universitarios m á s recientes del Caribe oriental a comienzos de la década de 1960, asumen las principales tareas de investigación y publicación en las ciencias sociales dentro del área del Caribe. A u n q u e no existe una división geográfica de tareas, la sección establecida en Barbados tiene especialmente encomendadas las de investigación y acopio de datos en Barbados m i s m o y en los territorios sin claustro universitario del Caribe oriental.

El I S E R , cuyo volumen de publicaciones ha crecido notablemente en los últimos años, presenta los resultados de la investigación en forma de libros y monografías, alguna que otra memoria o cuaderno de trabajo, su revista trimestral básica, Social and Economic Studies, y u n boletín bimestral, Bulletin of Eastern Caribbean Affairs, que se publica en Barbados. E n los territorios sin claustro, la universidad mantiene desde hace m u c h o tiempo departamentos de extramuros, actualmente denominados centros universitarios. Las principales funciones de estos centros h a n consistido en impartir instrucción a alumnos en régimen externo en los diversos territorios, admitiendo a cuantos se hallen en posesión de certificados de exámenes secundarios; difundir información sobre las normas y reglamentos de la universidad, programas de estudios, etc., y patrocinar conferencias locales, exposiciones y otras actividades culturales. L a dirección de los centros universitarios publica u n a revista, Caribbean Quarterly, en Ia que con frecuencia se incluyen artículos dando cuenta de investigaciones llevadas a cabo en territorios sin claustro universitario. Tipos de investigación Históricamente, el carácter de la investigación llevada a cabo en el Caribe ha venido determinado por unos pocos factores básicos, entre otros, la historia política de la zona, la creación de la

* E n Jamaica y Trinidad existen también departamentos de estudios empresariales, mientras Patrick A. M . Emmanuel es miembro investigador que en Barbados se proyecta ampliar la del Instituto de Investigaciones Sociales y Econóenseñanza en el campo de los estudios admimicas, de la Universidad de las Indias Occidentales nistrativos, con especial hincapié en las en Mona, Kingston, Jamaica. necesidades del sector público.

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Universidad de las Indias Occidentales y la proliferación de diversas teorías y metodologías, que invariablemente provienen de centros metropolitanos, así c o m o u n primordial interés por la definición y resolución de los problemas sociales, económicos y políticos fundamentales que afectan a la región. La investigación colonial Antes de la instauración de la universidad y de la transferencia del poder político a instituciones y representantes nacionales, el estudio de los problemas sociales y económicos corría fundamentalmente a cargo de la potencia imperial, el Reino Unido. Existía una colección de publicaciones oficiales en serie, en forma de libros azules, previsiones anuales de ingresos y gastos e informes departamentales que proporcionaban datos oficiales sobre un amplio espectro de actividades públicas de un año para otro. También instituyeron las autoridades coloniales los censos decenales que todavía constituyen acaso el mayor depósito de datos básicos sobre las poblaciones del Caribe. Aparte la mera publicación de datos concretos, cabe reseñar el ocasional nombramiento de comisiones de encuesta o comités auxiliares que estudiaban y analizaban los problemas y las opciones político-administrativas en las principales áreas de actividad pública o privada, entre otras, la agricultura, los salarios y las condiciones de vida, la vivienda, etc. El Informe de la Comisión M o y n e , concluido en 1938, constituye el hito regional en obras enciclopédicas de esta clase. Sucesivos gobiernos continuaron, a lolargo de los decenios de 1950 y 1960, la práctica de designar comisiones que investigaran las cuestiones públicas urgentes en esta zona del Caribe. Sin embargo, en tiempos m á s recientes, por una serie de razones políticas y técnicas, se ha utilizado poco la comisión oficial c o m o método de investigación y acopio de datos, cediendo el terreno en parte a las m i siones de expertos de las organizaciones regionales e internacionales. La investigación académica L a función de la Universidad de las Indias Occidentales en 1947, y especialmente la ulterior creación del I S E R y de los departamentos de enseñanza de ciencias sociales (en 1959), depararon la base

îrt institucional local para la investigación y el estudio sistemático de las sociedades del Caribe. E n una visión de conjunto, la obra general emanada de los estudiosos que han trabajado en la región a lo largo de estos tres últimos decenios refleja diferentes niveles de preocupación en cuanto a teoría y documentación. C o n el paso del tiempo, los cambios sobrevenidos en la metodología y las técnicas del acopio de datos han influido en las actitudes de los estudiosos respecto a cuestiones tanto de teoría c o m o de documentación, poniendo de manifiesto nuevos problemas de la investigación y del acopio de datos. E n la década de 1950, la sociología y la antropología llevaron la delantera en la orientación hacia conceptos y teorías, seguidas de cerca por las ciencias económicas. L a ciencia política era indistinguible de la historia política, ocupándose preferentemente de relatos descriptivos sobre la evolución política, y del aparato legal del poder público. E n los años 1960, tanto la ciencia económica c o m o la política experimentaron mejoras cualitativas por lo que atañe a teoría y metodología. E n el caso de las ciencias económicas, se desarrolló la teoría económica de las plantaciones, junto con u n marcado interés por la teoría de la dependencia, c o m o modelos para una comprensión más profunda y esclarecedora de la dinámica interna de los sistemas económicos del Caribe, así c o m o de sus relaciones con el sistema económico capitalista global. E n el caso de la ciencia política, se dio la importación de la ciencia política norteamericana en forma de behaviorismo y teoría de sistemas, así c o m o una diversidad de teorías sobre el cambio y la inestabilidad política. E n general, estas orientaciones tendieron a una cierta democratización de la ciencia política al introducir, entre otras cosas, la investigación y el análisis de la vida política del hombre de la calle, su cultura y sus instituciones, c o m o legítimos y necesarios temas de estudio, en vez de la antañona fijación institucionalista en las clases dirigentes y sus instituciones formales de gobierno. Para el decenio de 1970, dos nuevas concepciones, n o enteramente desvinculadas entre sí, afectaron las perspectivas de la región del Caribe, tanto por lo que atañe al papel de las ciencias sociales y la investigación, c o m o en lo que respecta al contenido de los estudios y las publicaciones en curso. N o es que estas ideas estuvieran ausentes

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Problemas de la investigación y el acopio de datos en islas pequeñas donde no existe facultad de ciencias sociales

de los debates anteriores, pero, llegado el m o m e n t o , fueron conscientemente asumidas y definidas, enriqueciendo así el ámbito de lafilosofía,la teoría, la actividad empírica y la metodología que caracterizaban la investigación y el estudio de la región efectuados en la región m i s m a . L a primera de tales ideas postulaba que la división académico-burguesa del estudio de los fenómenos sociales en "disciplinas", con delimitaciones relativamente rígidas (y burocracias académicas separadas), tenía efectos funestos para la adecuada comprensión de la realidad social, y en consecuencia, para la prescripción de soluciones válidas. L a paulatina aceptación de esta idea a nivel oficial se ha expresado, en el ámbito universitario, en repetidos llamamientos a la promoción de estudios interdisciplinarios; aunque conviene hacer notar que muchos de los que suscriben de boquilla este requerimiento, n o reflejan luego su significado en el carácter de su propia obra. A nivel m á s profundo, una segunda fuerza relacionada con lo que antecede, y que influye en el desenvolvimiento de la ciencia social en el Caribe a lo largo del decenio de 1970, es el auge del marxismo c o m ofilosofíadirectriz dominante, pese a una historia de burdos y arteros intentos de reprimirlo tanto dentro c o m o fuera de la Universidad de las Indias Occidentales, y no obstante el hecho de que la mayoría de los científicos sociales adscritos actualmente a esta universidad n o son marxistas. Los m á s destacados científicos sociales del Caribe, reflejando este giro sustancial, hablan y escriben ahora desde los supuestos, m á s amplios, de la economía política, en vez de circunscribirse simplemente a la ciencia política o la ciencia económica. La investigación en la era de la independencia L a obtención de la independencia política ha exigido que los poderes públicos asuman determinadas funciones de planificación socioeconómica. E n consecuencia, se ha dado una proliferación de instituciones y puestos de responsabilidad atendidos por personal capacitado. U n a función esencial de esta nueva tecnocracia es la investigación y el acopio de datos. L a necesidad de institucionalizar la investigación científica y el análisis de los problemas y de las opciones políticas viene acentuada por el hecho de que los

planes de desarrollo socioeconómico dependen ahora, para poder realizarse y cumplir sus objetivos, del concurso de una extensa variedad.de gobiernos extranjeros y organizaciones internacionales cuyo modus operandi requiere el empleo de metodologías científicas, la preparación local de proyectos, informes económicos, etc. Y en los territorios afectados, tanto en los de mayor extensión c o m o en los m á s pequeños, carentes de claustro universitario, son los tecnocratas radicados en el Caribe quienes han de satisfacer los exigentes niveles de competencia impuestos por organizaciones c o m o el Banco para el Desarrollo del Caribe, el Banco Mundial, el F o n d o M o n e tario Internacional, etc. Esto h a significado que, en el Caribe, la investigación y el acopio de datos modernos han pasado a ser importantes tareas habituales de los gobiernos, con lo que se ha incrementado la demanda de tecnocratas en los servicios públicos. E s interesante observar que, en respuesta a estas demandas, ha prevalecido la n o r m a de que en los territorios mayores (con claustro) los tecnocratas han ido de la universidad a los organismos públicos, mientras que en los territorios m á s pequeños (sin claustro) se ha dado una tendencia inversa de trasvase de cerebros desde los gobiernos a las instituciones regionales (como por ejemplo C A R I C O M , C D B ) o a la universidad.

Situación en los territorios sin claustro universitario D e nuestro título se desprende que en los territorios sin claustro —es decir, en el Caribe oriental— hay que enfrenter problemas especiales en la investigación y el acopio de datos. A u n q u e en efecto es así, conviene n o olvidar que existen problemas generales de investigación y recolección de datos que afectan a todos los territorios del Caribe, tanto si están dotados de claustro c o m o si no lo están. "Sin claustro" {non-campus) es u n eufem i s m o por " m á s pequeño y m á s pobre". U n territorio n o tiene claustro universitario por ser m á s pequeño y m á s pobre (en sentido socioeconómico), y por n o tener claustro es m á s pobre en el sentido de la investigación y del conocimiento en general. Parte del problema se plantea en el terreno de la política y del gobierno, con los

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inconvenientes de la descolonización. El poder imperial tenía a su cargo el mantenimiento, y, en menor medida, también la publicación de registros y estadísticas oficiales. Los invetigadores de la región conocen m u y bien la práctica según la cual los documentos, conservados principalmente en la Oficina de Registros Públicos de Londres, no son de libre acceso para su estudio hasta después de transcurrido un plazo de treinta años. Semejante práctica, por supuesto, convierte los materiales contemporáneos en archivos históricos, confiriendo así un llamante aval de vida a la disciplina "historia del Caribe". Por otra parte, el poder imperial había organizado los gobiernos coloniales en departamentos (de educación, sanidad, hacienda, etc.) con una persona al frente, responsable de su funcionamiento. U n o de los instrumentos de dicha responsabilidad era la preparación de informes departamentales anuales dando cuenta detallada sobre la marcha de la administración pública en cada una de estas órbitas. Por estos y otros medios poníase a disposición del público un acopio regular de datos (aun cuando a veces resultasen de dudosa fiabilidad). L a descolonización política, con su concomitante, el desarrollo de la política local y especialmente la competencia por el poder, ha alterado radicalmente las bases para la evaluación de la información de que disponen los gobiernos, y con ello su disponibilidad para el público o los investigadores. Si a las autoridades imperiales no les faltaban razones para ocultar datos, los actuales gobiernos de esta zona del Caribe pueden hallar aún más. Los datos concretos tienen un valor político y pueden utilizarse para promover los fines de un gobierno, o de un partido de la oposición, o de un gobierno o institución extranjeros contra determinados intereses nacionales o de partido. D e esta suerte, el manejo, el control y la manipulación de información, o sea la propaganda, constituye hoy día una función primordial de los gobiernos. Esta función es en amplia medida independiente de la extensión de un estado antillano, aunque mientras que a veces el gobierno de un estado más extenso puede mostrarse afanoso por ocultar lo que sabe, los gobiernos de las islas menores pueden mostrar más recelo por ocultar lo que n o saben. Funcionalmente, muchas leyes sobre secretos oficiales cubren menos terreno del que estaban llamadas a cubrir.

M El desmedro de los antiguos departamentos merced a su absorción en ministerios presididos por políticos electos ha sido causa, tanto c o m o consecuencia, de la nueva politización de los datos. Los ministerios no publican informes anuales ni de ninguna otra clase, aunque en discursos o réplicas a interpelaciones parlamentarias los ministros pueden liberar desde un diluvio hasta algunas escasas gotas de información concerniente a la actividad de sus departamentos, según la oportunidad de la situación. Pero se ha producido un descenso general en la amplitud y profundidad de los datos oficiales disponibles para el público en los territorios del Caribe, en particular los m á s pequeños, no dotados de claustros universitarios. Se está dando, n o obstante, alguna c o m pensación, e incluso expansión, merced al aumento del número de organismos regionales e internacionales que atienden los problemas socioeconómicos de ios territorios de menor extensión. E n un principio, a raíz de la quiebra de la Federación de las Indias Occidentales, en 1962, y los intentos dé creación de una nueva Federación del Caribe Oriental que comprendiera las islas de Sotavento y Barlovento y la de Barbados, se designó al I S E R , establecido en Barbados, c o m o organismo responsable de la investigación y el acopio de datos para la administración federal en ciernes. A decir verdad, en sus primeros años, bajo la eminente dirección del difunto Carleen O'Loughlin, este instituto llevó a cabo y publicó una serie de estudios fundamentales sobre los recursos económicos y el potencial de estos territorios. Pero m á s tarde, cuando el proyecto de federación fracasó y cada isla se constituyó políticamente por separado, aparecieron diversos organismos dispuestos a continuar la investigación básica en la zona. Entre ellos hay que citar la British Development Division, la Secretaría del Mercado C o m ú n para el Caribe Oriental, la Secretaría del C A R I C O M , el Banco para el Desarrollo del Caribe, así c o m o cl F M I , el B I R D , la Organización Canadiense para el Desarrollo Internacional [CIDA] y otros. Entre todos ellos, estos organismos han acometido la parte m á s sustancial del acopio de datos efectuados sobre las economías de los territorios sin claustro universitario a lo largo de los últimos diez o doce años. L a falta de personal científico social en estos territorios ha supuesto que la investigación

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dirigida desde Barbados, Jamaica o Trinidad ' resulte costosa y lleve demasiado tiempo, ya que una investigación de calidad exige prolongadas estancias para familiarizarse, establecer contactos dignos de confianza, etc. Al m i s m o tiempo, la circunstancia de que concurran varios organismos de encuesta visitantes, todos a la captura de los mismos datos, puede causar dificultades y agobios tanto a los funcionarios locales c o m o a los investigadores. L a práctica de las entrevistas para la recogida de datos ha sido una de las innovaciones introducidas por el behaviorismo. Este sistema se ha aplicado con diversa fortuna en algunos de los estados de mayor extensión territorial, pero es prácticamente desconocido en los territorios sin claustro universitario. Prescindiendo totalmente de consideraciones de costo, sus dificultades suelen dimanar m á s bien de su aplicación en comunidades pequeñas, categoría en la que pueden incluirse todas las sociedades antillanas. Sabidos son los problemas que afectan al nivel y la fiabilidad de las respuestas dadas a los entrevistadores en comunidades pequeñas e influidas por los pre-

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juicios de sus tradiciones. L a observación participante a cargo de personas bien aceptadas puede compensar con creces estos inconvenientes. E n estos tipos de comunidades los investigadores también se ven coartados por la falta de una buena prensa. Se presta escasa atención a la difusión de información objetiva. L o s periódicos son por lo general portavoces de diversos partidos políticos convencionales, m á s inclinados a estridentes demagogias que a publicar datos escuetos y comentarios desapasionados. E n este breve trabajo hemos intentado bosquejar algunos de los principales escollos con que tropiezan la investigación y el acopio de datos en los territorios del Caribe oriental que, por su menor extensión, carecen de claustro universitario. H e m o s procurado poner de relieve que n o todas las dificultades provienen de la falta de claustro en sí misma, sino que dicha carencia se asocia con otros sectores políticos, sociológicos y técnicos que son intrínseco patrimonio de estas pequeñas sociedades ex coloniales. [Traducido del inglés]

Carta al redactor jefe

M u y señor nuestro:

las ciencias sociales en términos de pautas de comunicación y de la estructura del saber, y hace E n el artículo de Michael Brittain "Los servicios algunas inferencias en cuanto a las direcciones en de información y la estructura del saber en las que, consiguientemente, podrían buscarse las sociencias sociales" (Revista internacional de cien- luciones. H a y sin embargo otras formas posibles cias sociales, X X X I , 1979, n.° 4, p. 711-728) se de enfocar la situación que pueden conducir a hace referencia a la labor del proyecto S E A , análisis diferentes y a ideas distintas respecto a las llevado a cabo en 1970-1971 por el actual grupo de soluciones. Planteamos la cuestión de la pertiinvestigación sobre la información de la Open nencia de nuestra labor porque ejemplifica la University. Michael Brittain afirma que "esta utilización de uno de estos enfoques "alternatilabor n o ha sido continuada ni en la práctica ni vos", y porque sería nuestro deseo que no se en ninguna otra forma de investigación". E n tomara automáticamente el enfoque "pautas de realidad ha sucedido todo lo contrario. L a parte comunicación/estructura del saber" c o m o el más mas sustancial de nuestra ulterior actividad c o m o generalmente válido, ni c o m o el único a adoptar grupo h a estado dedicada a analizar, desarrollar con provecho y eficacia. Nuestro enfoque, por y aplicar, en nuestros propios servicios de infor- ejemplo, que se centra en el proceso de generación mación, ideas formuladas en estudios y debates del saber, representa una tentativa de conciliación con científicos sociales colegas nuestros sobre la y de ajuste con los aspectos interaccional y dinábase de aquel proyecto. E n un trabajo reciente- mico del acopio y el uso de la información, en mente publicado ("A sociological approach to the contraposición con los aspectos m á s estáticos design of information systems", Journal of the en que suelen centrarse los enfoques estructurales. American Society for Information Science, 1979, Nuestra tesis general, por tanto, es la 30 (4), p . 215-223), se da c o m o ejemplo una visión siguiente. Pocas personas negarían las proposigeneral de algunos de los aspectos m á s importantes ciones generales de Michael Brittain según las de aquella labor. Dicha labor se prosigue en la cuales los sistemas de información de la ciencia actualidad, y ha dado origen a otras corrientes social deben orientarse hacia la índole específica tangenciales de pensamiento e investigación. E n del trabajo propio de los diversos campos y mateestos momentos, por ejemplo, estamos exami- rias que aspiran a servir, toda vez que las ciencias nando las posibilidades de la conexión en directo, sociales difieren de las otras ciencias en varios a fin de comparar las estrategias de búsqueda de capítulos importantes. H a y un riesgo evidente, información ideales con las que realmente se sin embargo, en seleccionar y tomar en consideaplican e identificar procedimientos en que sean ración determinados aspectos de estos campos a apropiadas o no las estrategias asumidas por los expensas de otros. Los sistemas resultantes p o sistemas e impuestas a los científicos sociales que drían ser tan inaceptables para muchos científicos las utilizan. sociales, en sus especialidades concretas, c o m o los N o nos preocupa solamente que el acopio basados en un modelo propio de la ciencia general. de datos sea correcto; también aspiramos a obM u y atentamente le saludan tener resultados positivos m á s generales y fundamentales. Es inquietante pensar que una labor D . F . Swift, V . A . W i n n , D . A . Bramer, c o m o la nuestra pueda juzgarse irrelevante para Grupo de investigación sobre la información, los indudables problemas aún por resolver en The Open University, Walton Hall, cuanto a provisión de servicios de información Milton Keynes MIC7 6 A A , Reino Unido apropiados en el ámbito de las ciencias sociales. Michael Brittain basa su análisis de los problemas en un enfoque de la situación de la información en [Traducido del inglés]

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El ámbito de las ciencias sociales

Las ciencias sociales en China

Yang Cheng-Fang Poco después de nacer la República Popular de China en 1949, se fundó la Academia China de Ciencias (que comprende tanto las ciencias naturales c o m o las sociales). E n 1977, el Departamento de Filosofía y Ciencias Sociales de la Academia China de Ciencias se escindió, estableciéndose instituciones separadas e independientes —una de ellas la Academia China de Ciencias Sociales. Ésta cuenta actualmente con veintiún institutos especializados en: pensamiento del m a r xismo-Ieninismo-maoísmo, filosofía, economía, economía industrial, economía agrícola, finanzas y comercio, economía mundial, literatura, literatura extranjera, linguística, historia, historia moderna, historia universal, arqueología, nacionalidades, derecho, política mundial, Asia meridional, religión mundial, periodismo e información sobre ciencias sociales. A d e m á s , durante los dos últimos años se han ido estableciendo muchas sociedades académicas nacionales, c o m o son las sociedades de sociología, de educación, de econometria, de documentación histórica, de asuntos africanos.'etc. Se han fundado en las provincias academias semejantes de ciencias sociales, así c o m o otras sociedades académicas, que llevan a cabo estudios de ciencias sociales a escala m á s modesta.

y la práctica. Sobre este tema hay tres cuestiones que tratar. L a primera cuestión es la de los objetivos de la investigación en ciencias sociales. N o estudiamos las ciencias sociales por sí mismas. Por el contrario, estamos estudiando las ciencias sociales con el fin expreso de hacer del m u n d o u n mejor lugar donde vivir. Las ciencias sociales, c o m o hemos visto, se han desarrollado en los dos últimos siglos c o m o parte de los esfuerzos m u n diales por transformar la sociedad. El pueblo chino está actualmente empeñado en la tremenda tarea de llevar a cabo la modernización socialista de su patria, trabajando duro para hacer de China un país socialista fuerte y suficientemente próspero parafinalesde este siglo. Inútil decirlo, ésta es una tarea gigantesca que incumbe a los especialistas en ciencias sociales chinos c o m o a todos los demás trabajadores en la esfera de las ciencias sociales. E n la China de hoy el estudio de la teoría de las ciencias sociales está estrechamente vinculado con la solución de problemas de carácter social, económico y político. Los estudiantes de la teoría consideran c o m o u n deber ayudar a resolver los problemas prácticos complejos, aportando la base teórica necesaria, Al m i s m o tiempo, se preocupan por que los nuevos datos obtenidos L a investigación sobre ciencias sociales en en la resolución de los problemas prácticos se China ha estado orientada por dos principios compilen y utilicen para enriquecer sus estudios fundamentales. U n o es la integración de la teoría teóricos. Por su parte, las personas encargadas de resolver los problemas prácticos se preocupan de recurrir al asesoramiento y a la cooperación de los Yang Cheng-Fang es director del Instituto de Infor- investigadores teóricos para mejorar así su capacidad para resolver los casos espinosos. U n caso mación sobre Ciencias Sociales de la Academia China de Ciencias Sociales en Beijing. Este texto típico al respecto se ha de encontrar en nuestros es una versión del discurso del autor ante la tercerainstitutos de estudios económicos. El gobierno conferencia de la Asociación Asiática de Consejos chino atribuye gran importancia a la investigación de Investigación en Ciencias Sociales, que tuvo lugaren ciencias sociales. Altos especialistas en la materia ocupan puestos en los departamentos y en Manila del 12 al 17 de septiembre de 1979.

Rev. ¡nt. de cieñe, roc, vol. X X X I I (1980), n.« 3

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organismos gubernamentales pertinentes, parti- intereses. L a no conformidad se consideró una cipando en la formulación de planes y trazando herejía. Los disidentes fueron tachados de herejes. políticas. C o n el fin de lograr el éxito en la eje- C o m o consecuencia de ello, la conformidad ciega, cución del actual plan trienal de reajuste y de los puntos de vista estereotipados y el oscurantismo hacer preparativos para la formulación del sexto prevalecieron y se causó un gran daño a la invesplan quinquenal, el gobierno central ha establecido tigación en las ciencias sociales en China. Los actuales debates sobre esta cuestión han cuatro grupos ad hoc para examinar en detalle todas las cuestiones implicadas y recomendar las recorrido un largo camino para disipar esas ideas medidas necesarias que se han de adoptar. El embrolladas, esas medias verdades y las puras y grupo al cuál se ha confiado la tarea de estudiar la simples falsedades difundidas por Lin Biao y la teoría y los métodos económicos está presidido por banda de los cuatro. Estos debates contribuyen a Y u Guangyuan, uno de los vicepresidentes de la establecer u n sentido claro de los valores y la Academia China de Ciencias Sociales. Otro vice- debida comprensión de lo bueno y de lo malo, de presidente de la academia, M a H o n g , dirige el lo falso y lo verdadero. La reafirmación de que la grupo encargado del estudio de la estructura eco- práctica es el único criterio para comprobar la nómica. Cientos de economistas y de otros espe- verdad define una vez más la debida relación entre cialistas en ciencias sociales se han unido al actual la teoría y la práctica, y ayuda a las personas a impulso nacional de investigación planeada con emancipar sus mentes. N o cabe duda de que todo detalle en todos los aspectos afines de la economía esto beneficiará grandemente la investigación en las ciencias sociales en China y conducirá a una nacional de China. L a segunda cuestión que se ha de consi- mejor comprensión y cooperación entre otros derar es la de partir de la realidad para resolver los países y el nuestro en la esfera académica. problemas. E n otras palabras, se deben tomar las El segundo principio fundamental por el cosas tel c o m o realmente son y no c o m o uno qui- que se guía la investigación en ciencias sociales en siera que fueran. Los especialistas chinos en cien- China el de "dejar queflorezcancienfloresy que cias sociales han aprendido, gracias a una larga contiendan cien escuelas de pensamiento" —abreexperiencia, que las condiciones y particularidades viadamente la política de las "doscientas". reales de China deben tenerse plenamente en cuenta, Esta política fue formulada por el presisi se quieren desbrozar los desconcertantes pro- dente M a o Tse-Tung en 1957 cuando la revolución blemas que confronta el país. Cualquier aplica- socialista y la reconstrucción de China entraron ción mecánica de la teoría o de fórmulasfijas,sin en una nueva fase. El objetivo era desarrollar las tener m u y presentes el tiempo y las circunstancias, ciencias y las artes al máximo grado posible, por es m u y probable que haga m á s mal que bien. Esta medio de la libre discusión. Se estimularon las es la razón por la cual hablamos de descubrir una diferentes formas y estilos en las artes y las difemanera china de llevar a cabo la modernización rentes escuelas de pensamiento en las academias. socialista de nuestro país. L a cuestión de lo bueno y lo malo en las ciencias L a tercera cuestión que se ha de tratar es la sólo se puede resolver por medio de la libre distesis de que la práctica es el único criterio para cusión y de la práctica. comprobar la verdad. E n toda China se desaGuiada por esta política, la investigación rrollan acalorados debates sobre este problema. El académica en China (incluidos los estudios de público en general, y la comunidad académica en ciencias sociales) alcanzó una nueva cumbre. Se particular, participan en esas deliberaciones. ¿Cuál establecieron numerosas organizaciones acadées el criterio para comprobar la verdad? Ésta micas y aparecieron nuevas publicaciones. párese ser una cuestión teórica de sentido común¿ Durante la revolución cultural, Lin Biao y Pero en la China de hoy es un problema principal la banda de los cuatro pisotearon rudamente esta de significado inmediato y de gran urgencia. L a política. Se prohibió la libre discusión académica, razón es evidente. Cuando el usurpador Lin los intelectuales fueron tildados de "sucio puñado Biao y la banda de los cuatro estuvieron en el de indeseables" y se cerraron los centros de invespoder, rompieron la unidad del pensamiento de tigación en ciencias sociales. El daño causado fue, M a o Tse-Tung, dividiéndolo en dogmas inco- sin lugar a dudas, enorme. nexos y manipulándolo para servir a sus propios C o n la caída de la banda de los cuatro, la

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política de las "doscientas" se está aplicando de disertaciones y estudios especiales en los que se nuevo. El artículo 14 de la nueva Constitución, discuten tanto los problemas teóricos c o m o prácaprobada por el quinto Congreso Popular N a - ticos de la sociedad china durante los últimos cional en marzo de 1978, dispone que "el Estado treinta años en general y, en particular, imporaplica la política de 'dejar queflorezcancien flores tantes problemas relativos a la modernización y que contiendan cien escuelas de pensamiento' socialista de la China de nuestros días. para fomentar el desarrollo de las artes y de las L a República Popular de China es una ciencias y lograr una cultura socialista floreciente". nación asiática y un país en desarrollo. M u c h o s Es ésta una garantía importante para la ejecución de los problemas que confrontan ahora los países de la política de las "doscientas" en el nuevo en desarrollo de Asia son comunes al nuestro. El periodo. progreso realizado por uno cualquiera de ellos C o n el fomento de la democracia socialista en el campo de la investigación en ciencias soy el fortalecimiento del sistema legal socialista, ciales beneficiará también a los demás. Nosotros los círculos académicos chinos están volviendo tenemos m u c h o que aprender de ellos. Las instia revivir. Los debates académicos se desarrollan tuciones chinas de investigación en ciencias soy contienden libremente las diferentes corrientes ciales, y los distintos especialistas en estas ciencias, de pensamiento. M u c h o s escritos académicos ex- se sienten m u y satisfechos de poder hacer su peploran a fondo campos que en otro tiempo eran queño aporte y de unir sus esfuerzos a sus h o m ó "reservados".. Los dos últimos años han sido logos de otros países en desarrollo de Asia para testigo de la rehabilitación de asociaciones erudi- fomentar la causa común en beneficio de todos. tas y de sociedades académicas y de la reaparición L a investigación en ciencias sociales en de publicaciones académicas suprimidas. Las filas China atraviesa una etapa de recuperación desde los especialistas en ciencias sociales se van nu- pués de los estragos causados por la banda de los triendo m á s y m á s . cuatro. Durante la revolución cultural China E n la primera semana de m a y o de 1979 se había quedado prácticamente aislada del resto del reunió en Beijing un simposio nacional con ocasión m u n d o . Los especialistas en ciencias sociales chide la celebración del bien conocido movimiento nos n o sabían casi nada sobre la investigación del 4 de m a y o de 1919, que se h a llamado algunas respecto a estas ciencias en los países extranjeros, veces el renacimiento de la China moderna. Se y los especialistas extranjeros no conocían tampresentaron numerosos estudios sobre cuestiones poco m u c h o sobre los estudios de ciencias sociales relativas a la emancipación' de la mente y sobre la en China. forma de evaluar los personajes históricos. El mes Desde que fue derribada la banda de los de octubre de 1979 marcó el trigésimo aniversario cuatro, el intercambio académico entre China y del nacimiento de la República Popular de China, otros países ha avanzado m u c h o . Se ha hecho ya y en esa ocasión tuvo lugar otra conferencia aca- m u c h o a este respecto, pero todavía queda m u c h o démica nacional. Los especialistas en ciencias m á s por hacer. sociales de China se dedican duramente a escribir [Traducido del inglés]

DD Servicios profesionales y documentales

Calendario de reuniones internacionales1

1980 Varna

2-7 oct. 6-9 oct.14-17 oct.

Tokio y Melbourne

Asociación internacional contra él ruido: 11.° congreso de la AICB, Dr. W. Aecherli, Hirschenplatz 7, 6004 Lucerna (Suiza) Federación internacional para el tratamiento de la información: congreso de 1980 (tema: Implicaciones económicas; L a computadora en la vida diaria) Internat. Fed. for Information Processing, Congress 1980, GPO 880G, Melbourne, Victoria 3001 (Australia)

oct.

Adelaida

Asian Association of Management Organizations: 7 . a conferencia Asian Assoc, of Management Organizations, c/o Australian Institute of Management, 136, Greenhill Rd., North Unley, Adelaide, SA 5061 (Australia)

20-23 oct.

Hong-kong

Organización asiática de productividad: congreso de 1980 Asian Productivity Organization, Aoyama Dai-ichi Mansions, 8-1-14 Akasaka, Minato-ku, Tokyo 107 (Japón)

19-24

9-14

nov.

24-28 nov.

Jerusalén

Nueva Delhi

Federación internacional de la vivienda, el urbanismo y la ordenación del territorio: 35." congreso FIHUAT, 43 Wassenaarseweg, La Haya (Países Bajos) Federación mundial para los estudios sobre el futuro: conferencia (temas: sociedades futuras, poder, estilos de vida y orden mundial) Ashis Nandi, Centre for Study of Developing Societies, 29 Rajpur Road, Delhi 110054 (India)

die.

Londres

Conferencia Pugwash sobre la ciencia y los problemas internacionales: coloquio sobre los nuevos sistemas de armamentos y criterios de evaluación sobre su peligrosidad Pugwash Conferences on Science and World Affairs, 9 Great Russell Mansions, 60 Great Russell Street, Londres WC IB 3BE (Reino Unido)

18-19 die.

FrancfortjM.

A L E N A Enterprises of Canada: conferencia europea sobre la polución del medio ambiente V. M . Bhatnagar, Pres., Aleña Enterprises of Canada, Box 1779, Cornwall, Ont. Canadá K6H 5V7

11-13

1. L a Revista no cuenta con información complementaria sobre estas reuniones.

Rev. int. de cieñe, soc, vol. X X X n (1980), n.» 3

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1981 Singapur

Columbus, Ohio

Asociación científica del Pacífico: 4." congreso (tema: urbanismo) Pacific Science Association, P.O. Box 17801, Honolulu, Hawaii 96817 (Estados Unidos de América) Unión internacional de ciudades y gobiernos locales: congreso UIVPL, 35 Wassenaarseweg, La Haya (Países Bajos)

26-28 marzo Washington, D C

Population Association of America: reunión PAA, Box 14182, Benjamin Franklin Station, Washington, D C 20044 (Estados Unidos de América)

Abril

Unión internacional de ciencias antropológicas y etnológicas: congreso UISAE, C. S. Beishaw, Pres., Dept. of Anthropology and Sociology, University of British Columbia, Vancuver, B.C. Canadá V6T 1W5

Amsterdam . . .

4-6 mayo

Toronto,

1-3 junio

East Lansing

9-12 junio

15-21 junio

Honolulu

Varsóvia

Instituto de ciencias de la administración/Opinions Research Society of America: reunión conjunta M . Lister, Strategic Policy Sec, East Build., 1201 Wilson Ave, Downsview, Ont. Canadá M 3 MIJ8

History of Economics Society: reunión de 1981 Warren J. Samuels, Dept. of Economics, Michigan State University, East Lansing, Michigan 48824 (Estados Unidos de América) Association of Asian Studies, Commission of Hawaii; Philippine Studies Committee: Coloquio (tema: los filipinos en Hawai y en los Estados Unidos y estudios filipinos) Symposium Committee, Filipino 75th Anniversary Commemoration Commission, 1151 PunchbowlStreet', Room 233, Honolulu, Hawaii 96813 (Estados Unidos de América) Unión internacional de arquitectos: 14.° congreso mundial y 15. a asamblea general (tema: la arquitectura, el hombre y el medio ambiente) Comité d'Organisation du 14' Congrès UIA, Assoc, des architectes polonais, SARP-Foksal 2, PB. 6, Varsovie 00950 (Polonia) International society for the study of behavioral development: 6. a conferencia bienal ISSBD, Dr. H . McGurk, Dept. of Psychology, University of Surrey, Guildford, Surrey (Reino Unido)

Julio

Downsview (Canadá)

Julio

Manila

Federación mundial de la salud mental: congreso mundial Mrs. Edita F. Martillano, Natl. Exec. Dir., Phil. Mental Health Assoc, 18 East Avenue, Quezon City (Filipinas)

Hamburgo

Federación internacional de entidades de investigación operacional: 9. a conferencia internacional Mrs. H . Welling, IFORS, cjo D T H , IMSOR, Bygning 349, 2800 Lyngby (Dinamarca)

20-24 julio

Calendario de las reuniones internacionales

25-28 agosto

Toronto

26-31 agosto '

Banff (Canadá)

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Society for the study of social problems: 33. a reunión anual Dr. H . Auerbach, 208 Rockwell Hall, University College at Buffalo, 1300 Elmwood Ave, Buffalo, N.Y. 14222 (Estados Unidos de América) Conferencias Pugwash sobre la ciencia y los problemas internacionales: 31. a conferencia Pugwash conferences on sciences and world affairs, 9 Great Russell Mansions, 60 Great Russell Street, Londres WC IB 3BE (Reino Unido) Alcohol and drug problems association of North America: 32. a reunión anual A D P A , A . Hewlett, 1101 Fifteenth St., N W Suite 204, Washington, D C 20009 (Estados Unidos de America)

13-17 sept.

Dallas

13-18 sept.

Jerusalén

Congreso internacional sobre la droga y el alcohol Stanley Einstein, Organizing Committee, The Internat. Congress on drug and alcohol, PO Box 394, Tel Aviv (Israel)

26-30 sept.

Lieja (Bélgica)

Federación internacional de la vivienda, el urbanismo y la ordenación del territorio: conferencia FIHUAT, 43 Wassenaarseweg, La Haya (Países Bajos)

Diciembre

Manila

28-30 die. Washington, D C

Unión internacional de estudio científico de la población: conferencia general UIESP, 5, rue Forgeur, 4000 Liège (Bélgica) International relations research association: reunión anual IRRA, 7226 Social Science Buildg., University of Wisconsin, Madison, WI53706 (Estados Unidos de América)

1982 Rio de Janeiro

29 abrill.Tnayo

7-11 junio

Agosto

Asociación internacional de ciencias políticas: 12." congreso mundial IPSA Secretariat c/o University of Ottawa, Ottawa KIN 6N5 (Canadá)

San Diego, Population association of America: reunión California PAA, PO Box 14182, Benjamin Franklin Station, Washington, D C 20044 (Estados Unidos de América) Oslo

Varsóvia

Federación internacional de la vivienda, el urbanismo y la ordenación del territorio: 36." congreso mundial FIHUAT, 43 Wassenaarseweg, La Haya (Países Bajos) Conferencias Pugwash sobre la ciencia y los problemas internacionales: 32. a conferencia Pugwash conferences on science and world affairs, 9 Great Russell Mansions, 60 Great Russell Street, Londres WC IB 3BE (Reino Unido)

Libros recibidos

260 p . Figs. Glos. Ilustr. Bibliogr. Indice. (Social sciences monographs, 65.) U R S S . A C A D E M I A D E CIENCIAS. Éthique. Morale P A D I L L A , A m a d o M . (dir. publ.). Acculturation: communiste. Moscú, Academia.de Ciencias, theory, models and some newfindings.Boulder, 1980. 218 p. (Problemas del mundo contemWestview Press, 1980. 165 p . índice. Figs. poráneo, 67.) Cuadros. ( A A A S selected symposium, 39.) 16 dólares. S I L B E R M A N N , Alphons. Kein Brett vor dem Kopf : Ciencias sociales Ketzereien eines Soziologen. Viena/Düsseldorf, Econ Verlag, 1979. 304 p . I N T E R N A T I O N A L SOCIAL SCIENCE C O U N C I L Q U A R T E R S M I T H , Michael Peter. The city and social theory. O x C E N T U R Y R O U N D T A B L E , Paris, octubre ford, Basil Blackwell, 1980.315 p. índice. E n de 1977. A quarter century of international cuadernado 12 libras esterlinas; rústica 3,95. social sciences: papers and reports on devel-"The sociology of the family: n e w directions for opments, 1952-1977, por Stein Rokkan (dir. Britain", por Chris Harris (dir. publ.) (y publ.), Nueva Delhi, Concept Publishing otros), Sociological review monograph, 28, juC o m p a n y , 1979. 338 p . Cuadros. (Publicanio de 1979. 240 p . Encuadernado 6,50 libras ción del International Social Science Council, esterlinas, 15 dólares; rústica 3,95 libras 19.) 45 dólares; 225 rupias. esterlinas, 9 dólares. U S S R . A C A D E M I A D E CIENCIAS. Soviet studies in sociology. Moscú, Academia de Ciencias, Sociologia 1979. 203 p . (Problemas del m u n d o contemporáneo, 74.) C A N A P A , Marie-Paule. La Yougoslavie. Paris, Presses " W o m e n and the politics of culture/Les femmes et la Universitaires de France, 1980. 127 p . Cuapolitique de la culture", por Barbara Roberts dros. (Que sais-je?.) y Ceta Ramkhalawansing (dir. publ.). RFR C O U G H L I N , Richard M . Ideology, public opinion and resources for feminist research/DRF documenwelfare policy. Berkeley, Institute of Intertation sur la recherche féministe, 8(3), pt. 2, national Studies, 1980. 195 p . Figs. Cuadros, noviembre de 1979. 135 p . índice. (Research series, 42.) Filosofía

D A V I S O N , Peter; M E Y E R S O H N ,

Rolf; SHILS, Edward

(dir. publ.). The sociology of literature, Demografía vol. 6: literary taste, culture and mass communication. Cambridge, Chadwyck-Healey G A B U R R O , Guiseppe. Crescita demográfica e sviluppo Ltd., 1978. 360 p . Figs. económico ottimale: un'analisl teórica. Padua, DuTRÉNiT, Jean-Marie (dir. publ.). Sociologie et C E D A M , 1979. 292 p. Figs. Cuadros. compréhension du travail social. Toulouse, Bibliogr. índice. Privat éditeur, 1980. 294 p . Figs. Cuadros. HoDiN, Jacques. Pour que l'homme demeure. H a m burgo, Les Éditions Maurice Moreau, 1980. Ciencias políticas . 155 p. K I M B A L L , Solon T . ; P A R T R I D G E , William. The craft T H E L O N D O N INSTITUTE O F W O R L D A F F A I R S . The of community study: fieldwork dialogues. year book of world affairs, 1980. Londres, Gainesville, University of Florida, 1979. Stevens & Sons, 1980. 361 p . índice.

Rev. int. de cieñe, soc, vol. X X X I I (1980), n.» 3

Libros recibidos

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Publicaciones recientes de la Unesco (incluidas las auspiciadas por la Unesco)*

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* C ó m o obtener estas publicaciones: a) Las publicaciones de la Unesco que lleven precio pueden obtenerse en la Oficina de Prensa de la Unesco, Servicio Comercial ( P U B / C ) , 7 , Place de Fontenoy, 75700 París, o en los distribuidores nacionales; b) las publicaciones de la Unesco que no lleven precio pueden obtenerse gratuitamente en la Unesco, División de Documentos ( C O L / D ) ; c) las co-publicaciones de la Unesco pueden obtenerse en todas aquellas librerías de alguna importancia.

Rev. int. de cieñe, soc, vol. X X X I I (1980), n.» 3

PUBLICACIONES DE LA UNESCO: AGENTES DE VENTA África del Sur

Van Schaik's Bookstore (Pty.) Ltd., Libri Building, Church Street, P.O.

Albania Alemania (Rep. Fed.)

Alto Volta Antillas francesas Antillas holandesas Argelia Argentina Australia

Box 724, P R E T O R I A .

N . Sh. Botimeve Nairn Frasheri, T I R A N A . S. Karger G m b H , Karger Buchhandlung, Angerhofstr. 9, Postfach 2 D-8034 G E R M E R I N O / M Ü N C H E N . "El Correo", edición alemana solamente: Colmantstrasse 22, 5300 B O N N . Para los mapas científicos solamente: Geo Center, Postfach 800830, 7000 S T U T T O A R T 80. Librairie Attie, B . P . 64, O U A G A D O U G O U . Librairie catholique " Jeu nesse d'Afrique", O U A G A D O U G O U . Librairie " A u Boul' Mich", 1, rue Perrinon et 66, avenue du Parquet, 97200 F O R T - D E - F R A N C E (Martinica). G . C . T . V a n Dorp-Eddine N . V . , P . O . B o x 200, W I L L E M S T A D (Curaçao, N . A . ) . Institut pédagogique national, 11, rue Ali-Haddad (ex-rue Zaâtcha), A L G E R . Société nationale d'édition et de diffusion ( S N E D ) , 3, b o a levard Zirout Youcef, A L G E R . E D I L Y R S . R . L . , Tucumán 1685, 1050 B U E N O S A I R E S . Educational Supplies Pty. Ltd., P . O . Box 33, Brookvale 2100, N . S . W , Publicaciones periódicas: Dominie Pty. Ltd., P . O . Box 33, Brookvale 2100 N . S . W . Subagente: United Nations Association of Australia, Victorian Division, 2nd Floor, Campbell House, 100 Flinders St., M E L B O U R N E 3000.

Austria Bangladesh Bélgica Benin Birmânia Bolivia Brasil

Bulgaria Canadá Colombia

D r . Franz Hain, Verlags- und Kommissionsbuchhandlung, Indus triehof Stadlau, D r . Otto-Neurath-Gasse 5, 1220 W I E N . Bangladesh Books International Ltd., Ittefaq Building, 1 R . K . Mission Road, Hatkhola, D A C C A 3. Jean D e Lannoy, 202, av. du Roi, 1060 B R U X E L L E S . C e p 000 0070823-13. ' Librairie nationale, B . P . 294, P O R T O N O V O .

Trade Corporation no. (9), 550-552 Merchant Street, R A N G O O N . Los Amigos del Libro: casilla postal 4415, L A P A Z ; Avenida de las Heroinas 3712, casilla 450, C O C H A B A M B A . Fundação Getúlio Vargas, Serviço de Publicações, Caixa postal 9.052-ZC-02, Praia de Botafogo 188, Rio D E JANEIRO R J ( G B ) . Carlos Rohden, Livros e Revistas Técnicos Ltda., Avda. Brigadeiro Faria Lima 1709, 6.» andar, caixa postal 5004, SÃO P A U L O . H e m u s , Kantora Literatura, bd. Rousky 6, SOFIJA. Renouf Publishing Company Ltd., 2182 St. Catherine Street West, MONTREAL, Que. H3H 1 M 7 . Editorial Losada Ltda., calle 18A, n.°* 7-37, apartado aéreo 5829, BOGOTA.

Subdepóslto: Edificio La Ceiba, oficina 804, calle 52, n.° 47-28, MEDELLÍN.

Congo República de Corea

Librairie populaire, B . P . 577, BRAZZAVILLE. Korean National Commission for Unesco, P . O . Box Central 64, SEOUL.

Costa Rica , Costa de Marfil

Librería Trejos, S.A., apartado 1313, S A N José. Centre d'édition et de diffusion africaines, B . P . 4541, ABIDJAN P L A TEAU.

Cuba Checoslovaquia Chile China

Ediciones Cubanas, O'Reilly n." 407, L A H A B A N A . S N T L , Spalena 51, P R A H A 1 (exposición permanente). Zahranicni literatura,. 11 Soukenicka, P R A H A 1. Para Eslováquia solamente: Alfa Verlag, Publishers, Hurbanovo nam. 6, 89331 BRATISLAVA. Bibliocentro Ltda., Constitución n.' 7, casilla 13731, S A N T I A G O (21). . China National Publications Import Corporation, West Europe Department, P . O . B o x 88, P E K I N G

Chipre Dinamarca República Dominicana Ecuador

Egipto El Salvador España

" M A M " , Archbishop Makarios, 3rd Avenue, P . O . Box 1722, N I C O S I A . Munksgaard Export and Subscription Service, 35 Norre Sogade, DK 137OK0BENHAVNK. Librería Blasco, avenida Bolivar n.° 402, esq. Hermanos Deligne, SANTO DOMINGO. Publicaciones periódicas solamente: R A Y D de Publicaciones, García 420 y 6 de Diciembre, casilla de correo 3853, Q U I T O . Libros solamente: Librería Pomaire, Amazonas 863, Q U I T O . Todas las publicaciones: Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, Pedro Moncayo y 9 de Octubre, casilla de correo 3542, GUAYAQUIL.

Unesco Publications Centre, 1 Talaat Harb Street, CAIRO. Librería Cultural Salvadoreña, S . A . , calle Delgado n." 117, apartado postal 2296, S A N S A L V A D O R . Mundi-Prensa Libros S . A . , apartado 1223, Castelló 37, M A D R I D 1. Ediciones Liber, apartado 17, Magdalena 8, O N D A R R O A (Vizcaya). D O N A I R E , Ronda de Outeiro 20, apartado de correos 341, L A

Estados Unidos de América Etiopía

C O R O N A . Librería AI-Andalus, Roldana 1 y 3, S E V I L L A 4 . Librería Castells, R o n d a Universidad 13, B A R C E L O N A 7 . Unipub, 345 Park Avenue South, N E W Y O R K , N . Y . , 10010. Para "El Correo" en español: Santillana Publishing C o m p a n y Inc., 575 Lexington Avenue, N e w York, N . Y . 10022. Ethiopian National Agency for Unesco, P . O . B o x 2996, A D D I S ABABA.

Filipinas Finlandia Francia Ghana

Grecia Guatemala Haiti Honduras Hong Kong Hungría India

The Modern Book Co., 926 Rizal Avenue, P . O . Box 632, M A N I L A D-404. Akateeminen Kirjakauppa, Keskuskatu 1, 00100 HELSINKI 10. Librairie de l'Unesco, 7, place de Fontenoy, 75700 PARIS; C C P Paris 12598-48. Presbyterian Bookshop Depot Ltd., P . O . Box 195, A C C R A . Ghana Book Suppliers Ltd., P . O . Box 7869, A C C R A . The University Bookshop of Ghana, A C C R A . The University Bookshop of Cape Coast. The University Bookshop of Legon, P . O . Box 1, L E G O N . Grandes librairies d'Athènes (Eleftheroudakis, Kauffinan, etc.). Comisión Guatemalteca de Cooperación con la Unesco, 3. a avenida 13-30, zona 1, apartado postal 244, G U A T E M A L A . Librairie " A la Caravelle", 26, rue Roux, B . P . Ill, P O R T - A U PRINCE.

Librería Navarro, 2. a avenida n.° 201, Comayaguela, TEGUCIGALPA. Federal Publications (HK) Ltd., 5 A Evergreen Industrial Mansion, 12 YIP F A T Street, Wong Chuk Hang Road, ABERDEEN. Swindon Book Co., 13-15 Lock Road, K O W L O O N . Akadémiai Könyvesbolt, Váci u. 22, BUDAPEST V . A . K . V . Könyvtárosok Boltja, Népkõztársaság utja 16, BUDAPEST VI. Orient Longman Ltd.: Kamani Marg, Ballard Estate, B O M B A Y 400038; 17 Chittaranjan Avenue, C A L C U T T A 13; 36 A Anna Salai, Mount Road, M A D R A S 2; B-3/7 Asaf Ali Road, N E W D E L H I 1; 80/1 Mahatma Gandhi Road, BANGALORE-560001; 3-5-820 Hyderguda, H Y D E R A BAD-500001.

Indonesia Irán

Iraq Irlanda Islanda Israel Italia Jamahiriya Árabe Libia Jamaica

SubdepósUos: Oxford Book and Stationery C o . , 17 Park Street, C A L C U T T A 700016, el Scindia House, N E W D E L H I 11000I; Publications Section, Ministry of Education and Social Welfare, 511 C-Wing, Shastri Bhavan, N E W D E L H I 110001. Bhratara Publishers and Booksellers, 29 Jl. Oto Iskandardinata HI, JAKARTA. Gramedia Bookshop, JI. Gadjah Mada 109, JAKARTA. Indira P.T., Jl. Dr. Sam Ratulangie 37, JAKARTA PUSAT. Commission nationale iranienne pour l'Unesco, avenue Iranchahr Chômait n" 300, B.P. 1533, T É H É R A N . Kharazmie Publishing and Distribution Co., 28 Vessal Shirazi Street, Enghélab Avenue, P . O . Box 314/1486, T É H É R A N . McKenzie's Bookshop, Al-Rashid Street, B A G H D A D . The Educational Company of Ireland Ltd., Ballymount Road, Walkinstown, D U B L I N 12. Snaebjörn Jonsson & Co., H . F., Hafnarstraeti 9, REYKJAVIK. A . B . C . Bookstore Ltd., P . O . Box 1283, 71, Allenby Road, Tel Aviv 61000. LICOSA (Librería Commissionaria Sansoni S.p.A.), via Lamarmora 45, casella postale 552, 50121 FIRENZE. Agency for Development of Publication and Distribution, P . O . Box 34-35, TRIPOLI. Sangster's Book Stores Ltd., P . O . Box 366, 101 Water Lane, KINGSTON.

Japón Jordania Kenya Koweit Lesotho Líbano Liberia Liechtenstein Luxemburgo Madagascar Malasia

Eastern Book Service Inc., C . P . O . Box 1728, T O K Y O , 100 91. Jordan Distribution Agency, P.O.B. 375, A M M A N . East African Publishing House, P . O . Box 30571, NAIROBI. The Kuwait Bookshop Co. Ltd., P . O . Box 2942, K U W A I T . Mazenod Book Centre, P . O . M A Z E N O D . Librairies Antoine A . Naufal et frères, B.P. 656, B E Y R O U T H . Cole and Yancy Bookshops Ltd., P . O . Box 286, M O N R O V I A . Eurocan Trust Reg., P . O . Box 5, S C H A A N . Librairie Paul Brück, 22, Grand-Rue, L U X E M B O U R G . Commission nationale de la République démocratique de Madagascar pour l'Unesco, B.P. 331, TANANARIVE. Federal Publications, Sdn. B h d . , Lot 8238 Jalan 222, Petaling Jaya, SELANGOR.

Mali Malta Marruecos

Mauricio Mauritania

Librairie populaire du Mali, B.P. 28, BAMAKO. Sapienzas, 26 Republic Street, VALLETTA. Todas las publicaciones: Librairie " A u x belles images", 281, avenue M o h a m m e d - V , R A B A T ( C C P 68-74). "El Correo ' solamente (para los docentes): Commission nationale marocaine pour l'Unesco, 19, rue Oqba, B.P. 420, AoDAL R A B A T (CCP 324-45). Nalanda Co. Ltd., 30 Bourbon Street, PORT-LOUIS. G R A . LI. C O . M A . , 1, rue du Souk X , Ave. Kennedy, N O U A K C H O T T .

México

S A B S A , Insurgentes Sur n.« 1032-401, M É X I C O 12, D . F . Librería "El Correo de la Unesco", Actipán 66, Colonia del Valle, M É X I C O 12, D . F .

Mónaco Mozambique Nicaragua Niger

Nigeria Noruega

British Library, 30, boulevard des Moulins, M O N T E - C A R L O . Instituto Nacional do Livro e do Disco (INLD), avenida 24 de Julho 1921, r/c e 1.» andar, M A P U T O . Librería Cultural Nicaragüense, calle 15 de Septiembre y avenida Bolívar, apartado n.° 807, M A N A G U A . Librairie Mauclert, B . P . 868, N I A M E Y . The University Bookshop of Ife. The University Bookshop of Ibadan, P . O . Box 286, I B A D A N . The University Bookshop of Nsukka. The University Bookshop of Lagos. The A h m a d u Bello University Bookshop of Zaria. Todas las publicaciones: Johan Grundt T a n u m , Karl Johans Gate 4 1 / 4 3 , O S L O 1. "El Correo" solamente: A / S Narvesens Litteraturtjeneste, Box 6125, O S L O 6.

Nueva-Caledonia Nueva Zelandia

Reprex, S A R L , B.P. 1572, N O U M É A . Government Printing Office, Government Bookshops: Rutland Street, P . O . Box 5344, A U C K L A N D ; 130 Oxford Terrace, P . O . Box 1721, C H R I S T C H U R C H ; Alma Street, P . O . Box 857, H A M I L T O N ;

Princes Street, P . O . Box 1104, D U N E D I N ; Mulgrave Street, Private Bag, W E L L I N G T O N .

Países Bajos Paquistán

Keesing Boeken B. V., Hondecoeterstraat 16, 1017 LS A M S T E R D A M . Mirza Book Agency, 65 Shahrah Quaid-e-azam, P . O . Box 729, LAHORE-3.

Panamá Paraguay

Empresa de Distribuciones Comerciales S.A. (EDICO), apartado postal 4456, P A N A M Á Z O N A 5; Agencia Internacional de Publicaciones S.A., apartado 2052, P A N A M A 1. Agencia de Diarios y Revistas, Sra. Nelly de García Astillero, Pte. Franco n.» 580, A S U N C I Ó N .

Peni Polonia Portugal Puerto Rico Reino Unido Rep. D e m . Alemana

Editorial Losada Peruana, Jirón Contumaza 1050, apartado 472, L I M A . Ars-Polona-Ruch, Krakowskie Przedmiescie 7, 00-068 W A R S Z A W A ; ORPAN-Import, Palac Kultury, 00-901 W A R S Z A W A . Dias & Andrade Ltda., Livraria Portugal, rua do Carmo 70, LISBOA. Librería "Alma Mater" Cabrera 867, Rio PIEDRAS, Puerto Rico 00925. H . M . Stationery Office, P . O . Box 569, L O N D O N , SEI 9 N H ; Government bookshops: London, Belfast, Birmingham, Bristol, Cardiff, Edinburgh, Manchester. Librairies internationales ou Buchhaus Leipzig, Postfach 140, 701 LEIPZIG.

Rep. Unida del Camerún Rhodesia del Sur Rumania

Le Secrétaire général de la Commission nationale de la République unie du Cameroun pour l'Unesco, B.P. 1600, Y A O U N D E . Textbook Sales (PVT) Ltd., 67 Union Avenue, SALISBURY. ILEXIM, Romlibri, Str. Biserica Amzei n« 5-7, P . O . Box 134-135, BUCURESTI. Abonos a las publicaciones periódicas: Rompresfilatelia, calea Victoriei nr. 29, B U C U R E S T I .

Senegal Seychelles Sierra Leona Singapur República Árabe Siria

La Maison du livre, 13, avenue R o u m e , B . P . 20-60, D A K A R . Librairie Clairafrique, B . P . 2005, D A K A R . Librairie "Le Sénégal", B . P . 1594, DAKAR. N e w Service Ltd., Kingstate House, P . O . Box 131, M A H E . Fourah Bay, Njala University and Sierra Leone Diocesan Bookshop, FREETOWN. Federal Publications (S) Pte Ltd., N o . 1 N e w Industrial R o a d , off Upper Paya Lebar R o a d , S I N G A P O R E 19. Librairie Sayegh, Immeuble Diab, rue du Parlement, B . P . 704, DAMAS.

Somalia Sri Lanka

Modern Book Shop and General, P . O . Box 951, M O G A D I S C I O . Lake House Bookshop, Sir Chittampalam Gardner Mawata, P . O . Box 244, C O L O M B O 2.

Sudán Suécia

Al Bashir Bookshop, P . O . Box 1118, K H A R T O U M . Todas las publicaciones: A / B C E . Fritzes Kungl. Hovbokhandel, Fredsgatan 2, Box 16356, S-103 27 S T O C K H O L M 16. "El Correo" solamente: Svenska FN-Fõrbundet, Skolgrãnd 2, Box 150 50, S-104 65 S T O C K H O L M .

Suiza

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Dar es Salaam Bookshop, P . O . Box 9030, D A R ES S A L A A M . Nibondh and C o . , Ltd., 40-42 Charoen Krung Road, Siyaeg Phaya Sri, P . O . Box 402, B A N G K O K . Suksapan Panit, Mansion 9, Rajdamncrn Avenue, B A N G K O K . Suksit Siam C o m p a n y , 1715 R a m a TV R o a d , BANGKOK. Librairie évangélique. B . P . 378, L O M É . Librairie du B o n Pasteur, B.P.

Trinidad y Tobago

1164, L O M É . Librairie moderne, B . P . 777, L O M É .

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Túnez Turquía Uganda URSS Uruguay Venezuela

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Société tunisienne de diffusion, 5, avenue de Carthage, T U N I S . Haset Kitapevi A . S., Istiklâl Caddesi n» 469, Posta Kutusu 219, Beyoglu, I S T A M B U L . , Uganda Bookshop, P . O . Box 145, K A M P A L A . Mezhdunarodnaja Kniga, M O S K V A G-200. Editorial Losada Uruguaya, S . A . , Maldonado 1092, M O N T E V I D E O . Librería del Este, avenida Francisco de Miranda, 52, Edificio Galipán, apartado £0337, C A R A C A S . La Muralla Distribuciones S . A . , 4. a avenida de los Palos Grandes, entre 3. a y 4 . a transversal, Quinta, " I R E N A L I S " , C A R A C A S 106. Jugoslovenska Knjiga, Trg Republike 5/8, P . O . B . 36, 11-001 B E O G R A D . Drzavna Zalozba Slovenije, Titova C 25, P . O . B . 50-1, 61-000 L J U B L J A N A . La Librairie, Institut national d'études politiques, B . P . 2307, K I N S H A S A . Commission nationale zaïroise pour l'Unesco, Commissariat d'État chargé de l'éducation nationale, B . P . 32, K I N S H A S A .

BONOS D E LIBROS D E LA UNESCO Utilicen ustedes los bonos de libros de Ia Unesco para adquirir obras y periódicos de carácter educativo, científico o cultural. Para toda información complementaria, pueden ustedes dirigirse al Servicio de Bonos de la Unesco, 7, place de Fontenoy, 75700 Paris.

Los números aparecidos A partir de 1978 esta Revista se ha publicado regularmente en español. Cada número está consagrado a un tema principal.

Vol. XXX, 1978 N . ° 1 La territorialidad: parámetro político N . ° 2 Percepciones de la interdependencia mundial N . ° 3 Viviendas humanas: de la tradición al modernismo N . ° 4 La violencia Vol. XXXI, 1979 N . ° 1 L a pedagogía de las ciencias sociales: algunas experiencias N . ° 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales N . ° 3 Modos de socialización del niño N . ° 4 E n busca de una organización racional Vol. XXXII, 1980 N . ° 1 Anatomía del turismo N . ° 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología contra comunidades?

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