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TEMA 11: LA PINTURA Y EL MOSAICO LA PINTURA MURAL. LA PROBLEMÁTICA DE LOS CUATRO ESTILOS POMPEYANOS. 1- ANTECEDENTES DE LA PINTURA MURAL. INFLUENCIA GRIEGA Y ETRUSCA. LA IMPORTANCIA DE LA PINTURA DE PAISAJE ROMANA EN LA GESTACIÓN DE LA PINTURA MURAL DE ROMA. Roma desarrollará y culminará la pintura mural Etrusca. Los restos conservados son escasos, ya que fue realizada durante solo dos siglos y éstos fueron dispersos por las provincias, con lo que su estudio también se hará más complejo. En Pompeya es donde se encuentran los principales ejemplos, y muy pocos los del periodo adrianeo en la Roma oriental o del arte del primer cristianismo. Heredará de griegos y etruscos el gusto por la decoración mural de las habitaciones, tanto de viviendas particulares como de palacios o cámaras funerarias, enriqueciendo las estancias y disimulando los materiales pobres. También heredan la técnica del fresco, perfeccionándola, aplicando más capas de cal e incluso algunos colores ya en seco (azul). En cuanto a la forma, la tomaron de la cerámica griega y de pinturas de cámaras funerarias etruscas, adaptándola a su espíritu y su estética. Sentarán las bases de su estilo en el que predomina la línea, el sombreado de los volúmenes, el gusto por el perfil, contrastes de colores en planos independientes o la presencia de motivos geométricos como grecas estructurando las escenas. Nos tenemos que limitar a hacer una idea de su magnitud e importancia estudiando sus antecesores: la pintura de cuadros históricos y de paisajes. Destacar a Favio Pictor (siglo IV a.C.) pintor decorador de templos, de origen romano, y posteriormente Marco Pacuvio (siglo II a.C.) adscrito a la tradición griega. Los pintores se dividirán según su estilo en escuelas o corrientes: la latina u occidental y la helenizante u oriental. En cuanto a temática, estará centrada en la historia, representando hazañas y victorias de su expansión política, con ejemplos también en murales. En la República, la temática histórica tendrá mayor desarrollo 1
apareciendo la pintura de paisaje y el primer estilo pompeyano. Estos dos temas, el histórico y paisajístico, serán fundamentales en la pintura mural y en el mosaico. La pintura de historia, realizada en cuadros, decoraba las estancias, aunque también podía llevarse en los desfiles conmemorativos de victorias o en entradas triunfales. Propaganda de los ideales y virtudes del Imperio Romano, se constituyó como medio para representar un acontecimiento histórico acontecido en un momento exacto, en un tiempo, lugar y con unos protagonistas determinados provocando un mayor desarrollo del realismo en los rostros o vestidos, y una mayor adecuación espacial. Nacerá el retrato y se introducirán logros en cuanto a representación de espacios y perspectiva. Lo mismo sucederá con la pintura paisajística apareciendo cuadros cartográficos en los que se representará su territorio, países conquistados o paisajes, llevando de la mano al interés por la naturaleza como un motivo decorativo independiente y no solo escenario de acontecimientos históricos. Estos dos tipos de pintura serán conceptualmente los antecedentes de la mural, de carácter meramente decorativo. Aunque influenciada al principio por temas griegos y etruscos, enseguida el pueblo romano introduciría sus valores y creencias en la temática, cultos mistéricos, representaciones circenses, de gladiadores, etc. Destacar el interés por la escenografía y el paisaje, siendo en Pompeya donde tuvo sus principales manifestaciones. 2- POMPEYA Y LOS CUATRO ESTILOS DE PINTURA MURAL. Los frescos que se conservan en Pompeya son de gran riqueza cromática, compositiva y temática. Su originalidad y minuciosa factura hacen pensar que debió existir un número elevado de pintores e importantes talleres. Muestran una evolución en sus estilos resultado de experimentación en la técnica y en las formas. Hubo un primer seísmo en el año 63 a.C. que supondrá la reconstrucción de parte de la ciudad, hasta que en el año 79 d. C. será sepultada por completo debido a la erupción del Vesubio. Las 2
excavaciones que sacaron a la luz esta ciudad comenzaron en el siglo XVIII llegando hasta nuestros días, mostrando entre otras construcciones, viviendas de varios tipos en las cuales se han recuperado gran parte de pinturas murales y mosaicos constituyendo la mayor manifestación plástica de la antigüedad romana. Según su progreso a lo largo del tiempo, los frescos se dividen en cuatro grupos: - Primer estilo pompeyano o estilo de incrustación (mitad del siglo II a. C. hasta principios del I a. C.). Sus antecedentes van desde Egipto a Grecia. Caracterizado por su intento de imitación de los materiales arquitectónicos más ricos como mármol, jaspes o pórfidos, simulando el recubrimiento de paredes de mármol de los edificios más suntuosos. Será doblemente decorativo en tanto que es pintura mural y en tanto que simula otro tipo de ornamentación. Los simulacros de planchas suelen estar delimitados con estuco y organizados en tres franjas. En la parte superior se coloca una cornisa volada y en la inferior un basamiento. Imitarán tanto a las vetas marmóreas como a sus colores, pilastras e incluso zócalos. Estilo dedicado al proceso de construcción y subordinado a la arquitectura. Los mejores ejemplos se encuentran en la Casa Samnita de Herculano, bajo el Palacio Flavio del Palatino en Roma o la Casa de Sallustio y del Fauno en Pompeya. - Estilo arquitectónico o de perspectiva arquitectónica. Se inicia con Sila y se impone en el reinado de Augusto, a lo largo de todo el siglo I a. C. desplazando al anterior por su mayor realismo e incorporación de escenas figurativas. Aunque sigue representando placas de mármol, zócalos y pilastras, ahora incorpora la perspectiva, con elementos arquitectónicos más complejos como el arco, columnas, frisos, entablamientos, ventanas, puertas, etc. Esto permite una ilusión de profundidad, prolongando el espacio interior hacia otros imaginarios, podía asomarse a la naturaleza, paisaje urbano, calles o edificios constituyendo un trompe l`oeil fundamentalmente romano. 3
Destacará también la ampliación de la gama cromática otorgando contrastes lumínicos junto a los planos de profundidad. Como mejores ejemplos la Casa del Laberinto, Villa Boscoreale y Villa de los Misterios, todas en Pompeya. En cuanto a temática, estará caracterizada por las últimas manifestaciones helénicas, con escenas mitológicas de iconografía dionisíaca como la de la Villa de los Misterios, en la que además la forma y composición de los personajes también serán de corte clásico. - Estilo mixto o estilo ornamental. Nace y se desarrolla en el siglo I a. C. hasta los años anteriores al terremoto (reinado de Augusto). Considerado como una síntesis de sus predecesores, daría paso al cuarto estilo pompeyano. Se caracteriza por continuar con la arquitectura pero de un modo más abstracto, con unas arquitecturas más planas y desmaterializadas. Desarrollará al máximo los elementos decorativos con motivos vegetales, animales, candelabros o pequeñas referencias mitológicas llevando la irrealidad hasta un extremo exagerado. Con el paso del tiempo esto se irá atenuando. Como ejemplos los frescos pompeyanos del Museo Arqueológico de Nápoles, Casa del Bicentenario de Herculano y Casa de Libia del Palatino. - Cuarto estilo o estilo ilusionista. Nace en tiempos de Nerón y se desarrolla hasta la erupción volcánica que acaba con la ciudad. Surgido tras el terremoto, cubrió los nuevos muros reconstruidos siendo superior la cantidad de ejemplos conservados. Caracterizado por su espontaneidad y agilidad, tiene motivos arquitectónicos a modo del segundo estilo. Las arquitecturas y espacios aparecen como escenarios teatrales llenos de cortinajes, guirnaldas, máscaras, telas, etc. Como ejemplos el fresco conservado en el Museo Arqueológico de Nápoles y en Pompeya la Casa de los Vetii, la Casa de Lucrecio Fronto, con su sala del tablinium la más representativa del estilo, de
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imitación de paneles marmóreos y paisajes a modo de cuadros. También la Casa de los Vetii. 3- EXPANSIÓN DE LOS ESTILOS POMPEYANOS: ROMA. LA DOMUS AUREA Y
EL CUARTO ESTILO DE PINTURA MURAL. La Domus Aurea es el ejemplo mejor conservado en Roma del cuarto estilo pompeyano pero establecerá algunas diferencias. Sus pinturas se atribuyen a Fabullus, así como la coordinación de los numerosos artistas que en él participaron, en concreto, son suyas realizaciones de las escenas mitológicas y estucos. A diferencia de las pompeyanas, tienen un predominio del blanco como color de fondo y los motivos están representados en tonalidades claras. Tampoco se desarrollan las escenas mitológicas a gran escala, sino a tamaño menor, debido a la compartimentación de las escenas por la gran superficie a cubrir y la supeditación del universo a Nerón, llenando las paredes de personajes secundarios como sacerdotes, ménades, sátiros, nereidas, gorgonas, monstruos marinos, etc, tanto en salas principales, como pasillos e incluso subterráneos, con predominancia del cuarto estilo. Se han conservado dos sectores, en los que el cuarto estilo se utilizará de muy diferente forma. El lado Este, reservado para el emperador y su familia, presenta una mayos suntuosidad y desarrollo de sus pinturas. El color dorado, hecho con pan de oro, se refuerza con el uso de vivos colores, rojo, verde, azul o amarillo, apareciendo en paredes y techos repetidas veces: de ahí el nombre de Domus Aúrea. El estuco es habitual en esta parte, ofreciendo así el relieve una mayor perspectiva. Las salas están distribuidas en torno a la sala octogonal principal. A este lado pertenece el “Techo de Oro”, con una división compartimental haciendo figuras geométricas, las cuales se despliegan a partir del centro, en el que hay una escena mitológica principal en forma de medallón. En el resto de compartimentos las escenas serán de menor categoría, dependiendo de la central, con un juego de colores que le dan esa gran suntuosidad. En el “Corredor de las Grandes Figuras”, las arquitecturas del cuarto estilo representadas (arquitecturas con ingrávidas y alargadas columnas, de puesta en escena teatral) ampliarán 5
espacialmente el pasillo albergando a modo de guardianes, personajes de considerable tamaño. El lado Oeste, contrasta con el anterior por su mayor sobriedad, con fondos blancos en su mayoría y de motivos simples y sin agrupar, representándose a modo de miniatura, aislados y simétricamente, dando la sensación de elementos flotantes en espacios blancos vacíos. A este lado pertenece la “Sala de los Pasajes”, en ella, la ilusión arquitectónica se limita a ser marco de los motivos representados en fondos blancos compartimentados e independientes unos de otros. Con escenas sencillas como cráteras colgantes, faisanes paseando sobre las grecas, figuras mitológicas, motivos vegetales o falsos cuadros. Las pinturas más complejas son las enmarcadas, jugando a tener un soporte real, con una perspectiva más desarrollada y gama cromática mayor. LOS RETRATOS DEL FAYUM La pintura de caballete también alcanzó el mismo desarrollo que la mural. Tuvo mucho éxito debido a su menor coste, rápida realización y su facilidad de transporte, poblando tanto el interior como el exterior de las viviendas. Las escenas pintadas fueron de diverso tipo: bodegones, escenas de vida cotidiana, profesionales o del teatro. La clase media buscaría inmortalizar valores y costumbres, naciendo el retrato. Se conservan retratos procedentes de Pompeya, pero sin duda los realizados en los talleres egipcios del Fayum son los de mayor calidad, además de los más numerosos, conservándose más de seiscientos ejemplares. Su producción estuvo ligada a sus creencias religiosas. Con una función funeraria, los retratos se realizaban para colocarse a la altura de la cabeza de los momificados, sujetándose con tiras de lienzo, usando como técnica el temple, encáustica, la cera fundida o la técnica mita. Con la llegada de los romanos esta producción se intensifica hasta el siglo IV en el que desaparece por completo. El deseo de conmemorar al difunto explica la idealización con que fueron concebidos: hombre y mujeres representados en su juventud, en la plenitud de su vida, con los rasgos fisonómicos y expresiones propias características.
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El ejemplo más antiguo conservado nos remite a finales del siglo I a. C. y principio del I d.C. conservado en el Museo de Bellas Artes de Moscú. Aunque no es una de las de mayor calidad, se aprecian ya los rasgos característicos: cuerpo de frente, cabeza girada, intensa mirada frontal de ojos ovalados intencionadamente y fuerte individualización física. Con el paso del tiempo se representarán con más atributos referidos a su posición social, profesión o procedencia, e inscripciones de su nombre, transmitiendo incluso hasta sus estados anímicos. La variedad de peinados, joyas, camisas, describen las costumbres y modas. Como ejemplos el retrato de una niña con trenzas, con sensación de inocencia, y rasgos propios egipcios, cabello ondulado, largas pestañas, cejas pobladas y nariz no idealizada; también destacar el retrato de un hombre del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York o de la mujer con pendientes de Harvard. La mayoría fueron realizados con la técnica de la encáustica, usando la resistencia de la cera como aglutinante para proporcionar un acabado resistente. Su mezcla con pigmentos daba una pasta densa que condicionará los trazos gruesos sin impedir la espontaneidad. EL MOSAICO: TÉCNICAS DE PAVIMENTACIÓN Y ESCUELAS MUSIVARIAS Su función fue la misma que la de la pintura decorativa: decorar las estancias de edificios. Su temática, modo de composición o formas de sus escenas, hacen que se estudie en la misma línea que la pintura. Técnica antigua remontada a los tiempos de Mesopotamia y Egipto, será introducida por los mosaistas griegos. Los romanos la desarrollarán hasta llevarla a su máxima expresión, adaptándola a sus necesidades e ideologías, mostrando mayor predilección por el realizado en suelos. Su técnica fue heredera de la griega, con incorporación de los nuevos materiales romanos descubiertos como el cemento. Las piezas, que solían ser del mismo tamaño, medían alrededor de medio centímetro, llegando a alcanzar hasta dos. Eran de mármol, vidrio, azulejos, cerámicas, piedra o ladrillo, constituyendo las teselas y realizando el “opus tessellatum”.
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Tras un proceso de alisamiento se aplicaba una capa de cemento líquido o mortero, colocándose las teselas con la capa todavía húmeda, a lo que posteriormente se daba una última aplicación de mortero y piezas marmóreas para rellenar. Luego se limpiaba y tras su secado se pulía. En su realización intervenían numerosos artistas especializados en sus diferentes fases. Un pintor realizaba el cartón o diseño inicial y otro se encargaba de pasar el diseño a la superficie, otra persona cortaba las teselas, otra las incrustaba y así hasta el acabado. Por lo general no han sido firmados, las pocas excepciones probablemente aluden al pintor o al responsable de colocar las teselas. Sus técnicas de pavimentación fueron cuatro fundamentalmente: - Opus signinum. Nacido en Lazio Signina, con la arcilla como material característico; creaba el pavimento a través de polvo de ladrillo y teja sobre el que se incrustaban sencillos motivos incrustando teselas. - Opus sectile. Considerado más una taracea, encajaba piezas de mármol realizando motivos vegetales, animales o geométricos. - Opus tesellatum. Con capa de mortero y aplicación de las teselas. - Opus Vermicullatum. Igual que el anterior pero con las teselas de menor tamaño; ello provocó una mayor exactitud en la reproducción de los dibujos, sus contornos y formas. Las teselas se agrupaban formando líneas onduladas. Procedía de la tradición helenística obteniendo gran desarrollo a partir de la incorporación de motivos de mayor complejidad: mosaico de emblematas. Según su temática lo clasificamos en cuatro tipos: - Mosaico de alfombra. Gran desarrollo en la primera mitad del siglo II d. C. con Adriano. Predominan los motivos geométricos acompañados muchas veces por vegetales, procediendo de telas y tapices. Estructurado simétricamente a partir de formas cuadradas, romboides, circulares, etc. Generalmente en pavimentos. Ejemplos: Termas de Caracalla y en Itálica. - Mosaico de alfombra con emblemata. Variante más rica y culminación del anterior, de desarrollo posterior, finales del siglo II y principios del siglo III d. C. Incorpora a los temas geométricos y vegetales los “emblemata”: paneles que ocupaban la parte central del mosaico ya que albergaban las 8
escenas de mayor importancia, con mayor detallismo y teselas más pequeñas. La parte gruesa del mosaico se realizaba in situ directamente, pero los emblemata se hacían aparte y una vez acabados se transportaban a lugar destinado. Con escenas de diverso tipo y tamaño más reducido, evolucionan a objetos, animales, bustos, figuras humanas, alegorías y episodios mitológicos de la historia de Roma. Ejemplos: En el Museo Arqueológico de Córdoba, como el “ Mosaico de la Loba”. - Mosaico helenístico. Desde el siglo II hasta el IV d. C. Es el que más ejemplos ha conservado. Su temática recupera los cuadros helenos más importantes de obras de pintores apreciados, como Philoxenos y su “Batalla de Alejandro con Darío”, la cual se representa en el mosaico de la Casa del Fauno en Pompeya. En ésta se representa a Alejandro Magno en la batalla de Issos contra los persas con teselas de variados colores y pequeño tamaño. Otros ejemplos conservados: Mosaico de Teseo y el Minotauro en la Casa del laberinto de Pompeya, de unos frescos de Polignoto; en las termas de Sabratha, representaciones de cabezas de dioses del pintor Apolodoros, como Cabeza de Océanus; o Las Tres Gracias, inspirado en obras de Parrasios de Éfeso. - Mosaico costumbrista o de temática varia. Son muchos los ejemplos conservados siendo Pompeya la que destaca por su excelente calidad y cantidad de escenas, con un naturalismo y factura muy cuidada, destacando el de la escena callejera de músicos ambulantes, uno de los pocos firmados conservados. Tuvo mayor desarrollo en las residencias de clase media y sobre todo en las provincias del Imperio. Las escenas son de vida cotidiana, caza, luchas de anfiteatro o circenses, paisajes, etc. Dejan de lado la simetría y el orden de los anteriores para buscar el realismo de las escenas, siguiendo el estudio del movimiento con un enfoque naturalista (estudio de los animales en su medio, gladiadores en su lucha, pescadores en su oficio,…). También presenta un mayor desarrollo del paisaje dado que es el lugar donde se desarrollan las costumbres naturales y la vida del hombre, aunque condicionado a la técnica del mosaico y limitados por ella, experimentarán soluciones innovadoras.
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