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TÍTULO: PREVISIÓN Y SOCORROS MUTUOS DE AUXILIARES SANITARIOS. LARGO CAMINO DE LA PREVISIÓN Y SEGUROS MÚTUOS DE LOS PRACTICANTES ESPAÑOLES. Tomás Urien Blázquez Desamparo profesional. Esta sensación de desamparo e inseguridad siempre estuvo instalada en el sentir general. El periódico "La Voz de los Ministrantes" editado en Madrid en Febrero de 1867, cuenta que Pedro García Fulleda, Ministrante de Alarcón, provincia de Teruel, ha fallecido por una fiebre tifoidea que contrajo por asistir a enfermos del mismo mal, sin que a la viuda le haya quedado ningún socorro ni pensión. Estos y otros parecidos casos se repetían continuamente por aquellos tiempos y ya que los poderes públicos eran incapaces de organizar una seguridad social, los pioneros de cada profesión soñaban siempre con organizar unos socorros mutuos y un Montepío costeado directamente por ellos mismos. Después del éxito de la III Asamblea Nacional de Practicantes, que tuvo lugar en mayo de 1905, sin duda la mejor organizada de aquellos tiempos, la más representativa y la que definitivamente unió todas las organizaciones provinciales y regionales en una misma dirección unificada y firme que tenía, en cuanto a lo sanitario, cierto peso social en la sociedad. No cabe duda, que al igual que hoy lo es la Organización Colegial de Enfermería, de la que debemos sentirnos muy orgullosos también en aquellos tiempos se empezaron a considerar a los Practicantes, vistos por otros estamentos, como una organización colegial y profesional exitosa y con poderes de decisión. Aunque siempre, todo hay que decirlo, bajo cierta tutela médica. Lo mismo que los aparejadores, peritos y cualquier otra profesión que cuente con otro escalón superior. Aquella Junta Directiva, dirigía la recientemente nombrada Asociación General de Practicantes de España o Colegio Central y además el Colegio de Madrid. Pero Carlos Chies Castilla, su presidente, estaba falsamente apoyada en el órgano oficioso de de la revista La Cirugía Menor, de la que era Director y propietario. Por eso cuando su editorial de Agosto del mismo año titulado el Montepío, reivindica las mismas constantes que durante el medio siglo anterior lo han venido haciendo las flebotomianos y los nuevos practicantes, para lo que propone que los que se inutilicen para el trabajo o fallezcan se les atienda con un socorro de mil pesetas basado en unas cuotas de 50 céntimos mensuales, pero esta propuesta nunca se llevó a cabo, pues a los colegiados le era más apremiante acabar con aquella imposición de la revista que dirigía. Posteriormente en 1907, se aprueba un proyecto de Socorros mutuos presentado por Juan Antonio de Haro que es aprobado. En Sevilla, cuyo presidente era Santo Toribio, se propone en febrero de 1909 dirigirse a los Poderes Públicos rogándoles que las viudas de los practicantes fallecidos en épocas de epidemia sean incluidas en los beneficios que la Ley otorga a los médicos. La Asamblea General de Practicantes de Medicina y Cirugía, celebrada en Madrid en mayo de 1912, entre los acuerdos tomados figura la organización del Montepío General de Practicantes de España cuyos ponentes son los compañeros Santiago Reigón y Asenjo que indican procedimientos para hacerlo factible. Los señores Caro Lafont y Marco sin dejar de reconocer esta admirable idea, creen que es muy difícil llevarlo a la realidad. 1
En 1916 se publica el Reglamento General del Montepío de Practicantes y en su Artículo primero fija el domicilio social en esta corte, rigiéndose por la presente reglamentación constituyendo una Sociedad benéfica que se denominará: Montepío General de Auxiliares de Medicina y Cirugía de España. En octubre de 1923 se celebra en Sevilla la I Asamblea Nacional de Clases Sanitarias, de cuya Federación es presidente Fernando Ceballos. El representante de Madrid y su presidente Antonio González Cruz, pronuncia un elocuente discurso y refiriéndose a la ayuda mutua entre los practicantes dice: ...en muchos de estos Colegios, se conceden socorros pecuniarios a las familias de los compañeros que fallecen, en otros se conceden subsidios a los colegiados enfermos; un gran número de Colegios, cumplen funciones didácticas, proporcionando a sus asociados conocimientos superiores a los que oficialmente se les facilita; y todos estos colegios defienden por cuantos medios están a su alcance, los intereses morales y materiales de todos los Practicantes. En Junio de 1932 se convoca la GRAN ASAMBLEA NACIONAL DE CLASES SANITARIAS entre las que se encuentran la Federación Nacional de Practicantes, la de Odontólogos, Médicos, Matronas y las demás ramas. Entre sus objetivos esta La Previsión a base de estudiar la incorporación de todas las clases sanitarias a la actual Previsión Médica del Consejo Nacional de Colegios Médicos, ya que, se pensaba, que estas entidades económicas tienen más vitalidad y solvencia cuanto mayor es el número de afiliados. Asistieron por el Colegio de Practicantes José Saavedra, Antonio S. García del Real y Fernando Embid. Por el de Matronas África Biencinto, Rosa Mosa y María Suarez. Noto la ausencia de Mercedes Milá, no invitada, que ya era presidenta de las enfermeras. Los farmacéuticos y los odontólogos ingresan en la Previsión Médica Nacional con el mismo trato y derecho que los médicos. Finalmente, ante esta propuesta, ofrecida por una sola vez, el Colegio de Practicantes no pudo o no supo aprovechar esta oportunidad. Montepíos colegiales. De todo lo cual se deduce que algunos montepíos funcionaban en ciertos colegios pero de forma voluntaria y con las cuotas que se obligaban ellos mismos, aunque al final, poca ayuda no es estorbo, de poco les podía servir. Un ejemplo de estas cuotas y ayudas lo tenemos en el Colegio de Madrid, en su llamada: ASOCIACION MUTUO BENEFICA DEL COLEGIO OFICIAL DE PRACTICANTES DE MADRID SOCORROS QUE OTORGA LA MUTUO BENÉFICA A LOS SEÑORES ASOCIADOS Cubre noventa días del año natural, los treinta primeros los paga a 7,50 y los sesenta restantes a 5,00 pesetas. El Socorros de Defunción: Paga al año 100 pesetas y va aumentando progresivamente 50 por año hasta llegar a 500 ptas. La cuota mensual para los señores Mutualistas era únicamente de 3 pesetas. En el mes de julio, antes de la guerra y hasta después de la misma, aquí se acabó todo hasta que nuevamente aquellos entusiastas compañeros y compañeras vuelvan a organizarse. Acabada la guerra todo comenzaba desde cero. El Consejo Nacional de Practicantes se establece en Madrid y comparte local con el Colegio de Madrid. Ya en el primer Boletín del 2
Consejo advierten de la depuración política, social y religiosa. Y advierten que lo mejor sería que hubiese una sola profesión auxiliar médica, porque suponían lo que se les venía encima con tanta enfermera titulada y formada "in extremis" en los campos de batalla. Román de la Fuente Frechilla, fue el primer presidente de los designados a dedo y que por eso no dejó de ser mejor ni peor que otros que le han precedido. Frechilla ya figuraba, antes de la guerra, en la última Junta Directiva del Colegio, al margen de su ideología política triunfadora, tenía muchas ganas de trabajar y de hacer grandes cosa por la profesión. Y lo hizo. Frechilla, junto con Emiliano Angulo García fueron los artífices de la creación de la Previsión y Socorros Mutuos. Este último fue nombrado en 1943 el primer Presidente de Previsión. Y aunque tenga que repetirme no tengo mas remedio que decir que esta era una de las grandes ilusiones de Frechilla, por la cual trabajo denodadamente hasta ver plasmado en la realidad lo que al principio parecía un sueño. Murió joven, el 11 de enero de 1944 de una larga y penosa enfermedad. Y se dio la triste pero feliz paradoja de que sus propios familiares pudieron recibir las 10.000 Pta de su propio Socorro de Defunción al que estaban acogidos. El boletín colegial num. 18, de julio de 1942, comienza su página con el Reglamento de Previsión en forma coleccionable. ¡Ah!, eso sí, su artículo quinto decía que para estar colegiado y poder trabajar en la profesión era obligatorio el pertenecer a Previsión. Las primeras cuotas mensuales eran de 12 ptas., más 0,50 ptas. de gastos de administración. El socorro de defunción podía llegar hasta las 15.000 pts. Estaba también prevista la disolución y precisaba que en caso de no haber otra asociación análoga se donara a un establecimiento de la Beneficencia General. Una vez establecidas las bases de la Previsión ya el resto consistía en ir aplicando el reglamento tal y como estaba previsto. Hasta mi misma madre en el año 1974 cobró el socorro de defunción de mi padre y la verdad que la vino bien, todavía se la consideraba una cantidad importante. Pero ¡ay! que al año siguiente, pasados ya 32 años desde que se fundó Previsión, en 1975 muere el general Franco y las cosas pueden volver a donde estaban antes, incluso suscitarse otra guerra. Afortunadamente, en aquel tiempo, contamos con buenos políticos de unos y otros partidos y no hubo ruptura, sino consenso y se arregló con la Reforma Política. Dos años más y en 1977 se produce la Unificación Colegial entre Practicantes, Enfermeras, A.T.S masculinos y femeninos. Posteriormente una Asamblea de Presidentes decidió la NO obligatoriedad de pertenecer a Previsión. El Boletín de Medicina y C. A., publica en octubre de 1978, con sutil eufemismo una circular que dice: "El apartado d) de los Estatutos de la Organización Colegial de Ayudantes Técnicos Sanitarios, aprobados por Real Decreto 1856/1978, de 29 de junio, reconoce a los colegiados el derecho a "pertenecer a las Entidades de Previsión que para proteger a los profesionales estuvieran establecidas». Entre éstas se encuentra la "Previsión y Socorros Mutuos de Auxiliares Sanitarios», a la que, con arreglo a la legislación anterior al mencionado Real Decreto, estaban obligados a pertenecer los profesionales inscritos en los antiguos Colegios de Auxiliares Sanitarios. Transformada, por tanto, esta obligación en derecho, el estar inscrito en la citada entidad es totalmente voluntario, pudiendo …. etcétera, etc. " 3
Por lo tanto este fue el comienzo de los problemas de la entidad que se fue descapitalizando porque el colectivo joven no se ha interesado por lo ridículo de sus prestaciones y porque los beneficios se ven a muy largo plazo. Y lo más importante porque las jubilaciones de la Seguridad Social actuales, no crean aquel desamparo del que hablábamos al principio. El número de socios en 1979 era de 56.461 con una traducción económica de 200.139.000 ptas. en el activo y 210.681.000 en el pasivo. Pero la situación se estaba agravando por que solo responden a los pagos de cuotas 36.000 socios. No faltan las buenas intenciones: “Vamos a “Resucitar Previsión", como manifiesta en una entrevista Antonio Cordero, Presidente del Consejo de Socorros Mutuos de los ATS. El 29 de abril se convocó una Asamblea de todos los representantes provinciales de Previsión, para tratar de encontrar una solución de cambio a la situación crítica. En las asambleas ordinarias y extraordinarias los representantes dimitieron por cese del periodo y voluntariamente de manera colectiva. En febrero de 1983, el numero de socios, a los que, se debe decir claramente aquí, se sigue engañando con una falsa esperanza y la amenaza de que si dejan de pagar lo pierden todo, es de 22.955. El porcentaje de las devoluciones de recibos es del 22,74%. No obstante lo recaudado en este trimestre, al ser las cuotas bastantes más elevadas, son: 83.335.219 pts, ya parece una esquilmación de los pobres socios que resisten. Pero se afirma en Nueva Enfermería: "Lo que se decía en el número 33 referente a la seguridad que pueden tener nuestros mutualistas pasivos en cuanto a cobro es absolutamente cierto. Tendrían que pasar cosas absolutamente ilógicas para que tales predicciones no se pudieran llevar a efecto."
Bueno pues, pasó lo ilógico. El rizo que riza el rizo. En enero de 1984, Nueva Enfermería publica un Aviso de Previsión y Socorros Mutuos, autorizada por el Ministerio de Trabajo, que pretende extender su ruina, perdón su acción social, a otros profesionales afines a Sanidad como Asistentes Sociales, Ayudantes de Farmacia, Auxiliares de Clínica, ATL, ATR, Visitadores Médicos, Etc. Fueron tan pocos los que "picaron", perdonadme el vocablo, que no movieron la estadística. En junio de 1988, al fin, la Asamblea General Extraordinaria de Previsión y Socorros Mutuos, adopto entre otros, el acuerdo de la disolución de Previsión, fijando en el 30 de junio de 1988, el período liquidatorio, por lo que a partir de esa fecha quedarían sin efecto las prestaciones futuras que se derivan de los estatutos y reglamentos cuya vigencia terminan ese día. LA CLEA. El Ministerio de Economía y Hacienda dispuso la intervención de la liquidación de Previsión y acuerda crear una Comisión Liquidadora de Entidades Aseguradoras, CLEA, que será la que asuma la liquidación de la entidad.
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Los beneficiarios que en la fecha de disolución hubieran causado alguna prestación jubilación, fallecimiento, invalidez, etc., se incluirán como acreedores de la entidad en la cuantía que les pudiera corresponder. El resto de los asociados tendrán derecho a participar en la distribución del patrimonio social que reste después de satisfacerse la totalidad de los créditos de la entidad. La dirección General de seguros autorizó la venta de los pisos de Barcelona, Huelva y Sevilla, el edificio de Madrid también pero se plantea mediante concurso público. Pero en diciembre de 1988, también se crea una Asociación de afectados por la Previsión y Socorros Mutuos de Ayudantes Técnicos Sanitarios y Diplomados en Enfermería. Dicha Asociación, legalmente registrada en el Ministerio del Interior, tiene por objeto principal la defensa de los intereses de los afectados por el proceso de liquidación de la entidad, figurando como Presidente de dicha asociación Enrique Pascual Benedicto. Hubo muchas más cosas, personajes, Protecsa, Mafre, acaparadores, muchas más reuniones, asambleas, juntas directivas, juntas liquidadoras, muchos más juicios, querellas, un libro entero, al final… nada. Abundaron en toda la historia de la Comisión Liquidadora de Previsión y Socorros Mutuos algunas anécdotas curiosas y rayanas en la mejor picaresca o por lo menos pintoresca. Como ejemplo el caso de la factura presentada por una matrona de Madrid, de cuyo nombre si me acuerdo, que alegando que fue nombrada como representante de esta entidad en 1987, se vio obligada, según dice ella, a mantener una oficina en su propio domicilio desde la que atendía a todos los afectados, y por esta razón presenta, el 25 de abril de 1994, a la Comisión Liquidadora, CLEA una factura, por gastos y servicios, cuyo importe es de: CINCO MILLONES CIENTO VEINTE MIL PESETAS. Otras querellas judiciales se practicaron con resultados desconocidos y algunos pudieron aprovechar y se llevaron su buena parte del botín. Con lo fácil que hubiera sido que cuando aquella asamblea de presidentes determinó que la Previsión no sería obligatoria, es decir cortó su principal grifo de ingresos, el responsable máximo de aquella decisión tendría que haber escrito a todos y a cada uno de los asociados para darles cuenta que ahora se imponen nuevos tiempos y otras miras y por lo tanto hay que dar carpetazo a esta Previsión, pagar hasta aquí los compromisos que tengamos, finalmente que los socios retiren la parte de sus fondos que les correspondan y comenzamos a inscribir socios con una Previsión Nueva y Voluntaria. Pero arrastrar a unos socios que habían sido forzosos y pretender unirlos con otros que eran voluntarios fue sencillamente una negligencia o una barbaridad. Quizás, más adelante, algún investigador más tenaz que yo, aunque ya no sirva nada más que para confirmar la historia, pueda decirnos algo más sobre nuestra expoliada Previsión. Muchas Gracias a todos por su atención.
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