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UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
“ Frecuencia y alteraciones hematológicas asociadas a Ehrlichia spp. en perros atendidos en consulta privada en el Municipio de Boca del Río, Veracruz. ”
Tesis
que para obtener el Título de
Médico Veterinario Zootecnista
Presenta
Gumersinda Hernández Ferruz
Asesores: M. en C. Alvaro E. Peniche Cardeña ME. Miguel Canales Rubio
Julio 2006
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I.- Resumen Hernández Ferruz Gumersinda. 2006. 30 pp. “Frecuencia y alteraciones hematológicas asociadas a Ehrlichia ssp. en perros atendidos en consulta privada en el Municipio de Boca del Río, Veracruz.” Tesis de Licenciatura. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Veracruzana. Asesores: Peniche Cardeña Álvaro Enrique de Jesús y Canales Rubio Miguel. La ehrlichiosis canina o pancitopenia tropical es una enfermedad causada por una rickettsia intracelular obligada del género Ehrlichia. Por su carácter de enfermedad re-emergente, el objetivo del presente trabajo fue determinar la frecuencia y las alteraciones hematológicas asociadas a Ehrlichia ssp. en perros domésticos, atendidos en consulta privada en el Municipio de Boca del Río, Ver. Se muestrearon aleatoriamente 100 perros iguales o mayores a dos meses de edad con diagnóstico presuntivo de ehrlichiosis canina, y con presencia de garrapatas. Se colectaron muestras para hemograma en tubos con EDTA, y se realizó frotis mediante punción auricular con aguja fina. En animales trombocitopénicos se hizo serología mediante el kit SNAP 3Dx de Laboratorios IDEXX. Las garrapatas se colectaron y clasificaron como Rhipicephalus sanguineus. Se identificó un 15% de animales con mórulas en linfocitos y monocitos clasificándolos en la fase aguda de la infección. Se encontraron 38 casos con trombocitopenia de los cuales, el 12% fueron seropositivos y de éstos, el 50% presentó anemia normocítica normocrómica. Nueve animales seropositivos fueron negativos a frotis y se clasificaron en la etapa subclínica de la enfermedad. Solamente se tuvieron tres perros en fase crónica positivos a frotis y a serología de los cuales, dos presentaron epistaxis y uno petequias abdominales difusas. Se identificaron cinco colonias endémicas a ehrlichiosis canina dentro del Municipio de Boca del Río, Ver. Se concluye que la población canina de este Municipio es susceptible a la presencia de Ehrlichia canis, lo cual conlleva un riesgo para la salud pública.
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ÍNDICE I.
RESUMEN --------------------------------------------
2
II.
INTRODUCCIÓN-------------------------------------
4
III.
ANTECEDENTES-------------------------------------
5
IV.
JUSTIFICACIÓN-------------------------------------
6
V.
OBJETIVOS------------------------------------------
6
VI.
HIPÓTESIS-------------------------------------------
6
VII.
MATERIALES Y MÉTODOS--------------------------
7
VIII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN-----------------------
9
IX.
CONCLUSIÓN---------------------------------------- 22
IX.
BIBLIOGRAFÍA-------------------------------------- 23
X.
ANEXO------------------------------------------------ 29
4 II. INTRODUCCIÓN La ehrlichiosis canina o pancitopenia tropical canina es una enfermedad causada por una rickettsia intracelular obligada del género Ehrlichia ssp., la cual se transmite por medio de la garrapata parda del perro Rhipicephalus sanguineus (Quiroz, 2000; Greene, 2000). En 1945, Moshkovki designa el nombre del género en honor a Paul Ehrlich (Murray et al., 1997). El agente causal es un microorganismo pleomórfico, cocoide Gram (-) aeróbico, que se localiza dentro del citoplasma de células mononucleares. Posteriormente a su reproducción por fisión binaria, se disgregan en cuerpos elementales individuales o bien, forman pequeños racimos llamados “vacuolas o mórulas”, los cuales infectan, lisan e invaden otras células (Greene, 2000). A la fecha, se han reconocido varias especies de Ehrlichia que afectan a los perros: E. canis, E. ewiini, E. platys, E. equi y E. chaffeensis; ésta última, considerada como el principal agente de la ehrlichiosis monolítica humana (Corner y Farris, 1989; Dawson y Ewing, 1992; Inokuma et al., 2004). Desde el punto de vista clínico, los signos comúnmente encontrados en los pacientes afectados son anorexia, pérdida de peso, fiebre, mucosas pálidas, epistaxis, hemorragias retinales, edema de miembros, hepatomegalia, esplenomegalia y trastornos del S.N.C.; como hallazgos de laboratorio, destacan cuadros anémicos asociados con la trombocitopenia (Harrus et al., 1997; Dagnone et al., 2003); sin embargo también puede afectar al perro subclínicamente (Milonakis et al., 2005). En algunas ocasiones, la enfermedad puede provocar una coagulación intravascular diseminada que pone en riesgo la vida del paciente (Merchan y Palker, 1998). En el ámbito de la salud pública, la ehrlichiosis canina es conocida como una importante zoonosis, como lo muestran los trabajos realizados por Dawson et al. (1991); Unver et al. (2001) y Trapp et al. (2006).
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III. ANTECEDENTES La ehrlichiosis canina es una enfermedad cosmopolita y ha sido reportada en diferentes países como una enfermedad emergente; en Japón, Suto et al. (2001), confirma por lesiones patológicas, serología y por Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR) el primer caso en un perro pekinés de once años de edad procedente de Indonesia. En una investigación desarrollada en Tailandia por Suksawat et al. (2001) en 49 perros que presentaban fiebre, anemia o trombocitopenia, identificaron que el 3% de ellos, resultó con elevados títulos de anticuerpos a E. canis. En Zimbawe, en un estudio realizado a 105 perros en el Hospital Veterinario de Harare, Matthewman et al. (1993) demostraron una seropositividad del 52% a Ehrlichia spp. mediante inmunofluorescencia indirecta. En Italia Buonavoglia et al. (1995), muestrean 423 perros reportando el 20% de seroprevalencia a E. canis; asimismo, refieren que de 25 animales con signos clínicos sugestivos a ehrlichiosis, 23 (92%) tuvieron niveles importantes de anticuerpos contra dicho agente. En América del Norte, Keefe et al. (1982) menciona en un estudio realizado en 2,077 perros del ejército de U.S.A., un 11% (233 casos) de seropositividad a E. canis. Por su parte Stokham et al. (1992) en Missouri, diagnostican la ehrlichiosis granulocítica canina en 37 perros determinando serológicamente títulos contra dicho agente en el 84% de los casos. En un estudio realizado en Brasil por Dagnone et al. (2003), se seleccionaron 129 perros para determinar la frecuencia de ehrlichiosis canina asociada con anemia, trombocitopenia y presencia de garrapatas; del total, 68 animales tuvieron fases evolutivas de R. sanguineus, 61 padecían trombocitopenia; el 21% de los animales anémicos, tuvo ehrlichiosis. A nivel nacional, en Yucatán se realizó un estudio en 120 perros procedentes de cuatro clínicas veterinarias particulares mediante frotis sanguíneo y exámenes serológicos se diagnosticó un 5% y 44% de casos positivos a E. canis, respectivamente (Rodríguez-Vivas et al., 2005). En Veracruz, Reyes (2004) en el Municipio de Boca del Río, reportó por identificación de mórulas en 25 frotis sanguíneos el 2.9% de casos positivos a E. canis durante el período 1999-2002.
6 Por su parte, Ortega (2005) en un estudio realizado en 100 perros atendidos en una clínica veterinaria de la ciudad de Cardel, Ver., encontró, a través del diagnóstico de frotis sanguíneo un 5% de pacientes afectados con Ehrlichia ssp. IV. JUSTIFICACIÓN Debido a que la ehrlichiosis canina es una enfermedad emergente en países con climas templados y tropicales como lo mencionan Suto et al. (2001), y ante la falta de estudios que determinen su presencia en el Municipio de Boca del Río, Ver., el presente trabajo pretende aportar información que permita conocer su frecuencia en esta localidad, en animales con signología clínica o diagnóstico presuntivo, con la finalidad de coadyuvar en el fortalecimiento de este indicador epidemiológico a nivel estatal y nacional. V. OBJETIVOS a.) General Determinar la frecuencia y alteraciones hematológicas asociadas a Ehrlichia ssp. en perros domésticos, atendidos en consulta privada en el Municipio de Boca del Río, Ver. a.) Específicos I. II. III.
Determinar la frecuencia de la ehrlichiosis canina en animales con signología clínica asociada a la enfermedad. Identificar las principales alteraciones hematológicas en los animales afectados. Identificar la presencia o ausencia de trombocitopenia en los animales de estudio.
VI. HIPÓTESIS La población canina del Municipio de Boca del Río, Ver., se encuentra afectada por Ehrlichia spp.
7 VII. MATERIALES Y MÉTODOS El presente estudio se realizó durante el período julio-diciembre del 2005 en el Municipio de Boca del Río, Ver., el cual limita al Norte con el Municipio de Veracruz, al Sur con el Municipio de Alvarado, al Este con el Golfo de México, y al Oeste con el Municipio de Medellín.* La población en estudio estuvo conformada por la totalidad de los casos clínicos o con diagnóstico presuntivo de ehrlichiosis canina, atendidos en una clínica veterinaria privada en el Municipio de Boca del Río, Ver. Como criterio de inclusión, se consideró todo aquel animal igual o mayor a dos meses de edad sin importar raza ni sexo, y el no haber sido tratados con tetraciclinas, doxiciclinas o dipriopinato de imidocarb cuando menos los últimos dos meses. Al momento de la consulta, se verificó la presencia de garrapatas adultas, las cuales se colectaron y guardaron en bolsas de plástico con sello hermético para su posterior clasificación taxonómica mediante el empleo de la clave descrita por Mehrlon et al. (1993). Para los estudios hematológicos, se colectó una muestra sanguínea de la vena cefálica en tubos vacutainer de 10 ml con EDTA, se identificaron con número progresivo y se transportaron en una hielera de poliuretano con refrigerantes comerciales, hasta su procesamiento en el laboratorio de Análisis Clínicos Gainza, S.A., en el Municipio de Veracruz. Para la observación de mórulas en frotis sanguíneo, se hizo previa antisepsia, una punción con aguja de insulina en la cara interna del pabellón auricular del perro, como lo menciona Bush (1999) y López et al. (1999). Los frotis fueron identificados con el mismo número del tubo vacutainer, par su tinción con Giemsa modificado en apego a lo descrito por Rodríguez y Cob (2003). Se realizó una encuesta con preguntas abiertas y cerradas, con la finalidad de conocer algunos aspectos relacionados con el cuidado y medicina preventiva del animal (Anexo). Para el estudio serológico, se empleó un estuche de diagnóstico comercial (SNAP 3Dx) del Laboratorio IDEXX, U.S.A., el cual incluye antígenos específicos para Ehrlichia canis, Dirofilaria immitis y Borrelia burgdorferi; para la detección de ehrlichiosis canina, el kit tiene una sensibilidad del 99% y una especificidad del 100%, con un nivel de confianza del 95%. * www.inegi.org.mx
8 La información recopilada de las encuestas así como sus resultados del laboratorio se capturaron en hojas de trabajo de campo y se procesaron mediante un programa de cómputo en una base de datos; posteriormente, se analizaron por estadística descriptiva para su interpretación (Daniel, 2002). La frecuencia de animales positivos se expresó en porcentaje y se obtuvo dividiendo el número de casos positivos entre el total de muestras analizadas multiplicando esta fracción por cien (Thrusfield, 1990).
9 VIII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN La población en estudio muestreada de manera aleatoria consistió en 52 machos y 48 hembras. En lo concerniente a la variable raza, la población se clasificó en animales puros y criollos, cuya participación fue del 84% y 16%, respectivamente; entre las principales razas puras destacaron la Doberman (18%), la Labrador Retriever (11%) y la Pastor Belga Malinois (10%). Por edad, la población se clasificó en cuatro grupos: a) cachorros: de 4 meses a 1 año: b) jóvenes: de 1 a 3 años; c) adultos: 3 a 7 años, y d) senectos: de 7 en adelante (gráfica 1).
7
20
Cachorros Jóvenes
37
Adultos 36
Senectos
Gráfica 1. Clasificación de la población en estudio por grupo de edad (%).
A la inspección clínica, el total de la población muestreada presentó garrapatas adultas ingurgitadas así como estadios evolutivos principalmente ninfas. De acuerdo con la clasificación taxonómica señalada por Mehrlon et al. (1993), los ixódidos encontrados se identificaron en base a las características y estructuras morfológicas entre las que destacan el escudo, el gnatosoma hexagonal, el surco anal y la ausencia de escudo ornamentado, como hembras y machos de la especie Rhipicephalus sanguineus. Quiroz (2000), señala que los climas tropicales-húmedos como el que caracteriza al Municipio de Boca del Río, Ver., favorecen la presencia y el desarrollo de esta especie la cual está demostrado por Simpson et al. (1991), que se comporta como un vector biológico potencial en la transmisión de enfermedades infecciosas y hemoparasitarias en
10 perros; sin embargo, Murphy et al. (1998), reportan también a Amblyomma americanum y a Dermacentor variabilis como vectores transmisores de este tipo de enfermedades. Es importante señalar, que la primera especie sí está reportada en México, y la segunda es endémica del este de los Estados Unidos (Georgi y Georgi, 1994). Derivado de la encuesta, se observó que el 53% de los perros muestreados habitan en el patio de las casas, el 35% dentro de éstas y el 12% en los jardines de las mismas; al respecto, Inokuma et al. (1999) y Bulla et al. (2004), refieren que los perros que habitan en el exterior de las casas-habitación, tienen mayor probabilidad de contacto con Rhipicephalus sanguineus, situación que podría ocasionar cualquiera de las enfermedades transmitidas por este vector. Por otra parte, el 52% de los propietarios manifestó acostumbrar llevar a sus mascotas de paseo a lugares como parques, jardines y en algunas ocasiones, a terrenos baldíos, lo cual también conlleva a favorecer el contacto con garrapatas. En relación a la frecuencia de baños para el control de ectoparásitos, las encuestas señalaron que el 62% de las personas baña a sus mascotas cada siete días, el 17% cada quince, el 11% cada veinte y el 10% cada treinta días. En este sentido, cabe reflexionar que Rhipicephalus sanguineus requiere de tres hospederos para completar su ciclo biológico, el cual se desarrolla en 63 días como lo menciona Quiroz (2000), y que el tiempo de nutrición de las fases evolutivas de la garrapata en el perro es de seis días (Soulsby, 1987). Ante esto, y para evitar el período de ecdisis de la garrapata en el perro, los baños para su control deben aplicarse cada siete días en los animales infestados (Soulsby, 1987; Georgi y Georgi, 1994). Al analizar los resultados, se observa que el 37% de los propietarios de las mascotas, no controlan esta problemática al bañar a sus animales fuera del rango semanal. Al respecto, Mil (2005) y Ortega (2005), refieren también en sus respectivos trabajos, una mala aplicación del baño ixodicida al señalar que más del 70% de los dueños aplican éstos después de siete días. Lo anterior, permite suponer que al desconocer el ciclo biológico de Riphicephalus sanguineus, las medidas encaminadas para su control no permiten llevarlo a cabo de manera eficiente ya que las hembras llegan a ovopositar cada vez hasta 4000 huevos, situación que propicia eventos de constante reinfestación, aunado a que la supervivencia de la ninfa en el medio ambiente sin alimentarse es de más de seis meses, y en el caso de la garrapata adulta, de más de 19 meses (Soulsby, 1987; Quiroz, 2000).
11 Para el control de garrapatas el 35% de los dueños usa pipetas aplicación pour-on, el 29% emplea jabones ixodicidas y el 4% utiliza ningún producto; es importante mencionar, que el 32% de dueños las controla mediante la inyección subcutánea Ivermectinas durante la visita al consultorio veterinario.
de no los de
Es necesario destacar la concientización de los dueños para mantener a sus mascotas libres de ectoparásitos y así evitar los riesgos de salud que esto conlleva, ya que sólo el 4% de ellos no previene las infestaciones. Sin embargo, en lo que concierne al control de estos ectoparásitos en las casas-habitación existe una gran diferencia, ya que el 76% de los encuestados señaló no hacer nada ante su presencia, y el 24% manifestó emplear insecticidas de uso comercial y compuestos organofosforados. Al reflexionar sobre estos resultados y al destacar de la encuesta que el 65% de los perros habitaban en patios y jardines donde las condiciones de humedad favorecen el desarrollo de las garrapatas, se evidencia la necesidad que el Médico Veterinario dedicado a la clínica de pequeñas especies asesore a los propietarios sobre el control de las garrapatas no solamente en el animal, sino que también es muy importante realizarlo en el entorno del perro, ya que de no trabajar en este sentido, se propicia el encuentro de hospederos situación que conlleva a constantes reinfestaciones. El 22% de los perros muestreados provino del Fraccionamiento Costa de Oro, el 20% de la cabecera municipal de Boca del Río, el 6% del Fraccionamiento La Tampiquera, el 4% de la Unidad Habitacional El Morro y el 48% restante, de otras colonias. Los resultados de los hemogramas permitieron identificar la presencia de varios tipos de anemia así como casos de trombocitopenia. En la gráfica 2 se aprecia la frecuencia de casos de animales con y sin anemia detectados durante el estudio.
12
80 60 40 20 0 Sin anemia
Con anemia
Gráfica 2. Casos de animales con y sin anemia en la población estudiada.
El diagnóstico de anemia se establece a través de una interpretación conjunta de historia clínica, del examen físico del paciente y de los hallazgos provenientes del hemograma (McKenzie, 2000). Con base en el índice eritrocítico citado por Barger (2002) las anemias se clasificaron por el Volumen Corpuscular Medio (CMV) en microcíticas, normocíticas y macrocíticas, y por la Concentración Media de Hemoglobina (CMHC) en hipocrómicas, normocrómica e hipercrómicas (Tabla 1). Tabla 1. Clasificación de los tipos de anemias encontrados en base al índice eritrocítico (%).
Índice eritrocítico
Hipocrómica
Normocrómica 2
Hipercrómica
Microcítica
4
0
Normocítica
6
77
7
Macrocítica
1
1
2
13 La principal anemia identificada fue la normocítica normocrómica que se presenta como resultado de hemorragias, hemólisis o de infecciones bacterianas, rickettsiales, virales y/o parasitarias, neoplasias malignas, deficiencia de hierro o vitamina B (Mckenzie, 2000); esta anemia no es considerada grave, a menos que haya una fuente adicional de pérdida de sangre o destrucción de glóbulos rojos (Barger, 2002). Dentro de la anemia normocítica se presentaron pocos casos de tipo hipercrómica e hipocrómica (Tabla 1). La anemia normocítica hipercómicas se establece por deficiencias de ácido fólico o enfermedades hepáticas, o en casos hemólisis intravascular (Barger, 2002). En 6% de los casos analizados, se presentó anemia normocítica hipocrómica, la cual se hace evidente ante la falta de hierro, en intoxicaciones por plomo o en problemas de talasemia (McKenzie, 2000). La anemia microcítica hipocrómica se observó en menor frecuencia que las anteriores; ésta, es resultado de desórdenes endocrinos y se presenta durante la leucemia felina y en la ehrlichiasis canina (McKenzie, 2000). La clasificación de las anemias en regenerativas y no regenerativas, es de suma importancia en el diagnóstico de laboratorio (Neiger et al., 2002). Las primeras, se asocian a una eritropoyesis activa, caracterizada por un incremento del número de reticulocitos y de hematíes nucleados aunado a eventos de anisocitosis y policromasia en la sangre periférica. Por su parte, las anemias no regenerativas ocurren por falta de una respuesta eritropoyética eficaz de la médula ósea (Barger, 2002). Las alteraciones hematológicas en infecciones por Ehrlichia canis incluyen anemias que suelen ser no regenerativas (Matthewman et al., 1993; Bichard et al., 1996; Goldman et al., 1998). De acuerdo a lo señalado por Barger (2002), se precisó como trombocitopenia todo aquel resultado con un rango de