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TEMA 21. INMUNOLOGÍA Y ENFERMEDADES. EL ESTADO INMUNE Es aquel estado del que disfruta alguien habiendo sobrevivido a una enfermedad, quedando exento de volver a padecerla. Esto implica que mientras el organismo recuerde, resistirá y será invulnerable a esta afección. El estado inmune se compone del sistema inmunitario innato y del sistema inmunitario adaptativo. • Sistema inmunitario innato. Elimina muchos agentes patógenos en el primer contacto, pero no asegura la inmunidad total al organismo debido al gran número de patógenos que existen, a su elevada tasa de mutación y a su gran capacidad invasora. Las células efectoras de este sistema son los leucocitos, que no reaccionan específicamente contra ningún antígeno, sino que reconocen determinadas moléculas comunes a muchos agentes infecciosos. • Sistema inmunitario adaptativos. Permite reconocer y atacar a cuañquier patógeno, aunque no haya habido ningún contacto previo. Se debe a la actuación de los linfocitos, los cuales producen un anticuerpo concreto que desencadena una respuesta específica. El sistema inmune apaptativo puede adaptarse rápidamente para neutralizar a los patógenos más frecuentes de un entorno concreto. TIPOS DE INMUNIDAD 1. Louis Pasteur descubrió que los humanos y muchos mamíferos somos inmunes desde el nacimiento a muchas enfermedades, como por ejemplo, la gripe aviar. Este tipo de inmunidad, en la que el individuo es resistente a gérmenes que infectan a otras especies se llama inmunidad congétita natural. 2. Pero el organismo es vulnerable a otros agentes infecciosos, contra los cuales se va adquiriendo inmunidad a lo largo de la vida, según se va contactando con ellos. Así se obtiene una inmunidad adquirida, de la cual existen dos tipos: 2.1. Inmunidad adquirida activa. El sistema inmunitario del propio organismo fabrica anticuerpos contra el antígeno con el que contacta. • Inmunidad adquirida activa natural. El individuo padece la enfermedad. • Inmunidad adquirida activa artificial. El individuo se ha sometido a un proceso de vacunación. 2.2. Inmunidad adquirida pasiva. Los anticuerpos no han sido sintetizados por el organismo, sino que proceden de otro. No genera memoria inmunológica. • Inmunidad adquirida pasiva natural. El feto o recién nacido reciben anticuerpos maternos a través de la placenta o durante la lactancia. • Inmunidad adquirida pasiva artificial. Al enfermo se le inyecta un suero que contiene anticuerpos específicos generados por otro individuo.
INMUNIZACIÓN: SUEROS Y VACUNAS La inmunización consiste en inducir artificialmente el estado inmune frente a una enfermedad. 1. INMUNIZACIÓN PASIVA Se inyecta al enfermo un suero con los anticuerpos específicos contra el patógeno que produce la enfermedad. Su acción es inmediata (ejerce su efecto a las pocas horas de su administración), pero es poco duradera y no genera memoria inmunológica. Se lleva a cabo en individuos enfermos y no es posible esperar que una vacuna haga efecto, o cuando su sistema inmunológico está debilitado y no sintetiza anticuerpos correctamente. Se emplean contra enfermedades que se desarrollan con gran rápidez (rabia, tétanos, difteria) o contra enfermedades contra las cuales no hay una vacuna eficaz (hepatitis A y B). - A principios del siglo XX se utilizabansueros extraídos de animales domésticos a los que se les había inoculado el gérmen. Estos sueros eran eficaces edbido a que las inmunoglobulinas de mamíferos son universales, pero en ocasiones se producían procesos alérgicos. - Actualmente se emplean únicamente inmunoglobulinas humanas y proceden de individuos hiperinmunes que poseen grandes cantidades de ese anticuerpo concreto.
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2. INMUNIZACIÓN ACTIVA Vacuna es un conjunto de antígenos que se introducen en el organismo sano, e inducen al sistema inmunitario a producir anticuerpos. Como los antígenos no presentan patogeneidad, pero conservan sus caracteríasticas antigénicas, no se sufren los síntomas de la enfermedad, pero se crean anticuerpos específicos y células de memoria. Sus efectos no son tan inmediatos como los de los sueros, pero son más duraderos. En algunas ocasiones, para reforzar la memoria inmune hay que administrar una dosis de recuerdo, que con concentraciones de antígenos pequeñas, provocan una respuesta inmune secundaria. Tipos de vacunas • Formas atenuadas del microorganismo patógeno. Pasteur descubrió que un cultivo de bacterias de la peste aviar perdía su virulencia tras semanas de almacenamiento, pero que, inyectadas a un pollo, inducían en él la formación de anticuerpos. Esto se comprobaba al inyectar una cepa bacteriana virulenta a estos animales y observar que no desarrollaban la enfermedad. De este tipo son vacunas contra el sarampión, la varicela o la rubeola. Estas vacunas crean inmunidad permanente en el individuo debido a la elevada estabilidad del antígeno. Con la gripe no ocurre esto, debido a la alta tasa de mutación que presenta, por lo que se inyecta un conunto de virus que incluye las últimas cepas conocidas, pero no asegura la inmunidad frente a otras nuevas. • Microorganismos muertos. Se emplean contra algunas enfermedades víricas (como la polio o la rabia) y algunas bacterias (como el cólera, la fiebre tifoidea o la tos ferina). Como los patógenos están muertos no se reproducen en el organismo, por lo que su acción antigénica es baja. Para inducir memoria inmunológica eficaz necesitan la administración de dosis de recuerdo. • Toxinas bacterianas modificadas genéticamente. Se denominan toxoides o toxinas inactivas. No se pueden usar toxinas activas porque la cantidad de antígeno necesaria para provocar la respuesta inmune es letal. Ejemplos son la antitetánica y la antidiftérica. • Antígenos purificados. Son moléculas aisladas (polisacáridos o péptidos) de otros componentes del germen. Por ejemplo, se ha clonado en una levadura el gen responsable de la formación de una glucoproteína del virus de la hepatitis B, que aislada y purificada es la actual vacuna contra esta enfermedad.
AUTOINMUNIDAD La tolerancia inmune es la capacidad adquirida por el sistema inmunitarionpara diferenciar lo propio de lo extraño. Ocurre durante las primeras etapas del desarrollo y tiene lugar en el timo y en la médula ósea mediante un mecanismo de selección clonal: Selección de linfocitos T. Durante su maduración en el timo desarrollan receptores de membrana que les permitirán reaccionar con las moléculas del MHC propias, con las que contactan a través de los autoantígenos En esta primera etapa sólo sobreviven los linfocitos T que tienen receptores adecuados para reconocer antígenos extraños unidos a los autoantígenos del MHC, mientras que el resto son eliminados. Selección de linfocitos B. Permite seleccionar linfocitos B que no producen anticuerpos contra los autoantígenos. Se inactivan todos los linfocitos que originan una reacción destructiva sobre las células del propio individuo. - Un exceso de tolerancia llevará al organismo a confundir las moléculas, provocando un bajo nivel de respuesta, es decir, una imunodeficiencia. - Un defecto de tolerancia hará que el individuo reaccione excesivamente, incluso ante sus propias moléculas, creando un estado de autoinmunidad. Entre las enfermedades autoinmunes más frecuentes destacan: • La esclerosis múltiple. Afecta a la sustancia blanca del sistema nervioso central. Sus síntomas son hormigueo, dolores de brazos y piernas, problemas de visión y equilibrio y
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falta de fuerza muscular, y son debidos a la falta de mielina alrededor de los axones, que produce importantes alteraciones neurológicas y parálisis. La enfermedad transcurre en forma de brotes y deterioro progresivo. Actualmente carece de curación, aunque se pueden tratar los síntomas del brote y se aplican tratamientos inmunomoduladores para modificar el curso de la enfermedad. Miastenia grave. Es una afección muscular provocada por la producción de anticuerpos contra los receptores del neurotransmisor acetilcolina, presentes en células musculares estriadas, Estas dejan de responder a las señales nerviosas que provocan la contracción muscular. Los músculos se debilitan prograsivamente y pueden derivar en atrofia si no se trata. Artritis reumatoide. Los macrófagos y linfocitos se activan contra antígenos del tejido conjuntivo de las articulaciones, que se inflaman de forma crónica. Lupus eritrematoso. Supone la formación de anticuerpos contra el ADN y las histonas. Produce lesiones en el aparato circulatorio por destrucción de las plaquetas en los riñones, ganglios y vísceras. Puede producir parálisis y se caracteriza por erupciones en la cara, que ocupa pómulos, frente y nariz. Diabetes mellitus. El sistema inmune produce anticuerpos contra moléculas localizadas en las células beta del páncreas, lo que provoca una formación insuficiente de insulina que da lugar a hiperglucemia. Los enfermos presentan distintos grados de glucosuria (valores elevados de glucosa en la orina) y polidipsia (sed constante), lo cual, muchas veces es el primer síntoma para el diagnóstico de la enfermedad. El tratamiento se realiza con insulina suplementaria.
HIPERSENSIBILIDAD Es una respuesta inmune exagerada que provoca alteraciones en el organismo. La respuesta se da ante sustancias inocuas (pólen, ácaros, esporas de hongos…) o ante enfermedades parasitarias (quiste hidatídico producido por Taenia equinococcus). No se manifiesta tras el primer contacto con el antígeno, sino que pasa por un periodo de sensibilización. 1. HIPERSENSIBILIDAD INMEDIATA Se conoce como reacción alérgica. Consiste en una respuesta muy rápida que aparece a los 15-20 minutos tras el contacto con el antígeno, que se denomina alergeno. Algunos alergenos son el polen, ácaros, polvo, pelo, algunos fármacos, alimentos, etc. La reacción alérgica transcurre en tres pasos: Fase de sensibilización. El organismo entra en contacto por primera vez con el alergeno y los macrófagos lo captan, lo fagocitan y muestran sus antígenos de superficie gracias a las proteínas del MHC. Los linfocitos T colaboradores los reconocen, se anclan a ellos y liberan linfocinas, que producen la maduración de los linfocitos B vecinos, los cuales se transforman en células plasmáticas que liberan grandes cantidades de IgE. Las células se unen y recubren la superficie de mastocitos (células cebadas del tejido conjuntivo) y de los basófilos de la sangre. Esta fase es asintomática. Fase de activación de los mastocitos. Tiene lugar a partir del segundo contacto, cuando el alergeno se une a las IgE de estas células y de los basófilos. Se liberan mediadores químicos como histaminas, serotonina o prostaglandina. Fase de alergia. La liberación de los mediadores químicos produce los síntomas de la alergia, como inflamación de párpados, ojos y mucosas, congestión nasal y estornudos, asma, vómitos, nauseas y espasmos abdominales. Algunos alergenos inyectados en sangre pueden provocar la muerte por asfixia o por un descenso brusco de la presión sanguínea (anafilaxia). Como tratamiento se emplean antihistamínicos, los cuales compiten por las IgE con la histamina. También se producen procesos de desensibilización similares a la administración de una vacuna; ante dosis crecientes de alergeno, el sistema inmune genera grandes cantidades de IgG que se unen al él, impidiendo su acceso a las IgE.
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2. HIPERSENSIBILIDAD CITOTÓXICA (TIPO II) http://www.infogen.org.mx/Infogen1/img/infogen_b.jpg
Ocurre cuando el anticuerpo se une a un antígeno de las células propias, activando la capacidad citotóxica de las células NK o la lisis mediada por el sistema del complemento. Esta reacción se produce en la enfermedad hemolítica del recién nacido, que la desarrolla el feto cuando tiene un grupo sanguíneo diferente al de la madre. La madre produce enticuerpos contra los glóbulos rojos del feto.
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3. HIPERSENSIBILIDAD MEDIADA POR COMPLEJOS ANTÍGENO-ANTICUERPO Se produce cuando los anticuerpos se unen a antígenos circulantes, formándose complejos antígeno-‐anticuerpo que no son eliminados por los macrófagos. El complemento se activa de un modo excesivo, y en la reacción inflamatoria se liberan enzimas que destruyen los tejidos, causando daños en los órganos afectados. Un ejemplo es la enfermedad del suero, una reacción del sistema inmune a ciertos medicamentos o a los anticuerpos del plasma, a los que identifica como antígenos. Los complejos antígeno-‐ anticuerpo formados causan inflamación. 4. HIPERSENSIBILIDAD RETARDADA (TIPO IV) Los efectos aparecen varias horas o días después del segundo contacto con el alergeno, y están provocados por una respuesta inmune de tipo celular. Los linfocitos T se activan y liberan linfocinas que activan a su vez a los macrófagos y los atraen a la zona afectada, provocando una inflamación. Se forman agregados de macrófagos que liberan enzimas hidrolíticas que destruyen los tejidos afectados. Ejemplos de esta hipersensibilidad retardada son las dermatitis por contacto con determinados metales, látex o prendas de vestir.
INMUNODEFICIENCIAS En ocasiones, debido a alteraciones genéticas, fallos en el desarrollo de los órganos linfoides o infecciones víricas, el sistema inmune no es capaz de detectar una infección. El organismo sufre una inmunodeficiencia y se vuelve vulnerable a todo tipo de enfermedades microbianas, incluso las causadas por agentes de baja patogeneidad. 1. INMUNODEFICIENCIAS CONGÉNITAS Tienen origen genético y son hereditarias. Se manifiestan como enfermedades graves de tipo repetitivo, que aparecen en el recién nacido a los pocos meses de edad. Se deben a linfocitos B incapaces de producir anticuerpos, a linfocitos T anómalos, a fallos en la síntesis de proteínas del sistema del complemento o un desarrollo anormal de los órganos linfoides. Inmunodeficiencias debidas a linfocitos B. Son las más frecuentes y las más leves. Los linfocitos B son defectuosos y no producen anticuerpos normales, o los producen en cantidades insuficientes. Estas alteraciones no se manifiestan hasta los seis meses de edad, porque hasta entonces, el lactante tiene los anticuerpos suministrados por la madre durante el embarazo y con la leche materna. Estas inmunodeficiencias provocan mayor sensibilidad a procesos infecciosos debidos a patógenos extracelulares, que son los más sensibles a la acción de los anticuerpos. - La agammaglobulinemia es una enfermedad debida a un gen del cromosoma X. Los niños afectados no poseen linfocitos B ni inmunoglobulinas, por lo que sufren infecciones en pulmones, senos, y huesos causadas por neumococos, estreptococos y Haemophilus. Inmunodeficiencias debidas a linfocitos T. Son muy graves y se manifiestan desde el nacimiento con infecciones causadas por virus, hongos, protozoos o bacterias intracelulares. Inmunodeficiencias combinadas. Debidas a alteraciones en los dos tipos de linfocitos, que afectan a la inmunidad humoral y a la celular. Se altera la diferenciación de los linfocitos T por interrupción en la división de las células precursoras o por fallos en el proceso de recombinación de los genes que codifican para sus receptores antigénicos específicos. En ambos casos se produce la inexistencia de linfocitos T funcionales.
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Inmunodeficiencias inespecíficas. - Pueden estar causadas por el descenso del número de macrófagos o de su funcionalidad. Son enfermedades hereditarias provocadas por la alteración de genes del cromosoma X. Los cromosomas no fagocitan, con lo que proliferan las micosis y las enfermedades bacterianas. - Pueden ser debidas a fallos en la síntesis de alguna proteína del sistema del complemento. Los enfermos son muy sensibles a bacterias del género Neisseria y a enfermedades autoinmunes. Inmunodeficiencias debidas al desarrollo anormal de los órganos linfoides. En ocasiones, el desarrollo anormal de las bolsas faríngeas conduce a la degeneración del timo, con lo que se anula la formación o maduración de los linfocitos T. En todos los casos de inmunodeficiencias congénitas, existe una gran variedad de microorganismos causantes de infecciones, incluso algunos que no son patógenos, como E. Coli. Estos microorganismos pueden invadir distintos órganos, causando enfermedades como la tuberculosis, la meningitis, neumonías, anemias, gripe, bronquitis, etc., que, a veces, pueden producir la muerte por falta de respuesta inmune. Los tratamientos pueden ir desde la terapia continuada con agentes microbianos específicos (antibióticos y antimicóticos), inyecciones periódicas de gammaglobulinas y aislamiento del paciente en habitaciones estériles, hasta el transplante de médula ósea. También se están desarrollando tratamientos experimentales con técnicas de ingeniería genética para introducir en los pacientes los genes de los cuales carecen, o sustituir aquellos que estén alterados. 2. INMUNODEFICIENCIAS ADQUIRIDAS Aparecen en cualquier momento de la vida y se deben a diversas causa, como la malnutrición, las leucemias, el cáncer o las infecciones víricas. SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Es una enfermedad infecciosa que reduce progresivamente la respuesta del sistema inmune y provoca su destrucción. Esto lleva al organismo a un estado de indefensión tal que le impide superar cualquier infección microbiana por leve que sea, además de aumentar la incidencia de algunos tipos de cáncer. Se detectó por primera vez en 1981, en una serie de casos de neumonía asociada a otras infecciones y al sarcoma de Kaposi (un tipo de cáncer de piel). Todos los pacientes eran homosexuales jóvenes que tenían una escasa cantidad de linfocitos T colaboradores, lo que hizo pensar en una alteración del sistema inmunitario. Rápidamente aparecieron nuevos casos en personas que se inyectaban drogas intravenosas, enfermos de hemofilia, receptores de transfusiones o personas que había mantenido contactos sexuales con enfermos de SIDA. También se dieron casos en recién nacidos, hijos de madres enfermas. - Características y estructura del VIH. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es el causante del SIDA, y fue aislado en 1983 en el instituto Pasteur de París. Es un retrovirus, luego presenta su material genético en forma de ARN y copian su información genética en forma de ADN gracias a la transcripción inversa. • Envuelta. Formada por una capa continua interna, formada por la proteína p17 y una bicapa lipídica externa en la que se insertan las glucoproteínas gp 41 y gp 120. • Cápsida. Rodeada por una envuelta constituida por moléculas de la proteína p 24, que protege al material genético, que consiste en dos fragmentos de ARN monocatenario, asociados a dos moléculas de transcriptasa inversa y otras enzimas. Existen dos formas del SIDA: VIH-1. Es el más extendido por todo el mundo y también el más devastador. Ha matado a más de 40 millones de personas en 20 años.
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VIH-2. Detectado en África occidental. Posee proteínas de la envuelta distintas. Ambos tipos sufren continuas mutaciones de su ARN, que producen cambios en sus antígenos de superficie, lo que dificulta encontrar una vacuna. El virus se encontraba en África a mediados del siglo pasado, pero en ese tiempo era menos patógeno y estaba bien tolerado por la población. Los cambios experimentados por el mundo industrializado han extendido un virus que actualmente es la causa de una pandemia que afecta a más de 40 millones de personas. Infección por VIH. - Fase asintomática. Cuando el virus entra en contacto con los linfocitos T colaboradores, la glucoproteína gp 120 de la envuelta del virus se une a las membranas de estos linfocitos y a la de los macrófagos, que poseen la proteína CD4 en su superficie. Se fusionan las membranas y la Cápsida del virus queda libre en el citoplasma del linfocito. Sus proteínas se reabsorben, liberándose el ARN, que gracias a la transcriptasa inversa se copia en forma de ADN. Las hebras de ARN desaparecen gracias a las ribonucleasas, y el ADN formado se duplica, dando lugar a dos fragmentos de doble hélice que se desplazan hacia el núcleo del linfocito y se integran en su genoma. Así se completa el ciclo lisogénico del virus, que puede permanecer inactivo en estado de provirus hasta 10 años en una fase asintomática. Durante este tiempo y cada vez que el linfocito se divide, se transmite de una copia de ADN vírico a cada una de las células hijas. A los dos meses desde el comienzo de la infección pueden detectarse anticuerpos contra el virus en el suero, y se habla de un individuo seropositivo. - Fase sintomática. El ADN vírico se separa del genoma del linfocito y se expresa, entrando en el ciclo lítico. Se originan nuevas moléculas de ARN y ADN que migran al citoplasma, donde se codifican las proteínas de la Cápsida. Tras el ensamblaje con los respectivos fragmentos de ARN, los virus tratan de abandonar la célula, arrastrando una porción de sus membrana, constituyendo así su envuelta. El linfocito libera lentamente virus hasta que muere, y estos virus infectan a otros linfocitos. El número de linfocitos T disminuye hasta que no puede generar una respuesta inmune celular (menos de 200 linfocitos/mm3 de sangre. Los linfocitos B, sin el estímulo de los T, no producen suficientes anticuerpos para contrarrestar al virus, por lo que la respuesta humoral también se ve afectada. Entonces empieza la fase sintomática o fase SIDA, en la que el sistema inmune está tan debilitado que las infecciones microbianas, incluso las oportunistas, se generalizan. También se desarrollan diversos tipos de cáncer. El tiempo que pasa entre la entrada del virus y la aparición de los primeros síntomas del SIDA puede oscilar entre uno y diez años. Contagio, prevención, diagnóstico y tratamiento. El contagio puede ser: Por sangre. En 1987 se hizo obligatoria la prueba de detección de anticuerpos anti-‐VIH para los bancos de sangre, que sólo tienen sangre de personas seronegativas, luego el contagio por transfusión no supone un riesgo.. Sí lo supone entrar en contacto con objetos contaminados como jeringuillas o agujas infectadas, o a través de heridas. Relaciones sexuales. Es la vía de contagio más extendida en la actualidad. Se produce cuando el semen o los fluidos vaginales entran en contacto con la sangre, lo que ocurre frecuentemente debido a pequeñas lesiones en las mucosas. Las infecciones de transmisión sexual, como la gonorrea, el herpes genital o la sífilis, aumentan las probabilidades de contagio. Son grupos de riesgo las personas promiscuas que no usan preservativo. Vía materno-filial. El porcentaje de hijos de madres seropositivas infectado es, más o menos, del 30%. El virus puede atravesar la placenta y llegar a la sangre del feto. También puede contagiarse durante el nacimiento por lesiones en el canal del parto. La lactancia también es una vía de contagio por la carga viral de la leche materna.
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El diagnóstico se realiza mediante el método ELISA, que consiste en poner en contacto suero del paciente con antígenos del VIH, así se detectan anticuerpos anti-‐VIH, lo que implica la presencia del virus en el organismo. Hoy en día no existe ningún tratamiento que permita destruir y eliminar el virus, pero los medicamentos retrovirales ralentizan la infección, ya que dificultan la transcripción inversa o inhiben las proteasas liberadas por el ARN vírico, o impiden que el ADN vírico se inserte en el genoma de los linfocitos T. Estos efectos ocasionan una menor carga viral.
CÁNCER
En un individuo adulto, sólo los tejidos proliferativos (mucosa del tubo digestivo, tejido hematopoyético de la médula ósea o el estrato germinativo de la piel) presentan actividad mitótica constante en sus células. En el resto de estructuras, las células están normalmente en fase G0 salvo cuando, por causas aún no del todo conocidas, algunas sufren una transformación que las lleva a dividirse de manera anárquica y sin control. Se forma entonces un tumor. -‐ Este es benigno cuando las células tienen un crecimiento limitado y circunscrito al órgano donde se han originado. -‐ Cuando la proliferación no se detiene e invade a otras estructuras, estamos ante un tumor maligno, es decir, un cáncer. Si las células que migran a través de la sangre o la linfa se instalan en otra parte del cuerpo y allí originan otro tumor, se habla de metástasis. Todas las células cancerosas presentan características comunes: • Pierden la morfología de las células del tejido del que proceden y también sus funciones. • Presentan numerosas alteraciones cromosómicas. • Proliferan indefinidamente. • Presentan alteraciones del citoesqueleto y de su glucocálix, lo que hace que desaparezca la inhibición por contacto y su dependencia del anclaje con las células vecinas. • Tienen un origen clonal. EL SISTEMA INMUNITARIO FRENTE AL CÁNCER El sistema inmunitario normalmente inhibe el desarrollo del cáncer. Sus células poseen en superficie moléculas antigénicas distintas a las de las células normales que, al no ser reconocidas como propias, desencadenan mecanismos de defensa inmune. Se desarrolla una respuesta inmune celular gracias a los linfocitos T citotóxicos, que se unen a células con antígenos alterados y las destruyen. Los linfocitos T colaboradores liberan linfocinas que refuerzan a los linfocitos T citotóxicos y activan a los macrófagos y a los linfocitos B. Estos, gracias a los anticuerpos, pueden unirse a las células cancerosas, activando también a los macrófagos, a las células NK y al sistema del complemento. Pero a pesar del sistema inmune, el organismo sufre a veces cáncer y actualmente no se sabe con certeza cómo las células cancerosas consiguen eludir su acción. Esta es una de las líneas actuales de investigación en la oncología y se manejan varias ideas acerca de cuales podrían ser las causas de la ineficacia del sistema inmune en la defensa contra el cáncer. Algunas de estas ideas son: Las células cancerígenas tienen pocas moléculas MHC en su membrana, lo que hace que los linfocitos T citotóxicos tengan dificultades para reconocerlas. Las células cancerosas tiene la capacidad de esconder sus antígenos de superficie para que los anticuerpos específicos fabricados no los detecten, y así, no resultar extrañas. La existencia de un gran número de antígenos en las células cancerosas provoca un bloqueo de los linfocitos, que les impide seguir reconociendo células extrañas. La respuesta viral es lenta en relación con la velocidad de crecimiento del tumor. Actualmente, en el tratamiento contra el cáncer se están impulsando una serie de técnicas basadas en la acción del sistema inmune, llamadas inmunoterapia tumoral.
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INMUNOTERAPIA El conocimiento actual del sistema inmunitario permite la puesta en marcha de técnicas curativas basadas en los propios mecanismos de la defensa inmune destinadas a suplir las propias deficiencias de funcionamiento en algunas enfermedades como el cáncer o el SIDA. • Tratamientos inespecíficos con citocinas. Las citocinas son proteínas que fabrica el propio organismo como respuesta a procesos infecciosos, los cuales activan los linfocitos y los macrófagos. En este tipo de tratamientos se extraen linfocitos del paciente con cáncer y se les expone a la acción de interleucinas para activarlos contra las células cancerosas. Los linfocitos tratados se inyectan de nuevo en el enfermo para que combatan el tumor. • Inmunización pasiva con anticuerpos monoclonales. La inmunización pasiva requiere anticuerpos para ser inoculados a un enfermo. En el pasado, estos anticuerpos procedían de animales domésticos, a los que se les habían inyectado los antígenos correspondientes a los anticuerpos requeridos. Pasados unos días se extraía sangre y se separaba el suero con las gammaglobulinas. Sin embargo, los anticuerpos así obtenidos no son puros, ya que un antígeno puede presentar varios determinantes antigénicos distintos, y cada uno de ellos activa a un clon de linfocitos. Es decir, la respuesta es policlonal y los anticuerpos así formados también lo son, lo que supone ciertos inconvenientes: - Existe riesgo de transmitir enfermedades propias del animal inmunizado. - Pueden producirse reacciones de rechazo contra alguna proteína presente en el suero del animal. - Debido al dinamismo del sistema inmunitario, la composición del suero del animal inmunizado sufre constantes cambios. - Aunque se trate de animales procedentes de cepas consanguíneas, hay variaciones individuales que hacen irreproducible la mezcla de anticuerpos. Los anticuerpos monoclonales son formas puras de anticuerpos capaces de reconocer a un único antígeno. Estos anticuerpos podrían obtenerse a partir de cultivos de linfocitos B, pero esto no es posible, ya que estos sobreviven poco tiempo en el cultivo. Köhler y Milstein descubrieron la técnica para producir anticuerpos monoclonales. Inyectaron a un ratón un antígeno para activar a los linfocitos B y fusionaron las células plasmáticas resultantes de esta activación con linfocitos B procedentes de un mieloma de ratón. Las células híbridas obtenidas, llamadas hibridomas, tienen dos características útiles: - Se dividen constantemente, como las células tumorales. - Fabrican grandes cantidades de un solo anticuerpo, como los linfocitos B. Como las células cancerosas liberan a la sangre marcadores tumorales que pueden identificarse, se pueden fabricar anticuerpos monoclonales específicos que se unan a ellos y las destruyan. Los anticuerpos también pueden transportar fármacos anticancerosos hasta el tumor, y al unirse específicamente a las células malignas actuarán selectivamente sobre ellas y las matarán. Los anticuerpos monoclonales también pueden emplearse en la obtención de vacunas. Con ellos se purifican proteínas víricas, se identifican los genes que las purifican y estos se clonan en un microorganismo. Así se obtienen grandes cantidades de antígenos que pueden ser utilizados como vacunas. • Inmunoterapia adoptiva. Consiste en extraer linfocitos T del paciente para exponerlos a los antígenos tumorales y estimular su respuesta. Posteriormente, se inyectan en el mismo individuo gran cantidad de estas células tratadas, que van a responder selectivamente a las células del tumor. • Terapia génica. Utiliza los mecanismos de infección de algunos virus como vehículo para introducir copias normales de genes dañados en las células cancerosas. Se eliminan de estos virus aquellos genes que les dan la virulencia, al tiempo que se insertan en ellos los genes
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terapéuticos. Esta técnica se ha empleado frente a la inmunodeficiencia inmunitaria combinada, una enfermedad de la médula ósea.
EL TRASPLANTE DE ÓRGANOS. RECHAZOS. Consiste en sustituir un órgano enfermo por otro de un donante que esté en perfecto funcionamiento. Para ello es necesario que el donante se encuentre en muerte cerebral. Los transplantes se pueden clasificar en: Autotrasplante. Si el órgano o tejido trasplantado procede del mismo individuo. Isotrasplante. Si el donante es un individuo genéticamente idéntico al receptor. Ocurre en el caso de gemelos univitelinos. Alotrasplante. El donante es un individuo genéticamente distinto al receptor. Xenotrasplante. Si el donador y el receptor pertenecen a especies distintas. RECHAZO DE TRASPLANTES El mecanismo de rechazo se debe a la puesta en marcha del sistema inmunológico del receptor. Si el receptor presenta antígenos de superficie en sus células, los linfocitos T del receptor no las reconocen como propias y se desencadena la respuesta inmune. Esto provoca la invasión del trasplante por un gran número de linfocitos T citotóxicos y de macrófagos, que son las células responsables del rechazo. Los linfocitos T no reconocen como propias las proteínas MHC de las células del injerto e inician su actividad contra ellas. - Los linfocitos T citotóxicos activan a los macrófagos y gracias al interferón (interleucinas) a las células NK, las cuales segregan perforinas que atacan las membranas de las células del trasplante y las destruyen. - Los neutrófilos también fagocitan células con opsoninas y las plaquetas forman trombos. La producción de anticuerpos en respuesta a los antígenos MHC activa el sistema del complemento, que causa la lisis celular. El rechazo está en función de lo diferentes que sean los antígenos de superficie (proteínas MHC) del donante y del receptor. Se consideran trasplantes seguros y exentos de rechazo los isotrasplantes y los autotrasplantes. Pero en los alotrasplantes y xenotrasplantes ha riesgo de rechazo. Para evitar rechazos se emplean fármacos inmunosupresores que disminuyen temporalmente la respuesta del sistema inmune. Pero estos tratamientos pueden ocasionar otros tipos de problemas debidos a que hay posibilidad de infección durante la intervención quirúrgica, por lo que el descubrimiento de la ciclosporina ha sido un avance muy importante. La ciclosporina es producida por el hongo Tolypocladium inflatum . Su activación se basa en la capacidad de inhibición de las reacciones de rechazo mediada por células, así como de la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos T. También limita la producción y liberación de linfocinas provocada por los linfocitos T activados.
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