Un refugio con glamur Romper esquemas con guiños de modernidad, ya sea con la escultura de alce que luce sobre la chimenea o la alfombra de cantos rodados. Ése fue el punto de partida de Molins Interiors. El resultado es una casa de montaña con un aire personal y sofisticado Realización: Jordi Miralles Texto: Helena Matías

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casa pareada (arriba a la izquierda). La vivienda forma parte de un conjunto residencial situado en el Pirineo. recibidor (arriba a la derecha). El suelo fue revestido con una moqueta de caucho reciclado, de Tirex. El papel de la pared, que representa los estantes de una biblioteca, es de Andrew Martin. SALÓN (páginas anteriores y a la derecha). El estudio Molins Interiors revistió la pared de la chimenea con un panel de madera de roble, teñida a tono con el parqué, que esconde sendos armarios laterales y un espacio reservado para el televisor. Destaca el hueco vertical destinado al almacenaje de los troncos, que fue revestido con chapa de hierro en color negro. La escultura del alce de madera es de la serie Moose Big Game, de Moustache. 110

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n plena comarca pirenaica de La Cerdanya se encuentra esta casa de piedra y madera, con el tejado de pizarra a dos aguas. Está integrada en una hilera de viviendas pareadas, por eso los propietarios quisieron diferenciarla con un interiorismo especial que le diera personalidad. Satisfechos con el trabajo realizado por Molins Interiors en su vivienda de Barcelona, no dudaron en encargarles la reforma de su segunda residencia. “Nos dieron carta blanca para desarrollar un

proyecto muy personal, con propuestas atrevidas. Y lo cierto es que les encantaron desde el principio”, nos cuenta la interiorista Toni Molins. La primera decisión fue aprovechar la doble altura de la zona del salón para crear una gran boiserie de aire contemporáneo: “Sustituimos la clásica chimenea rústica por una de diseño actual y creamos una completa zona de almacenaje con armarios y espacio para el televisor”, explica la decoradora. “A los propietarios les encantó la idea de integrar un gran cajetín vertical para

La naturaleza invade el salón

con evocadoras piezas que imitan la piel animal, troncos y cantos rodados

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comedor (arriba). La mesa antigua de madera de roble se rescató de una casa de los propietarios y se combinó con unas sillas de época de estilo isabelino, tapizadas por Tapicerías Molins con un tejido muy especial de Pierre Frey que recuerda la piel de lobo. La espectacular lámpara de techo, que recuerda las ramas de un árbol, es de Bellino Lighting. zona de tertulia (a la derecha). Los dos sofás enfrentados son el modelo Saint, tapizados por Tapicerías Molins con la tela Argan, de Les Créations de la Maison. Los pufs que cierran el salón, tapizados en piel, son de Scapa Home y la alfombra es el modelo Piedras Kiwi, de Francisco Cumellas. Para confeccionar las cortinas forradas eligieron la tela Elise nº19, de Güell Lamadrid. La lámpara de pie dispuesta junto al sofá es de la firma Forestier. 112

guardar la leña. Es muy cómodo porque la parte alta es decorativa: ahí se ponen los troncos perfectamente cortados y no se tocan. Los que se van renovando a medida que se usan son únicamente los del tramo inferior”, revela Toni. Otra clave decorativa fue su orientación invernal: “La casa sólo se abre durante la temporada de esquí, así que quisimos darle un aire de ‘refugio de montaña’, intimista y acogedor”. Para ello usaron una paleta de color cálida en tonos tierra, con el marrón grisáceo de las paredes como protagonista.

Asimismo, la gran profusión de madera y la elección de tejidos gruesos de pelillo y símil piel contribuyen a aumentar la sensación de calidez. Una de las fuentes de inspiración fue la naturaleza que envuelve la casa y se “cuela” en todos los rincones del interior: se escogieron tapicerías que imitan la piel de animales, como la de zorro en las sillas del comedor o la de vaca en los pufs que cierran el salón, y piezas como la tosca mesa de centro, realizada con un auténtico tronco de árbol. También hay guiños simpáticos, como los cantos rodados de río o la

La madera, la lana y la piel arropan y dan a la casa el aire intimista de un refugio de montaña

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cocina (en estas páginas). Mobiliario París, realizado a medida por Molins Interiors. Los frentes son laminados en color negro brillante, con tiradores especiales realizados con troncos de árbol. Como encimera se eligió un material oscuro: el mármol Zimbawe en acabado anticato. Los electrodomésticos son de Smeg y la grifería Expression, de Teka. Bajo la ventana se dispuso una vinoteca de Liebherr. barra de desayunos (a la derecha). Las interioristas diseñaron un módulo alto que delimita la zona de la cocina que se halla abierta al salón comedor. Este módulo de madera resulta muy práctico, pues además de ofrecer una superficie de encimera extra, se utiliza como barra de desayunos. Los taburetes son el modelo Steel Wood Chair, de Magis. Lámparas Tibet, de Forestier. 114

cabeza de alce que luce en la pared de la chimenea, realizada en madera natural. A nivel arquitectónico, la acción principal de la reforma fue eliminar el tabique divisorio que separaba la cocina del salón comedor para conseguir que la estancia proyectara una sensación de mayor profundidad visual. “Nos gusta que las casas sean muy vividas y que respondan al estilo de los propietarios. En este caso, a la dueña le encanta cocinar y recibir a los amigos en torno a la mesa, así que la mejor solución era que la cocina estuviera totalmente integrada en

el centro neurálgico de la casa. Así se puede disfrutar de la compañía, al tiempo que se prepara el menú”, nos cuenta Toni Molins. Para marcar el tránsito hacia la cocina y delimitar visualmente el ambiente, diseñaron un módulo alto que sirve también de barra de desayunos. Para equipar la cocina se decantaron por un mobiliario de diseño muy actual, con el punto sofisticado que otorga el acabado negro brillo. La nota original, que demuestra el cuidado por el más pequeño detalle, lo ponen los

La reforma tenía como objetivo crear una sala diáfana y amplia, en la que conviven salón, comedor y cocina

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El dormitorio, revestido con pino de Flandes, tiene el encanto

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del tejado abuhardillado y la ventana cenital

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dormitorio principal (páginas anteriores). La cama está vestida con una colcha confeccionada con una tela de Carlucci di Chivasso. Para los cojines se utilizaron telas de Andrew Martin y para la manta, que se dispuso a los pies de la cama, se combinaron telas de Güell Lamadrid y de Carlucci di Chivasso. La pared fue revestida con la tela Nossibel de la marca Élitis. Todo fue confeccionado por Tapicerías Molins. baño (arriba, izquierda). El mueble bajolavabo está realizado con frentes de madera de pino y encimera de mármol beige. La pared se ha revestido con piezas de gresite. DORMITORIO JUVENIL (arriba y página derecha). Los textiles en tonos tierra aportan calidez. Mesita de noche de herencia familiar. 118

tiradores, en forma de ramas. “Lo que hace especial a esta casa son los contrastes, que son bastante atrevidos y originales”, dice Toni. “El ambiente no tendría el mismo encanto si junto a la cocina, de estilo actual, hubiéramos puesto una mesa moderna y funcional. En este caso los propietarios tenían piezas antiguas preciosas que no dudamos en integrar.” Es el caso de la mesa de roble y de las sillas de época isabelinas, a las cuales se les dio una nueva interpretación: “Las sillas lucían una tapicería muy clásica, que no encajaba en el ambiente, así que nos

decidimos por una combinación especial: tela lisa para el asiento y tela que imita piel de lobo para el medallón. ¡Sofisticado y cálido a la vez!”, concluye. El suelo de pino de Flandes y la paleta de color en tonos tierra mantiene la unidad decorativa en la planta superior. “En la suite, prescindimos del cabezal porque estábamos limitadas por la altura de la buhardilla, y cedimos todo el protagonismo a la ropa de cama. La diseñamos y confeccionamos a medida. ¡Es el sello de nuestro estilo!” n VER GUÍA DE TIENDAS

Los tonos neutros de las paredes y telas ceden todo el protagonismo al verde del paisaje

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