FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Informe Económico N° 62 ‐ Año 9 Abril 2015 Presentación: El presente Boletín Informativo de distribución electrónica y que planeamos sea de frecuencia periódica, tiene como objetivo dar a conocer la opinión del Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Morón acerca del escenario económico, comentar cuestiones doctrinarias y facilitar la difusión de sus actividades, en el claustro docente de la Universidad. Retomando nuestra comunicación, en este número realizamos un análisis del sector público, de la recaudación impositiva de la tasa de inflación oficial, y la difundida por el Congreso de la Nación, luego un panorama del sector financiero y perspectivas, un análisis del sector externo. También presentamos un artículo de investigación del Profesor Maximiliano Albornoz, sobre el Tema de Políticas Expansivas y Divergencias en los Niveles de Renta, en el caso argentino, 1900‐2000. Decano: Dr. Jorge Raúl Lemos Director: Dr. Vicente Humberto Monteverde Contactos:
[email protected] [email protected] [email protected] Marzo 2015 El total recaudado en marzo 2015 ascendió a $ 117.802 millones, siendo la variación interanual del 35,9%. Impuesto al Valor Agregado IVA Bruto: $33.909 millones IVA Impositivo: $ 24.138 millones. IVA Aduanero: $ 9.771 millones. Devoluciones: (‐) $ 3 millones. IVA Neto: $ 33.906 millones. Comercio Exterior Derechos de Exportación: ascendieron a $ 4.660 millones. Con respecto a marzo del año anterior presentó una variación negativa del 12,8%. Derechos de Importación: la recaudación en este mes fue de $2.737 millones. Variación interanual positiva del 32%. Percepciones I. Brutos: $ 681 millones. Seguridad Social Los Recursos Presupuestarios alcanzaron este mes los $ 40.050 millones, registrando un aumento del 42,2% respecto del mismo mes de 2014. Aportes personales: $ 11.421 millones Contrib. Patronales: $ 18.464 millones Ganancias Su recaudación alcanzó los $ 20.939 millones. Con una variación interanual del 40,2%. INFLACIÓN El Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu base IV trimestre 2013=100) constituye un hito en la historia estadística oficial de nuestro país: por primera vez la República Argentina institucionaliza un indicador de nivel nacional para medir las variaciones de los precios del consumo final de los hogares.
El Nivel General del Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano registró en marzo una variación de 1,3% con relación al mes anterior y de 16,5% con respecto a igual mes del año anterior. Con respecto a diciembre de 2014, el Nivel General tuvo una variación de 3,4%. El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) tiene por objeto medir la evolución promedio de los precios de los productos de origen nacional e importado ofrecidos en el mercado interno. Así, tal como señala la metodología, el IPIM es similar al anterior Índice de Precios Mayoristas (base 1981=100). Durante el mes de marzo el Nivel General del IPIM subió 1,0%. Los Productos Nacionales subieron 1,0% como consecuencia de la suba de 1,5% en los Productos Manufacturados y Energía Eléctrica, mientras que los Productos Primarios bajaron 0,4%. Los Productos Agropecuarios bajaron 1,1%, como consecuencia de las bajas en los Productos Agrícolas de 3,5% y de 0,3% en los Productos Ganaderos. En los Productos Manufacturados y Energía Eléctrica, se destacan las subas en Tabaco (5,6%), en Muebles y otros productos industriales (3,6%) y en Impresiones y reproducción de grabaciones" (3,2%). La Energía Eléctrica se mantuvo sin cambios. Los Productos Importados subieron 0,5%. Dentro de este capítulo, se destaca la suba de 0,6% en Productos Manufacturados, mientras que los Productos Agropecuarios y de la silvicultura, y los Productos minerales no metalíferos bajaron 1,3% y 12,8% respectivamente. INDEC ‐ SIPM El Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB) así como el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP) permiten desdoblar el movimiento de los precios en aquellos provenientes de modificaciones en las políticas económicas (impuestos, subsidios) de aquellos que resultan decisiones puramente de mercado. En los casos de bienes transables internacionalmente, el IPIB y el IPP muestran las modificaciones respecto de los términos del intercambio de la producción local. Durante el mes de marzo el Nivel General del IPIB subió 0,6%. Los Productos Nacionales subieron 0,6%, debido a la suba de 1,4% en los Productos Manufacturados y Energía Eléctrica, mientras que los Productos Primarios bajaron 1,4%. Durante el mes de marzo el Nivel General del IPP subió 0,3%, debido a la suba en los Productos Manufacturados y Energía Eléctrica de 1,2%, mientras que los Productos Primarios bajaron 1,8%. El Nivel General del Índice del Costo de la Construcción en el Gran Buenos Aires correspondiente al mes de marzo de 2015 registra, en relación con las cifras de febrero último, una suba de 0,8%. Este resultado surge como consecuencia de las alzas de 1,4% en el capítulo Materiales, 0,5% en el capítulo de Mano de obra y 0,2% en el capítulo Gastos generales. En el análisis por ítem de obra se observan subas en que, Movimiento de tierra (0,1%), Estructura (1,5%), Albañilería (0,6%), Yesería (0,3%), Instalación sanitaria y contra incendio (1,0%), Instalación de gas (1,6%), Instalación eléctrica (0,2%), Carpintería metálica y herrería (3,2%), Carpintería de madera (2,2%), Pintura (0,8%) y Otros trabajos y gastos (0,1%), mientras que Ascensores no registra variación y, Vidrios prácticamente no presenta movimiento. Al comparar el Nivel General de marzo de 2015 con marzo de 2014, se observa un alza de 26,9%, como resultante de las subas de 23,0% en el capítulo Materiales, de 30,3% en el capítulo Mano de obra y de 24,5% en el capítulo Gastos generales. El capítulo Mano de obra, correspondiente al mes de marzo de 2015 registra en relación con las cifras de febrero último un incremento de 0,5%. Este resultado surge como consecuencia del alza de 0,6% en Mano de obra asalariada, mientras que Subcontratos de mano de obra, prácticamente no registra cambios. Al comparar el capítulo Mano de obra de marzo de 2015 con marzo de 2014, se observa un alza de 30,3% como resultante de las subas de 31,6% en Mano de obra asalariada y de 24,1% en Subcontratos de mano de obra. IPC Congreso La inflación de marzo fue del 2,12%, con lo que el acumulado de los últimos doce meses alcanza al 29,8%, de acuerdo con el promedio de consultoras dado a conocer por diputados de la oposición. De esta forma, los precios al consumidor revirtieron la desaceleración de los últimos meses y marzo alcanzó el porcentaje de aumento más alto desde octubre del año pasado.
SECTOR FINANCIERO Lic. Fernando Digon, Licenciado en Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ‐ Universidad de Morón. En marzo, el agregado monetario más amplio en pesos (M3) presentó un crecimiento de 0,4% y de 30% interanual. El aumento mensual estuvo impulsado, nuevamente, por los depósitos a plazo fijo del sector privado, que más que compensaron la disminución de las colocaciones del sector público. En tanto, los medios de pago del sector privado mantuvieron su saldo promedio prácticamente estable. Los depósitos a plazo en pesos del sector privado mostraron el mayor aumento mensual de los últimos tres años. El crecimiento mensual de este tipo de colocaciones alcanzó a 6,4% y estuvo explicado tanto por el comportamiento de los depósitos mayoristas como por el de los minoristas. Cabe destacar que estos últimos han mantenido un sostenido dinamismo desde la fijación de tasas de interés mínimas para los depósitos de las personas físicas, en octubre del año pasado: en marzo se incrementaron por tercer mes consecutivo por encima de 4%. Así, los plazos fijos en pesos del sector privado completaron un aumento de 32% en los últimos doce meses. El ratio de liquidez del segmento en moneda nacional (suma del efectivo en bancos, la cuenta corriente de las entidades en el Banco Central, los pases netos con tal entidad y la tenencia de LEBAC, en términos del total de depósitos en pesos) se mantuvo relativamente estable respecto a febrero, al ubicarse en 40,7%. Entre sus componentes, se observó una mayor participación de las tenencias de LEBAC y de los depósitos en cuenta corriente en el Banco Central, compensados por una caída en el saldo de pases. Los préstamos en pesos al sector privado aceleraron su ritmo de crecimiento, registrando un aumento de 2,1% ($11.920 millones) en el mes, que resultó marcadamente superior al observado en igual mes del año pasado. Así, la variación interanual se incrementó más de 2 p.p. hasta ubicarse en 21,5%. El crecimiento del mes estuvo explicado tanto por las líneas orientadas al consumo como por aquellas destinadas a financiar mayormente actividades comerciales, en línea con la vuelta de las empresas a la actividad plena. Los promedios mensuales de la mayoría de las tasas de interés activas volvieron a disminuir. Las tasas de interés de los préstamos con garantía real anotaron las mayores reducciones del mes: el promedio mensual de la tasa de interés de los préstamos hipotecarios a las personas físicas se ubicó en 19,1%, mientras que el de las líneas con garantía prendaria fue 26,5%. A su vez, la tasa de interés de los adelantos a empresas, por más de $10 millones y hasta 7 días de plazo descendió 0,4 p.p., ubicándose en 23,9%. Entre las tasas de interés pagadas por los depósitos a plazo en pesos, las del segmento minorista se mantuvieron estables, en línea con los valores de referencia establecidos por el Banco Central; mientras que la BADLAR de bancos privados aumentó 0,2 p.p. respecto a febrero, al promediar 20,8%. En el segmento en dólares, la tasa de interés de los depósitos a plazo fijo hasta US$100 mil y hasta 44 días de plazo promedió 1,9%, cerca de 1 p.p. por encima del promedio de febrero. Este comportamiento recoge el efecto del aumento de las tasas de interés mínimas que deben pagar las entidades que participan en las licitaciones de LEBAC en moneda extranjera (por un depósito a 30 días deben pagar 2,45% n. a.). SECTOR EXTERNO Lic. Edgardo Del Ben, Licenciado en Comercio Internacional de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ‐ Universidad de Morón. Análisis del intercambio comercial argentino con el sector externo Marzo 2015 El saldo comercial de marzo fue superavitario en USD 43 millones de dólares. Esta cifra representó una disminución del 33% respecto al mismo mes del año anterior. Es el resultado de un mes en el que las exportaciones reportaron ingresos por 5037 millones de dólares, mientras que las importaciones ascendieron a 4994 millones de dólares. El menor valor exportado (‐4%) con respecto al mismo mes del año anterior resultó por un descenso de los precios (‐14%) y un aumento de las cantidades (11%). EXPORTACIONES. Marzo 2015 Los sub rubros que registraron mayores aumentos (en valores absolutos) en las exportaciones fueron: Cereales, material de
transporte terrestre, piedras, metales preciosos y sus manufacturas. Principales productos exportados. Marzo 2015 Vehículos automóviles terrestres Harinas y pellets de soja Aceite de soja Maíz. IMPORTACIONES. Marzo 2015 En el mes de marzo las importaciones disminuyeron el 4% con respecto al mismo mes del año anterior. Los rubros que registraron descensos fueron: Combustibles y lubricantes y Piezas y accesorios para bienes de capital. Principales productos importados. Marzo 2015 Vehículos para transporte de personas Gas natural licuado y en estado gaseoso Partes y accesorios de carrocerías Gas oil. * INTERCAMBIO COMERCIAL POR ZONAS Mercosur: El saldo comercial con este grupo de países (primero en importancia) en el mes de marzo arrojó un saldo comercial positivo de 300 millones de dólares. Las exportaciones tuvieron una variación negativa (9%) y las importaciones descendieron con respecto al mismo mes del año anterior (‐2%). En el primer trimestre de 2015 las exportaciones hacia el MERCOSUR bajaron el 24%. Los descensos se dieron en todos los rubros por diferencia de valor absoluta. Las importaciones disminuyeron el 20% en el período, y las caídas se registraron en todos los usos. El intercambio con el bloque arrojó un saldo comercial positivo de 611 millones de dólares. Unión Europea En el mes de marzo, el comercio con los países de la Unión Europea tuvo un saldo comercial negativo de 174 millones de dólares. Las exportaciones aumentaron un 5% con respecto al mismo mes del año anterior. Esto se debió a una suba de las Manufacturas de origen agropecuario. Las importaciones desde este bloque disminuyeron el 19% en marzo con respecto a igual mes del año anterior, como consecuencia de las menores compras de todos los usos económicos, con excepción de los Bienes de capital y Bienes de consumo. El comercio con este bloque en el primer trimestre de 2015 arrojó un saldo negativo de 613 millones de dólares. Las exportaciones registraron una variación negativa del 18% con respecto a igual período del año anterior, consecuencia de menores ventas de todos los rubros. En tanto, las importaciones provenientes desde esta zona bajaron el 18%, debido a la caída de los Combustibles y lubricantes, las Piezas y accesorios para bienes de capital, los Vehículos automotores de pasajeros, los Bienes intermedios y los Bienes de consumo; mientras que los Bienes de capital subieron. ASEAN (Integrado por Corea Republicana, China, Japón e India) El intercambio con el bloque ‐segundo en importancia‐ registró un saldo comercial negativo de 466 millones de dólares en el mes. Las exportaciones subieron el 29% con respecto a marzo de 2014, debido a las mayores ventas de los Productos primarios, Manufacturas de origen industrial, Combustibles y energía y Manufacturas de origen agropecuario. Las importaciones desde este origen descendieron un 11%, producto del descenso en las compras de Piezas y accesorios para bienes de capital, Vehículos automotores de pasajeros, y Bienes de consumo; mientras que aumentaron las de Bienes de capital y las de Bienes intermedios.
NAFTA El intercambio comercial con este bloque arrojó en el mes de marzo un saldo negativo de 387 millones de dólares. Las exportaciones bajaron un 33% con respecto a marzo del año anterior, por las menores ventas de los combustibles y energía, las manufacturas de origen industrial y lo productos primarios mientras que crecieron las manufacturas de origen agropecuario. En tanto las importaciones desde este bloque crecieron el 1% con respecto a marzo del año anterior debido a las mayores adquisiciones de Bienes de capital, Bienes de consumo y Bienes intermedios. En el primer trimestre de 2015 el intercambio comercial con este bloque arrojó un saldo negativo de 968 millones de dólares. Las exportaciones bajaron el 21% con respecto al mismo período del año anterior, debido a la caída en las ventas de todos los rubros. Las importaciones descendieron el 8% debido a la baja en las compras de Combustibles y lubricantes, Vehículos automotores de pasajeros, Bienes de consumo y Piezas y accesorios para bienes de capital. Mientras que el resto de los usos crecieron. Chile: En marzo las exportaciones a Chile subieron el 14% con respecto al mismo mes del año anterior, hecho que se debió a las mayores ventas de Manufacturas de origen agropecuario y Productos primarios. Las importaciones registraron una baja del 11%. Se destacaron las menores compras en los bienes intermedios y bienes de capital. El superávit comercial alcanzó en el mes los 195 millones de dólares. En el primer trimestre de 2015 el intercambio comercial con Chile registró un saldo positivo de 526 millones de dólares. ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN* POLÍTICAS EXPANSIVAS Y DIVERGENCIA EN LOS NIVELES DE RENTA. UNA REFLEXIÓN AL CASO ARGENTINO 1900‐2010 Profesor Adjunto L. E. Maximiliano Albornoz Cátedra Historia del Pensamiento Económico‐Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Universidad de Morón
[email protected] Resumen El documento examina la divergencia en los niveles de renta de Argentina durante 1900 y 2010 con una economía que crece a una tasa constante en el mismo periodo. Los resultados demuestran que crecer a menos ritmo durante largos años es más efectivo que registrar lustros de gran crecimiento y otros de grandes caídas como ha sido el desempeño económico argentino. Esto va en detrimento de las políticas expansivas que un gobierno puede sostener para optimizar su rendimiento electoral al corto plazo, a costa de generar desequilibrios ‐ como la inflación y déficit fiscal ‐ que producen un agotamiento del ciclo económico. Abstract The paper examines the divergence in income levels in Argentina during 1900 and 2010 with an economy growing at a constant rate over the same period. The results demonstrate that grow unless pace for years is more effective than recorded decades of high growth and other big drops as has been the Argentine economic performance. This is detrimental to the expansionary policies that a government can hold to optimize their electoral performance in the short term at the expense of generating imbalances‐such as inflation and fiscal deficit ‐ which produce a depletion of the economic cycle. Palabras clave: divergencia, crecimiento económico, ciclo político. Clasificación JEL: E32, N16, O11. I. Introducción Argentina registra en 2012 un nivel de PBI per cápita que la ubica en un rango de ingreso medio alto. Hace 100 años atrás, el país se encontraba en la misma situación lo cual evidencia que no se pudo dar el “salto” y alcanzar la categoría de desarrollo pleno, como experimentan países desarrollados con PBI per capita en dólares superiores a los US$60.000 anuales. Como señala Fanelli (2012), Argentina ha estado presa de la “trampa del ingreso medio”, la cual evidencia en forma empírica que los países pueden salir con cierta rapidez de un nivel de renta bajo a otro de rango intermedio. Pero que es muy difícil pasar de
nivel medio a rango alto. Es decir, pasar de ser pobre a clase media es posible con esfuerzo, actitud y cierto apoyo. Pero ingresar en la clase alta requiere otro conjunto de habilidades y capacidades que pocas personas pueden alcanzar. El debate principal del documento se refiere a la efectividad de las políticas monetarias y fiscales para un país en desarrollo. ¿Conviene crecer durante grandes años a una tasa promedio, por ejemplo de 3/3,5%? ¿O es mejor registrar el nivel de crecimiento más alto posible durante el mayor tiempo posible y luego, afrontar las crisis y distribuir los costos entre todos los habitantes? La discusión gira en torno a la tasa de crecimiento óptima que un país puede registrar para maximizar el nivel de renta. Por supuesto, el tema entrar en el campo de la economía normativa ¿Cuál es la tasa óptima de crecimiento? Sin evitar que existe cierta discrecionalidad en el análisis y en el método de aproximación, vamos a sostener que un nivel de crecimiento óptimo sería del 3,3% en términos anuales, el cual podría mantener a la fuerza de trabajo en pleno empleo sin recalentar la economía y que provoque un alto crecimiento del nivel de precios. En una investigación pasada (Albornoz, 2013) se ha encontrado que existe una fuerte correlación entre en crecimiento de la base monetaria y del nivel de precios medido a través del IPC Bs. As. City, que es un índice privado de inflación. El desvío estándar de ambos era prácticamente igual. Lo cual es una clara evidencia de que el dinero está fuertemente correlacionado con el nivel de inflación. Considerando este supuesto que está apoyado por evidencia empírica, si el dinero crece a un ritmo de un 3‐4%, podemos sostener que los precios se moverán en la misma dirección y nivel. Este análisis pareciera considerar que el dinero es la causa de la inflación, para lo cual se podría argumentar que el dinero es “neutral”, por lo cual no tendría efectos reales y no generaría ni más puestos de trabajo ni habría crecimiento económico. El enfoque que quiero hacer es intermedio. El dinero tiene efectos reales y si crece a un ritmo de 3%/4% puede generar crecimiento económico con empleo y un nivel de precios moderado. II. Políticas expansivas y ciclo político El ciclo político es el espacio de tiempo en el cual un gobierno quiere permanecer en el poder para cumplir con la plataforma de acción para la cual lo votó la ciudadanía. Generalmente, en Argentina y en muchos países del mundo, los mandatos son de 4 años con elecciones cada 2 años para castigar o confirmar la acción del gobierno. La teoría keynesiana demostró que se puede salir de una recesión con políticas expansivas, generalmente fiscales como transferencias a sectores carenciados, empleo público, inversiones en rutas, caminos, escuelas, etc. Estas medidas fueron muy populares durante la década del 40 hasta los 70 y luego fueron fuertemente criticadas por generar costos indeseables como la inflación. Esto dio paso a nuevo paradigma que corrió al Estado de las actividades económicas, bisagra que se inició en Europa y Estados Unidos, bajo los gobiernos de Thatcher y Reagan y luego en América Latina principalmente durante la década del 90. Existe un trade‐off entre el ciclo político y el económico. El primero está vinculado a la permanencia de un gobierno en el poder y el segundo, a lograr un crecimiento de la renta por habitante de alto rango. Las medidas económicas implementadas por un gobierno que quiere maximizar el corto plazo, si bien tienen efectos positivos al corto plazo, luego generan condiciones negativas que repercuten en el nivel de vida de la población, desandando el camino hecho. Un fuerte crecimiento de la base monetaria y el gasto público puede tener efectos positivos al corto plazo, y muchos más luego de una crisis como la vivida por Argentina durante 2001 y 2002. Pero cuando la economía “rebota” luego de la caída, este tipo de políticas genera cada vez más desequilibrios que luego son difícilmente manejables y que conducen a grandes intervenciones en los mercados de trabajo, de capital y cambiarios. Argentina, a lo largo de su historia, ha preferido incremento del PBI de alto rango durante pocos años, y como consecuencia, ha sufrido, grandes caídas durante también pocos años. Los ciclos de Stop & Go tan característicos de la historia económica argentina documentan este crecimiento oscilante del bienestar de los argentinos. Al intentar maximizar el corto plazo, se perjudica el largo plazo, que es el horizonte de tiempo que permite cuantificar el desarrollo de un país. III. Divergencia en los niveles de renta Uno de los objetivos de todo gobierno es lograr un alto crecimiento económico para poder acortar las brechas entre las personas de bajo y alto ingreso. Esto por supuesto, no se logra quitándole a quien más tiene sino incrementando el PBI de manera que haya más para todos y generando mecanismos que permitan que las personas puedan disfrutar un mejor nivel de vida sobre la base de su esfuerzo y talento. En Economía de la distribución, este enfoque se llama “igualdad de oportunidades”. Las políticas públicas deben generar incentivos para que todas las personas puedan igualar sus oportunidades y lograr un bienestar según sus condiciones personales. Dado que este enfoque es bastamente complicado de cuantificar, generalmente se busca igualar un resultado como es el PBI per capita.
La convergencia en los niveles de renta indica que un país (llamémoslo “A”) al registrar un ritmo de crecimiento “x” lograr alcanzar el mismo nivel de renta de otro país (llamémoslo “B”). Por supuesto, el país A debe crecer a una tasa más alta que B para reducir las distancias. Para poder crecer, un gobierno podría realizar políticas expansivas, tanto monetarias como fiscales, para incrementar el PBI año a año y lograr el ansiado desarrollo. Pero como mencionamos antes, recalentar el crecimiento puede tener consecuencias negativas como la suba de los precios con sus efectos redistributivos en la desigualdad, pobreza y en la incorporación de activos físicos (como vivienda propia). La hipótesis que sostenemos es que crecer durante pocos años a una tasa superior al 6%/8%, si bien tiene efectos al corto plazo produce materializar las condiciones para generar distorsiones en el sistema económico que luego provocan grandes costos, tanto económicos como sociales. Vamos a demostrar con un simple ejemplo de matemática financiera que crecer a una tasa óptima de 3,3% es más productivo para un país que a tasas de 8% durante algunos años, y luego caer 4‐6% durante otros, a pesar de que en ambos casos, la tasa promedio de crecimiento de la economía es prácticamente la misma. Entonces, lo que determina el verdadero bienestar en un periodo de 100 años es la variabilidad y las oscilaciones que experimente el PBI. IV. Crecimiento económico argentino comparado 1900‐2010 Argentina registra a lo largo del siglo XX un crecimiento económico sumamente volátil y oscilante, con años de fuerte crecimiento y otros de fuertes caídas. Según datos de la CEPAL (1999) y el Ministerio de Economía, el crecimiento económico promedio medido en el PBI a lo largo de 1900‐2010, da una tasa de 3,3% en términos anuales. Considerando ese nivel de crecimiento, la pregunta que podría surgir es la siguiente ¿Por qué Argentina no dio el salto y alcanzó el desarrollo pleno? La respuesta está en la variabilidad de la tasa de crecimiento y sus efectos en los incentivos de los agentes económicos que ante un entorno hostil y cambiante, adoptan conductas de corto plazo para prevenirse en forma individual, pero que tiene grandes consecuencias a nivel país. Un claro ejemplo de esto es la calidad de la inversión en Argentina. Actualmente se observa (Albornoz, 2013) que la inversión se orienta a construcciones (60%) y no hacia equipos durables de producción (40%), que son el tipo de gasto que permite incrementar la productividad y la competitividad. Esto sucede porque para los agentes económicos, es más rentable comprar un inmueble por el alto costo de alquiler al que puede arrendarlo un propietario, y no depositarlo en el banco para que una empresa lo pueda prestar para inversiones productivas. El cuadro N°1 registra el crecimiento económico por décadas para el periodo 1900‐2010. Se observa que el decenio de mayor crecimiento, la década de 1900 ‐1910, es pleno apogeo del modelo agroexportador y durante la gran inmigración europea (de “aluvión” como la llamó José Luis Romero). Le sigue en ritmo la década de 1920‐1930, que se corta con la gran depresión. Cuadro N°1‐Crecimiento económico de Argentina por décadas Crecimiento económico argentino 1900‐2010‐ % PBI 1900‐1910 7,6% 1960‐1970 4,2% 1910‐1920 1,5% 1970‐1980 2,5% 1920‐1930 6,1% 1980‐1990 ‐0,7% 1930‐1940 1,6% 1990‐2000 4,0% 1940‐1950 4,6% 2000‐2010 4,1% 1950‐1960 1,3% Media 1910‐1960 3,8% Media 1960‐2010 2,8% Fuente: Elaboración propia en base al CEPAL (1999) e INDEC Se observa que al país le fue mejor durante los primeros 50 años que en los restantes. Además, la década del 80 tiene bien ganada su rótulo de “década perdida” cuando el PBI retrocedió 0,7% en términos anuales. Una pregunta que surge en este contexto es la siguiente: ¿Podría Argentina haber mejorado su desempeño económico si hubiera registrado un ritmo de crecimiento distinto al efectivamente obtenido? Al final del trabajo en el anexo estadístico se presenta la serie completa de crecimiento del PBI argentino durante el periodo analizado, donde se puede apreciar que el país registra periodos de “alto crecimiento” durante 1903‐1910; 1922‐1923; 1946‐
1949; 1964‐1965; 1991‐1994; 2003‐2007. Junto con periodos de “bajísimo crecimiento” como 1913‐1917; 1930‐1932; 1962‐1963; 1981‐1982; 1988‐1990; 1999‐2001. El cuadro N°2 registra la cantidad de caídas del PBI durante 1900 y 2010 para poder apreciar el tiempo durante el cual el país ha estado en “crisis”. La década más conflictiva es sin lugar a dudas, la década de 1980‐1990 con 5 caídas, lo cual da un promedio de un retroceso cada dos años. Le sigue en importancia la década de 1910‐1920 pero básicamente por un factor ajeno al país, como fue la Primera Guerra Mundial. Durante estos 110 años, el país registra 26 caídas lo cual indica que durante el 27% del tiempo ha estado con crisis económicas. Es decir, una crisis cada tres años. Estos eventos han tenido grandes impactos en el bienestar, especialmente durante la década del 80 y los 90 con la historia conocida. Cuando se compara este desempeño con los países desarrollados, se observa que en aquellos el tiempo de crisis es mucho menor, no superando el 6% en la mayoría de los casos (Albornoz, 2013). Cuadro N°2‐ Cantidad de caídas de PBI durante 110 años Cantidad de años con caída de PBI 1900‐1910 1 1960‐1970 2 1910‐1920 4 1970‐1980 3 1920‐1930 0 1980‐1990 5 1930‐1940 3 1990‐2000 3 1940‐1950 2 2000‐2010 3 1950‐1960 3 Total 13 Total 16 Fuente: Elaboración propia sobre la base del CEPAL (1999) e INDEC En este contexto, hagamos el siguiente ejercicio de matemática financiera que nos permitirá apreciar que si el país hubiera crecido a una tasa promedio de 3,3% en términos anuales durante los 110 años, hubiera obtenido un nivel de renta que es superior en casi un 20% al realmente obtenido por el país durante 1900‐2010. Esto pone en tela de juicio que realizar políticas expansivas con altos niveles de crecimiento (superando 7% anual) durante pocos años, generando grandes desequilibrios que luego impactan negativamente en el crecimiento y desandando todo lo hecho, no mejora el bienestar de la población, cuando uno considera un periodo de tiempo de largo plazo. Veamos la aplicación económica. En un curso básico de matemática financiera se estudia la bolilla de “Interés compuesto”. La misma señala como los intereses forman parte del capital, ampliando el capital inicial en cada periodo y provocando un crecimiento más grande del monto. Imaginemos que Argentina hubiera crecido a una tasa promedio constante de 3,3% (igual a la realmente observada) durante 1900‐2010. Habíamos señalado la misma como la tasa óptima de largo plazo. Si partimos de un ingreso expresado en número índice de 100,0 en 1900 al finalizar el periodo, en 2010, el PBI hubiera alcanzado en nivel de 3.556. Lo cual indica que el PBI se hubiera multiplicado por 35. En términos de la regla del 70 (la cantidad de años al cual el PBI se duplica creciendo a una tasa x), el país hubiera duplicado su PBI cada 20 años. Comparemos este análisis con el efectivamente registrado por Argentina durante 1900‐2010. La tasa promedio de crecimiento fue de 3,3%. Prácticamente igual al ejercicio propuesto. Pero cuando comparamos el nivel de renta observamos que en 2010 alcanza un valor de 2.993 en términos de números índices. La discrepancia entre la renta obtenida creciendo a una tasa constante de 3,3% y la registrada 3,3% es del 19%, lo que indica que las políticas expansivas que maximizan el ciclo político no tienen grandes resultados en los niveles de renta cuando se analizan largos periodo de tiempo. La renta sería un 20% más alta si se hubiera crecido a una tasa constante y no habiendo registrado periodos de crecimiento al 7/8% y luego otros con caída de 6/7%. Maximizar el bienestar de largo plazo es consistente con un crecimiento del PBI óptimo de 3,3% para no generar grandes desequilibrios ni fiscales ni monetarios.
Cuadro N°3‐ Divergencia en los niveles de renta Crecimiento económico y divergencia 1900‐2010 Índice PBI simulado 1900‐2010 Índice PBI real %PBI= 3,3% 3.556 %PBI= 3,3% 2.993 Variación en la renta: 19% Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL (1999) e INDEC El gráfico N°1 registra el crecimiento económico comparado durante 1900‐2010 para Argentina en las medidas, la real (CEPAL‐ INDEC) y la simulada a través del ejercicio de matemática financiera. Se observa cómo la crisis se profundiza en los últimos años de la década de los 70 y durante todo 1980. Las grandes discrepancias en los patrones de crecimiento económico durante los últimos años de la década del 70 y el fuerte estancamiento de los 80 rezagaron el índice de PBI ubicándolo muy por debajo del realmente obtenido si se hubiera mantenido una tasa constante de crecimiento a lo largo de los años. Políticas fiscales ‐ aumento del gasto público ‐ y monetarias ‐ emisión de dinero para financiar el déficit fiscal (monetización del déficit) ‐ generaron grandes desequilibrios con el afán de mantener un nivel de crecimiento. Pero generaron grandes problemas en los sectores cambiarios, real y monetario que luego provocaron destrucciones de riqueza y de puestos de trabajo. El ciclo político es esencial para entender estos ciclos de Stop & Go, dado que las políticas públicas se orientan al corto plazo, que es el tiempo relativo en el cual un gobierno se mantiene en el poder. Las recientes inundaciones y sus consecuencias, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en La Plata dan clara evidencia de la supremacía de políticas para maximizar el ciclo político sobre las que maximizan el bienestar a largo plazo. Gráfico N°1‐ Crecimiento económico comparado
Crecimiento económico comparado 1900‐2010 5000 4500 1900= Base 100
4000 3500 3000
%PBI simulado %PBI real
2500 2000 1500 1000 500 1900 1905 1910 1915 1920 1925 1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
0
Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL y MECON Para finalizar, en los cuadros N°4, 5 y 6 se registran la evolución de la inflación a partir de 1943, el déficit primario y financiero y la evolución de la base monetaria para Argentina. Se observa como la inflación promedio anual ha sido siempre superior al 20%, lo cual es consistente con la realidad económica argentina actual. Salvo la década del 70 y 80, cuando los niveles se dispararon, los argentinos han nacido y crecido en un contexto altamente inflacionario. La década del 90 refleja el establecimiento del plan de convertibilidad que redujo prácticamente a cero el crecimiento de los precios y luego deflación de los últimos años durante el gobierno de Carlos Menem y el de Fernando de la Rúa producto de la recesión en la cual se encontraba la economía argentina. Cuadro N°4‐ Inflación promedio anual 1943‐2010
1900‐1910 1910‐1920 1920‐1930 1930‐1943 1943‐1950 1950‐1960 Total
Inflación promedio anual por décadas s/d 1960‐1970 s/d 1970‐1980 s/d 1980‐1990 s/d 1990‐2000 20,2% 2000‐2010 30,9% 25,5% Total Fuente: Elaboración propia sobre la base del INDEC
21,6% 151,7% 1085,6% 29,9% 9,9% 259,7%
El crecimiento de los precios en Argentina ha estado por encima del 20% en momentos normales (décadas de 1940 y 1960), alrededor del 30% (décadas de 1950 y 1990) y superando el 100% durante las décadas de 1970 y 1980. El bajo registrado en la década de 2000 obedece a la deflación del final de la convertibilidad y la “estabilidad silenciosa” del periodo 2003‐2006. Si se computaran los últimos 4 años, se estaría en los niveles de 1940 y 1950. Cuadro Nº 5‐ Resultado primario y financiero argentino 1960‐2010 (% PBI) Resultado primario y financiero como % PBI promedio anual por décadas Periodo
Resultado primario
Periodo
Resultado financiero
1960‐1970 ‐3,1 1960‐1970 1970‐1980 ‐5,0 1970‐1980 1980‐1990 ‐3,8 1980‐1990 1990‐2000 ‐0,2 1990‐2000 2000‐2010 2,4 2000‐2010 Promedio 1960‐2010 ‐2,0 Promedio 1960‐2010 Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Economía
‐4,0 ‐6,6 ‐8,0 ‐2,3 0,0 ‐4,2
El cuadro 5 registra la evolución de los déficits fiscales, tanto primario (antes del pago de los intereses de la deuda pública) como los financieros (la “caja” real del gobierno). Se observa que salvo el último periodo, ha existido un desequilibrio constante de las finanzas públicas argentinas, gastando siempre más de lo que ingresó. Los mayores desequilibrios se registran en la década de 1970 y 1980. Cuadro Nº6‐ Crecimiento anual de la base monetaria en Argentina 1978‐2010 Crecimiento anual de la base monetaria por lustros Periodo % Anual 1978‐1980 93,70% 1980‐1985 289,20% 1985‐1990 626,80% 1990‐1995 150,30% 1995‐2000 ‐1,30% 2000‐2005 35,90% 2005‐2010 23,60% Fuente: Elaboración propia sobre la base del BCRA Finalmente, el crecimiento de la base monetaria es un indicio de la necesidad de “monetizar” el déficit, lo cual ha impacto en la ciudadanía a través del llamado “impuesto inflacionario”. Las mayores emisiones se dan en la década del 80, especialmente entre el Plan Austral y la asunción de Menem en 1989. El sistema de convertibilidad ($1 = US$1) estableció un férreo control sobre la emisión, dependiendo básicamente del endeudamiento externo, lo cual queda registrado en la deflación de la base monetaria. El
último periodo 2005‐2010 es un claro indicio del uso del ciclo político sobre el ciclo económico para lograr resultados electorales favorables. V. Conclusiones Se ha demostrado estadísticamente que si bien el país A (Argentina creciendo a una tasa constante de 3,3%) y el país B (Argentina con las tasas de crecimiento realmente observadas durante el periodo 1910‐2010 creciendo en promedio al 3,3% en términos anuales) crecen a tasas parecidas, cuando se observa el PBI expresado en números índice, en el caso A el nivel de renta sería un 20% superior al caso B. Esto da evidencia de que los gobiernos cuando maximizan el ciclo político de corto plazo, el cual está basado en su elección por parte de la ciudadanía, generan las condiciones para las crisis que luego tiran por la borda todas las mejoras que habían generando en los años de crecimiento. Es decir, borrar con el codo lo escrito con la mano. Crecer a una tasa constante reducida produce mejores incentivos para los agentes económicos porque no “recalienta” ni los precios ni el consumo apresurado en bienes durables y no durables (como automóviles, viajes, electrodomésticos, etc.). Además, en los momentos de crisis, estas generan grandes pérdidas de riqueza y producción, como también fuertes oscilaciones en el bienestar de la población. Las políticas fiscales y monetarias expansivas de corto plazo que pretenden maximizar el crecimiento del PBI para favorecer el ciclo político, al mediano y largo plazo generan las condiciones para las crisis futuras. Durante 1900‐2010, Argentina ha estado el 27% del tiempo en crisis y la divergencia en los niveles de renta es casi del 20%, comparados el modelo simulado y el registrado. VI. Anexo estadístico Cuadro VI. A. Crecimiento simulado y real 1910‐1929 Argentina simulada Argentina real (País A) (País B) Periodo Índice PBI % Anual Índice PBI % Anual 1900 100.0 100,0 1901 103.3 3.3% 105,4 5,4% 1902 106.7 3.3% 105,1 ‐0,3% 1903 110.2 3.3% 117,5 11,8% 1904 113.9 3.3% 131,0 11,5% 1905 117.6 3.3% 150,5 14,9% 1906 121.5 3.3% 158,0 5,0% 1907 125.5 3.3% 165,9 5,0% 1908 129.7 3.3% 177,9 7,2% 1909 133.9 3.3% 189,3 6,4% 1910 138.4 3.3% 206,3 9,0% 1911 142.9 3.3% 213,1 3,3% 1912 147.6 3.3% 219,5 3,0% 1913 152.5 3.3% 224,1 2,1% 1914 157.5 3.3% 199,2 ‐11,1% 1915 162.7 3.3% 193,3 ‐3,0% 1916 168.1 3.3% 190,4 ‐1,5% 1917 173.7 3.3% 179,1 ‐5,9% 1918 179.4 3.3% 204,9 14,4% 1919 185.3 3.3% 214,8 4,8% 1920 191.4 3.3% 230,2 7,2% 1921 197.7 3.3% 237,8 3,3% 1922 204.3 3.3% 258,3 8,6% 1923 211.0 3.3% 290,0 12,3% 1924 218.0 3.3% 307,7 6,1% 1925 225.2 3.3% 311,7 1,3%
1926 1927 1928 1929
232.6 240.3 248.2 256.4
3.3% 3.3% 3.3% 3.3%
321,1 344,9 367,6 386,4
3,0% 7,4% 6,6% 5,1%
Periodo 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960
Cuadro VI. B. Crecimiento simulado y real 1930‐1960 Argentina simulada Argentina real (País A) (País B) Índice PBI % Anual Índice PBI % Anual 264.9 3.3% 374,8 ‐3,0% 273.6 3.3% 342,9 ‐8,5% 282.6 3.3% 327,8 ‐4,4% 292.0 3.3% 347,5 6,0% 301.6 3.3% 376,7 8,4% 311.5 3.3% 386,9 2,7% 321.8 3.3% 395,4 2,2% 332.4 3.3% 425,4 7,6% 343.4 3.3% 433,1 1,8% 354.7 3.3% 444,8 2,7% 366.4 3.3% 448,3 0,8% 378.5 3.3% 466,3 4,0% 391.0 3.3% 473,3 1,5% 403.9 3.3% 477,0 0,8% 417.3 3.3% 527,1 10,5% 431.0 3.3% 523,4 ‐0,7% 445.3 3.3% 571,6 9,2% 460.0 3.3% 635,0 11,1% 475.1 3.3% 672,5 5,9% 490.8 3.3% 667,1 ‐0,8% 507.0 3.3% 679,8 1,9% 523.7 3.3% 698,2 2,7% 541.0 3.3% 656,3 ‐6,0% 558.9 3.3% 677,3 3,2% 577.3 3.3% 711,1 5,0% 596.4 3.3% 745,3 4,8% 616.1 3.3% 744,5 ‐0,1% 636.4 3.3% 781,7 5,0% 657.4 3.3% 804,4 2,9% 679.1 3.3% 755,3 ‐6,1% 701.5 3.3% 788,6 4,4%
Periodo
Cuadro VI. C. Crecimiento simulado y real 1961‐1990 Argentina simulada Argentina real (País A) (País B) Índice PBI % Anual Índice PBI % Anual
1961
724.6
3.3%
843,8
7,0%
1962
748.5
3.3%
830,3
‐1,6%
1963
773.3
3.3%
812,8
‐2,1%
1964
798.8
3.3%
886,0
9,0%
1965
825.1
3.3%
958,7
8,2%
1966
852.4
3.3%
973,0
1,5%
1967
880.5
3.3%
999,3
2,7%
1968
909.5
3.3%
1.052,3
5,3%
1969
939.6
3.3%
1.136,5
8,0%
1970
970.6
3.3%
1.196,7
5,3%
1971
1,002.6
3.3%
1.235,0
3,2%
1972
1,035.7
3.3%
1.254,7
1,6%
1973
1,069.9
3.3%
1.296,1
3,3%
1974
1,105.2
3.3%
1.359,7
4,9%
1975
1,141.6
3.3%
1.346,1
‐1,0%
1976
1,179.3
3.3%
1.338,0
‐0,6%
1977
1,218.2
3.3%
1.414,2
5,7%
1978
1,258.4
3.3%
1.361,9
‐3,7%
1979
1,299.9
3.3%
1.451,8
6,6%
1980
1,342.8
3.3%
1.483,7
2,2%
1981
1,387.2
3.3%
1.409,6
‐5,0%
1982
1,432.9
3.3%
1.372,9
‐2,6%
1983
1,480.2
3.3%
1.419,6
3,4%
1984
1,529.1
3.3%
1.440,9
1,5%
1985
1,579.5
3.3%
1.341,5
‐6,9%
1986
1,631.7
3.3%
1.438,0
7,2%
1987
1,685.5
3.3%
1.472,6
2,4%
1988
1,741.1
3.3%
1.444,6
‐1,9%
1989
1,798.6
3.3%
1.344,9
‐6,9%
1990
1,857.9
3.3%
1.314,0
‐2,3%
Periodo 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Cuadro VI. D. Crecimiento simulado y real 1991‐2010 Argentina simulada Argentina real (País A) (País B) Índice PBI % Anual Índice PBI % Anual 1,919.2 3.3% 1.446,7 10,1% 1,982.6 3.3% 1.575,4 8,9% 2,048.0 3.3% 1.663,7 5,6% 2,115.6 3.3% 1.795,1 7,9% 2,185.4 3.3% 1.739,4 ‐3,1% 2,257.5 3.3% 1.819,5 4,6% 2,332.0 3.3% 1.966,8 8,1% 2,409.0 3.3% 2.042,6 3,9% 2,488.5 3.3% 1.973,4 ‐3,4% 2,570.6 3.3% 1.957,8 ‐0,8%
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
2,655.4 2,743.0 2,833.6 2,927.1 3,023.7 3,123.4 3,226.5 3,333.0 3,443.0 3,556.6
3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3% 3.3%
1.871,5 1.667,6 1.815,0 1.978,9 2.160,5 2.343,4 2.546,2 2.718,3 2.741,4 2.993,3
‐4,4% ‐10,9% 8,8% 9,0% 9,2% 8,5% 8,7% 6,8% 0,9% 9,2%
VII. Bibliografía ALBORNOZ, M. (2012a). Ensayos sobre demografía e historia económica argentina. Ediciones independientes. Rubén Rada. Quilmes. ALBORNOZ, M. (2013b). Macroeconomía Argentina Aplicada. Un enfoque empírico. Ediciones Cooperativas. Buenos Aires. FANELLI, J. (2012). La Argentina y el desarrollo económico en el siglo XXI. Siglo XXI editores. Buenos Aires. FERRERES, O. (2005). Dos siglos de economía argentina. Fundación Norte y Sur. Buenos Aires. GERCHUNOFF P.; LLACH, L. (1998a). El ciclo de la ilusión y el desencanto. Editorial Ariel. GERCHUNOFF P.; LLACH, L. (2004b). Entre la equidad y el crecimiento. Siglo XXI editores. INDEC. Series históricas de cuentas nacionales. Diversos comunicados de prensa. MADDISON, A. (1983): A comparison of levels of GDP per capita in Developed and Develoving Countries, 1700‐1980. The Journal of Economic History Vol. 43, No. 1, The Tasks of Economic History (Mar., 1983), p. 27‐41. MARTÍNEZ, R. (1999). Recopilación de series históricas del producto y del ingreso. CEPAL. Buenos Aires. Ministerio de Economía y Producción (2004). Cuenta de ahorro‐inversión‐financiamiento 1961‐2004. Buenos Aires. PRITCHETT, L. (1997). Divergence, Big Time. The Journal of Economic Perspectives, Vol. 11, No. 3. (Summer, 1997), p. 3‐17. PROPATTO, J. (2003). El sistema de cuentas nacionales. Editorial Macchi. Buenos Aires. ROMERO, L. (2012). Breve historia contemporánea de la Argentina 1916‐2000. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. TROSSERO, A.; MURIONI, O. (1999). Manual de cálculo financiero. Ediciones Macchi. Buenos Aires. Se deja constancia de que las opiniones vertidas en los trabajos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores.