!

1

biblikka Estudio y respuestas de la Palabra de Dios Enseñanza 045 13 de agosto, 2012

REPASO La Epístola a los Filipenses es un verdadero tesoro. Un tesoro olvidado. Filipenses es una carta... Poderosa, Personal, Práctica, Profunda Una relación, iglesia y ciudad especial El problema aparente - Presiones desde afuera - Presiones desde adentro - Presiones doctrinales

El problema aparente (Cuarta Parte) - Desunión 1 Evodia y Síntique Casi al final de la carta. Nos vamos acercando al problema real de la iglesia filipense

!

2

4:2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Evodia y Síntique, anteriores colaboradoras de Pablo y actuales líderes en la iglesia filipense, no se estaban llevando bien.

Pudiera ser que sus discordias sean en alguna medida el resultado de las presiones a las que estaba sometida la iglesia. Pero Pablo sabe que el problema de fondo es más serio. Por ser líderes, estas faltas no sólo les afectaron a ellas de forma individual sino también a la congregación colectivamente. Más importante aun, y como veremos en el próximo capítulo, el testimonio de la iglesia ante la comunidad no cristiana en Filipos había sido perjudicado. El error de estas dos líderes ha sido público y Pablo, antes de cerrar la carta, lo trata de forma pública.

!

3

¿Era este problema de desunión exclusivo de Evodia y Síntique? Si así fuera, ¿por qué toda una carta para eso? Debemos recordar que los recipientes de la carta estaban bien enterados de la situación. También es muy probable que la discordia hubiese involucrado a más de uno. Seguramente también otros en la congregación necesitaban aprender lo mismo que sus líderes.

En la resolución del conflicto, Pablo invita a participar a otros colaboradores suyos: Clemente y el anónimo “compañero fiel”.

Existen diferentes teorías sobre la identidad de este último. Las alternativas consideradas por los eruditos van desde el mismo Epafrodito, pasando por la “esposa de Pablo” (¿Lidia?) y llegando hasta el médico Lucas. De entre estas alternativas, la de Lucas es la más probable. Él estuvo presente en la fundación de esta iglesia y quedó con ésta cuando Pablo continuó rumbo a Tesalónica, permaneciendo allí durante varios años (quizá siete) hasta que se reintegró al equipo apostólico. Su familiaridad con la congregación y con la situación filipense le hacían el instrumento idóneo para mediar en el problema.

!

4

Contrario a la situación corintia, esta iglesia disponía de personas maduras para manejar la disensión. Pablo les confió a ellos la difícil tarea, y ahora estos líderes (que colaboraron con él en el inicio de la iglesia en Filipos) son llamados a participar en una delicada e importante misión dirigida a la sanidad y la estabilidad de la obra.

Pero, aunque nos cueste creerlo, la desunión entre el liderazgo en la iglesia de Filipos tampoco era “El problema...”

Para meditar: Discípulos y discordias Podemos imaginar cómo las cuatro personas mencionadas en Filipenses 4:2-3 (Evodia, Síntique, Clemente y el “compañero fiel”) fueron parte del inicio de la iglesia en Filipos. También podemos pensar que quizá, como tantas veces sucede aún hoy, un sentido de “posesión” pudo haber entrado en los corazones de algunos en la iglesia, olvidando Quién es en realidad el dueño de la obra.

Aquellos que se han identificado con una comunidad cristiana desde sus inicios a veces desarrollan un malsano sentido de privilegios. El

!

5

“síndrome de los pioneros” es la rara sensación de derechos especiales (y hasta de pertenencia) basada en la antigüedad de los creyentes en su iglesia local. Parece ser un problema universal. Sus resultados suelen ser desastrosos.

Podemos pensar en dos posibles consecuencias. Primero, por parte de “los primeros” según pasa el tiempo, la rivalidad con aquellos que llegaron después y a quienes el Señor está usando en el momento actual. Es como si los “pioneros” nunca quisieran soltar el timón. Junto a esto surge también el temor a los cambios que la nueva sangre suele traer a la iglesia, temor que engendra una resistencia automática.

Segundo, en los recién inaugurados en el camino cristiano a veces observamos una actitud que pareciera indicar que todo lo antiguo está mal y que necesita ser cambiado. Esto puede aplicarse al estilo de la alabanza, a las estrategias de evangelismo, y ¡hasta a la decoración del lugar de adoración!

!

6

Mientras más insignificantes son los motivos que separan a los creyentes, más al descubierto queda la carencia de dos aspectos clave en la fe cristiana: la humildad (“quizá yo no tengo razón”) y el testimonio (“sin unidad no tenemos autoridad”).

Bajo la superficie de las discordias y divisiones en el cuerpo de Cristo no hallamos problemas o diferencias sustanciales. En la mayoría de los casos encontramos caracteres sin humildad y egos sin cruz.

Para meditar: Mujeres y ministerio Un tema interesante que surge en estos versos es la participación de las mujeres en la vida y el liderazgo de la iglesia. El interés parte de dos importantes aspectos.

Primero, varias mujeres son mencionadas en la historia de la iglesia Filipense como teniendo papeles importantes. No sólo tenemos a Lidia, la empresaria y mecenas del apóstol (además de ser dueña del hogar donde comenzó la iglesia), sino también a Evodia y a Síntique. Éstas últimas son identificadas como “colaboradoras” de Pablo.

!

7

Sin querer leer demasiado en la palabra “colaboradora”, y sin aventurarnos a identificarlas como diaconisas, ancianas o apóstoles, es inevitable admitir que el papel de estas dos mujeres era más que figurativo y que eran parte del cuerpo de líderes de esta congregación. También al final de la Carta a los Romanos se mencionan nombres de mujeres entre los que varias eran líderes en la iglesia y una, Junia, apóstol. ¿Será una casualidad que sean Roma y Filipos donde esto ocurre? Quizá no.

Lo que nos lleva al segundo punto. Sabemos que Macedonia era una región del mundo grecorromano en el que las mujeres eran bien vistas como líderes en la sociedad. Por eso también la importancia de la influencia de algunas mujeres en el relato de Hechos del comienzo de la obra en Tesalónica, otra ciudad Macedónica.

Esto nos obliga a plantearnos si la mayor prominencia de mujeres en el liderazgo en la iglesia filipense obedece a la aceptación social de esta práctica en el entorno cultural. Dicho de otra manera, da la impresión de que allí donde las mujeres eran bien vistas por la

!

8

comunidad general (“secular”) como protagonistas de los asuntos de la sociedad, Pablo y la iglesia también daban participación como “líderes” a las mujeres. Lo contrario parece haber sido cierto también. Donde la posición de la mujer en la sociedad era limitada, se restringía la función de liderazgo de la mujer en la vida de la iglesia. ¿Ayuda esto a entender las “prohibiciones” de la participación femenina en el culto en las iglesias de Éfeso y Corinto?

Todo lo anterior sugiere unas situaciones hermenéuticas interesantes para la vida de la iglesia moderna. En una sociedad donde, al menos en occidente, las mujeres son cada vez más aceptadas en posiciones de liderazgo, ¿no es sensato permitir que lo mismo ocurra en la iglesia? No es un asunto de “adecuar la iglesia a los tiempos”. Es un asunto de aceptar cómo el contexto histórico afectó grandemente la vida de la iglesia en el primer siglo e incluir ese elemento en nuestras herramientas para la correcta exégesis del Nuevo Testamento.

Si el planteamiento es correcto, un buen sector de la iglesia podría estar equivocado al excluir innecesariamente de un ministerio más

!

9

activo de liderazgo a una significativa y valiosísima proporción de su membresía.

[email protected] Redentor 104.1 FM 13 de agosto, 2012 San Juan, Puerto Rico Jose R. Martinez-Villamil MD. MDiv.