El camino del Corazón Por Raymund Andrea, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C

El camino del Corazón Por Raymund Andrea, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. Para los miembros de los grados avanzados resultarán familiares los n

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El camino del Corazón Por Raymund Andrea, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.

Para los miembros de los grados avanzados resultarán familiares los nombres de varios Maestros, entre ellos el Maestro Moria. Por lo que hemos estudiado sobre él, sabemos que es un hombre de apariencia impresionante, de gran poder personal, con un estilo de expresión notorio por su carácter sentencioso, agudeza de ingenio y sabiduría y a quien se atribuyen las siguientes enigmáticas palabras: «Mirar con los Ojos del Corazón; escuchar con los Oídos del Corazón el estruendo del mundo; escudriñar el futuro con la comprensión del Corazón; recordar las acumulaciones del pasado a través del Corazón; así debe uno avanzar impetuosamente en el Sendero de la Ascensión». Por las relaciones que sostuve en el pasado con los miembros, me he percatado que el enfoque de algunos de ellos hacia sus estudios ha sido completamente de tipo mental. Sé que el temperamento individual influye fuertemente en la clase de enfoque que el estudiante da a su trabajo. Algunos tienen un enfoque completamente mental, mientras que el de otros es principalmente de orden emocional. Los mejores resultados no provienen ni de una actitud puramente mental ni únicamente de la emocional. Muy pocos combinan ambos enfoques en un desarrollo armonioso y ningún estudiante sincero progresará demasiado en el Sendero, si no se percata de que si se interesa más en el mundo interior de su cabeza que en el mundo exterior, si es un introvertido, cierra la puerta a una experiencia más valiosa. Si ha de lograr un desarrollo equilibrado y útil, debe reconocer la singular virtud de interesarse en el mundo exterior, de ser un extrovertido del corazón. Siempre hemos pensado que los Maestros son hombres compasivos. De hecho, con frecuencia se les llama Maestros de Compasión. Esto se aplica, desde luego, principalmente a Buda y Cristo y, en tanto que los Maestros son reconocidos discípulos de estos dos grandes seres, no podemos pensar en ellos sino como hombres compasivos, lo que significa que, con todo su extenso conocimiento y sabiduría, también el amor que todo lo incluye es suyo. Esto se hace evidente en la primera frase de la cita: «Ver con los Ojos del Corazón». Ahora bien, justamente esto es lo que no resalta en algunos de los miembros que mencioné. Ellos verdaderamente ven con los ojos de la mente. Se sienten muy satisfechos de poder ver su camino de manera tan clara y precisa. Se centran en el plano mental, fríos, indiferentes, concentrados y creen que eso es todo lo que se necesita. No tengo nada que decir contra eso salvo que me parece que ven desde lejos a Buda y a Cristo, que están muy lejos del Camino de la Compasión y están alimentando su sentido de poder y eficiencia al tratar de alcanzar supremacía personal a su propio modo.

Es verdad que muchos van por ese camino durante años hasta que la vida misma, bajo el compás acelerado de su inspiración, les enseña una cruda lección, pues la vida está muy lejos de ser un asunto exclusivo de la cabeza. Tarde o temprano, el corazón de la vida exige reconocimiento y, si se le ha ignorado, experimenta dolor y al llegar la revelación los forzará a ver con los «Ojos del Corazón». Ese es el primer paso hacia un desarrollo equilibrado y ¿por qué no habría de ser así? Los «ojos del corazón» Cultivar el alma, progresar en el Sendero, buscar el conocimiento mayor y la comprensión del Ser, no entran en la misma categoría que la búsqueda científica, artística o literaria. Este tipo de búsqueda puede realizarse sin otro aprendizaje u otra referencia más que el cultivo y la realización personal. Es parte y fragmento de la ambiciosa vida de millones de personas que aspiran a un éxito legítimo en el mundo, empero, el desarrollo místico no es la ambición de millones de personas. ¡Es el propósito de unos pocos y tiene más reglas estrictas que observar! La primera de las cuales es capacitarse para el servicio personal e incomparable hacia los demás. No podemos servir de forma adecuada a otros a menos que los veamos con los «Ojos del Corazón». Nunca los entenderemos ni los ayudaremos verdaderamente si simplemente nos mantenemos interesados en nosotros mismos, si somos introvertidos cerebrales. Los secretos de los hombres no se encuentran en su cabeza, sino en su corazón y es allí donde debemos buscarlos, sentirlos y conocerlos. Ahora veamos la siguiente frase en cuestión: «escuchar con los Oídos del Corazón el estruendo del mundo». El estruendo del mundo continuamente está en nuestros oídos. Estamos tan acostumbrados a él que apenas lo notamos. Sin embargo, escucharlo y tratar de interpretarlo con los «Oídos del Corazón» ¡abre una puerta a una identificación más cercana de nosotros mismos con la humanidad! ¿Qué significa el incesante clamor para los millones que participan en él y lo provocan? Qué contraste con la silenciosa hora de la meditación del monje en su retiro, el místico y solitario en su callado recogimiento. El Karma condiciona a unos y a otros y aunque nuestros intereses específicos hacen que nos inclinemos hacia aquellos que consideran el silencio del mismo modo que nosotros, necesitamos pensamientos inspirados y una viva compasión por las multitudes que hacen posible nuestra vida en medio de la confusión. No subestime el trabajo concentrado, la carga de las responsabilidades, los ansiosos esfuerzos para el ajuste de estas multitudes que mantienen las sólidas bases y el armonioso funcionamiento de nuestra llamada vida civilizada. Trate de comprender su múltiple funcionamiento e interprételo en términos de las tensiones del corazón involucradas en este funcionamiento. Somos parte de él (incluso cuando tratamos de evitarlo) y el místico verdadero nunca lo puede ignorar sin una profunda pérdida de sí mismo. En palabras de la Biblia: No oses ignorar la belleza y la oscuridad de aquellos fragmentos Divinos que luchan codo a codo con él y forman la raza a la que pertenece.

Debo aclarar que si descendemos de manera voluntaria hacia el interior del corazón y percibimos la vida desde el centro sensitivo, el Camino Místico no es cosa fácil. ¡En verdad, hacer esto no facilita nuestro viaje, sino que le añade cargas! Sin embargo, si nos llama la vida mística debemos estar listos para cumplir sus condiciones. ¡Es nuestra elección! Muchos de los que están en el Sendero han rehusado aceptar esta señal del corazón como su maestro. Se han dado cuenta de que hacerlo haría más difícil el camino de la ascensión. Han tenido miedo de las penas que sabían que traería una sensibilidad mayor. Empero, el Maestro tiene esta sensibilidad en su perfección por virtud de la aceptación de estas condiciones a lo largo de todo el Camino, y me parece que si en verdad uno es llamado al Sendero no debe considerar el precio, sino estar agradecido por la rara oportunidad de una encarnación. Estos pensamientos nos llevan a la siguiente frase: «escudriñar el futuro con la comprensión del Corazón». Este es un pensamiento superior y contempla una comprensión mayor en el sendero. Sólo un corazón iluminado puede ejercer tan alta prerrogativa, ¡no deberíamos intentar ponerla en práctica antes de tiempo! Si lo hiciésemos, fuere por ambición o presunción, cometeremos errores, nos desviaremos y posiblemente a otros también. Incluso cultivar el corazón durante una encarnación puede no conferirnos tal prerrogativa y es bueno que sea así, pues ver el Karma evolutivo que nos espera a nosotros y a otros requiere un desarrollo equilibrado de la mente y el corazón, lo que es algo excepcional en el Sendero. ¿Cuántos de nosotros, al ver las sombras adelante en el Sendero o la renuncia del ser a ser requerido en un portal superior, iríamos más adelante con voluntad y ánimo indoblegables sin ser frenados por la voz de la personalidad? ¡Es sorprendente lo que algunos aspirantes piensan que deberían ser capaces de hacer después de algunos años de estudio en el Camino! Esa fue una falla de algunos intelectuales relacionados en los primeros años con el movimiento Teosófico en India. Exigían altos privilegios para los que no estaban preparados y en lugar de ejercer sabia humildad y paciencia (quienes no estando suficientemente preparados para escudriñar el futuro con la comprensión del corazón) recurrieron al espiritismo y a sesiones de esta índole, ¡como si ese apartado camino de dudosa reputación pudiera hacerlos tan sabios como los Maestros! «Recordar las acumulaciones del pasado a través del Corazón». A primera vista pensé que con esta frase estábamos en un terreno más seguro que con aquella relativa al futuro, pero la referencia en ésta claramente está dirigida al Karma de ciclos anteriores (no sólo el actual) y de inmediato vemos que serán muy raros aquellos quienes puedan revisar el amplio recorrido de las vidas pasadas y ver cómo han conformado el hombre que son. Sé que es muy común para los aspirantes sentirse muy seguros acerca de sus encarnaciones pasadas, basando sus conclusiones en ciertos aspectos y realizaciones en su ciclo actual. Debo confesar que siempre me he mostrado escéptico cuando me topo con aquellos que tienen la más absoluta certeza sobre su pasado historial. Al igual que en el caso de

escudriñar el futuro, pienso que es necesario un desarrollo muy equilibrado para contemplar el pasado. Habrá mucho inscrito esperando al aspirante en ese archivo de pensamiento y acción de vidas pasadas y destinado a cumplirse ahora y después que, si es conocido prematuramente, puede destruir su paz mental y la estabilidad de su progreso inmediato. Nuevamente aquí, al igual que lo referente al conocimiento del futuro, podemos basarnos en la noción de que los Poderes Cósmicos, a los que acudimos en busca de guía, no retirarán el velo ni revelarán aquello para lo que no hemos ganado el derecho de saber ni hemos logrado la fortaleza para enfrentar con determinación y compasión. Compasión ¿Por qué digo compasión al llegar a esta frase final de la cita?..."así debe uno avanzar impetuosamente en el Sendero de la Ascensión". Primariamente porque se refiere a lo que necesitamos cultivar en el presente inmediato. La palabra «impetuosamente» en la cita llama mi atención. La imponente presencia y el aspecto tan severo del Maestro «M», da un significado especial a la palabra. Perentorio en el lenguaje y presto en la acción, la palabra «impetuosamente» expresa adecuadamente su poderosa voluntad, pero no la usaría de manera general como una palabra de guía para los aspirantes. Avanzar impetuosamente, tener un fuerte antecedente de desarrollo maduro, conocerse a sí mismo, ver antes y después, poder resistir toda condición desfavorable, poder juzgar acertadamente, sortear todos los obstáculos y exigirse a sí mismo la más severa disciplina de vida y Karma..., con seguridad este sólo puede ser un proceso de sabiduría para unos cuantos. Sería sólo un proceso adecuado para un discípulo allegado y aceptado del Maestro, para quien es familiar y prácticamente demostrable todo el conocimiento encerrado en esta cita; en cuanto a nosotros, estaremos más seguros en terrenos más modestos. Por eso es por lo que menciono la compasión, pues contiene una etapa de desarrollo posible y necesario alcanzable para el aspirante; cuando una compasión divina y profunda invade su actitud hacia el mundo de la existencia humana. ¡No es una tarea fácil! Los años le habrán cobrado su tributo antes de que el corazón (ya despierto) alcance una amplia visión de las vidas, luchando a través de ellas sin saber casi como hacerlo, hacia una meta que no pueden ver. La mente aislada nunca puede encontrarla cara a cara, pues es demasiado limitada e indiferente. Si alguno piensa que alcanzará estas gracias del hombre interno a través del ejercicio de la lógica y la agudeza mental, los años que pasan lo desilusionarán. El corazón, no la cabeza, es el centro de vida y no importa cuán alto haya ascendido en el reino de los hechos tendrá que descender y lavar sus pies en la Sangre del Corazón. Eso en sí mismo revolucionará su manera de acercarse a la vida, pero no debería esperar a que esto lo fuerce, como seguramente pasará si solicita avanzar. Debería intentar, día tras día, medir y juzgar todas las cosas y a todas las personas mediante el Fuego del Corazón. Sólo verá las cosas tal como son y evocará de otras lo que hay en ellas mediante la radiación magnética del corazón. Según las intensidades de la experiencia que

hemos sondeado, a través del corazón despierto y compasivo, será la respuesta que obtengamos de aquellos que tienen esta experiencia latente en ellos mismos y sólo necesitan el estímulo adecuado para expresarla. ¡No estoy diciendo nada nuevo! Conocemos los libros que nos hacen pensar; los libros que nos mueven y nos estimulan pertenecen a otra categoría. Conocemos a las personas que nos hacen pensar; pero ¿cuántas conocen cuya vibración encienda el Fuego del Corazón y evoque lo mejor que conocemos del pensamiento y la acción? Hago esta comparación intencionalmente porque vivimos en un periodo científico, un momento en el que la ciencia está alcanzando grandes alturas y su influencia es mundial. No importa cuál es su valor, en algunos aspectos su influencia es siniestra. La mente, y no los corazones, está en ascenso y la espiritualidad se encuentra en desventaja, en un punto muerto. Tan cierto es esto que el público en general muestra un profundo temor ante el avance de la ciencia. Más que esto muestra una preocupación similar ante la falta de interés en la vida del hombre espiritual. Lo único que interesa es que los descubrimientos y hallazgos de los científicos no traigan la ruina y destrucción a su modo actual de vida. Sin embargo, el corazón despierto y compasivo, al que se refiere el Maestro, no es el resultado del miedo, sino de una consciencia espiritual que posa su esperanza en el ascenso a las grandes alturas del Espíritu. Y esto es por lo que abogamos y cualquiera que sea el futuro que está en manos de la ciencia, debemos mantener nuestros ojos y oídos atentos a la revelación que sólo puede provenir del interior. Debemos preguntar al corazón en todas las circunstancias y usar la mente para realizar con entendimiento y compasión lo que revela el corazón. Esto es lo que el Maestro ordena y al tratar de llevarlo a la práctica en nuestro contacto diario con los demás, encontraremos un punto de realización en el que podemos, de manera segura, impetuosamente, progresar en el Sendero del Ascenso y aumentar en gran medida nuestro poder de servicio para beneficio de muchos. Al recordar el crítico periodo en el que vivimos, desde el punto de vista evolutivo, las oportunidades excepcionales proporcionadas para el avance en el sendero, sobrepasan cualquier cosa conocida hasta ahora y el creciente impulso de la fuerza del pensamiento de los Maestros en la vida humana para su iluminación y mejoría, es hermoso observarlo en los aspirantes jóvenes y viejos como una profunda y sincera tendencia hacia una vida de servicio. Si lo requiriésemos, pienso que este sería uno de los más fuertes argumentos en favor de los ciclos pasados de la evolución del alma. Ciertamente demuestra una medida considerable de crecimiento en el alma, ya sea en una personalidad joven o madura, que puede considerar con indiferencia los múltiples premios de la realización mundana que posiblemente son más factibles que antes; esto puede influir con una visión comprensiva de su verdadero valor y habiéndolo hecho así, puede decirse: yo deseo servir. Raymund Andrea, F.R.C. De The Rosicrucian Beacon

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